viernes, 29 de febrero de 2008

DVD: THE HOURS * * * *

En The Hours (Estados Unidos, 2002), dirigida por el británico Stephen Daldry, basada en la obra homónima de Michael Cunningham, vemos reflejadas las mismas inquietudes que ocuparon la mente de Virginia Wolf en su libro Orlando, una suerte de viaje a través del tiempo de una misma mujer, encarnada en diferentes personajes durante distintas épocas. Su otro libro, Misses Dalloway sirve como eje narrativo en el filme, que narra la vida de tres mujeres (una de ellas la mismísima Virginia Wolf), ubicadas en distintas épocas, para narrar un relato de carga metafísica, en una estructura narrativa experimental que une los destinos de estas tres mujeres.

Virginia Wolf, desde su niñez, tuvo que arrastrar traumas por maltratos y abusos sexuales, que nunca superó y que le afectaron psicológicamente hasta su trágica muerte. En el transcurso de un solo día, teniendo como introducción el suicidio de la escritora (magnífica Nicole Kidman) en 1941, ahogada en un río, se disparan las tres narraciones diferentes. Una de ellas cuenta la vacía existencia de Laura Brown (Julianne Moore), en Los Ángeles de 1951, embarazada y con un hijo pequeño. Laura de pronto se verá transformada por la lectura de Misses Dalloway.

La manera en que la trama está ingeniosamente estructurada, permite apreciar el proceso creativo para concebir Misses Dalloway en 1923 por Virginia Woolf (publicado en 1925). Richard (Jack Rovello), el hijo de Laura, será en el futuro año 2001 el amigo (Ed Harris estupendo) de Clarissa Vaughn (Meryl Streep), una editora que lleva una relación sentimental con otra mujer. Convertido en un poeta más o menos reconocido y atormentado por estar infectado con el virus del SIDA, Richard se verá envuelto en la decisión de aceptar o rechazar la propuesta de Clarissa para tener una fiesta de cumpleaños, tal y como la protagonista de Misses Dalloway lo hacía en el libro.

Las tres mujeres quedarán marcadas -directa e indirectamente- por el suicidio, enfrentándolo de tal manera que, en ocasiones, tendrán que vencer la tentación de una salida fácil, como en el caso de Laura dentro de un cuarto de hotel (¡Alucinante la secuencia de la inundación del cuarto!).

Profundas meditaciones sobre la muerte, el homosexualismo, las relaciones afectivas, con otras sobre el matrimonio y la maternidad, The Hours es una película en tono reflexivo, ambientada por los inquietantes acordes musicales de Philip Glass. Gracias a la uniforme dirección de Stephen Daldry (Billy Eliott), no se tendrá la sensación de estar viendo tres películas separadas e independientes. Más bien, sentiremos como una sola persona a estas tres mujeres.

El reparto es magnífico. Stephen Dillane como el esposo de Virginia, Miranda Richardson, como su hermana; John C. Reilly, Toni Collette, Claire Daines, Jeff Daniels o Allison Janney, y si The Hours tiene una debilidad es no permitir que estos personajes secundarios tengan una mayor participación y puedan involucrarse más en este enorme confesionario femenino de tres excelentes actrices (Kidman, Moore y Streep). Su trabajo, en conjunto, impide que uno pueda inclinarse por alguna favorita.

++ Los extras incluyen introducción del director, 4 Documentales: La mente de Virginia Wolf, Las Vidas de Mrs. Dalloway, La Música de Las Horas, Tres Mujeres.

CLÁSICOS DE CLÁSICOS: LIMELIGHT * * * * *

“Si alguien vuelve a decir ‘como en los viejos tiempos’, lo arrojo por la ventana”, le dirá a Calvero su enfadado compañero de escena, mientras se maquillan en el camerino para salir en la que será la última actuación del anciano comediante. En realidad, quien pronuncia estas sugerentes líneas es Buster Keaton, y se las dice a quien fuera su más grande y sano contrincante cinematográfico, Sir Charles Chaplin, en una escena que, junto a su posterior número cómico, vale por todo el filme. Vemos a estos dos titanes del cine cómico interactuar amistosamente, sin que nada o nadie lo pueda impedir, cuestionar.

Keaton y Chaplin ofrecieron hacia al final de Limelight (Estados Unidos, 1952), una exquisita demostración de profesionalismo y virtuosismo histriónico, en un divertidísimo sketch homenaje de Chaplin a su más grande época en el cine mudo, donde dos torpes músicos intentan ejecutar, inútilmente, una pieza musical.
A la larga, Limelight, más que una oportunidad para ver a Keaton y Chaplin divertirse en su primera y única actuación juntos, fue ver también a Sir Charles en plena forma para seguir ejecutando sus rutinas de comedia física. Puede considerarse a Candilejas como uno de los filmes más importantes de Chaplin, junto a The Kid (1921), The Gold Rush (1924), City Lights (1931), Modern Times (1936) y The Great Dictator (1940), para ir gradualmente en declive hasta el que sería uno de sus mayores fracasos en A Countess from Hong Kong (1967).

Chaplin además dirigió, escribió, produjo, coreografió y compuso la banda sonora de Limelight, en la que destaca el tema principal del mismo nombre, que se hizo famoso con el paso del tiempo y llegó a ganar el Oscar a la Mejor Música. La historia gira en torno a Calvero (Chaplin), un retirado y avejentado comediante de teatro voudevil, atrapado en las redes del alcoholismo por la nostalgia de los viejos tiempos, cuando era uno de los favoritos del público. Calvero depende de la botella para ser realmente gracioso en escena. Siente que si no toma un par de tragos, no podrá ofrecer lo mejor de sí mismo a la hora de tener que enfrentarse al público.

Un buen día, en la casa de huéspedes donde vive, salva a su joven vecina de morir intoxicada con gas. Luego de enterarse que la chica, Terry (magnífica Claire Bloom), intentó quitarse la vida por no lograr sobresalir en su carrera de bailarina, decide tenerla a su cuidado hasta que, primero, las piernas de Terry vuelvan a responderle por el bloqueo mental que sufre, y segundo, retome exitosamente su carrera como bailarina.

Chaplin, a sus sesenta y tres años, demostraba que todavía era capaz de hacer comedia física, a través de un excelente guión, que era una suerte de apología personal en torno a su carrera como actor, a sus habilidades de comediante, especialmente en aquella escena en la que le cuenta a Terry sus triunfos del pasado y cómo la gente simplemente lo olvidó.

Junto a la gran fotografía de Karl Struss (que ya había colaborado con Chaplin en The Great Dictator), al magnífico diseño de arte (las escenografías del teatro), las coreografías y los arreglos musicales de Raymond Rasch, destacaba una compleja y arriesgada narración de Chaplin, con numerosos flash-backs, y efectos visuales como el back projection, para crear la ilusión de que la historia estaba ambientada en las calles de Londres.

Varios familiares de Chaplin, como su hijo Sydney (el pianista enamorado de Terry) y sus hijas Victoria y Geraldine (en la escena que abre el filme, cuando Calvero entra borracho al edificio), participaron en la película, que puede verse también como una retrospectiva confesionaria y semibiográfica de Chaplin, una inteligente reflexión en torno al cambiante y, la mayoría de las veces, ingrato mundo del espectáculo. Chaplin ofrece una de sus actuaciones más honestas, completas, íntegras; resulta conmovedor, de una dignidad avasallante y, por supuesto, sumamente divertido.

Además, Calvero es uno de sus personajes más poderosos, que a su edad todavía se daba el lujo de encontrar el amor (“ese viejo suertudo”, le dirá un rico productor teatral) en Terry, sacrificarse por ella y rechazarla por el bien de su talento, que no merecía desperdiciar su juventud en un “viejo payaso que ha pisado y conocido todos los escenarios del mundo”.

jueves, 28 de febrero de 2008

CINE ANIMADO: CHARLOTTE'S WEB * * * *

Son muchas las relaciones entre Charlotte’s Web (E.U., 1973), el clásico relato infantil escrito por E.B. White, y Babe, libro infantil escrito por Dick King-Smith. Ambas son fábulas edificantes, protagonizadas por animales de granja y el personaje principal es un cerdito con muchos dilemas y preguntas a resolver: ¿Cuál es el sentido de su vida? ¿Cuál es su utilidad como cerdo para el ser humano?

Es verdad que ambos libros están inspirados en esa obra maestra escrita por George Orwell, Animal Farm (1945), despojado de todos los subtextos políticos y satíricos de la obra. Tanto Charlotte’s Web como Babe, son historias dirigidas al público infantil y con una moraleja sumamente valiosa y universal: la importancia del talento y el hecho de que todos tenemos un propósito importante en esta vida.

Charles A. Nichols e Iwao Takamoto, dirigen esta primera adaptación animada de la historia de White, el primero responsable de varios cortos de la Disney y de muchos episodios de la serie animada Johnny Quest (producida por la Hanna-Barbera), y el segundo, un multifacético profesional en el campo, que tiene en su haber nada más la dirección de este filme, pero una prolífica carrera como productor creativo, diseñador de efectos y director de arte en un sinnúmero de series animadas.

Wilbur (voz de Henry Gibson) es un cerdito que ha venido a iluminar la vida de Fern (voz de Pamelyn Ferdin), una niña que vive con su familia en una granja. El cerdito lleva una vida privilegiada, es consentido por su pequeña dueña y tratado como un miembro más de la familia. Sin embargo, su padre no ve con buenos ojos tanto mimo de Fern al cerdito, y lo inevitable vendrá cuando éste crezca y tenga que venderlo a la granja vecina.

Para Fern será difícil separarse de Wilbur, y para el cerdito mucho más. Su primer contacto con el mundo estará representado en una granja, propiedad de la amable familia Zuckerman, donde Wilbur conocerá a una madre ganso, a una cerrada y prejuiciosa familia de borregos (el padre no deja que sus corderos jueguen con Wilbur por las “claras diferencias sociales”); Templeton (voz de Paul Lynde), una mañosa y graciosa rata que gusta de comer los desperdicios que dan a Wilbur, y el personaje más entrañable, Charlotte (voz de Debbie Reynolds), una sabia y amable araña que aceptará ser amiga del melancólico y desorientado cerdo.

Charlotte es la voz de la experiencia y ayudará a Wilbur a encontrar su verdadero “yo”, a conocerse a sí mismo y a darle más brillo a su triste vida. Los demás animales, en una actitud de soberana franqueza, le informan a Wilbur que el destino de los cerdos es, sin más, terminar sacrificados y consumidos por los humanos. El desesperado Wilbur pedirá auxilio a Charlotte, para poder cambiar ese fatal destino y salvar su vida.

Vale decir que Charlotte’s Webb es un filme musical, pero sus partes musicales son disfrutables, como esa canción que “mamá gansa” y Templeton cantan juntos, elogiando la divertida experiencia que es ir a una feria, o la canción de la rata en la feria, donde no hace más que comer y comer desperdicios.

Son varias las lecciones de vida que Charlotte enseña a Wilbur: ser tolerante con las costumbres de otros animales, una lección de solidaridad al ser su amiga incondicional, le hará ver a la muerte como un proceso natural de la vida, y se le ocurrirá tejer en su tela mensajes que elogian a Wilbur, ante la sorpresa de los humanos, como: “Cerdo genial”, “Cerdo brillante”, “Cerdo Increíble”, cosa que dará fama a Wilbur y lo llevará a competir en la feria local por el premio al mejor cerdo.

Hacia su desgarradora resolución, uno verdaderamente siente la relevancia que la araña tiene en la historia, enseñando hacia el final otra lección a Wilbur: la independencia y necesidad de sobrevivir de ciertos animales apenas nacen.

El estilo de animación es muy convencional, de hecho recuerda mucho al televisivo de la Hanna-Barbera, pero la historia original del libro de White es sumamente rescatable, inteligente y valiosa.

++ En 2003, se produjo una secuela, Charlotte's Web 2: Wilbur's Great Adventure, dirigida por Mario Piluso.

miércoles, 27 de febrero de 2008

ABOUT SCHMIDT * * * * *

PREPARÁNDOSE PARA EL VIAJE. Jack Nicholson en
una magnífica actuación
About Schmidt narra la especie de tour turístico-histórico-existencial, a lo largo del Medio Oeste de los Estados Unidos, que Warren Schmidt (un Jack Nicholson tranquilo), ex empleado de una compañía de seguros que, después de haber servido 40 años a la empresa, se ha jubilado. Sin embargo, la repentina muerte de su esposa lo tomará desprevenido. Su casa le parecerá demasiado grande para él solo, el espacio sobrante en su cama es difícil de llenar y, de pronto, se dará cuenta que tiene por delante demasiado tiempo libre.

Para salir de esta soledad abrumante y encontrarle sentido a esta nueva etapa de su vida, Warren decide convertirse en el padre adoptivo de un niño del "Tercer Mundo", enviándole una pensión mensual de 22 dólares, así como una constante correspondencia escrita. Con el tiempo, Warren irá descubriendo secretos de su matrimonio algo traumáticos, y ese niño que adoptó se convertirá en su confesor al relatarle por carta sus preocupaciones, anhelos, frustraciones, etc., una válvula de escape para todos sus dilemas existenciales y otras cuestiones filosóficas. Un buen día, Warren decide emprender un viaje en su gran casa rodante, para acudir a la boda de su hija Jeannie (Hope Davis) con un mediocre vendedor de camas de agua (Dermot Mulroney).

El director y coguionista de esta mezcla de melodrama y roadmovie, Alexander Payne, refleja en About Schmidt al estadounidense promedio, aquel que pasa la mitad de su vida dentro de monumentales casas rodantes, curtidos en la cultura del desperdicio y una manía por montar museos a las más encantadoras trivialidades (ese museo de las puntas de flecha indias que visita Warren en su viaje).

Warren, dentro de su soledad, se asume como un sujeto con deseos de sentirse productivo y valioso al mismo tiempo, de encontrarle sentido a su vida y escapar de la depresión. En el pequeño niño Ndugu encontrará a un lejano compañero espiritual situado al otro lado del mundo; encontrará respuesta a su obsesión por ocupar un lugar en el mundo y, de paso, en la Historia de su propio país, que descubre fascinado, por primera vez, en las escalas de su travesía.

Nicholson encarna uno más de esos padres, enternecedores y chocantes al mismo tiempo, propios de los filmes de “bodas”, siempre con algún conflicto familiar de por medio (Father of the Bride/1950, The Catered Affair/Brooks/1956 etc). En este reflexivo y cómico retrato de un hombre en la crisis de la edad madura, se combinan además diálogos vivaces, con una historia (adaptación de la novela escrita por Louis Begley) sobre la redención y reconciliación de un hombre con su pasado familiar, que reflexiona no nada más sobre la vida sino también sobre la muerte, en un filme que, inexplicablemente, no fue valorado por la Academia para los Oscares del 2002, que pinta la vida del estadounidense de principios de siglo XXI como una toma de conciencia por lo que ocurre más allá de sus límites geográficos y mentales.

martes, 26 de febrero de 2008

CINE ANIMADO: HAURU NO UGOKU SHIRO * * * * *

Lo maravilloso de un filme animado como El Castillo Ambulante (Hauru No Ugoku Shiro, Japón, 2004), es la capacidad de su director, Hayao Miyazaki, de permanecer fiel a la tradicional técnica de dibujar a mano prácticamente todo lo que se mira en pantalla, combinando la tecnología digital para animar mínimamente determinados elementos de la película, sin que esto último sea muy notorio en el resultado final.

Tan sólo desde la aparición de ese fantástico castillo zoomorfo, dibujado a mano y animado digitalmente, en el que tan sólo habitan el mago Howl (voz de Takuya Kimura), su aprendiz Markl (voz de Ryunosuke Kamiki) y el fuego mágico Calcifer (voz de Tatsuya Gasyuin), encargado de dar vida al castillo, Miyazaki consigue atrapar al espectador con un mundo poblado por brujas, magos, reinas hechiceras, seres de cuerpos viscosos, máquinas voladoras que se quieren futuristas, con una apariencia instalada en la Revolución Industrial.

A principios del siglo XX, dos países imaginarios se encuentran en una guerra de alcances apocalípticos. En uno de ellos (muy parecido en su arquitectura a Suiza, o algún país de Europa del Norte) habita una jovencita, Sophie (voz de Chieko Baisho), dedicada trabajadora en una tienda de sombreros. Luego de ser perseguida por los viscosos espías de la Bruja Calamidad (voz de Akihiro Miwa), Sophie acaba transformada en una anciana por la gordísima bruja, para lo cual no conoce una cura.

Huyendo de su casa por temor a ser descubierta por su madre, la ahora anciana Sophie se aventura a entrar al castillo de Howl, en el que se autoemplea como encargada de limpieza. Por dentro parece cualquier casa rural, ante el desconcierto del pequeñín y simpático Markl (cómicamente se transforma en hombre barbudo para atender a los clientes de su “amo”), así como del quejoso Calcifer, que no nada más da vida al castillo, sino al mago Howl, por lo que tiene que estar siempre encendido.

Basado en el libro infantil escrito por Diana Wynne Jones, Miyazaki produce una respuesta a la desafortunada adaptación disneyana de La Isla del Tesoro (forzada mezcla de una estética futurista a lo Star Wars, con el tradicional mundo del siglo XVIII del libro de Stevenson), reimaginando magistralmente el libro de Jones e imprimiéndole una afortunada visión ultra-tecnologizada a lo Julio Verne, con la acostumbrada y precoz imaginación de Miyazaki, surrealista e inquietante al mismo tiempo.

Miyazaki logra en esta metáfora de la Primera Guerra Mundial, un inocente y tierno cuento de amor, cargado de su típica escatología y humor negro (hay que ver como sufre la gordísima Bruja Calamidad al subir una escalera) que el maestro japonés imprime a sus películas, muchas de ellas revisiones de historias clásicas, como Alicia en el País de las Maravillas en El Viaje de Chihiro (2001) o la teleserie animada de Heidi, donde empezó su carrera.

El destartalado castillo camina milagrosamente, está a punto de desarmarse, pero funciona como una especie de portal multidimensional, abriendo su puerta a distintos universos (al igual que la Maquina del Tiempo imaginada por H.G. Wells), además de ser una simbólica representación del encierro provocado por la inmadurez del joven mago Howl, un vanidoso chico andrógino, con alma de niño, que deberá superar sus miedos a enfrentarse al mundo “real”. Howl debe asumir su papel de soldado y salir a pelear en la guerra en forma de águila, producto de un hechizo provocado por su otrora mentora, la reina Suliman (voz de Haruko Kato), en pelea con el rey de Ingary (Akio Otzuka).

En definitiva, Howl’s Moving Castle es una obra genial del cine animado japonés. Dentro de todo lo descrito anteriormente, todavía cabrá una pequeña historia de amor, sin cursilerías de por medio, sobre dos jóvenes enamorados y destinados a ayudarse mutuamente. Una película que sorprende desde el inicio hasta el mínimo detalle de su final, con personajes simpáticos (ese perro que tose en lugar de ladrar, el espantapájaros que se desplaza con el palo que lo sostiene,...), en lo que puede considerarse también una graciosa y profunda reflexión sobre la vejez.

DVD: GANGS OF NEW YORK * * * *

Gangs of New York ( E.U.-Gran Bretaña-Italia-Holanda-Alemania, 2002), es el ambicioso retrato de la sociedad neoyorquina del siglo XIX, que Martin Scorsese anhelaba realizar, en su obsesión por encontrar las bases profundas que dieron origen a ciertos problemas sociales de la "Gran Manzana” (la formación de estereotipos raciales), su fenómeno cosmopolita, problemas de convivencia entre las distintas comunidades de inmigrantes, que en ese siglo comenzaron a llegar a los Estados Unidos desde varios puntos geográficos del mundo.

En esta ocasión Scorsese ha sacrificado un argumento sólido por la espectacularidad, en una impecable superproducción de época, aunque con personajes débiles en su configuración, con la gran excepción del William Cutting, conocido también como Bill "El Carnicero", encarnado por el versátil y recientemente oscareado por segunda vez, Daniel Day Lewis.

Resulta innegable que Gangs of New York fue una de las producciones más fastuosas del 2002. La ambientación de la Nueva York de 1863 (hecha en los famosos estudios italianos Cinecitta) está sumamente cuidada en todos sus detalles, desde el vestuario hasta la arquitectura de aquella época, junto a costumbres, modas, gustos y ambientes, reflejados en pantalla con suma fidelidad. Sin embargo, esta majestuosa puesta en escena hunde por completo una trama de por sí convencional.

Como sacados de la pluma de Dickens o Victor Hugo, vemos a los personajes principales viviendo un relato estilo Los Miserables. Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio), busca venganza contra el responsable de la muerte de su padre, (Liam Neeson, con una participación desperdiciada), a quien apodan el "Reverendo", de origen irlandés y líder de una pandilla que busca el control del barrio de los "Cinco Puntos". El "Reverendo" murió a manos de Bill "El Carnicero" (en una sangrienta e impresionante batalla entre todas las pandillas de la zona), simpatizante yanqui, ultraconservador y fascistoide, que se nota odia a Abraham Lincoln.

La famosa "leva" durante la guerra de secesión, el racismo, la xenofobia, la corrupción política,... son datos históricos que no pasan de ser curiosidades bien dramatizadas, dentro de las cuales los personajes nunca llegan a involucrarse profundamente.

La venganza de Ámsterdam resulta imperceptible, superficial, dejándolo perdido en la ambigüedad. A pesar de lo hueco que resulta su argumento, Gangs of New York consigue reflejar el espíritu de una época, afectada por la Guerra de Secesión, la inestabilidad política y su turbulenta atmósfera intolerante, todo en un logrado afán realista de Scorsese en el monumental diseño de arte del magistral Dante Ferreti (oscareado). La narrativa es ágil aunque abusa de monótonos flash-backs, donde en su edición lo mismo caben las famosas fotografías de Timothy O. Sullivan y Mathew B. Brady sobre los campos de batalla, como notas periodísticas de época.

Scorsese ha logrado grabar en la mente de sus seguidores a un criminal memorable, como Bill "El Carnicero", excelentemente construido por Day Lewis, con todo y sus tics amenazantes, que iluminan a este extraño, fascinante y, a la vez, conmovedor malviviente.

El final está envuelto de la sensibilidad y nostalgia que caracterizó aquella secuencia del campo de batalla invadido por las llamas, de Gone With the Wind (Fleming, 1939), aunque es imposible comparar a la pareja formada por Leo Di Caprio y Cameron Diaz, con la entrañable historia de amor inmortalizada por Clark Gable y Vivien Leigh.

++ El DVD contiene extras de lujo, como TV Spots, trailers, videoclip U2, el vestuario, detrás de las cámaras, una mirada a la historia, entrevistas, documental Discovery Channel, diseño de producción, Nueva York en 360º, un paseo por Cinecittá, ficha artística, ficha técnica, filmografías selectas, galería de fotos, material adicional para DVD-Rom, menús interactivos, acceso directo a escenas, audiocomentario del director en pista de audio alternativa.

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