jueves, 15 de marzo de 2012

FOR YOUR CONSIDERATION * *

Catherine O'Hara y sus colegas histriones.

Esta película se queda en buenas intenciones. No es realmente graciosa, ni exactamente punzante en su crítica al star system de Hollywood. Su nivel cinematográfico es de telefilme, aunque eso es lo de menos. Nada raro, considerando que Christopher Guest, su realizador, proviene del medio televisivo. El proyecto es producido por la Warner Independent Pictures, de ahí su evidente bajo presupuesto. De hecho, está mayormente rodada en los estudios Warner y está poblada por tantos personajes, que acabé un poco mareado. Tenemos varias historias, todas alrededor de una película "Home for Purim", que un realizador con cabeza de estropajo (el mismo Christopher Guest, transformado en un estereotípico director de cine con pretensiones artísticas y de apariencia intelectual) se encuentra filmando. El tema de "Home for Purim" es muy judío, demasiado para lo que sus productores esperan de un típico estreno dentro del mainstream de Hollywood. Su rodaje es muy accidentado. No está protagonizada por muchos actores judios que digamos, por lo que estos no consiguen mucho captar la escencia de la festividad que están retratando en la película; es un filme de época ambientado por la Segunda Guerra Mundial, los guionistas (Michael McKean y Bob Balaban) interfieren cada vez que sienten que el director no se apega a lo que intentaron reflejar. Para colmo, una de sus actrices (Catherine O'Hara) se ha dejado llevar demasiado por un rumor de que podría estar nominada al Oscar. Y eso que la película ni siquiera ha terminado de filmarse.

Eugene Levi coescribe el guión junto a Christopher Guest, de ahí el tema del cine con temática judía, y el tratar de crear toda una serie de circunstancias adversas y paródicas alrededor de su producción. La más cómica, es aquella en donde los productores (Ricky Gervais y Larry Miller) quieren cambiar la festividad judía por la del Día de Gracias, para hacerla más comercial y accesible a un público más amplio. Las propuestas para el diseño de los posters es igual simpática. El mismo Eugene Levi interpreta a un agente artístico mediocre, que trata de levantar la carrera de uno de los actores de la película (Harry Shearer). Además de haber demasiados personajes, el guión es irregular, tendiente a lo caótico. Intenta ser un mockumentary, pero también un melodrama, una parodía y una sátira del chismorreo y sensacionalismo alrededor de los Óscares. De haberse decantado más por un sencillo falso documental, de haber reducido el reparto a la mitad y de no haberle dado tanto peso a ese programa de televisión sensacionalista y a sus conductores (Jane Lynch y Fred Willard), tal vez -y repito "tal vez"- la película hubiera estado mucho mejor.

miércoles, 14 de marzo de 2012

BE KIND REWIND * * * 1/2

¿Quien dijo que no habría una nueva película de "Ghostbusters"?

Si hay un realizador con una explosiva imaginación, es el galo Michelle Gondry. A pesar de provenir de la realización de videos musicales, su cine me ha parecido uno de los más interesantes hasta ahora, al menos,  desde el punto de vista visual. Aparentemente, su adaptación de "The Green Hornet" (su última película), la cual no he visto, fue un total despropósito. Esperemos que pronto se levante de este tropiezo. En tanto, Be Kind Rewind (2008), su anterior película, es una estúpidamente divertida comedia, que puede verse como una carta de despedida al formato VHS. Además, es un homenaje sui géneris (Gondry pudo haber hecho incluso un "mockumentary" en toda la extensión de la palabra con esto) al gran pianista de la edad de oro del jazz, Fats Waller. La película abre con un fragmento de este mockumentary, que parece una pieza cómica, satírica, una dramatización de la vida de Waller. En realidad, esto es parte de un pequeño proyecto cinematográfico que el par de protagonistas, Jerry y Mike (Jack Black y Mos Def, respectivamente),  llevarán a cabo para intentar salvar el pequeño videoclub en el que trabaja el segundo.


Soy de esa rara especie que todavía conserva VHS y sigue viendo películas en este formato (seamos honestos, hay muchos videos que se ven tan bien como un DVD, claro, de esos de baja calidad). Los miembros de esta especie en peligro de extinción, son los que seguramente disfrutarán más esta película. El título alude a esa petición, casi ruego, que los empleados de los antiguos video clubs (¿Deberían ser llamados ahora DVDclubs o Blu-ray clubs?) pedían a sus socios: "por favor, rebobine la película". Cuando el dueño del derruido videoclub (Danny Glover) tenga que dejar a Mike a cargo del negocio por un viaje, los problemas comienzan, así como su aventura cinéfila. Un tour cinematográfico de bajo presupuesto, pero hecho con y por amor al cine. Luego de sobrevivir un espectacular choque eléctrico, Jerry acabará magnetizado, lo cual provoca que borre accidentalmente el contenido de todos los videos. Es decir: el negocio está arruinado. 


Los dos amigos tendrán una solución que, al principio, me pareció lo más estúpido que a cualquiera se le puede ocurrir. Me hizo pensar que la película sería una total falla y una ruina por completo. Una clienta (Mia Farrow), la cual, increíblemente, jamás ha visto "Ghostbusters" (1984), llega a rentarla. Mientras intentan conseguirla, Mike y Jerry harán el remake de este clásico de los 1980.  Los tipos usarán todo el material y locaciones a su alcance, para la realización y producción de su muy particular versión del filme. Su vestuario, escenografías y efectos especiales, harán ver a muchas películas serie B de los 1950 y 1960 como verdaderas obras de arte. Lo más camp de lo camp, lo más bajo en presupuesto y calidad que pueda haber. 


Pero lo suyo es una gran demostración de lo que puede ser un notable ejercicio de improvisación. Lo genial,  es que sus pequeñas películas de 3 dólares, tienen un éxito descomunal e imprevisto entre los habitantes de la pequeña localidad. Los clientes poco a poco se pondrán más exigentes y empezarán a pedirles más remakes.  Habrá de todo, desde películas conocidas por su bajo rating, como la franquicia de "Rush Hour", grandes ganadoras del Oscar como "Driving Miss Daisy", hasta clásicos de culto como "2001, A Space Odyssey" o "King Kong". Comentar en esta reseña otros problemas que deberán enfrentar nuestros ahora consolidados directores-actores-productores-diseñadores de producción-adaptadores, sería cometer una injusticia. Basta decir que algo tendrá que ver los derechos de autor y, claro, el aceptar la inevitable realidad: que el DVD ha llegado y no habrá otra opción que modernizarse o morir. No es la gran historia que vimos, por ejemplo, en "Eternal Sunshine of the Spotless Mind", pero no hay duda de que estamos ante una hilarante aventura cinéfila y, por qué no, jazzística, en la cual Gondry exhibe una inagotable creatividad que está entre lo satírico y lo nostálgico. ¿Que seguirá luego? ¿Una película sobre la despedida del DVD y el Blu-ray, o en general de los video clubs, por la llegada de Netflix?     


Ver también reseña de "La Science des rêves".

lunes, 12 de marzo de 2012

SILENT HILL * *

Cuando ví Le Pacte des Loups (2001), quedé sorprendido por la gran capacidad de su realizador, el galo Christophe Gans, para crear una excitante película que mezclaba fantasía y horror, así como un poco de artes marciales (por parte de Mark Dacascos, encarnando un indio norteamericano que peleaba como maestro de kung fu). Todo era narrado con un ritmo trepidante para las escenas de acción . Su visión estaba muy cercana a la de una novela gráfica con sabor gótico. Ahora, con Silent Hill (2006), el asunto toma un giro completamente diferente. Gans se vuelve a adentrar en el género del horror, pero de una forma no tan afortunada como antes.


La premisa argumental no deja de tener su grado de interés. Gans sabe como engancharnos desde el inicio. Una niña sonámbula (Jodelle Ferland, la niña de "Tideland") es rescatada por su madre (Radha Mitchell) y su padre (Sean Bean), cuando esta despierta cerca de una carretera. Basada en el videojuego homónimo, la historia (escrita por Roger Avary) empieza jugando con la interrogante sobre de qué lado debemos estar: el de Rose, la mamá, quien, aparentemente, se encuentra escapando junto a  la niña con rumbo desconocido; o el del  padre, de quien no sabemos si es la causa por la que aquellas se encuentran huyendo. Lo que sí es claro, es que la niña no parece muy estable y que su madre parece desesperada. En el camino, una muy sexy policia en motocicleta (Laurie Holden, y en serio, parece una stripper disfrazada) detecta de inmediato que hay algo mal y empezará a perseguir a Rose, creyendo que ha secuestrado a la niña.


Los verdaderos problemas para todos empezarán cuando Rose, su hija y la oficial de policia, lleguen a un pueblo fantasma llamado Silent Hill. La niña, totalmente perturbada, acaba perdida. Para Rose será el inicio de una pesadilla diabólica, enfrentando fenómenos paranormales, visiones retorcidas, espiritus que parecen no del más allá, sino de otro planeta o galaxia lejana; así como imágenes infernales que se funden con la realidad de una manera confusa. Es lo que Rose deberá sufrir mientras trata de encontrar a su hija. 


No me queda duda que Gans tiene una visión especial, casi privilegiada, para los relatos de horror. La película tiene un diseño conceptual interesante, algo que se encuentra entre imaginería "Heavy Metal", lo satánico, casi dantesco y, claro, imágenes estilo videojuego. Los que han visto el "cine" de Rob Zombie, sabrán más o menos de lo que hablo. El mayor de sus problemas, es lo caótico que acaba siendo la historia, un enredo incoherente que arruina el suspenso. Hay muchos clichés (el detective de policia ambiguo, ese rídiculo personaje de la mamá vagabunda y que parece bruja, encarnado por la guapa Deborah Kara Unger). La historia, además, está lejos de ser muy original, una cruza de The Wicker Man, con cualquier otra historia de horror paranormal ambientada en un hospital psiquiátrico. No se podía esperar más de un filme basado en un videojuego.


SILENT HILL: Laurie Holden protegiendo a Radha Mitchell
de un peligro inminente.


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