viernes, 16 de noviembre de 2007

EN CARTELERA: MOLIÈRE * * * *

La vida del dramaturgo y actor del siglo XVII Jean-Baptiste Poquelin, mejor conocido como Moliere, ha tenido varias adaptaciones en la cinematografía francesa, desde la época del cine mudo en Molière (Léonce Pret, 1909), hasta películas más recientes como Molière (Ariane Mnouchkine, 1978), y una pequeña interpretación del actor turco Tchéky Kario en Le Roui Danse (Gérard Corbiau, 2000), como el autor favorito del rey Luis XIV. La última aproximación de la vida de este autor, que cimentó las bases de la comedia teatral, admirado incluso por el dramaturgo de la Ilustración, Voltaire, es en otro filme de título no muy original, Molière (Francia, 2007), del realizador Laurent Tirard.

Pésimamente titulada en español “Las Aventuras Amorosas del Joven Moliere” (vaya título, la verdad), si usted está buscando una biopic apegada lo más posible a la realidad, la película de Tirard está lejos de serlo. La película pone al dramaturgo como el hipotético protagonista de una cómica farsa romántica (al estilo de sus propias obras), con una magnífica ambientación, vestuarios, locaciones, música, buena fotografía, etc., y que tiene como plato fuerte la notable actuación de Romain Duris en el papel de Molière, convenciéndome cada vez más, desde que lo vi en Arsène Lupin (Jean Paul-Salomé, 2004), que es un actor hecho para la comedia.

Duris es capaz de ejecutar rutinas de comedia física, como de llevar a buen término un monólogo. Ya me gustaría verlo interpretar a Chaplin en alguna biopic del legendario comediante británico.

El trabajo de Tirard es una imaginaria interpretación de cómo Molière se pudo haber inspirado para la creación de dos de sus grandes obras, El Tartufo y Le Bourgeois Gentilhomme. Estamos a mediados del siglo XVII, y Molière tiene el privilegio de poder montar una obra en el Teatro Real de París. Para inspirarse, recordará un episodio de su vida trece años atrás, cuando por una deuda de más de 130 francos irá a parar a la cárcel. Un acaudalado empresario, M. Jourdain (Fabrice Luchini, espléndido), le propone a Molière pagar su deuda a cambio de que le ayude a conquistar a una atractiva chica de la nobleza, Célimène (Ludivine Sagnier), escribiéndole versos que le enviará a través de un oportunista y fraudulento sujeto, Dorante (Edouard Baer).

Las cosas se complicarán cuando Molière se instale en casa de Jourdain, haciéndose pasar como un sacerdote y tutor de la hija menor de éste, de nombre Tartufo, y se enamore de la esposa del empresario (la italiana Laura Morante), dando lugar a una serie de cómicos enredos dentro de la residencia, instalada en la campiña.

La película es entretenida, tiene muchos momentos divertidos (aquella lección de actuación que Molière da a Jourdain, para enseñarle cómo imitar a un caballo), es bastante vistosa en cuanto a su producción (como siempre en esta clase de filmes franceses), pero lo mejor es que el realizador no se preocupa tanto por este aspecto en cada escena, sino en la dirección de todo su reparto, en cuidar los diálogos y la manera de decirlos en sus actores.

Molière será un personaje como sacado de la pluma del mismo dramaturgo. Cuando creemos que nada más estamos presenciando a un Molière coqueto, frívolo, estúpidamente divertido, veremos, avanzada la segunda mitad de la película, que también existe el Molière sensible, humano, capaz de sufrir, en una vuelta de tuerca que llevará al actor bufonesco a encontrar al verdadero escritor y artista en el que se convirtió, al gran observador y crítico de la nobleza y la burguesía.

EN CARTELERA: WU JI * * * 1/2

En la cinematografía china, el género del wu xia (películas donde se mezclan las artes marciales y la fantasía, con guerreros y espadachines que vuelan y tienen enfrentamientos por los aires) es el más comercial y famoso internacionalmente del país asiático. El realizador chino Chen Kaige ingresa en el género con The Promise (Wu ji, China-Hong Kong-Japón-Corea del Sur, 2005), aunque no es la primera vez que acaricia un filme de corte épico, ya que en The Emperor and the Assassin (Jing ke ci gin wang,1998), película que no he podido ver, se abocó a la dirección de un melodrama romántico de corte histórico.

Dentro de la filmografía de Kaige ha cabido casi de todo, desde enormes melodramas románticos como Farewell my Concubine (Ba wan bie ji, 1993), hasta sensibles historias de corte más familiar, como Together with you (He ni zai yi qi, 2002), conocida también como “El Violinista”. The Promise es la película más comercial en la carrera de Kaige, palomera, llena de efectos digitales, entretenida la mayor parte del tiempo, y con un relato épico en el que cabe de todo: desde el melodrama romántico, aventuras, acaloradas batallas a sablazo limpio, guerras y tragedia, todo en una narración de bellas imágenes, aunque caótica, debido al gran interés que pone el cineasta en ofrecer un espectáculo basado en los efectos digitales.

Sin embargo, el resultado no es tan malo como parecería. La película tiene partes intensas e impresionantes, como aquella batalla inicial que, literalmente, nos introduce en la frenética acción de una desbocada manada de toros, con todo y que muchas tomas se notan robadas del El Señor de los Anillos. En contraste a estas escenas monumentales, hay otras de una particular belleza, como las del climax final o antes, cuando el esclavo Kunlun (el surcoreano Dong-Kung Jang), libera a la princesa Qingcheng (la hongkonesa Cecilia Cheung) llevándola como si fuera una cometa a la gran velocidad que es capaz de correr el primero, capacidad que llamará la atención del general Guangming (el japonés Hiroyuki Sanada), jefe del ejército imperial.

El general Guangming porta una poderosa armadura, y luego de tomar a Kunlun como su esclavo, le pedirá llevarla puesta para ir por ayuda hasta el palacio del emperador, luego de ser atacado por sus propios soldados creyéndolo un traidor. La situación generará una gran confusión, ya que Kunlun se verá en la necesidad de matar al emperador para salvar a la princesa de ser golpeada por el mismo soberano, creyendo todos que ha sido Guangming el asesino. En tanto, un colaborador cercano al emperador, Wuhuan (Nicholas Tse), el villano de la historia, busca quedarse con el poder y el amor de la princesa.

Esto apenas es una parte pequeña del relato narrado en Wu ji, dándose con el paso del tiempo revelaciones y giros inesperados, propios de todo buen melodramón épico oriental. Por extraño que parezca, el guión del mismo Kaige evita los azotes melodramáticos, centrándose más en la acción y en el soberbio tratamiento visual del filme, con otras partes que vale la pena mencionar como en la que vemos esa “barrera del tiempo acuática”, imposible de quebrar y que permite a Kunlun hurgar por su pasado, en una antigua raza de “guerreros voladores”.

Visualmente el filme llega a ser disparejo, ya que si bien hay escenas logradas y espectaculares, como la de los toros y el muro acuático, hay otras (las tomas aéreas del palacio, por ejemplo) en las que los efectos se notan de baja calidad y acartonados. Lo malo, como decía, es que la película es caótica en todo lo que intenta contar. A Kaige se le notan problemas para poder desarrollar con mayor profundidad y amplitud a los personajes y sus pequeñas historias que va colando.

EN CARTELERA: MR. WOODCOCK * * 1/2

No puedo dejar pasar algún filme en el que participe Billy Bob Thorton, un buen actor que, sin esforzarse ni proponérselo mucho, sabe trabajar bien la comedia, pero no cualquier comedia. Billy Bob ha sabido desarrollar un tipo de personaje gamberro y mala leche, que es el alma de comedias tendientes a lo vulgar, corriente y políticamente incorrecto, para ser exactos desde Bad Santa (Terry Zwigoff, 2003), pasando por el remake de Bad News Bears (Richard Linklater, 2005), y ahora Mr. Woodcock (E.U., 2007), comedia dirigida por el virtualmente desconocido realizador Craig Gillespie, que en su haber tiene tan sólo otra comedia, inédita en España y México, Lars and the Real Girl (2007).

Billy Bob interpreta al Mr. Woodcock del título, un personaje que tiene todas las características que el actor sabe imprimir a estos exquisitos seres, con los que uno se divierte como espectador, pero que en el fondo detesta. Mr. Woodcock es un fascistoide maestro de educación física, que se dedica a torturar a sus alumnos de todas las maneras que el deporte se lo puede permitir: darles pelotazos, castigarlos con lagartijas y vueltas al gimnasio por cualquier insignificancia, destrozarlos mientras les enseña lucha grecorromana, etc, forzándolos a asimilar su filosofía de vida competitiva, mientras los mira con ojos de asesino.

John (Sean William Scott), es un ex alumno de Woodcock que sufrió sus torturas, pero se ha hecho famoso escribiendo un libro de superación personal, basado en una frase que le dijo mientras lo castigaba: “hay que dejar al pasado atrás”. John será honrado por su pueblo natal en Nebraska (estado maicero por excelencia) con un premio, y deberá dejar los compromisos públicos agendados por su metalizada publirelacionista (Amy Poehler) para ir a recibirlo.

El problema para John, es que su madre viuda (Susan Sarandon) es novia de Mr. Woodcock, elegido por el pueblo como hombre del año. Afectado por el hecho, John se propondrá evitar ante todo que su madre, convencida de que es un buen hombre, se case con el causante de todos sus traumas de la infancia.

La película de Gillespie basa toda su comicidad en el sadismo y agresividad de Mr. Woodcock, y algo también de la agente de John, una alcohólica que se dedica más a maltratarlo que a otra cosa. Aunque me agrada mucho el trabajo de la comediante Amy Poehler (en especial el del programa Saturday Night Live), creo que este papel está lejos de ser uno de sus mejores trabajos. En ese sentido, Mr. Woodcock tiene su gracia en la medida que Gillespie sabe explotar la comedia física y un poco de slapstick, que funciona bien gracias al buen trabajo de Billy Bob. Hay uno que otro gag gracioso, aunque no los suficientes como para que el filme no sea la historia olvidable que termina siendo.

El guión intenta mostrar con muchas dificultades al Mr. Woodcock humano, y el mayor problema de la película, es que el mensaje que los guionistas Michael Carnes y Josh Gilbert intentan transmitir es uno distorsionado y mal enfocado. Al final, John deberá darse cuenta que no importa cuanto lo torturó física y psicológicamente su maestro, ya que todo fue por su propio bien y, para colmo, debe agradecérselo. No importan los medios, sino el fin, es decir, “la letra con sangre (golpes y patadas ) entra.”

DVD: HANNIBAL RISING * *

Hace poco, en mi reseña publicada en este blog sobre Red Dragon (Brett Ratner, 2002), tercera película de la franquicia sobre el Dr. Hannibal Lecter, basada en la serie de novelas escritas por Thomas Harris, mencionaba que la saga de Hannibal el Caníbal ya estaba agotada y sin más que ofrecer. El comentario fue debido al estreno, a principios de este año, de la más reciente entrega, Hannibal Rising (Reino Unido-Rep. Checa-Francia-Italia-E.U., 2007), que es la precuela de la precuela (es decir, Red Dragon), un exhaustivo e inútil intento de seguir buscando explotar una historia que ya dejó de contar algo interesante. ¿Qué puede tener de interesante ver los orígenes del doctor Hannibal, desde su niñez y juventud, en donde somos testigos cómo es que el refinado caníbal se volvió un aficionado a la carne humana? En la película, dirigida por el realizador británico Peter Webber, de cuya filmografía lo único destacable hasta el momento ha sido Girl With the Pearl Earring (2003), lo más contradictorio y menos creíble, es que el joven Hannibal (el actor galo Gaspard Ulliel, nunca convincente) se volvió un caníbal movido por la venganza hacia un grupo de rumanos, colaboradores de los nazis durante la invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial, que luego de la derrota del ejército alemán se refugiaron en la caza de los Lecter. A falta de comida y algo que cazar por el clima invernal, estos rumanos enloquecidos por el hambre decidieron comerse a la hermanita de Hannibal.

Así como nunca terminó de convencerme la actuación de Ulliel como el joven Hannibal, nunca me tuvo satisfecho el hecho de verlo tomar venganza de la misma forma en que termino asqueado y atormentado por ese grupo de rumanos primitivos y hambrientos. Debería haber sido algo detestable para Hannibal empezar a comerse un trozo de cada uno de ellos, siguiéndolos por toda Europa hasta llegar a París y localizar ahí al jefe, Grutas (Rhys Ifans). Digo “debería”, pero en el filme de Webber (escrito por el mismo Thomas Harrys) no lo es, y así vemos de manera arbitraria a Hannibal comer mejillas y todo lo que se le ofrezca.

Luego de pasar por un internado, instalado en su misma casa por el ejército ruso, Hannibal escapará y se irá a vivir con la esposa japonesa de su fallecido tío (la actriz china Gong Li), de quien Hannibal aprenderá la disciplina de los samuráis (ella es una gran coleccionista de todo lo relacionado con el tema), a matar y cortar cabezas usando el sable, convirtiéndose en un asesino con sed de venganza, que empezará a ser perseguido por un detective francés (Dominic West).

Respecto al trabajo de Ulliel (el protagonista de Un Largo Domingo de Noviazgo/2004, junto a Audrey Tautou), el actor me pareció todo el tiempo sobreactuado, su trabajo se reduce a ponerse muy, muy malo con gestos y mirada malévolos, respirar como si se estuviera sofocando y dar mordidas, apenas con algunas líneas que decir y con un acento raro, que no se sabe si es francés o rumano.

La dirección de Webber me pareció torpe, su narración dispareja, más preocupado por lo artificioso de su puesta en escena que por la dirección de sus actores y por tratar de hacerlos más profundos y complejos. Si hay algo que salva a la película, es el aceptable trabajo del británico Dominic West como el inspector Popil y de Gong Li, así como el caricaturesco villano logrado por Rhys Ifans.
++ Disponible en España desde el 18 de septiembre, con una edición especial de dos discos, uno con la película y otro con extras como filmografías, ficha técnica, trailer, documental "Diseñando el horror", escenas eliminadas, documental "El origen del mal", entrevistas con el reparto y el productor. En México se estrena el 16 de noviembre.

jueves, 15 de noviembre de 2007

DVD: FRIDA * * * *

No existe una película que sea 100 por ciento fiel a la vida de algún célebre artista, o cualquier otro personaje famoso. Ninguna biopic puede serlo. Películas como Amadeus (Milos Forman, 1984), sobre la vida y obra musical de Mozart, Lautrec (Roger Planchon, 1998) y Rembrandt (Charles Matón, 1999), dos biopics sobre estos pintores importantes en la historia del arte, y muchas más, no son películas que se apeguen completamente a la realidad biográfica de los personajes que intentan retratar. Su mérito radica en la capacidad de captar la esencia del artista, sus realizadores dan su visión particular acerca del personaje adoptado como motivo cinematográfico, y no por una objetividad, de por sí, inútil de conseguir. A este lista se puede agregar Frida (E.U.-Canadá, 2002).

En el momento de su estreno en México hace algunos años, la película fue destrozada por muchos medios, críticos e incluso especialistas en la pintora, centrando más sus opiniones en si era fiel o no a la vida de Frida Kahlo, que a sus méritos cinematográficos, no pocos en mi opinión. El proyecto no pudo haber caído en mejores manos que en las de la estadounidense Julie Taymor, directora que hizo gala de un manejo magistral de la imagineria y estética surrealista en Titus (1999), una versión contemporánea de la obra homónima de William Shakespeare, y que este año ha estrenado Across the Universe (2007), un musical-homenaje romántico a la música de The Beatles.

Frida está producida y protagonizada por Salma Hayek, que interpreta a la pintora mexicana más famosa a nivel internacional. La película es un claro ejemplo de cómo, haciendo uso de un lenguaje cinematográfico original, se pueden reflejar el sufrimiento, el dolor físico y psicológico que ha caracterizado a la pintora, mostrándola al mismo tiempo como un ser lleno de pasiones, defectos, excesos y vicios.

Julie Taymor ofrece un verdadero deleite visual, cargada de su visión surrealista, onírica y moderna, que logra transmitir, a lo largo de delirantes imágenes, la complejidad del mundo interno de Frida Kahlo, basándose para ello en los cuadros más importantes de la pintora y que marcaron su evolución profesional.

El cine (sobre todo el mexicano) se ha preocupado poco de Frida, una mujer compleja, contradictoria, ambigua, fascinante y talentosa a la vez. Frida, Naturaleza Viva (de 1984 y desconocida en España) del realizador Paul Leduc, con la mexicana Ofelida Medina en el papel de la pintora, es el único largometraje que existía antes de la producción de Taymor. Fuera de esto, nadie más en México se ha preocupado por un proyecto de la magnitud y calidad como el de Salma Hayek, Edward Norton como co-guionista y Julie Taymor. Lo que sí llega a haber siempre, son las críticas desfavorables y ataques a la hora de que surgen estas producciones desde el extranjero, tal y como sucedió con Apocalypto (Mel Gibson, 2006), filme sobre los mayas. ¿Quién se acordaba en México de los mayas antes del filme de Gibson? ¿Quién se acordaba de Frida Kahlo antes de la película de Julie Taymor?

La trama de la segunda película dedicada a Frida Kahlo, gira en torno a la tormentosa relación que vivió al lado del muralista y pintor Diego Rivera (el británico Alfred Molina), amor pasional y destructivo al mismo tiempo, narrando brevemente sus etapas como estudiante en la Escuela Nacional Preparatoria (donde conoce a Rivera), hasta su muerte en la famosa Casa Azul de Coyoacán, en 1954. Sus ideas políticas, su filosofía artística y su particular visión de la vida, quedan bien reflejados a lo largo de la película.

Aunque claro, hay varias cosas que se le pueden reprochar a Frida. Para empezar, el molesto "spanglish" que desde el principio resulta incómodo en los diálogos de Salma Hayek, ciertas contradicciones visuales, como el mostrar a Frida desnuda con un cuerpo perfecto, cuando en la vida real sufrió múltiples tormentos desde su juventud, debido a un accidente en tranvía. Pero el mayor problema, es lo mucho que el personaje de Diego Rivera pesa sobre Frida Kahlo, especialmente en la primera mitad (el título "Frida y Diego" hubiera quedado mejor).

El reparto es excelente, con actores mexicanos y extranjeros. El australiano y siempre notable Geoffrey Rush da vida al filósofo político ruso León Trotsky (con quien Frida mantuvo una relación), el británico Roger Rees interpreta al fotógrafo Guillermo Kahlo, padre de Frida. Mientras, la mexicana Patricia Reyes Espíndola, tiene una pequeña participación como la madre de Frida; Margarita Sanz interpreta a la esposa de Trotsky, entre otros

La dirección de fotografía de Rodrigo Prieto y el diseño de arte son magníficos. Se puede argumentar que Frida es la clásica visión folklórica de México por parte del cine estadounidense, pero Frida era así, folklórica, extravagante, excéntrica, y una gran promotora de la cultura mexicana en el extranjero. Los famosos "judas" explosivos (figuras con forma demoniaca que en México se queman durante Semana Santa), a los que Frida era muy afecta a coleccionar, llevan un simbolismo especial en la película.

Taymor combina en Frida efectos digitales con recursos más rústicos y artesanales: la animación de las calaveras de los hermanos Quay, o su interpretación de King-Kong (1933), metáfora de cómo Frida vivió casi siempre a la sombra de Diego Rivera, representado aquí como la "bestia comunista", invasora y amenazante a los ojos de los E.U., la animación de los cuadros más famosos de Frida, son otros más de los recursos formales de la realizadora en la película, cuya preocupación principal fue la de tratar de descubrir los motivos y fuentes de inspiración de la pintora, es decir, el dolor, el sufrimiento, la política, etc., sus pinturas eran, al mismo tiempo, su propia fuente de autoconocimiento.

martes, 13 de noviembre de 2007

DVD: AN INCONVENIENT TRUTH * *

Presentado fuera de competición en el Festival de Cannes 2006, con la presencia de su “protagonista”, el ex vicepresidente de E.U. Al Gore, An Inconvenient Truth (E.U., 2006) es un documental realizado por el director televisivo Davis Guggenheim (marido de la actriz Elisabeth Shue), que toma como pretexto la gira de conferencias que Gore ha venido realizando por la unión americana, para hacer conciencia sobre el calentamiento global.

El documental se divide entre una parte biográfica, dedicada a contar la infancia y carrera política de Gore (narrada por él mismo), a quien le fue otorgado este año el premio Nobel de la Paz por su preocupación por el medio ambiente, y otra que es una laaaarga conferencia que Gore nos imparte a todos los espectadores sobre el inminente sobrecalentamiento del planeta Tierra. A pesar de la importancia y verdadera relevancia del tema, el asunto más bien acaba haciéndose cansado, por lo extenso y tedioso que es ver y escuchar a Gore de pie y frente a una pantalla, teniendo como auditorio a decenas de estudiantes universitarios, hablar y hablar y hablar sobre datos, cifras y predicciones del futuro climático del planeta, durante poco más de las 3 cuartas partes del filme.

El trabajo de Guggenheim ha sido simplemente armar en la sala de edición todo el álbum fotográfico de Gore, junto a las imágenes de su conferencia, en la que recurre a unos atractivos gráficos estadísticos y animaciones estilo Discovery Channel, incluyendo impresionantes fotografías de paisajes naturales en deshielo desde hace varios años.

Gore nos platicará sobre su feliz infancia en una granja, de los éxitos de su padre como empresario, mientras vemos también imágenes sobre su lucha política, hace más de diez años, sobre el tema ecológico, y sobre cómo perdió la campaña presidencial contra el ahora presidente Bush.

Lo que importa a Gore en el documental (además de hacerse un poco de propaganda política), es intentar hacer conciencia sobre el peligro del dióxido de carbono y el agujero inmenso que está provocando en la capa de ozono, ocasionando el deshielo del Polo Norte, o que la nieve de muchas montañas se esté derritiendo. Todos estos temas son muy válidos, interesantes, nos competen a todos querámoslo o no, la iniciativa de Al Gore es muy loable, pero el principal problema de su película es su pobreza documental, es decir, prescinde de entrevistas con especialistas y científicos para tener una segunda opinión (cosa que hubiera enriquecido a la película), y sostener la predicción que plantea: Dentro de cerca de 10 años, habrá un cataclismo climático y el deshielo total de los polos.

La experiencia de ver An Inconvenient Truth no está muy alejada de presenciar una cansada teleconferencia. Mejores documentales sobre el tema se pueden ver en el Discovery Channel o algún otro canal de documentales científicos.

DVD: THE RING * * * *

The Ring (E.U-Japón, 2002), remake del filme japonés de terror Ringu (1998), dirigido por el realizador Hideo Nakata, quien luego se abocaría él mismo a dirigir el remake de la secuela japonesa, Ringu 2 (1999) en The Ring 2 (2005), es una original adaptación americana que rescata aquella metáfora sobre el impacto de las imágenes electrónicas y su alto poder sobre la mente. Ringu era la adaptación de la novela de Koji Suzuki, y en este remake la trama es casi en su totalidad la misma que en la versión japonesa: un misterioso vídeo cassette, que contiene una serie de imágenes intrigantes e inconexas, ha causado la muerte de una adolescente al ver su contenido.

La chica es sobrina de Rachel (Naomi Watts), periodista y madre de un niño, quien una vez enterada de las causas de la muerte de su sobrina, se involucra en la investigación del fenómeno del vídeo cassette asesino, que condena a todo infortunado que mire su contenido a una muerte segura, en un lapso de 7 días. Rachel recurrirá a su ex marido, Noah (Martin Henderson), especialista en medios audiovisuales, para pedirle asesoría, pero la situación tendrá un giro fatal cuando el hijo, Aidan (David Dorfman), observe el contenido del vídeo y quede condenado a morir dentro de unos días.

Gore Verbinski dirige con mucha solvencia el filme, para manejar bien los elementos y situaciones propios del género, a través de una lograda narración que crea una paranoia gradualmente en ascenso. En efecto, lo que parece ser un fenómeno paranormal sin lógica, adquiere un cariz fantástico, justo cuando veamos a una horripilante fantasma de cabellos largos y empapada de pies a cabeza, salir de la pantalla de los televisores donde se reproduce el vídeo para matar a los que han tenido la mala suerte de mirar sus imágenes.

Lo atractivo de esta versión americana de Ringu, es que no estaremos ante el típico filme de terror de fórmula hollywoodense, sino que Verbinsky, haciendo uso de una paleta de tonos fríos en la cinefotografía de Bojan Bazelli y contando con las buenas actuaciones de Naomi Watts y del resto del reparto, logra una inquietante y al mismo tiempo entretenida película de suspenso paranormal, mezclando elementos de leyenda urbana, que en el fondo es una representación del miedo al imparable avance de la tecnología y del poder de la imagen electrónica.

De ahí que para Nakata -y luego para Verbinsky-, el desenlace es desalentador, casi apocalíptico y catastrófico. La imagen electrónica y su capacidad de reproducción están ahí para condenar al ser humano, como una plaga. La historia de The Ring se convierte en la pesadilla de un mundo dominado por lo audiovisual en el nuevo siglo XXI.

lunes, 12 de noviembre de 2007

DVD: RED DRAGON * * * *

En Hannibal Rising (Peter Webber, 2007), último filme estrenado sobre las diabluras caníbales del Dr. Hannibal Lecter, no tenemos más que un cansado y burdo intento de seguir explotando la historia del culto doctor, aficionado a la carne humana y a la música clásica, en lo que vendría siendo la precuela de la precuela de The Silence of the Lambs (Jonathan Demme, 1991). Pero vayamos por partes, y centrémonos ahora en la primer precuela, Red Dragon (E.U.-Alemania, 2002), producida por Dino De Laurentis.

De todas las películas de esta franquicia que creo ya está más que agotada, las que más me gustaron fueron The Silence of the Lambs y Red Dragon, está última exponiendo cómo fue encarcelado en una prisión para enfermos mentales el Dr. Lecter, a través de una breve introducción. A principios de los 1980, William Graham (Edward Norton), detective del FBI, es asesorado por el prestigioso Dr. Lecter en la búsqueda de un asesino serial, que además gusta de comerse a sus víctimas. Graham descubrirá así que el responsable de los homicidios es el mismo Dr. Lecter, quien es llevado a una prisión psiquiátrica en donde permanecerá aislado de los demás reos.

Años más tarde, Graham es contactado por el oficial Crawford (Harvey Keitel), solicitándole su asesoría para encontrar a un asesino serial con claras señales de canibalismo. Graham acepta el encargo y, a la vez, pedirá asesoría al Dr. Lecter, quien no le pondrá el camino muy fácil. Las investigaciones llevarán hacia Francis Dolarhyde (Ralph Fiennes, genial), empleado de una empresa de servicios fotográficos y admirador de la “obra” de Lecter, traumatizado desde su infancia por culpa de su madre, a la que imagina hablarle en su soledad. Su compañera de trabajo (Emily Watson, excelente), una chica invidente, será la persona más importante en la vida de Dolarhyde y quien logre ver su lado humano.

Graham se irá involucrando más en la investigación, al grado de poner en peligro a su propia familia, teniendo que superar las trabas de un reportero sensacionalista (Philip Seymour Hoffman), que hará difícil la investigación, y sufriendo también por las claves ocultas que Lecter le pondrá para atrapar al homicida.

Basada en la novela homónima de Thomas Harris, publicada en 1981, la historia ya había sido llevada al cine en 1986 por Michael Mann en Manhunter. Brett Ratner dirige este remake de la cinta de Mann, y si hay algo que reprocharle es que se parece demasiado a Silence of the Lambs, sólo que ahora la detective interpretada por Jodie Foster, es encarnada ahora por un hombre (Norton).

Con todo, la nueva Red Dragon goza de tres magníficas actuaciones masculinas, la de Edward Norton, Ralph Fiennes y Anthony Hopkins. El personaje de Dolarhyde está excelentemente perfilado y construido por Fiennes, con un lado humano de mayor peso. La actuación de Hopkins es muy buena aunque parecida a la que ofreció en “Silence...”, exagerando aquí más ciertos detalles que hicieron a su Dr. Lecter una gran creación: la voz, su particular porte y manera de moverse, su mirada, etc. Anthony Hopkins afirmó que este sería su último Dr. Lecter. Ojalá y sea así, porque ya no tiene más que buscarle a este personaje. Hopkins supo otorgarle refinamiento a un retorcido personaje. Su obra maestra es y será siempre el Dr. Hannibal Lecter.

Dragón Rojo tiene un ritmo vertiginoso y suspenso desde el primer hasta el último minuto, una eficaz realización de Ratner, una notable dirección de fotografía de Dante Spinotti y el diseño de arte de Steve Saklad refleja bien la condición demencial del edípico Dolarhyde.

CINESPAÑA: ROTTWEILER * 1/2

La productora especializada en cine fantástico y horror, Filmax, creó una extensión dedicada al desarrollo de sus proyectos fílmicos en dichos géneros, la Fantastic Factory, con la característica especial de ser películas habladas en su totalidad en inglés, con todo y que en su reparto se incluyen actores y actrices españoles. Las películas son en su totalidad, o casi, españolas, y el problema de varias de ellas es que sus historias carecen de pizca de originalidad, retomando ideas muy viejas del cine de horror de Hollywood, o de otros países europeos, dando lugar a películas derivativas y con malos guiones. Hasta ahora se han producido 9 películas: Faust (Brian Yuzna, 2001) Arachanid (Jack Sholder, 2001) (filmada en México y Cataluña), Dagon (Stuart Gordon, 2001), Darkness (Jaume Balagueró, 2002) Beyond Reanimator (Brian Yuzna, 2003) Romasanta (Paco Plaza, 2004) La Monja (Luis de la Madrid, 2005), Beneath Still Waters (Yuzna, 2005) y la que nos compete en este espacio, la malograda Rottweiler, dirigida por Brian Yuzna.

Rottweiler (España, 2004) no muestra nada nuevo en el panorama, en una trama con poco o nulo interés, y cuyo elemento terrorífico está en el clásico perro diabólico y asesino del cual Hollywood ya ni se acuerda, con ejemplos añejos como Cujo (Lewis Teague, 1983), sobre un San Bernardo rabioso. En esta ocasión, como el título indica, es un perro Rottweiler, que la mayoría del tiempo da más ternura que miedo (en serio, en las tomas de lejos el perrito parece más juguetón que otra cosa), y que podría verse como la versión perruna de Terminator (James Cameron, 1984) o del Wolverine de los X-Men. Estamos ante un extraño Rottweiler, que a veces luce como un esqueleto robótico, en las alucinaciones que tendrá el protagonista, Dante (William Miller), un presidiario norteamericano con uniforme como de la prisión de Guantánamo, prófugo y que quiere regresar a Puerto Ángel para encontrar a su novia, de quien lo último que recuerda es que fue violada y golpeada por el propietario del perro, quien es el que desarrolló la tecnología para convertirlo en máquina asesina.

El amnésico Dante deberá huir del Rottweiler dentro de un desértico escenario. El perrito se encuentra acechándolo, y mientras llega el momento de clavarle el diente, el animalito matará a todo el que se encuentre a su paso.

Los efectos digitales y animatrónics son muy malos y dejan bastante que desear, además de que el filme parecerá muchas veces el ejercicio escolar de un estudiante aficionado al terror. Cuando vemos al perro matar a sus víctimas y enseñarnos sus filosos y temibles colmillos mecánicos, la edición de Andy Horvitch no hace más que juntar imágenes sin nada de habilidad, para tratar de hacer creíbles las matanzas y comilonas del perro.

La película hubiera podido ser, en el mejor de los casos, un buen filme serie B, más entretenido incluso, que este bodriazo (que incluye una escena de violación a un hombre) sin una historia interesante, sin personajes por los cuales simpaticemos o nos interesen, ya que van y vienen por el hambre de carne humana del Rottweiler. Perdón, creo que si simpatice con algo fue con el pobre perro, por haberlo hecho trabajar y esforzarse tanto en una película tan mala.

Vistas de página en total