Mostrando entradas con la etiqueta Netflix movies. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Netflix movies. Mostrar todas las entradas

martes, 10 de septiembre de 2024

UNFROSTED

 

 

LA GUERRA DEL CEREAL      Melissa McCarthy

Me gusta el título original, pero también se pudo haber llamado "La Historia de Pop Tarts según Seinfeld". Este último título es el que mejor define esta parodia sobre la gestación de los Pop Tarts, que, con todo y tomarse muchas licencias artísticas, es muy divertida. Si bien el verdadero creador de los Pop Tarts fue Post, y no Kellogg's (estos últimos se robaron la idea, para luego perfeccionarla y venderla mejor), el filme es lo suficientemente gracioso sin tomarlo muy en serio. El cameo de Jon Hamm (¿un "hammeo"?), repitiendo su personaje de Mad Men, me hizo reir sonoramente. Melissa McCarthy y Hugh Grant están geniales, este último como un actor shakespereano que interpreta al Tigre Toño en los comerciales del cereal de las "hojuelas escarchadas de azúcar rrrrriquísimas". Y Grant está divertido sin mucho esfuerzo.

Lástima que la historia se ahoga un poco entre todos los chistes y el slapstick (como cereal olvidado en su leche), pero Jerry Seinfeld casi me hizo creer que todo lo que sabía sobre la lucha entre las dos marcas por esos pays de tostador era equivocado, y en la marcha me divirtió. En Netflix.

martes, 26 de marzo de 2024

THE GREATEST NIGHT IN POP.

Michael Jackson y Bruce Springsteen.
 

Fueron incontables las veces que de niño vi Whe Are the World, el video musical que inspiró este documental. Y quienes pertenezcan a mi generación, podrán recordar cómo, cada mañana de 1985, lo transmitían en cierto canal antes de su programación. Lo que jamás había visto, es el material de archivo que le da cuerpo al filme, incluyendo el detrás de cámaras y el cómo-se-hizo, teniendo como anfitrión en este viaje nostálgico al mundo musical pop a Lionel Richie.

Harry Belafonte y Richie tuvieron la idea de producir el video musical, luego de que el primero se diera cuenta de la terrible hambruna que azotaba a Etiopia durante uno de sus viajes. Para recaudar fondos y ayudar, Belafonte tuvo una idea: tratar de reunir, por una noche -y madrugada-, a varias estrellas del pop musical. Hubo de todo, no nada más estrellas de los 1980, sino que también fueron bienvenidos cantantes de décadas pasadas.

Michael Jackson coescribió el tema junto a Richie y Quincy Jones, productor de la canción. Los invitados a la "fiesta" fueron, entre otros, Cyndi Lauper, Huey Lewis, Kenny Loggins, Kenny Rogers, Billy Joel (el más serio), y leyendas como Bob Dylan (con la sensación de no encajar en el grupo), Tina Turner, Smokey Robinson, Al Jarreau (algo pasado de copas entrada la madrugada), David Byrne, Paul Simon, Bette Midler, y un largo etcétera.

Lo que me tomó desprevenido, fue ver participar a Dan Aykroyd en el coro. Si canta o no es un misterio, pero lo mejor es ver que estuvo ahí con disposición de apoyar. En tanto, las grandes ausencias fueron Madonna (por encontrarse de gira) y Prince les hizo el feo, argumentando alguna fobia a grupos de gente, o espacios cerrados. Al final, el filme es fascinante, no sólo por el hecho de ver a un gigante como Quincy Jones tratar de hacer funcionar a este grupo de voces tan variopinto, sino también por la disposición y altruismo que llevó a muchos de ellos a grabar hasta la mañana siguiente, ininterrumpidamente, para intentar parar el hambre en África y, de paso, dejarnos una de las canciones más icónicas de los 1980.
En Netflix.

lunes, 14 de agosto de 2023

BIRD BOX: BARCELONA

 

MIRA AL PAJARITO.  Georgina Campbell y Mario Casas.

Ni hay caja, ni hay pájaros. No tiene el más mínimo sentido llamar a esta película como su fuente de inspiración, la película original del 2018, protagonizada por Sandra Bullock. La historia se ha movido a Europa, a la ciudad de Barcelona para ser exactos, cosa que suena interesante en un principio. Sin embargo, desde los primeros minutos, con algunas tomas aéreas que muestran los inconfundibles bloques de casas y edificios de forma octogonal, como panales de abejas, empezamos a ver que esto escasamente tiene que ver con el primer filme.

Para reseñar la película de Barcelona, vi por tercera vez el filme original (dirigido, por cierto, por Susanne Bier), y los resultados son fuera de la balanza. Mientras me acabó gustando todavía un poco más el filme con Sandra Bullock y Sarah Paulson, así como un John Malkovich en el papel de un alarmista y paranoico tipo que desconfía hasta de su propia sombra, el filme español, por el contrario, al verlo me gustó menos en comparación.

La historia de BBB (¿podemos llamarle así en adelante?), es una historia totalmente nueva. Sus realizadores, los catalanes Daniel y Àlex Pastor, es obvio que trataron de hacer esta "franquicia" corregida y aumentada, no tanto en cuanto al metraje, ya que ésta dura un poco menos que el filme original, pero el tiro les salió por la culata. Sigue presente la idea de mezclar la premisa estilo The Happening, de M.Night Shyamalan, con un escenario zombie-apocalíptico, en donde los seres humanos supervivientes de un cataclismo de causas inciertas deben vivir con los ojos vendados o, de alguna forma, protegidos. En resumen, deben andar a ciegas (esta última frase tal vez hubiera funcionado como título en español), debido a que una amenaza invisible y de origen desconocido, que no se sabe si es un virus o una especie de fuerza diabólica invisible, los infecta por los ojos de un impulso suicida.

Estos supervivientes se percatan de la presencia de dicha fuerza maligna al ver hojas flotando hacía ellos, o por una luz intensa. O también si dos o tres periquitos se ponen inquietos en una jaula (de ahí el título del filme original). Los humanos desprevenidos, sin los ojos vendados ni usando extraños goggles industriales como los que usa el protagonista, Sebastián (Mario Casas), serán infectados por este ente. A estos infortunados, primero se les pondrán sus ojos como vidriosos y color ambar, y luego se quitarán la vida.

Pero en BBB, los realizadores quisieron jugar un poco y cambiar las cosas, subiéndole más el fuego al sartén y quemando por completo el asunto. Si en el filme original el personaje principal era una futura mamá soltera, a punto de traer un hijo a un mundo caótico y al borde de la destrucción, en la nueva película Sebastián es un padre que vive traumatizado debido a que ve a su hija fallecida a donde quiera que va. Para colmo, al verla se pone loco por completo, siguiendo las órdenes del espíritu de matar a todo incauto que tenga cerca, sin importar que tengan o no los ojos vendados, viendo las almas de los fallecidos ascender al cielo.

Esta nueva película es algo más internacional, con un poco más de personajes de diferentes nacionalidades (que no se diga que Barcelona no es una ciudad cosmopolita). No sólo hay "birdboxeros" (perdón, no pude resistir el usar el término) de España (Lola Dueñas es uno de los rostros conocidos), sino también una niña alemana, una mujer británica (Georgina Campbell), y por supuesto ¡un mexicano! (Diego Calva). Este será el vasto grupo al que, en algún momento, se integra Sebastián, sólo que, contrario a como sucedía en el primer filme, aquí no hay personajes tan interesantes, con interacciones que comiencen a poner los bloques de una trama que en verdad me haya enganchado. No hay buenas anécdotas ni pasados que compartir, o relaciones sentimentales que puedan suceder.

Aquí nadie confía mucho en nadie, y más que tener un plan de supervivencia, hay un sentimiento de sospecha entre uno y otro. Creo que el principal problema, es que Sebastián, en lugar de provocarnos empatía, el efecto que tiene es más bien repelente y de desconfianza. Más que ayudar, Sebastián está ahí para empezar a matar a la primera oportunidad que el espíritu de su hija se lo comande, sin que les revele a los demás un secreto que, por supuesto, no daré a conocer aquí.

BBB nos hace sentir en un escenario más cercano al de la saga de REC que al de Bird Box, moviéndonos la historia de un edificio modernista ruinoso a otro, sin que se aprovechen mucho escenarios icónicos de la ciudad (¿Cómo se hubiera visto la iglesia de la Sagrada Familia en este escenario? Me quedé con las ganas de verlo). Con excepción de la niña y la mujer británica, no simpaticé mucho con ningún otro personaje durante la mayor parte del filme.

Además de la fuerza demoniaca ambulante, ahora hay villanos en esta película, en la forma de un sacerdote argentino loco (para hacer la cosa más internacional todavía), encarnado por otro rostro conocido, Leonardo Sbaraglia. Este cura es una especie de líder de una secta estilo Illuminati, cuyo sello de un ojo dentro de un triángulo está presente en las calles como grafittis. Los seguidores de la secta son infectados que, sin haberse suicidado, buscan que otros se quiten la venda de los ojos y miren lo "hermoso" que es el ente infernal.

Al menos para quien esto escribe, la idea de darle a todo un giro más paranormal del necesario no terminó ayudando mucho a esta nueva película, ignorando por completo la vieja frase de "menos es más" - y mejor-, agregando más efectos visuales, más personajes, y, lo peor, más caos... incluso en su guión. El final promete más películas por venir. ¿Seguirá Bird Box: CDMX?
En #Netflix

martes, 19 de abril de 2022

THE POWER OF THE DOG

Benedict Cumberbatch
 

El título suena a que veremos la clásica historia sobre un hombre y su perro, estilo "Call of the Wild" tal vez, pero nada más lejos de ser así. Se trata del más reciente filme de la realizadora neozelandesa Jane Campion (El Piano), refiriéndose el título a algún pasaje de la Biblia al cual la historia hace referencia en algún momento. La historia es, de hecho, sencilla, pero cargada de presencias fuertes en pantalla y actuaciones con su particular carga de intensidad. Me refiero en particular a Benedict Cumberbatch, quien, con un convincente acento sureño, encarna a Phil Burbank, un ranchero a cargo de mantener funcionando la propiedad que posee junto a su hermano, George (Jesse Plimmons), en Montana (de hecho, la peli fue filmada en Nueva Zelanda), en 1925.
Ambos hermanos son por completo polos opuestos. Phil es la encarnación misma del prototipo del vaquero macho americano, el "hombre Marlboro" de la postguerra, el cual es homofóbico, castra becerros con rapidez, y toma baños de lodo. Mientras, George es tranquilo, mesurado, algo tímido, un caballero en contraste, más civilizado. George acaba enamorado de Rose (Kirsten Dunst, esposa en la vida real de Plimmons), cocinera en un restaurante que lleva junto a su hijo adolescente, Peter (Kodi Smit-McPhee), chico sensible, algo afeminado, y con una extraña fascinación por el estudio de la anatomia, la biología, y por hacer flores de papel.
La rutina del rancho se pone de cabeza luego de que George contraiga matrimonio con Rose, y la lleve a vivir ahí, Peter incluído. La cosa, por supuesto, no agradará mucho a Phil. Desconozco que tan fiel es el filme a su fuente literaria original, la novela homónima de Thomas Savage, escrita en 1967. Hay varias preguntas que podrían ser respondidas al leerla, por ejemplo, por qué George no aparece tanto en la historia, concentrándose más en el complejo triángulo emocional que se forma entre Phil, Peter, y Rose. Mientras hay una conflictiva relación que raya en el desprecio entre Phil y Rose (esta última con problemas de alcoholismo), el ranchero empezará, inesperadamente, una amistad con Peter, una interacción que de la inicial homofóbia, pasará a una extraña relación amistosa. Una amistad que tiene un trasfondo homosexual semioculto, apenas sugerido, el cual es posible que en la novela sea más obvio.
Es en esta relación entre Phil y Peter, el segundo con intenciones de convertirse en médico, en donde radica la fuerza y centro del filme. Pero Phil y Rose tienen algún momento memorable, como un duelo entre banjo (el cual, Phil toca con verdadera maestría) y piano, instrumento que Rose presume tocar bien (se dedica a musicalizar películas con piano en un cine), aunque en una escena muestra lo contrario.
El Poder del Perro es una fuerte contendiente a obtener nominaciones al Oscar, y no hay duda que Benedict Cumberbatch tendrá una a Mejor Actor. Ya el filme tuvo varias nominaciones en los premios BAFTA. Por ahora, basta decir que Cumberbatch está fenomenal. El tipo sabe transmitir fuerza, su presencia es intimidante y, al mismo tiempo, carismática, siendo éste quien se lleva la película. Pero también el filme, al final, nos confronta con un misterio digno de ser resuelto por Hercule Poirot. Poco le faltó a la película en convertirse en una historia estilo Agatha Christie hacia su conclusión, dejando al aire varias preguntas en el espectador. Sin revelar mucho de la historia, es claro quién es el culpable de lo que pasó, pero la pregunta también es ¿cómo y por qué lo hizo? ¿El Poder del Perro es una historia de venganza? Una película segura contendiente también al Oscar a Mejor Película del Año.
⭐⭐⭐⭐
#Netflix

miércoles, 13 de enero de 2021

THE MIDNIGHT SKY

George Clooney en confinamiento en el Ártico.
 

En su primera película dirigida para Netflix, algo le ha sucedido a George Clooney. Simplemente, el también actor no pudo conseguir lo que sí ha podido en otros filmes dirigidos por él. Usualmente, Clooney es un buen realizador, por lo que es posible que en The Midnight Sky no se haya sentido plenamente cómodo dentro del género de la ciencia ficción. The Midnight Sky se siente relacionada con otras joyas del género, como Solaris (tanto la versión original de Tarkovsky, como la dirigida por Steven Soderbergh, curiosamente, protagonizada también por George Clooney), Interstellar, Moon, Gravity (exacto, también con Clooney), y algunas más, pero termina palideciendo en comparación. Me parece que Clooney quiso experimentar un poco con un género cinematográfico dentro del cual ha participado antes como actor, para ver qué podía hacer como director, y probarse a sí mismo. El mayor problema del filme (escrito por Mark L. Smith, y Lily Brooks-Dalton), es que tenemos dos narrativas, una ambientada en el planeta Tierra del futuro, desolado y devastado, y otra en una estación espacial, tripulada por un equipo en búsqueda de un nuevo planeta que poblar, en donde ni en un lugar ni en otro hay algo verdaderamente interesante que pase.

Clooney interpreta a Augustine, un científico, el cual ha decidido quedarse solo en una estación ubicada en el Ártico, luego de que un cataclismo dejara a la Tierra inhabitable. Avejentado, cansado, recordando episodios de su juventud, y muy barbudo, pronto la soledad empieza a hacer estragos en su estado mental, hasta que una niña (Caoilinn Springall) aparece de la nada en la estación. Creyendo que ha sido olvidada en el lugar, Augustine trata de hacer comunicación con ella sin éxito, ya que la niña no dice palabra alguna. Mientras, en la estación espacial, el equipo formado por un grupo de científicos, entre ellos Sully  (Felicity Jones), Adewole (David Oyelowo), Mitchell (Kyle Chandler), Maya (Tiffany Boone), y Sánchez  (Demian Bichir), viven una no menos aburrida estancia en el espacio. 

Si acaso, hay un par de cosas que suceden más o menos interesantes, una en la Tierra y otra en la Estación, pero poco ayudan para tener una historia con más fuerza, que realmente te involucre y enganche; apenas y hacen algo para que la historia avance hacia algo interesante. The Midnight Sky termina siendo aguada y desinflada. Lo que sucede en la estación espacial recuerda mucho a Gravity, pero la diferencia es que el filme de Cuarón, con toda su sencillez, era más emocionante. Y no importa el hecho de que la secuencia en The Midnight Sky tenga a "Sweet Caroline", la canción de Neil Daimond, de fondo. Mientras, la trama con Clooney en la Tierra, a pesar de su vuelta de tuerca al final tratando de sorprenderte, no tiene mucho sentido, ya que no responde muchas cuestiones del filme.  ⭐⭐1/2

*Disponible en Netflix desde el 12 de diciembre. 

viernes, 1 de enero de 2021

MA RAINEY'S BLACK BOTTOM

Chadwick Boseman, Colman Domingo, y Viola Davis.

 Resulta irónico, pero es curioso ver que el último filme del recientemente fallecido Chadwick Boseman, es aquel en el que ofreció la mejor actuación de su carrera. Es como si Boseman hubiera sabido lo que el futuro le deparaba, y decidió dar todo de sí en su último papel en el cine. Al verlo en The Kill Hole, su segundo filme, estaba lejos de imaginar que el futuro actor de Black Panther sería capaz de alcanzar tales niveles histriónicos en Ma Rainey's Black Bottom, un filme aparentemente sencillo, de una trama pequeña, que ocurre la mayor parte del tiempo en un estudio de grabación. 

Adaptación de la obra teatral homónima escrita por August Wilson (ganador del premio Pulitzer), y producida por Denzel Washington, Ma Rainey's Black Bottom es muy teatral en toda su construcción. Sin embargo, ofrece un tour de force fenomenal entre Boseman y Viola Davis (quien me sorprendió de forma similar en Fences, la adaptación al cine de otra obra de August Wilson, y protagonizada por Denzel Washington), esta última interpretando a la Ma Rainey del título. Es el año 1927. Boseman interpreta a Levee, cornetista en la banda de Rainey, considerada por muchos como la "madre del blues". Rainey es toda una diva, la cual, con el tronar de sus dedos, tiene a su disposición lo que quiera durante una grabación, incluso Coca Colas antes de empezar a grabar. Cada vez que Viola Davis entra a escena, llena la pantalla con toda su presencia y personalidad, irreconocible al estar enfundada en lo que con seguridad son prostéticos y maquillaje para hacerla lucir con el doble de su peso. Una cosa es cierta, Davis termina ofreciendo una actuación estupenda como siempre, digna de una nominación al Oscar. 

La historia tiene como centro una sesión de grabación. Por un lado, tenemos a la banda, formada por un pianista (Glynn Turman), un trombonista (Colman Domingo, magnífico), y un contrabajista (Michael Potts), incluyendo al mismo Levee en la corneta, quienes tratan de ensayar en el sótano del estudio. No será algo fácil, ya que los miembros de la banda tienen que lidiar con el ego demasiado inflado, y el exceso de personalidad independiente de Levee, el cual trata de imponer su propio estilo a la banda, así como su propia forma de abrir una canción. 

Mientras, arriba en los estudios, con un nervioso representante de la disquera (Jeremy Shamos) y un ingeniero de sonido más que paciente (Jonny Coyne), Rainey complicará la sesión al imponer  a su joven sobrino (Dusan Brown) para que grabe una pequeña introducción en la canción que grabarán. El problema, es que el chico es tartamudo, por lo que los conflictos no tardarán en surgir. Dirigida por George C. Wolfe, la historia, a pesar de su sencillez, no impide que sea una plataforma para el lucimiento de sus dos protagonistas, excelentes en todo momento, y para expresar ideas sobre el racismo. Boseman es todo un fenómeno, incansable, entregándolo todo en cada una de sus líneas, diciéndolas a ritmo de ametralladora. El tema de la música tema termina siendo secundario. Entre confrontaciones y anécdotas, buena camaradería y química entre los músicos, el tema del racismo poco a poco irá saliendo a relucir, sobre el sufrimiento de la gente negra, la segregación, etc. Sin importar mucho que la película esté ambientada en los 1920, el tema del racismo encuentra una resonancia casi 100 años después, en plena época actual del Black Lives Matter. 

Pero lo impresionante es ver que, a pesar de que el filme trata sobre el racismo, la enorme Ma Rainey, sin importar que haya sido negra, tenía a la industria discográfica de esa época prácticamente a sus pies y comiendo de su mano. El representante de la disquera interpretado por Jeremy Shamos, estaba siempre ahí, cumpliendo sus deseos, casi como un sirviente de ella. En ese sentido, Ma Rainey Black Bottom termina siendo un filme curioso, con dos rostros en total contradicción, uno en oposición al otro. ero que en el pequeño universo musical retratado en el filme dicha contradicción encuentra un sentido perfecto, uno que va más allá del racial. De los mejores filmes de este año a punto de terminar. ⭐⭐⭐⭐

domingo, 27 de diciembre de 2020

MANK

Amanda Seyfried y Gary Oldman

Quién hubiera podido imaginar que David Fincher, el director de Fight Club, Panic Room, Seven y, más  recientemente, The Girl with the Dragon Tatoo, pudiera estar interesado en dirigir una película sobre El Ciudadano Kane. Por lo menos yo, nunca. Y vaya que me tomó por sorpresa. Fincher es un gran director. ¿Por qué no iba a estar interesado en aquella obra maestra, considerada uno de los mejores filmes en la Historia del Cine? Sin embargo, su enfoque no es precisamente Orson Welles, el director de Kane, sino en Herman L. Mankiewics, su guionista (de nuevo, un gesto de extrañeza se nos dibujará en el rostro). 

Más que estar interesado en hacer un filme sobre la gestación de El Ciudadano Kane, la inquietud de Fincher ha sido realizar una épica sobre la época de oro de Hollywood, en un retrato que roza lo espectacular; un retrato que encuentra conexiones visuales tanto con el Ed Wood de Tim Burton, en la decisión de filmarla en un bello y lustroso blanco y negro, así como con Hail, Caesar! de los hermanos Coen. El resultado, es visualmente impresionante, así como la interpretación del siempre genial Gary Oldman, quien interpreta a Mankiewics. Mank plantea una doble narración, que nos lleva por dos caminos, el primero, justo cuando Herman "Mank" Mankiewics empieza la segunda etapa de la escritura del guión, mientras que el otro camino nos lleva, a través de flashbacks, unos años atrás (a mediados de los 1930), cuando a Mankiewics le fue ofrecido el trabajo de escribir el guión. Aquí lo vemos en sus visitas a los estudios MGM y sus entrevistas con Louis B. Mayer (Arliss Howard), y otros ejecutivos de los estudios. El ritmo en estos flashbacks será dinámico, con un tono vivaz y humorístico, en contraste con la narración de Mank escribiendo el guión, en donde se encuentra postrado en cama con la pierna rota, luego de un accidente automovilístico.

Si hay algo interesante en el filme de Fincher, es que más allá de querer hacer una biopic sobre Mankiewics, lo que hace es plantear una pregunta que intrigará a los cinéfilos, ¿quién escribió realmente Ciudadano  Kane? Contrario a lo que cualquiera pensaría, la teoría que se plantea aquí es que Orson Welles tuvo una participación secundaria en la autoría del guión, una que consistió más en editar, recortar, y modificar el texto. Sin embargo, la Academia terminó premiando a ambos con un doble Oscar. Aunque su aparición es de apenas unos minutos, el británico Tom Burke está magnífico como Orson Welles, con un parecido físico razonable, y una similitud de voz todavía más impresionante. Burke luce suficientemente convincente, siendo más el tiempo que lo oímos que el que lo vemos en pantalla, durante las incontables llamadas telefónicas que hace a Mank. Que Mankiewics se basó para su guión en la vida del magnate William Randolph Hearst (Charles Dance, con una pequeña, pero magnífica actuación) y dueño de un emporio periodístico, es por demás sabido. La secuencia en donde se muestra este hecho como algo más que obvio, es aquella de la fiesta de disfraces en la mansión de Hearst, a donde, basta decir, Mank llegará borracho (por que una de las características que se acentúan en el filme es su problema con el alcohol) a sembrar el caos y encender los ánimos de los anfitriones. 

El alma de la película no será tanto el proceso de escritura del guión, el cual David Fincher decide dejarlo de lado. Mank no es un filme estilo Barton Fink, con una historia sobre el guionista solitario, atormentado, en crisis creativa, y torturado emocionalmente. El alma del filme será la amistad entre Mankiewics, de humor ácido y siempre crítico, y la actriz Marion Davis (Amanda Seyfried, estupenda), la muy joven esposa de Randolph Hearst. Otra interrogante que plantea la película, es ¿qué tanto estuvo dispuesto Mankiewics en arriesgar su buena amistad con Davis, con tal de escribir un guión tan crítico hacia su marido? ¿Un guión que, a pesar de haber cambiado el nombre del personaje real, se podía ver y sentir como un ataque directo y certero al millonario? Y aunque no vemos mucho de la esposa de Mank (interpretada por Lily Collins), es bueno también el preguntarse qué posición tenía ella en todo este asunto. 

Al final, Mank no será uno de los mejores filmes de Fincher, pero termina siendo tremendamente visible;  muy bueno, pero no extraordinario. La película es una curiosidad en su filmografía, pero no por ello dejará de fascinar a los amantes del cine, el cual además de estar excelentemente actuado, se espera con seguridad que tenga varias nominaciones al Oscar el próximo año. ⭐⭐⭐⭐

Disponible en Netflix.

miércoles, 28 de octubre de 2020

YA NO ESTOY AQUÍ

El Derek presumiendo unos pasos

Nunca hubiera imaginado que en la norteña ciudad de Monterrey, existía una especie de culto juvenil a la música colombiana, específicamente, la cumbia. Quien se aventure a ver Ya no Estoy Aquí, segundo largometraje del realizador mexicano Fernando Frías, quedará sumergido en este pequeño universo musical. La mitad de la trama tiene lugar en los barrios pobres de la ciudad regiomontana, en donde los Terkos, una pandilla local de chicos, se muestran llenos de energía y pasión por dicho género musical (al grado de autocalificarse como "Kolombianos"), reuniéndose para bailar a ritmo de cumbias y ballenatos.

La música sirve de fondo para contar la historia del líder de los Terkos, Ulises (Juan Daniel García Treviño "Derek", actor no profesional, pero toda una revelación), con uno de esos looks alternativos que difícilmente pasan desapercibidos. Coproducción Mexico-Estadounidense (Netflix está involucrado en la producción), la trama de Ya no Estoy Aquí tiene como contexto el periodo presidencial de Felipe Calderón y su "guerra contra las drogas" (apenas sugerido en algunas escenas), empezando como un refrito de "Ciudad de Dios" (de Fernando Meirelles), en donde un barrio pobre de las afueras de Monterrey toma el lugar de las favelas de Río de Janeiro. Aquí vemos a los Terkos bailar, vagar por las calles, ir al mercado a conseguir música grabada, o pasar el tiempo en construcciones abandonadas. Pronto descubriremos su rivalidad con otra pandilla, y que hay conflictos de por medio por los territorios.
El filme arranca con la partida de Ulises a Estados Unidos, huyendo debido a la guerra que empieza con sus rivales, para terminar en Nueva York, como inmigrante ilegal. No lo tendrá fácil, ya que, para empezar, no habla ni entiende jota de inglés. De ahí, lo que veremos es una narración paralela entre la estancia de Ulises en N.Y., y escenas en flashbacks de lo que pasó antes de su partida. La película destaca por la gran capacidad de Frias para reflejar, con precisión realista, casi de documental, este mundo musical de las cumbias y el ballenato (del cual me declaro ignorante total). Casi todos sus actores son no profesionales, lo que le da al asunto más autenticidad. Hay escenas de sobra de bailes en las locaciones de Monterrey, las cuales son parte del corazón del filme. Te guste o no esta música, los bailes terminan atrapando tu atención sin que te des cuenta; acabas empapado de esta música, pero nunca harto de la misma. Pero también el realizador sabe hacer un gran reflejo de ambientes urbanos, de atmósferas, y de texturas, que casi puedes oler y respirar, tanto en las partes ambientadas en México como en E.U.
Ya no Estoy Aquí es de los filmes con más nominaciones en la próxima entrega de los Arieles (entre ellos, el Ariel de Oro a Mejor Película y Mejor Director, siendo fuerte competidora en estos rubros). Si hay un pero en el filme, es que Frias trata de que su filme sea varias cosas a la vez (una historia sobre la inmigración ilegal a E.U., un filme de guerra entre pandillas, una historia musical con bailes incluidos, o un alegato político sobre cárteles y narcos).
Sin embargo, su historia sobre un chico de apariencia andrógina, tratando de encajar y de no ser marginalizado debido a su extraña facha y gusto musical, mientras hace lo posible por sobrevivir en Estados Unidos, permanece intacta. Terminas involucrado en la historia, gracias a la extraña química que surge entre Ulises y Lin (Xuemin Angelina Chen), una chica chino-americana, con la que aquel formará una complicada, pero curiosa amistad, debido a que no se entienden el uno al otro (¿Podría haberse llamado la película "Perdido en Nueva York"?). Su relación proveerá al filme de momentos graciosos (como ella abusando de la palabra "vergas") y relajados, aunque es una lástima que se trunque al llegar al tercer acto. Es memorable también el encuentro de Ulises con una mujer colombiana en un club de baile, quien tratará, infructuosamente, de abrirle los ojos sobre la difícil situación en la que se encuentra en Nueva York.
Con una también excelente dirección de fotografía (las escenas nocturnas de Nueva York son estupendas) de Damián García, y una notable dirección de arte de Luke Carr y Mónica Mayorga, Ya no Estoy Aquí termina siendo un filme mexicano notable, aunque tal vez demasiado inquieto, al no encontrar un enfoque preciso hacia donde conducir su historia, pero que vendrá a tu memoria cada vez que escuches una cumbia.
Disponible en Netflix
⭐️⭐️⭐️1/2

sábado, 6 de junio de 2020

THE LOVEBIRDS

Issa Rae y Kumail Nanjiani
Todo al inicio prometía ser felicidad para ellos, que seguramente eran la pareja perfecta. Los tórtolos del título son Jibrain (Kumail Nanjiani), y Leilani (Issa Rae), el primero de origen pakistaní, y la segunda, afroamericana. No pasará mucho cuando ambos descubran, luego de vivir un tiempo juntos, que tal vez no estén hechos el uno para el otro. Jibrain se siente frustrado, ya que su carrera de documentalista está algo estancada. Y lo mismo podría decirse de The Lovebirds, ya que la película, en sus primeros minutos, prometía ser una comedia romántica sobre los sinsabores de un posible choque cultural, así como las altas y bajas en una relación donde la combinación étnica, de entrada, se ve interesante.
De hecho, Michael Showalter, el realizador del filme, con una larga carrera trabajando en televisión (la película se siente más como un tele filme que otra cosa), consigue al inicio reflejar en los diálogos, y en la pedregosa química de ambos actores, las asperezas que terminan saliendo en la relación. Esto, al menos, hasta que la trama toma un giro, justo cuando en su camino a una reunión con amigos, Jibrain atropella accidentalmente a un ciclista. El ciclista, aparentemente intacto y sin daños, se levanta y huye. Minutos después, un detective de policia (Paul Sparks, de House of Cards), usando el auto de la pareja, emprende la persecución del ciclista. Esto apenas es el comienzo de una larga noche, en la que habrá todavía más giros y complicaciones para Jibrain y Leilani.
The Lovebirds tiene uno que otro momento gracioso. Pero el problema de esta producción de Netflix, es que el filme no es verdaderamente cómico o memorable. La pareja tratará de demostrar su inocencia en un crimen que no cometieron. Sin embargo, la idea se siente ya vista con anterioridad, con una química entre ambos actores que no es lo suficientemente buena para sostener el filme. Se nota que Showalter intentó hacer una comedia de humor negro, pero al llegar a la secuencia de la cena con los amigos, uno termina dándose cuenta que, desafortunadamente, éste complicó la trama innecesariamente. The Lovebirds es ideal para un domingo por la tarde sin nada mejor que ver. Luego, sin más, se borrará automáticamente de tu memoria.
⭐️⭐️ 1/2

ALL DAY AND A NIGHT


Ashton Sanders y Jeffrey Wright 
Al inicio de All Day and a Night, un homicidio es cometido. El joven protagonista de la historia será quien lo cometa, y a simple vista, es un asesinato a sangre fría, justo dentro de la casa de la víctima. Lo que vendrá después en esta película, el segundo filme dirigido por el también guionista Joe Robert Cole (co guionista de Black Panther), es el relato sobre el por qué de estos hechos y el qué llevó a Jahkor Abraham Lincoln (sí, buen nombre), interpretado con gran vigor e intensidad por Ashton Sanders (Moonlight), a cometer un crimen que lo terminará llevando a prisión.
El padre de Jahkor (Jeffrey Wright, estupendo) se encuentra en prisión también, por lo que, cuando este último llegue a hacerle compañía, el espacio servirá para que ambos tengan la oportunidad de ajustar cuentas, limar asperezas, y tal vez acercarse uno al otro, debido a que su relación no ha sido, precisamente, muy amigable y cercana. No, un momento. La película no trata de esto. Creo que de haberse centrado más la trama en esto último, es decir, si hubiera sido un drama presidiario sobre padre e hijo sobreviviendo en un inusual escenario como la cárcel, tal vez All Day hubiera estado mucho mejor. El problema del filme, es que apenas y tenemos unas cuantas escenas de esto, con Jahkor y su padre apenas mirándose, o acercándose, o hablándose.
All Day termina llevándonos a escenarios ya vistos con anterioridad, con personajes no muy bien desarrollados, y que parecen calcas de unos provenientes de mejores películas, como Boyz n the Hood (1991). Películas que cuentan historias sobre jóvenes negros iniciándose en la vida del crimen y tráfico de drogas, y sobre cómo sus vidas son marcadas por esto para siempre. Robert Cole trata de explorar todo eso nuevamente, y aunque ese universo de "crimen y castigo" urbano está muy bien reflejado, con un logrado énfasis en el realismo, el problema es que la historia es plana la mayor parte del tiempo, con algunos logrados momentos, aunque ya muy hacia el final. Lo rescatable del filme, son las poderosas actuaciones tanto de Ashton Sanders como de Jeffrey Wright, y si por algo se puede ver All Day será por eso y nada más.
⭐️⭐️ 1/2

BECOMING


INSPIRADORA             Michelle Obama y su gira promocional "Becoming".
Este documental podrá ser dos cosas para el espectador, un buen instrumento de publicidad para el libro de Michelle Obama que da título al filme, o también, una mirada íntima a la vida de la ex primera dama de E.U., y esposa del ex presidente Barack Obama. Como sea, es inevitable, luego de ver la película, dirigida por Nadia Hallgren, no terminar atrapado por el carisma, la energía, vitalidad, y sobretodo, visión positiva que Michelle Obama transmite.
Becoming trata de la gira promocional que Michelle Obama llevó a cabo en 2019 para promocionar su libro "Becoming". Vemos entrevistas, conferencias, pláticas, y firmas de libros. Vemos también gente que no puede contener lágrimas de emoción, al estar frente a Michelle Obama mientras firma su libro. Michelle Obama confiesa aspectos sobre lo que representó para ella convertirse en la primera dama "de color" en la historia de los E.U., desde la campaña presidencial que llevó a cabo junto a su marido, pasando por su llegada a la Casa Blanca con sus hijas. Algo tuvo claro desde el inicio, y fue no convertirse en una simple figura ornamental durante la campaña y presidencia de Obama, sino tomar un papel más activo y, especialmente, tener una voz.
El documental termina siendo, parte un recuento de hechos sobre la gira promocional, pero también, parte un relato biográfico de Michelle Obama, en donde cuenta aspectos de su infancia (con visita obligada a la casa en donde creció) junto a su madre y padre, este último amante del jazz (en donde recuerda tardes interminables escuchando música). Su relato incluirá, por supuesto, la época en donde conoció al futuro presidente, mientras estudiaba leyes en la universidad. Sin embargo, algo que termina siendo interesante, es la intención de Hallgren de mostrar el lado más humano de Michelle Obama, consiguiendo atraparnos con el que termina siendo uno de sus mensajes principales: "reconoce el valor que tienes,... eres único".
⭐️⭐️⭐️1/2

jueves, 7 de mayo de 2020

THE LAST THING HE WANTED

Y CON UNA SOLA COSA TUVO.           Anne Hathaway
La actuación de Anne Hathaway en The Last Thing He Wanted es, por mucho, lo mejor de un filme al que no le ha ido bien con la crítica en general. En ese sentido, tal vez me encuentre solo al pensar que, después de haber visto el filme un par de veces, no me pareció el desastre que muchos críticos opinan. No recuerdo cuándo fue la última vez que ví a Anne Hathaway darle a un personaje la carga dramática e intensidad con la que dota a su personaje de periodista, celosa de su trabajo y por encontrar la verdad a cómo de lugar.
Dirigida por Dee Rees, tenemos en The Last Thing... otro de esos personajes femeninos fuertes emocionalmente que, como lo demostró desde su primer filme, Pariah, gusta de poner en el centro de sus películas. Anne Hathaway es Elena McMahon, una periodista que trabaja para el Washington Post cubriendo la revolución Sandinista en Nicaragua, a principios de los 1980. Sin embargo, la represión del régimen la obliga a regresar a los E.U., en donde se da a la tarea de seguir cubriendo la guerra, tratando de descubrir el papel del gobierno estadounidense y su intervención en dicho conflicto, a pesar de las presiones de su editor en jefe para mejor cubrir la campaña de Ronald Reagan.
Divorciada, sobreviviente de un cáncer de seno, y con su hija viviendo lejos en California, Elena tendrá la oportunidad de seguir cubriendo el caso por su cuenta. Su papá (Willem Dafoe, como siempre, magnífico), quien jamás le ha dicho a Elena a lo que realmente se dedica ("estoy en el negocio de la 'importación-exportación' ", le dice), le pide de favor que supervise el transporte de un cargamento "misterioso", el cual tiene que llegar a Costa Rica. Suena fácil, pero, como siempre sucede en estos casos, el ímpetu periodístico de Elena llevará a que todo se complique, y terminar atrapada en Centroamérica.
Si hay un problema en el filme, basado en la novela homónima de Joan Didion (quien también participa como guionista), es que hay momentos en que la trama es difícil de seguir, debido a la falta de cierta coherencia narrativa. La aventura de Elena en Costa Rica se empieza a poner peligrosa, y al mismo tiempo, enredosa. En su camino, terminan cruzándose demasiados personajes, como un hombre que conoce en la pista clandestina en donde aterriza, con intenciones sospechosas y no muy claras (Eda Gathegi); luego, un funcionario del gobierno estadounidense, Treat Morrison (Ben Affleck), quien tal vez pueda ayudarla a salir del país; o el propietario de un pequeño hotel (Toby Jones), en donde nuestra periodista intenta refugiarse de personas que ahora la quieren muerta.
Al final, The Last Thing... es la clásica historia de "la periodista que sabía demasiado". Llega un momento en que el buen suspenso que Dee Rees construye al inicio se pierde, cuando la aventura de Elena se ponga algo confusa, y ya no sabemos claramente en qué país o territorio se encuentra, o a dónde nos quiere llevar la historia. Pero con todo y sus problemas, la película, además de tener la gran actuación de Anne Hathaway, está dirigida con fuerza y seguridad. No hay duda que hay una buena historia detrás de todas sus fallas de edición, pero creo que hubo cosas que acabaron en el piso del cuarto de edición. The Last Thing...pudo haber sido mejor.
⭐️⭐️1/2

THE WILLOUGHBYS


Hay muchos "eventos desafortunados" para los Willoughbys.
Desde el inicio de The Willoughbys, la más reciente producción animada de Netflix, hay algo que te engancha de inmediato, la narración de Ricky Gervais. Es una de las mejores cosas en una película de animación que, si bien no es un derroche de originalidad, es un pasable y pelirrojo entretenimiento familiar de fin de semana. Gervais presta su voz a un gato, que nos cuenta, como si fuera testigo de primera mano, la historia de los hermanos Willoughby.
Basada en la novela de Lois Lowry, The Willoughbys es una historia muy a la "Lemony Sniket: Una Serie de Eventos Desafortunados", que tiene como protagonistas a unos hermanos con cabellos de estambre rojo, Tim (Will Forte), Jane (Alessia Cara), y unos gemelos, Barnaby A y B (Seán Cullen). A pesar de tener cada uno talentos que los hacen especiales, así como tener antepasados que presumen, no únicamente ser pelirrojos, sino el tener abundantes y bien cuidados bigotes, desafortunadamente, los hermanos no son lo suficientemente carismáticos o memorables. Y mucho menos lo son sus padres (voces de Martin Short y Jane Krakowski), quienes pueden ser calificados como los peores padres del mundo.
La fórmula que sigue el filme, dirigido por Kris Pearns (Cloudy With a Chance of Meatballs 2), Cory Evans, y Rob Lodermeier, es no nada más seguir la premisa de los hermanos que terminan solos y al cuidado de una nana (Maya Rudolph), sino agregar a la mezcla un bebé con mucho encanto (y que se parece al bebé Jack de los Increíbles), así como una fábrica de dulces a lo Willy Wonka, propiedad del comandante Melanoff (Terry Crews), quien viste uniforme de capitán de barco y luce grandes bigotes azules.
A lo largo de la película, vemos las aventuras de los hermanos, primero, para encontrar a su hermano bebé, y luego, cuando las cosas se les complican, probar que no son huérfanos, para no terminar, vía la intervención de una trabajadora social (Colleen Wheeler), en un orfanato. En efecto, nada nuevo bajo el Sol. Aunque la película suena a algo que ya hemos visto muchas veces antes, al final, termina siendo pasable y visible, con algunos momentos graciosos, especialmente, en el intento de sus realizadores por darle un tono de humor negro muy ligero. En resumen, satisfactoria, colorida, algo predecible al final, y con una buena calidad de animación.
⭐️⭐️⭐️

EXTRACTION

Chris Hemsworth 
Extraction trae de vuelta a Chris "Thor" Hemsworth en su etapa post-Avengers. Aquí, Hemsworth tiene más oportunidad de demostrar que puede ser un verdadero tipo duro, con adrenalina de sobra, dispuesto a patear culos al por mayor, y que puede estar a la altura de Matt Damon como Jason Bourne, o también de Tom Cruise como Jack Reacher o Ethan Hunt. De hecho, me adelanto a decir que Extraction es ideal para los fans de las franquicias de Jason Bourne, Misión Imposible, y de Jack Reacher.
No es de extrañarse que Extraction (producción de Netflix) cumpla como filme palomero de fin de semana, lleno de acción continua e imparable, al estar dirigido por Sam Hargrave (en su primer largo), con una carrera por detrás de doble de escenas de acción, coordinador de dobles y de peleas, así como coreógrafo de las mismas, en los filmes de los Avengers. Desafortunadamente, la acción es el aspecto que termina sobresaliendo por encima de todo lo demás, incluso, de la misma historia, la cual pudo haber sido mejor. Con todo y tener uno o dos giros sorpresivos al final, la trama se queda en lo trillado, en lo ya-visto-antes, con un desarrollo y tratamiento superficiales.
Si hay algo nuevo, es su escenario, la India y Bangladesh, países poco vistos en thrillers de este tipo. Hemsworth interpreta a Tyler Rake, un mercenario especializado en llevar a cabo misiones peligrosas. Esta vez, su misión es rescatar a un chico (Rudhraksh Jaiswal), secuestrado por una mafia que se dedica a capturar niños y jóvenes, para introducirlos en la vida del crimen. La cosa no podría estar más complicada, estando el papá del chico en prisión, y con una policia corrupta e involucrada con los mismos mafiosos. A Tyler, quien trabaja junto a un equipo de élite, no lo moverá otra cosa que el recibir su paga por llevar a cabo el rescate. Es decir, si no hay pago completo, Tyler, de llevar a cabo el rescate, puede dejar al chico a medio camino y a merced de sus captores.
La película hubiera podido ser más interesante, de haber querido sus guionistas (dentro de los cuales se encuentra Joe Russo, guionista y director de varias películas de los Avengers y del Capitán América, así como Ande Parks, autor de la novela gráfica en la que el filme está basado) desarrollar más la conexión que empieza a surgir entre Ovi, el chico secuestrado, y Rake, justo cuando nos enteramos que este último lleva arrastrando un trauma del pasado. Pero no hay tiempo para eso, cuando tienes una película plena de acción, con una persecución emocionante e intensa en coche por callejones, además de muchas peleas, explosiones, etc. No hay duda que Extraction hubiera sido un filme mejor y más redondo. Sin embargo, hay que reconocer que los personajes terminan importándonos, aunque sea un poco, con el tema de las paternidades ausentes, o lastimadas y truncadas a medio camino, pudiendo sentirse al final.
⭐️⭐️⭐️

jueves, 9 de abril de 2020

LA PLATAFORMA


Ivan Massagué 
Instalada en un futuro no muy lejano, La Plataforma es una experiencia que raya en lo claustrofóbico. Su historia tiene lugar completamente en una prisión extraña, sin celdas, sin barrotes, y muchos menos guardias, con un agujero abismal atravesando diferentes niveles, en donde los prisioneros -dos por nivel- están instalados. A través del agujero desciende la plataforma del título, llevando un elegante banquete servido para los presos. El problema, es que los presos del primer nivel son los afortunados que pueden probar la comida intacta, durante un tiempo corto, mientras que los presos en los niveles más bajos, tendrán que comer las sobras que vayan dejando sus vecinos de los niveles superiores. Como piezas de un juego extraño, los presos son movidos al azar, entre un nivel y otro, por una autoridad que nunca vemos.
Dirigida por el vasco Galder Gaztelu-Urrutia, el filme, en apariencia sencillo, acaba siendo intrigante, y no apto para muchas sensibilidades, debido a su violencia gráfica, la cual llega a ser extrema. Goreng (Ivan Massagué), el protagonista, es un preso de recién ingreso, quien vivirá, entre nivel y nivel, una verdadera pesadilla. Cuando Goreng sepa las verdaderas intenciones de su primer compañero de celda, Trimagasi (Zorion Eguileor), su principal preocupación será sobrevivir, comer o ser comido. Lo más interesante del filme (coproducido por Netflix), es que como espectador no sabes hacia a donde te llevará la historia, ni qué caminos tomará (una cosa es segura: puede ser hacia arriba, o hacia abajo). Por ejemplo ¿Quién será el siguiente compañero de celda de Goreng? ¿Será hombre, o mujer (en esta prisión viven hombres y mujeres por igual)?. ¿En qué nivel le tocará a nuestro protagonista despertar?
Es complicado encontrar una lectura exacta en La Plataforma (¿Una metáfora sobre la sociedad, en donde una fuerza superior, o gobierno invisible, decide quienes son los privilegiados que comerán bien un día, y los que se morirán de hambre al siguiente?). Y lo es mucho más, cuando al final la historia adopta tintes de tipo religioso, así como de aventura caballerezca hiperviolenta. La referencia más inmediata es "Don Quijote", novela que Goreng se encuentra leyendo al principio (de hecho, el mismo Goreng luce como una especie de joven Don Quijote de la Mancha). Goreng se da a la tarea de llevar, sano y salvo, un "mensaje" (dejo al lector descubrir cuál será ese mensaje) a quién sea que esté a cargo en las profundidades de las instalaciones. Inclasificable y sumamente original, La Plataforma luce, si no como el mejor filme, hasta ahora, del 2020, sí de los más originales.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 8 de abril de 2020

UNCUT GEMS


Adam Sandler 
Cuando Adam Sandler ofrece una buena actuación como en Uncut Gems, desconcierta, y te toma desprevenido. Uno no sabe si es un buen actor, que por alguna razón gusta de hacer, la mayor parte del tiempo, malas películas; o un actor que simplemente necesita encontrar el proyecto adecuado, un buen guión, y un director que crea en él. Aunque ignorado por la Academia de Hollywood para una nominación a Mejor Actor, no cabe duda que en este filme Sandler sorprende, y ofrece un trabajo que, por lo menos, te sacude y te hace pensar al final "¿Realmente era ese Adam Sandler?" A los cinéfilos no nos sorprende mucho, ya que antes, en Punch Drunk Love, y más recientemente, en The Meyerowitz Stories, Adam Sandler ha dado muestras de que cuando quiere ser un buen actor, lo consigue.
Los hermanos Safdie, Benny y Josh, los realizadores, ofrecen una película que, de entrada, parece una cruza entre una historia de gángsters estilo Guy Ritchie (Snatch, por ejemplo), y de los relatos de mafiosos de Martin Scorsese (de hecho, funge como productor ejecutivo). Llega un momento en el filme en que Sandler, en el punto más desesperante de su situación, parece querer emular al muy joven Robert De Niro de Mean Streets, de Scorsese. No trato de decir que Sandler alcance esos niveles, está difícil que algún día lo haga. Sin embargo, Sandler termina construyendo un personaje que se siente muy original, sacado de su propio baúl de sorpresas, y que no se parece a nada de lo que ha hecho antes.
Sandler interpreta a Howard Ratner, dueño de una joyería con cierto prestigio y clientela exclusiva, formada, entre otros, por el basquetbolista Kevin Garnett (quien hace una "aparición especial" en el filme). Desde unas minas en Etiopía, ha llegado a las manos de Howard una extraña y enorme piedra de diamante, la cual, según él, está valuada en millones de dólares. Howard tiene planeado vender la piedra en subasta, pero comete el grave error de hacer demasiado pública su adquisición. Cuando Garnett le pida la piedra a Howard, en un inusual préstamo-intercambio por tan sólo 24 horas, todo se complicará para éste, debido a que está endeudado con unos mafiosos italianos, quienes, para colmo, tienen como jefe a su cuñado (Eric Bogosian).
Los Safdie ofrecen un filme tan entretenido como inquietante, un estudio vibrante sobre un apostador compulsivo, de ambiciones incontrolables, y con hambre por el dinero. Además, los realizadores muestran una gran habilidad para sumergirnos en sofocantes ambientes urbanos, que te llevan al cine de los 1970 de Scorsese (Taxi Driver viene a la mente), y muestran también alguna inspiración en el cine de los Coen (al inicio, de llevarnos a explorar los interiores coloridos de la piedra, nos llevan a las imágenes de una colonoscopia).
Por otro lado, Sandler está rodeado de excelentes actores secundarios, como LaKeith Stanfield, interpretando al amigo y colaborador de Howard, Idina Menzel, quien interpreta a su esposa, y Tilda Swinton presta su voz para la gerente de la casa de subastas, y que nada más escuchamos por el auricular del teléfono. Aunque llega un punto en que las cosas se complican demasiado en la trama, y que se necesita un respiro ocasional dentro del ritmo frenético de la narración, vale mucho la pena dejarse llevar por este viaje entre calles y callejones, casas de empeño, joyas, dólares, y un poco de basketball. Quién sabe cuándo Sandler vuelva a estar así de bien.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 15 de enero de 2020

THE TWO POPES


DOS PAPAS MUY GALESES Anthony Hopkins y Jonathan Price
Hay una ligera línea entre la realidad y la ficción, apenas perceptible, que nunca se rompe en The Two Popes. Tal es uno de los aspectos más brillantes en el más reciente filme del director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), sobre cómo el ex papa Joseph Ratzinger (el segundo papa en renunciar al puesto desde Celestino V, en 1294), y tal vez de los menos carismáticos que haya habido (fue llamado "nazi" por muchos), y su sucesor, el cardenal Jorge Bergoglio, quien se convertiría en el actual papa Francisco I (primer papa proveniente de Latinoamérica), se volvieron muy buenos amigos.
Hay una extraña fascinación en ver a dos grandes actores ingleses, Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, interpretar a dos personalidades que todavía viven, el primero a Ratzinger, y el segundo a Bergoglio. Es fascinante, no únicamente por el tremendo parecido físico (de esos que apenas requieren algo de maquillaje) que los actores tienen con los pontífices, sino por lo reciente de los hechos que presenta.
La película presenta charlas imaginadas que pudieron haber tenido Ratzinger y Bergoglio en la residencia del Vaticano, justo cuando aquel decidió renunciar al papado, mientras el último, todavía cardenal, había decidido retirarse de la vida religiosa y volver a su natal Buenos Aires. Durante los primeros minutos del encuentro, en los muy amplios jardines de la residencia, la tensión que establece Meirelles entre ambos personajes es el punto más fuerte de su futura relación. Ratzinger, un ultraconservador papa, empieza pidiendo a Bergoglio (hablándole en latín ocasionalmente) que le rinda cuentas sobre sus declaraciones "fuera de lo ordinario" sobre temas muy delicados, por ejemplo, la aceptación y visión de la homosexualidad por parte de la Iglesia Católica; mientras que el cardenal, de mente y costumbres más liberales (más revolucionarias, podría decirse), no tan versado en latín como su interlocutor germano, trata de conseguir que el papa Benedicto XVI firme su petición de renuncia, dándole éste sólo evasivas y excusas. Hasta que, en uno de los mejores momentos del filme, algo rompe completamente con esa incómoda y tensa barrera de hielo: la música. Ratzinger intenta tocar un par de canciones populares alemanas en el piano, cosa que lleva a Bergoglio a recordar su afición por el tango y sus años juveniles en Argentina (interpretado de joven por Juan Minujín).
A pesar del título, el balance de la historia se inclina más hacia el futuro papa Francisco. De hecho, la película (escrita por Anthony McCarten) termina siendo una biopic de Jorge Bergoglio, abarcando desde que "escuchó el llamado de Dios" y decidió convertirse en sacerdote, hasta los duros años durante los 1970s, con la dictadura, y la persecución religiosa. Todo es contando durante la extensa conversación que tiene lugar en la Capilla Sixtina, con los frescos de Miguel Ángel como únicos testigos de su confesión.
Para los diálogos en español que tiene que decir Jonathan Pryce, se decidió doblarlo con la voz de un actor argentino, cosa que resulta convincente hasta cierta medida, ya que su voz y la del actor no terminan siendo muy parecidas del todo. Sin embargo, dejando de lado esos detalles técnicos, "Los Dos Papas" es un extraordinario filme. Su edición es excelente (en especial, en esas escenas en la Capilla Sixtina), escapando de ser una convencional biopic televisiva. Por otro lado, está por demás decir que las actuaciones de Hopkins y Pryce son fenomenales, creando ambos una verdadera "magia papal". Así como hay tensión al principio, a la mitad del filme termina habiendo una buena química entre ambos. Las imágenes de antología en el filme se dejan para el final (la broma que muestra a Bergoglio intentando reservar un vuelo por teléfono), en donde se rompen protocolos y formalidades, dejo al espectador descubrirlas. Y es que, en resumen, lo que ofrecen Hopkins y Pryce son los retratos más humanos de dos papas, con sus flaquezas, debilidades, traumas, errores del pasado, y sus propios pecados. Nominaciones y premios les esperan.
⭐️⭐️⭐️⭐️

Vistas de página en total