viernes, 18 de abril de 2008

DVD: MELINDA AND MELINDA * * * 1/2

Mucho detractores de Woody Allen dirán que ya no tiene nada que decir ni ofrecer cinematográficamente, pero con toda seguridad los fanáticos (como su servidor) siempre encontrarán algo nuevo en sus filmes, por pequeño que sea. Y es que Woody ha sido fiel a los mismos temas siempre (el retrato de las clases altas, la muerte, las relaciones tormentosas, las neurosis, el amor,...), pero ha sabido contarlos de manera diferente en cada película.

Además, Woody ha sabido introducir en sus filmes un acertado reparto. Y si hay un actor que siempre termine destacando, es aquel que interprete el “papel” de Woody Allen. En Melinda and Melinda (Estados Unidos, 2004) le ha tocado al comediante Will Ferrell y, contrario a lo que pueda pensarse, lo hace estupendamente.

A primera vista, Melinda and Melinda parece un filme pequeño y sencillo de Allen. Su inicio es sumamente atractivo: un grupo de amigos conversan acaloradamente sobre la filosofía de la vida, sus aspectos trágicos, cómicos y cómo la actitud que se tenga es lo que terminará matizando la existencia propia. A Sy (pequeñísima pero buena actuación de Wallace Shawn) se le ocurrirá contar la historia ficticia de la Melinda del título (magnífica doble actuación de Radha Mitchell), que de improviso llega a interrumpir la cena de unos amigos, desequilibrándolo todo por una fuerte crisis emocional. Luego, Sy tendrá la idea de contar la misma historia, pero de manera cómica.

Partiendo de esta premisa, Woody construirá un interesante ejercicio narrativo y dramático, en el que lo mismo caben sus obligadas referencias bergmanianas en la versión dramática de la historia de Melinda, depresiva y autodestructiva mujer, que pide a su amiga (Chloë Sevigny) pasar un tiempo en su casa, mientras encuentra un nuevo lugar donde vivir.

Conforme Allen nos vaya involucrando en el drama tanto de la Melinda emocionalmente inestable, como de la Melinda tranquila, sensible y apasionada de la versión cómica, su película parecerá una mezcla de Broadway Danny Rose (1984) y otro de sus grandes filmes, Crimes and Misdemeanors (1989). La historia narrada por terceros llega a sentirse más real que imaginaria, dos tramas relacionadas de alguna forma entre sí.

En ese sentido, Melinda and Melinda tiene un toque más experimental en su guión, en el que Woody juega a diestra y siniestra con sus personajes, todos -o casi todos- afectados por cierto fatalismo. Los problemas y dilemas de los personajes de la versión dramática, estarán presentes en la cómica, pero desarrollados de distinta forma. En una historia, Laurel (Sevigny), maestra de música, sufre las infidelidades de su pareja, pero en la otra, será el hombre, Hobie (Ferrell, en una excelente imitación de las inflexiones de voz, gestos y modismos de Allen), actor desempleado, el que padezca la falta de interés de su pareja, Susan (Amanda Peet), aspirante a ser directora de cine.

Por el lado formal, destaca el magnífico diseño de producción de Santo Loquasto, con su particular e inconfundible sello en los filmes de Allen. El fotógrafo Vilmos Zsigmond, logra darle al filme el obligado tono cálido de las películas de Allen.

Finalmente, llega a sentirse un poco disparejo el resultado. La historia dramática de Melinda está mejor actuada, escrita y dirigida, mientras que la cómica, a pesar de estar bien actuada, resulta más convencional y previsible. Pero el experimento de Woody es bien recibido, un intento por darle un giro innovador a su filmografía de los últimos diez años.

++ La edición en DVD no contiene extras a destacar.

jueves, 17 de abril de 2008

EL HOLLYWOOD DE AYER: ANGEL AND THE BADMAN * * *

Este western es uno de los más tranquilos de John Wayne, aunque su sola presencia bastaba para dotar de fuerza a la trama. Su personaje, Quirt Evans, perturbaba y hacía temblar al resto del reparto con tan sólo decir su nombre.

En efecto, el enigmático Evans en Angel and the Badman (E.U., 1947), hacia el final, nos dejaba con más preguntas que respuestas. ¿De dónde salió? ¿Porqué todos se quedaban de plástico al escuchar su nombre? Evans había sido un ladrón y pistolero junto a su pandilla, encabezada por Laredo Stevens (Bruce Cabot); quien les quedó mal en cierto trabajito, y se enfrentó a sangre fría con algún alguacil. Pero en el mismo misterio que Quirt Evans transmitía como personaje, radica todo el encanto de este filme, dirigido por el también guionista y novelista James Edward Grant (también trabajó con Wayne en Sands of Iwo Jima y The Alamo).

Cierto día, Quirt Evans llega malherido a la propiedad de la familia Worth, cuáqueros pacifistas y sumamente creyentes, quienes lo auxilian y hospedan en su casa hasta que se recupera. Evans permanece inconsciente, bajo los cuidados de la guapa Penélope (Gail Russell), hija mayor de los Worth y, como es de esperar, se enamora de Quirt.

La estancia de Quirt con la familia Worth, lo volverá bondadoso y hará que auxilie a la comunidad cercana, regresándoles el agua que un tacaño anciano les quitó. Gracias a los Worth y a las soñadoras miradas que Penélope le arroja a cada momento, Quirt terminará siendo un hombre bienhechor y estará del lado de la justicia. Sin embargo, la pandilla de Stevens le está siguiendo la pista y perturbará la idílica paz de los Worth.

James Edward Grant fue un gran guionista de westerns. Este fue uno de sus pocos guiones que dirigió y en él ejecuta bien varias escenas de acción (la persecución cuando la carreta cae al río, el robo del ganado), aunque no le interesaban mucho los tiroteos y muertes violentas. Angel and The Badman es un western con cierto tono de comedia, bien escrito, enfocado más a las emociones y los sentimientos de sus personajes.

La química entre Wayne y la bella actriz Gail Russell (famosa por su alcoholismo y su misteriosa muerte en su apartamento) está conseguido, así como los graciosos diálogos entre Quirt y los Worth, quienes por ser excesivamente creyentes hablan con un estilo de texto bíblico.

De hecho, la esencia del guión de Grant fue el aspecto religioso, lo que significa ser creyente, tener fe y, por otro lado, ser ateo, racional. Como diría el doctor en uno de los mejores diálogos a la señora Worth (Irene Rocho): “¡Ay, ustedes los creyentes!”.

Pues como diría el Duque: “¡Adiós, amigos!”

miércoles, 16 de abril de 2008

DVD: BOUDU * * *

Pocas veces el gran Gérard Depardieu ha explotado al máximo su físico con los propósitos cómicos de Boudu (Francia, 2005), comedia dirigida por Gérard Jugnot (Los Niños del Sr. Batignole, Los Coristas). Aquí, Depardieu es capaz de hacer reír tan sólo con el cabello alborotado, mostrar su gordura sin pudor y hablar como entre drogado y borracho.

Basada en la obra teatral de René Fauchois, Depardieu interpreta al Boudu del título, un vagabundo rescatado por Christian (el mismo Gérard Jugnot), dueño de una galería de arte, de morir ahogado en un canal. Christian decide llevárselo a su casa para que se recupere, pero acaba siendo tratado como rey al ganarse el aprecio de Yseult (Catherine Frot), esposa de Christian, a pesar de ser un apestoso, mal hablado y sin modales, a los ojos del desesperado galerista.

El problema es que Boudu llegó para quedarse. Christian intentará deshacerse de él, pero Boudu ya le ha caído bien a todos como para dejarlo ir tan fácilmente. Y es que Boudu será como un niño gigante, abusivo, descarado, pero inocente, para luego transformarse en una especie de adolescente calenturiento y vulgar. Christian funcionará como un padre tratando de disciplinar a un hijo fuera de control.

La comedia se sostiene gracias a lo bien que sabe manejar Jugnot la fórmula clásica de la pareja dispareja, es decir, la hollywoodense buddy-movie. Por su parte, Depardieu parece haberse divertido de lo lindo en su papel, mientras Jugnot interpreta el personaje que mejor sabe hacer: el pobre y buenazo tipo, de quien todos abusan, hacen sufrir y rabiar. En dicha confrontación de caracteres residirá el encanto del filme, incluyendo la inocente fanfarronería y cinismo del personaje de Depardieu.

Sin embargo, el encanto que Depardieu le imprime al filme llegará a un punto máximo, y se agotará hacia la segunda mitad, en una comedia pequeña pero efectiva, que si se va con el humor idóneo te hará pasar un buen rato.

++Disponible en DVD desde el 30 de agosto del 2007. Los extras incluyen ficha artística, ficha técnica, ficha de doblaje, trailer, filmografías.

martes, 15 de abril de 2008

DVD: CIDADE DE DEUS * * * * *


El realismo extremo en Ciudad de Dios (Cidade de Deus, Brasil, 2002), filme del director Fernando Meirelles (Sao Paulo, 1955), es una de sus características formales. La película describe la situación crítica de las favelas en Sao Paulo, caracterizadas como sitios sin ley y por la justicia por propia mano.

Productor de vídeos experimentales junto a sus amigos, Meirelles fundó la productora "Olhar Electrónico" y ha sido reconocido, más que nada, como director de anuncios comerciales. En la década pasada dirigió dos cortometrajes, E no Meio Passa um Trem (1998), codirigido junto a Nando Olival y Palace II (2001), cortometraje realizado en mancuerna con Kátia Lund. También dirigió dos largometrajes, junto a sus asociados en 02 Filmes, su compañía productora de reciente fundación: junto a Fabrizia Pinto, O Menino Maluquinho II (1996) y junto a Olival codirigió Domesticas o Filme (2001), un retrato en tono de comedia sobre seis trabajadoras domésticas y sus confesiones acerca de lo absurdo de su vida rutinaria. Y ahora Ciudad de Dios.

Meirelles, perteneciente a la misma generación de su compatriota Walter Salles Jr, director de la conmovedora Estación Central (1998), toma en sus manos un ambicioso proyecto. Tan sólo para seleccionar al elenco se tomó un año, buscando a sus jóvenes actores en las comunidades originales, con la finalidad de captar lo más fielmente posible el slang propio de la zona, las maneras de moverse y todo ese lenguaje no verbal.

La historia contada en Ciudad de Dios, nuevamente haciendo mancuerna junto a Kátia Lund (realizadora y escritora del documental Noticias de uma Guerra Particular), está basada en hechos reales, narrados originalmente en el libro homónimo de Paulo Lins. Los juveniles y adrenalínicos personajes llenan cada escena de una vitalidad salvaje, sedienta de poder y venganza, narrado con un ritmo que no decae un solo momento. La brillante secuencia inicial, abre una serie de acontecimientos dignos de The Godfather (Francis F. Coppola, 1972), Scarface (Brian De Palma 1983), alguno de los mejores trabajos de Tarantino (Reservoir Dogs/1992) o Natural Born Killers (Oliver Stone, 1994).

Una gallina escapa de una muerte segura, durante un banquete que ofrece a sus pequeños protegidos el sanguinario Ze Pequeno (Leandro Firmino da Hora), a manera de un sacrificio mágico-religioso, para iniciar a los niños en el mundo del crimen, a cuya corta edad presumen con orgullo el haberse manchado las manos de sangre. Buscape (Alexandre Rodrigues), joven fotoperiodista, nos narra su historia desde su niñez a finales de los 1960, en el nuevo conjunto habitacional “Ciudad de Dios”. Buscape será testigo de los delitos cometidos por sus hermanos mayores, a quienes la suerte no les sonreirá por mucho tiempo.

Resumiendo, los niños toman el lugar que los mayores van dejando en el sendero del crimen. Los compañeros de juegos de Buscape, el impetuoso y violento Dadinho (Douglas Silva) y Bene (Phelipe Haagensen), su mejor amigo, con el tiempo se convertirán en los gangsters de la zona, que pelearán contra la banda de Zanahoria (Matheus Nachtergaele, de Estación Central) para convertirse en los zares de la droga y las armas en Ciudad de Dios. A la par, un grupo de niños consumidores de mariguana, irán tratando de ocupar el lugar de los líderes, en una serie de escenas de suma crudeza, con niños que matan por matar, tomando como referencia el único ejemplo inmediato: sus mayores.

Lo sorprendente de esta obra maestra, que ha consagrado a Meirelles como uno de los más notables directores brasileños contemporáneos, con un sin número de premios alrededor del mundo (Selección Oficial en el Festival de Cannes 2002, Primer Premio Coral, entre otros), es su notable habilidad para la narración visual y un agudo sentido para la creación de ambientes asfixiantes, claustrofóbicos. Por otro lado, son evidentes los antecedentes documentales de Kátia Lund, destacando un exhaustivo trabajo de investigación para captar fielmente cómo sucedieron y fueron difundidos los sucesos reales de estas pandillas.

Meirelles nos lleva por los traumas emocionales y crisis de identidad de estos jóvenes delincuentes. Su vena experimental se nota en el magistral uso de tracking-shots digitales, virados en su fotografía, etc, situándose entre el realismo social y el documental puramente formalista. Los créditos finales muestran los rostros reales que inspiraron cada uno de los personajes, concluyendo la función testimonial de un filme que parece pertenecer más al mundo de la ficción que al de la realidad, por más violenta que pueda ser.

Este crudo relato de tonos épicos, sobre la honorabilidad, pero también sobre la traición, habla sobre la desesperanza del núcleo familiar y el recuerdo fraternal. Ciudad de Dios es una obra contundente, impactante, fuerte, en definitiva, una obra de arte, metafórica desde el personaje de Buscapé y su encarnación de todos los ideales de libertad juvenil.

++Ciudad de Dios se encuentra disponible en 3 ediciones en DVD, la primera, convencional con un sólo disco y pocos extras, la segunda una "Edición Especial" de dos discos, y la última, una "Edición Especial 5° Aniversario", con abundantes extras: el "Cómo se hizo", documental "Oficina de actores", escenas adicionales, videoclip, trailer original, animación, ficha técnica, fichas artísticas, ficha de doblaje, el director, premios y nominaciones, el rodaje y un Trailer más. Ideal para fans y coleccionistas.

lunes, 14 de abril de 2008

DVD: SCOOBY DOO 2: MONSTERS UNLEASHED * * (parte 1)

La saga detectivesca protagonizada por el gran danés Scooby Doo y su cobarde amigo Shaggy, llega en varias y atractivas presentaciones en DVD, al alcance de todos los bolsillos y preferencias para todos sus fans en España. Para empezar, la segunda parte, Scooby Doo 2: Monsters Unleashed (E.U., 2004) llega en una edición en DVD doblada al catalán (titulada como “Desbocat”). Aquí, la pandilla liderada por Fred (Freddy Prince Jr.), junto a Daphne (Sara Michelle Gellar), Vilma (Linda Cardellini) y Shaggy (Matthew Lillard) se enfrentarán con una extraña máquina que genera monstruos en serie, creada por un villano enmascarado que pretende apoderarse de la ciudad de Coolsville.

Para aquellos que quieran tener de una vez las dos películas, ha salido al mercado un paquete con los dos filmes, el primero conocido únicamente como Scooby Doo (2002). En esta primera parte, un regular filme que mezclaba la estética de los filmes camp de los 1950 y la serie B, la pandilla de Mistery Inc. deberá viajar a la isla Espectra y resolver los incidentes paranormales del club Spring Break, visitado por universitarios desmadrosos y ebrios. El propietario del club y la isla es Emile Mondavarious (Rowan “Mr. Bean” Atkinson), que teme porque su negocio quiebre ante la huída de sus jóvenes clientes.

++Entre los extras que incluye este paquete, se encuentran escenas inéditas, un documental: “Desenmascarando el Misterio de Scooby-Doo”, juegos interactivos, comentario del director Raja Gosnell y del elenco, el detrás de cámaras, los videos musicales, y mucho más.

Entrevista con Raja Gosnell en mi blog de Rotten Tomatoes. Próximamente reseña del filme.

EL HOLLYWOOD DE AYER: SOME LIKE IT HOT * * * * *


No sólo Some Like It Hot (E.U., 1959) es una de las mejores comedias de Billy Wilder, sino también es una de las mejores comedias de todos los tiempos, como muchas del realizador. Todo funciona a la perfección en ella, una inteligente y audaz mezcla de géneros en donde ningún engranaje se siente flojo o fuera de lugar. Wilder integraba sin problemas la trama de una clásica buddy-movie con las típicas situaciones de una cinta de suspenso gangsteril.

La pareja protagónica, formada por Jack Lemmon y Tony Curtis, interpretando a un par de músicos con un montón de sueños, funcionaba de maravilla, en especial, por la gran combinación de caracteres: Jerry (Lemmon), el parlanchín contrabajista de personalidad agitada y algo ansiosa, quien junto a Joe (Curtis), cerebral y hábil saxofonista, tenían la mala fortuna de estar en el momento y lugar inadecuados, al ser los testigos de un asesinato perpetrado por un grupo de mafiosos italianos en Chicago. La banda de gángsters era comandada por Spats Colombo (estupendo George Raft), quienes a su vez eran perseguidos por un persistente detective (Pat O’Brien).

Siguiendo un viejo sueño -de entre tantos que tienen-, Jerry y Joe, sin trabajo y perseguidos por la banda de Colombo, viajarán hasta Florida al integrarse a una orquesta de atractivas chicas (curiosamente todas ellas rubias) disfrazados de mujer, aprovechando la única oferta que su agente les ha podido conseguir. Entre ellas se encontrará la dulce, frágil y vulnerable Sugar Kane (Marylin Monroe, dulce, frágil y vulnerable como siempre), una bella chica que sueña con encontrarse a un millonario, dueño de un yate, con el cual casarse.

El gran logro de Wilder y de la dupla Lemmon-Curtis, es haber aprovechado de manera estupenda todas las situaciones que pudieron originar los travestidos Jerry y Joe, ahora llamados Daphne y Josephine: desde compartir los camarotes del tren con todas las chicas en cortas pijamas, que dará pie a una de las más graciosas e irreverentes escenas de la cinta (la incómoda pijamada), o los inevitables momentos de complicidad femenina cuando Sugar le cuente toda su vida y secretos al nada distraído de Joe-Josephine, quien luego se hará pasar por un millonario estilo Marcello Mastroianni para intentar conquistarla.

El corazón de esta comedia romántica es la manera en cómo Wilder juega con la tensión sexual de sus personajes; con el humor hacia el travestismo y hacia la homosexualidad, todo esto de una forma cuidada y sutil en el giro de 180 grados que toma la trama cuando Jerry-Daphne conozca a un desesperado y sexagenario millonario, Osgood Fielding III (Joe E. Brown), flechado accidentalmente por aquel y que no le despegara el ojo ni un minuto durante la desquiciada estancia en el hotel. Lo peor, es que Daphne quizás empiece a sentir algo por ese anciano en silla de ruedas.

Todos acabarán reunidos en el hotel, donde tendrá lugar un explosivo clímax con la persecución de los gángsters (todos ellos unas caricaturas de los conocidos en un clásico film-noir). El millonario pretendiente de Jerry-Daphne, hacia el final, le dirá en un bote una de las más famosas punch lines de la comedia hollywoodense, después de que aquel le confiesa que es un hombre: “Nadie es perfecto”, le contestará el contento, despreocupado y nada exigente Osgood.

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