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miércoles, 6 de enero de 2021

SOUL

EL CIELO SE EQUIVOCÓ...OTRA VEZ.
 

Soul es la primer película de Pixar en ser estrenada exclusivamente en plataforma digital (Disney plus), sin tener un estreno comercial en cines (y sin tener un cortometraje animado antes de proyectarse). Pero a pesar de estos inconvenientes causados por la actual pandemia, Soul es otro gran logro de Pixar, en donde los realizadores se arriesgan con temas tan complejos, como la vida después de la muerte, el más allá, planos astrales, reencarnación, el sentido de la vida, etc. Estos temas los han hecho accesibles y fáciles de asimilar, siendo esta la segunda vez que la Pixar pisa terrenos más abstractos luego de Inside Out, película que si bien considero superior, no demerita lo que han conseguido en Soul.

Dirigida por Pete Docter (por cierto, director de Inside Out, así como de otras películas de Pixar como Up, y Monsters Inc.), y Kemp Powers (también el guionista), Soul nos cuenta la historia de Joe (voz de Jamie Foxx, quien también es músico además de actor), un músico de jazz. Joe está en búsqueda de alcanzar su sueño de poder dedicarse a la música, y tener la oportunidad de ofrecer su primer concierto. Luego de que Joe sea aceptado como profesor de tiempo completo en la escuela primaria donde trabaja como maestro de música sustituto, éste se verá en el dilema de aceptar o no, ya que Libba (voz de Phylicia Rashad), saxofonista y líder de una banda de jazz, está dispuesta a hacerle una audición para ser el pianista de la banda. 

El problema para Joe, es que su mamá (voz de Angela Basset) no le pone las cosas muy fáciles, ya que ésta cree que es mejor tener un trabajo más estable, en lugar de perseguir su sueño de ser músico, del cual quizás no pueda vivir. "No se puede vivir de sueños", le dice ella. Pero los verdaderos problemas para Joe empiezan luego de sufrir un accidente (es graciosa la pequeña secuencia que antecede a este acontecimiento, con Joe recorriendo calles y eludiendo milagrosamente toda clase de peligros) y morir, cosa que no aceptará tan fácilmente en su camino "a la luz", especialmente por que esa tarde tiene programada su audición para Libba. Esta parte del filme dará para una serie de pequeñas aventuras, en donde Joe se verá en un mundo surreal durante su temporal estancia en un purgatorio. Los guías del lugar lucen como figuras cubistas-abstractas (basadas en esculturas de alambre hechas por una de las diseñadoras de arte del filme). Mientras, las almas listas para dar el gran salto de regreso a la Tierra, lucen como pelotitas luminosas, cada una con un código estampado, en donde se indican su carácter, personalidad, y vocación, dejando un espacio vacío, el de la "chispa". La "chispa" o motivo para regresar, es esa cosa que cada uno debe descubrir por sí mismo en su nueva vida en la Tierra. 

Con ayuda de unos mentores, todas las almas deben tomar un curso previo antes de regresar a la Tierra. Sin embargo, un alma, 22 (voz de Tina Fey), es rebelde y conflictiva, ya que ningún mentor ha podido enseñarle algo (desde la Madre Teresa y Copérnico, hasta Carl Jung, Mohammed Ali, y Einstein). El gran problema de 22, es simplemente sentir una total aversión a la vida en la Tierra. Cuando Joe sea asignado como su nuevo mentor, las cosas se ponen de cabeza para ambos, aunque aquel verá en esto una oportunidad para escapar, regresar a su vida terrenal, y poder asistir a su audición. 

Hay algo que juega un poco en contra de lo genial que resulta el filme, escrito por el mismo Docter, Powers, y Mike Jones, y será que en Soul hay una idea que hemos visto antes en filmes de Disney (como Freaky Friday), es decir, el cambio de roles entre personajes (en donde el alma de un personaje se pasa al cuerpo de otro, y viceversa). Lo interesante, es el giro que le dan al asunto, justo cuando 22 termine en el cuerpo de Joe, mientras que este acabará... en el de un gato. Lo mejor, es cómo esta idea termina funcionando estupendamente, explotando la comicidad del hecho, conforme varios sucesos vayan ocurriendo durante las escasas horas antes de la audición. Hay varias situaciones graciosas (la escena de la peluquería es de lo mejor, además de ser decisiva en muchos aspectos), por ejemplo, su encuentro con un hippie (voz de Graham Norton), que trabaja en una esquina promocionando un negocio. El personaje será crucial para 22 y Joe, ya que Moonwind, el hippie, es una especie de conexión entre el más allá y la Tierra. Dentro de la historia se plantea, igualmente, una idea genial, la cual tiene que ver con el momento de inspiración que todo artista experimenta, con esa sensación de perderse, flotar, y sentirse transportado a otro nivel. El momento en que vemos a Joe tocar el piano es sublime (la manera en que los animadores lo resolvieron visualmente es magnífica), en donde siente que su alma se eleva y accede a otro plano del más allá.

Está de más decir que visualmente el filme es impresionante, en la manera en cómo técnicamente la Pixar ha avanzado hacia un nivel de más realismo (las escenas en las calles de Nueva York son impactantes, en su manera de emular efectos fotográficos, como desenfoques, profundidad de campo, etc.) Por lo antes descrito, Soul tal vez suene como demasiado complicada. Nada más lejos de ser cierto. Los guionistas consiguen transmitir los temas de un modo amigable, accesible, y sencillo para el público infantil. En ese sentido, Soul se relaciona mucho con Inside Out, en donde esta última presentó complejas teorías psicológicas con suma simpleza y sencillez para todo tipo de público. Soul termina teniendo alma de sobra, siendo no nada más de los mejores filmes animados del 2020, sino de lo mejor del año. Tiene ese toque emotivo y conmovedor al que Pixar nos tiene acostumbrados, resultando también inteligente, con un mensaje sobre el propósito de cada uno en la vida bellamente transmitido al final.  ⭐⭐⭐⭐⭐

viernes, 1 de enero de 2021

MA RAINEY'S BLACK BOTTOM

Chadwick Boseman, Colman Domingo, y Viola Davis.

 Resulta irónico, pero es curioso ver que el último filme del recientemente fallecido Chadwick Boseman, es aquel en el que ofreció la mejor actuación de su carrera. Es como si Boseman hubiera sabido lo que el futuro le deparaba, y decidió dar todo de sí en su último papel en el cine. Al verlo en The Kill Hole, su segundo filme, estaba lejos de imaginar que el futuro actor de Black Panther sería capaz de alcanzar tales niveles histriónicos en Ma Rainey's Black Bottom, un filme aparentemente sencillo, de una trama pequeña, que ocurre la mayor parte del tiempo en un estudio de grabación. 

Adaptación de la obra teatral homónima escrita por August Wilson (ganador del premio Pulitzer), y producida por Denzel Washington, Ma Rainey's Black Bottom es muy teatral en toda su construcción. Sin embargo, ofrece un tour de force fenomenal entre Boseman y Viola Davis (quien me sorprendió de forma similar en Fences, la adaptación al cine de otra obra de August Wilson, y protagonizada por Denzel Washington), esta última interpretando a la Ma Rainey del título. Es el año 1927. Boseman interpreta a Levee, cornetista en la banda de Rainey, considerada por muchos como la "madre del blues". Rainey es toda una diva, la cual, con el tronar de sus dedos, tiene a su disposición lo que quiera durante una grabación, incluso Coca Colas antes de empezar a grabar. Cada vez que Viola Davis entra a escena, llena la pantalla con toda su presencia y personalidad, irreconocible al estar enfundada en lo que con seguridad son prostéticos y maquillaje para hacerla lucir con el doble de su peso. Una cosa es cierta, Davis termina ofreciendo una actuación estupenda como siempre, digna de una nominación al Oscar. 

La historia tiene como centro una sesión de grabación. Por un lado, tenemos a la banda, formada por un pianista (Glynn Turman), un trombonista (Colman Domingo, magnífico), y un contrabajista (Michael Potts), incluyendo al mismo Levee en la corneta, quienes tratan de ensayar en el sótano del estudio. No será algo fácil, ya que los miembros de la banda tienen que lidiar con el ego demasiado inflado, y el exceso de personalidad independiente de Levee, el cual trata de imponer su propio estilo a la banda, así como su propia forma de abrir una canción. 

Mientras, arriba en los estudios, con un nervioso representante de la disquera (Jeremy Shamos) y un ingeniero de sonido más que paciente (Jonny Coyne), Rainey complicará la sesión al imponer  a su joven sobrino (Dusan Brown) para que grabe una pequeña introducción en la canción que grabarán. El problema, es que el chico es tartamudo, por lo que los conflictos no tardarán en surgir. Dirigida por George C. Wolfe, la historia, a pesar de su sencillez, no impide que sea una plataforma para el lucimiento de sus dos protagonistas, excelentes en todo momento, y para expresar ideas sobre el racismo. Boseman es todo un fenómeno, incansable, entregándolo todo en cada una de sus líneas, diciéndolas a ritmo de ametralladora. El tema de la música tema termina siendo secundario. Entre confrontaciones y anécdotas, buena camaradería y química entre los músicos, el tema del racismo poco a poco irá saliendo a relucir, sobre el sufrimiento de la gente negra, la segregación, etc. Sin importar mucho que la película esté ambientada en los 1920, el tema del racismo encuentra una resonancia casi 100 años después, en plena época actual del Black Lives Matter. 

Pero lo impresionante es ver que, a pesar de que el filme trata sobre el racismo, la enorme Ma Rainey, sin importar que haya sido negra, tenía a la industria discográfica de esa época prácticamente a sus pies y comiendo de su mano. El representante de la disquera interpretado por Jeremy Shamos, estaba siempre ahí, cumpliendo sus deseos, casi como un sirviente de ella. En ese sentido, Ma Rainey Black Bottom termina siendo un filme curioso, con dos rostros en total contradicción, uno en oposición al otro. ero que en el pequeño universo musical retratado en el filme dicha contradicción encuentra un sentido perfecto, uno que va más allá del racial. De los mejores filmes de este año a punto de terminar. ⭐⭐⭐⭐

sábado, 6 de junio de 2020

THE EDDY



André Holland y Joanna Kulig 

¿Hay algo más romántico y bohemio que noches interminables de jazz en Nueva York o en Paris? No que yo sepa (y ambas ciudades están en mi lista de lugares a visitar para escuchar jazz alguna noche). Apuesto a que el guionista de cine y televisión Jack Thorne tenia todo eso en mente (y, tal vez, también las películas de Damien Chazelle, como Whiplash y La La Land) a la hora de crear esta miniserie, que rescata mucho de ese fervor nostálgico-jazzístico del cine francés de los 1950 y 1960.
Quién se anime a ver The Eddy, nombre del club de jazz en Paris en donde se ambienta buena parte de la historia, debe esperar grandes dosis de dicho género musical, lo que la hace ideal para los amantes -como quien esto escribe- del jazz. El jazz sirve como telón de fondo para una historia urbana, que se aleja bastante del glamour parisino que uno podría esperar, para llevarnos, a través de 8 episodios, a través de una historia tan romántica y musical, como obscura, y tensa; con mucho sabor a novela hardboiled.
André Holland está simplemente genial como Elliot, el pianista, compositor, y dueño del club, personaje central de la serie, quien vive en un perpetuo estado de stress y tensión desde el inicio hasta el final, debido a que su socio, Farid (Tahar Rahim), ha hecho negocios con la gente equivocada. Esto pone al club -y de paso, a Elliot- en peligro de cerrar y desaparecer. Si bien el final deja uno que otro cabo suelto, The Eddy vale la pena para todos los "jazzófilos" (¿existe está palabra?) que tengan 8 horas disponibles de su tiempo, suscripción a Netflix, y una copa de vino tinto a su alcance.
⭐️⭐️⭐️⭐️

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