jueves, 6 de julio de 2023

CHUPA

CHUPA PHONE HOME. Evan Whitten y Chupa.
 

Basta ver Chupa, el más reciente filme de Jonás Cuarón, para adivinar que sus películas favoritas de Spielberg son Indiana Jones, Jurassic Park y, principalmente, E.T. Referencias a dichos filmes pueden verse grabadas con letras de oro y cincel de fanboy en muchas escenas, aunque algo falló a la hora de titular la película. "Chupa" no podría ser un título más repelente para un filme destinado a niños y familias, y que hará levantar las cejas de muchos papás y mamás, indecisos si darle click o no al botón de reproducir en Netflix. No teman queridos padres, Chupa no podría ser un filme más inofensivo y poco memorable, de esas películas que, luego de verlas, van a parar al baúl del olvido.

Vi el filme un par de veces, y en ambas, si bien terminé identificando más referencias a Spielberg (Jurassic Park, sobre todo), no sentí a la historia irradiar mucha magia en la misma medida. Pero, eso sí, las dos veces seguí preguntándome ¿Cómo habrá hecho Cuarón para convencer a Christian Slater de trabajar aquí y hacer el papel del villano? Slater es Richard Quinn, una especie de mitad arqueólogo (creo, por que al inicio del filme explora, como si fuera Indiana Jones, unas cuevas con dibujos prehistóricos antiguos), mitad paleontólogo-cazador estilo Jurassic Park. Sinceramente, quién sabe que sea realmente Quinn, pero es el malo, en búsqueda nada menos que del mítico y folclórico "chupacabras". En los 90, este ser, del cual no hay a la fecha prueba de que realmente exista, se dedicó a causar pánico a granjeros en el norte de México, quienes encontraban sus cabras y otros animales muertos, aparentemente sin gota de sangre.

Cuarón rescata este mito del olvido, en un filme de época protagonizado por un niño, Alex, interpretado por Evan Whitten. Dato curioso, Whitten interpretó en la excelente serie Mr. Robot a su protagonista de niño, de nombre Elliot. En Chupa, Alex será como el Elliot de E.T., ya que tendrá un encuentro con una criatura, digamos, fantástica. ¿Coincidencia? Tal vez, aunque también puede ser que Christian Slater, quien también actúa en Mr. Robot, haya recomendado a Whitten con Cuarón para interpretar a Alex. Pero nos estamos desviando del tema.

Alex llega a México enviado por su mamá (Adriana Paz) para pasar el verano con sus primos, Memo (Nickolas Verdugo), un regordete niño que desde la primera escena parece que tomó demasiadas tazas de café, recibiendo a su primo disfrazado de luchador y queriendo aplicarle una llave, y Luna (Ashley Ciarra), la única de ambos hermanos que habla inglés. El motivo del viaje, es que Alex, quien sufre en la escuela de racismo y abusos, redescubra sus raíces mexicanas con la ayuda de su abuelo paterno (Demián Bichir).

El filme está ambientado en la primera mitad de los 90, y el diseño de arte es de los pocos aspectos rescatables del filme, el cual se nota muy cuidado. Al llegar a México, lo único que hace Alex, quien increíblemente no habla jota de español, es jugar con su Game Boy, pero gracias al abuelo descubrirá el mundo de las luchas (asunto nada spielbergiano), quien, en sus años juveniles, fue un famoso luchador llamado "Azul". El papá de Alex, fallecido en un accidente, también gustaba de la lucha, y dicho aspecto servirá para que el abuelo y el nieto empiecen a conectar.

Chupa termina siendo una mezcla de Nacho Libre con E.T., o algo por el estilo. Lo malo, es que todo este asunto de la lucha libre hace que el filme termine poniéndose algo ridículo en su segunda mitad. Mientras, el encuentro entre un pequeño chupacabras perdido, al que los niños bautizarán con el muy "original" nombre de "Chupa", será de inspiración en E.T. El diseño del chupacabras, todo hecho digitalmente, sin animatronics ni efectos prácticos involucrados, parece una extraña y desafortunada mezcla de lince y gato montés con alas, que te refiere a todo menos al chupacabras. Esto es comprensible, ya que creo que lo que menos quisieron los realizadores fue asustar a los niños y provocarles pesadillas. Pero, en serio ¿un lince con alas? Creatividad al más bajo nivel. Y si hay niños esperando ver a Chupa en acción devorando una cabra, serán decepcionados.

Sin embargo, el más grave problema del filme no es tanto que no veamos chupacabras cazando cabras aterrorizadas, sino la total falta de magia y encanto que tiene el filme. Creo que Liberen a Willy tenía más encanto, en donde realmente sentíamos el lazo entre una orca y un niño. Cuarón decide enfocarse más en la relación abuelo-niño que en la de chupacabras-niño. Mientras, el personaje de Slater está completamente desperdiciado, teniendo un sólo objetivo en la historia: atrapar a Chupa a como de lugar. La película tiene una buena premisa, sobre Alex conectando con sus verdaderas raíces, pero la historia, si bien tiene buenas actuaciones, no pasa de nivel de película televisiva, para ser vista por niños mientras desayunan un domingo por la mañana.
En Netflix.

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