miércoles, 24 de marzo de 2021

THE WITCHES

Anne Hathaway, como La Gran Bruja, y su séquito de brujas.
 

Habré visto Las Brujas, de 1990, un millón de veces, incansablemente en un VHS que se habrá gastado de tanto verlo. Dirigida por Nicolas Roeg, y protagonizada por una memorable Angelica Huston en el papel de la Gran Bruja, y la actriz sueca Mai Zetterling, en el papel de la abuela, Las Brujas está en mi lista de filmes favoritos de mi infancia y adolescencia. Si bien me gustó la nueva versión de Robert Zemeckis, esta adaptación del libro infantil escrito por Roald Dahl se ha quedado para mí algo lejos en superar al primer filme. Sin embargo, su propuesta me pareció por demás interesante, en donde la historia no está ambientada en el Reino Unido (como en la novela), sino en Alabama, Sur de Estados Unidos. La verdad no sé qué tan fieles sean ambas películas a la novela de Dahl (al momento de escribir esta reseña, me encuentro leyendo la novela), pero luego de ver el filme de Zemeckis un par de veces, y habiendo revisado por enésima vez el filme de Roeg, me sigue gustando más este último, sea o no sea cien por ciento fiel a la novela original.

 Las Brujas es la historia de un infortunado niño, llamado ahora no Luke, sino el "Niño Héroe" (Jahzir Bruno), convertido en ratón luego de tomar una pócima creada por la Gran Bruja, en esta ocasión interpretada por Anne Hathaway, la cual resulta magnífica en el papel. Aunque la magia del filme original terminó atrapándome de nuevo ahora que la volví a ver, vale la pena ver el nuevo filme. Para empezar, goza de estupendas actuaciones, y lo que termina siendo todavía más interesante, es que tanto abuela como nieto son ahora afroamericanos, la primera interpretada por una genial Octavia Spencer, quien de paso le da al personaje una aproximación todavía más misteriosa. 

Por lo que llevo leído de la novela, me parece que el filme de Zemeckis termina siendo más fiel a la novela de Dahl. No nada más he escuchado que su final se apega más al final de la novela, sino que la apariencia de la Gran Bruja es también más apegada a la descripción en el libro. Por ejemplo, en lugar de dedos tiene una especie de garras en las manos, además de no tener dedos en los pies, y se ha conservado su acento alemán, descrito a la perfección en la novela (te pone a pensar si la bruja no será una ex nazi prófuga). En general, la apariencia de la Gran Bruja es más monstruosa como en la novela. Por otro lado, Zemekis ha decidido ambientar la historia a finales de los 1960s, y aunque no hay precisamente alguna referencia al racismo, la segregación, o la lucha por los derechos civiles, lo cierto es que el reparto termina siendo más diverso étnicamente hablando, poniendo incluso una que otra bruja afroamericana. 

Stanley Tucci está igualmente bien como el gerente del hotel, redondeando un reparto que se desempeña estupendamente. Pero no todo me ha gustado. La narración de fondo por parte de Chris Rock, aunque la considero divertida, al final me pareció estilo Forrest Gump y que ocupa demasiado espacio en el filme. Frente a los efectos especiales más prácticos del filme de Roeg  (incluyendo los animatrónics y marionetas creados por el taller de Jim Henson), los efectos digitales le restan encanto a la película. Y algo que no se esperaban los realizadores, es la controversia que causó el mostrar las manos de la Gran Bruja con sólo tres dedos en forma de garras, lo que provocó un escándalo por la falta de tacto demostrado hacia gente que sufre una discapacidad en las extremidades que luce similar. Una lástima, ya que terminó restándole muchos puntos a un filme familiar, que de todas maneras resulta entretenido y efectivo, y que ha conservado bien el espíritu de la historia original. ⭐⭐⭐1/2

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