viernes, 14 de diciembre de 2018

MOWGLI: LEGEND OF THE JUNGLE.


Rohan Chand.
Los animales generados digitalmente están de moda en Hollywood. Los resultados hiperrealistas que se están consiguiendo no dejan de impactar. Jon Favreau nos dejó boquiabiertos y con los ojos sin parpadear en 2016, con su remake de la versión animada de Disney de "The Jungle Book", en acción real y con un actor de carne y hueso interpretando a Mowgli. El próximo año, llega también el remake de The Lion King, con animales generados digitalmente (y que también dirigirá Favreau).
Netflix no se ha quedado cruzado de brazos. En Mowgli: Legend of the Jungle, ha producido su propia versión del clásico libro de Rudyard Kipling. Al estar dirigida por Andy Serkys (el artífice detrás del "motion capture" con su Gollum en Lord of the Rings, y Caesar en Planet of the Apes) Mowgli suena como un filme para "aproximarse con precaución". Algo como para no tenerle mucha fe y saltárselo. Por fortuna, Andy Serkis sorprende al ofrecer una versión del libro de Kipling fantástica, y que al verla lo sentimos con total seguridad y control de algo tan querido y tan cimentado en las mentes de muchos lectores alrededor del mundo.
En la primera media hora, uno puede torcer la boca, subir los hombros, y pensar que la película es una simple copia del filme de Favreau, pero sin las canciones de Disney. Quizás ambas tengan algunas cosas en común, empezando por el impresionante realismo de los animales. Para ser un filme de Netflix, los animales en Mowgli lucen increíblemente acabados, y lo más importante, cada uno con una bien definida personalidad propia. Además de que la jungla (un personaje más de la película), realmente te envuelve, y se siente lejos de ser el amigable sitio en donde, de un momento a otro, los animales se pondrán a cantar.
El flime de Serkis es más obscuro, y no uno precisamente dirigido a niños. La historia está de más describirla. Mowgli (Rohan Chand, muy bien) es un niño que en alguna remota jungla de la India colonial, fue criado desde bebé por unos lobos, al haber sido sus padres asesinados por un tigre, Shere Kan (voz de Benedict Cumberbatch). El niño crece bajo la tutela de la sabia pantera Bagheera (voz de Christian Bale), y la protección del oso Baloo (voz de Andy Serkis), quien le enseña cómo seguir las tres reglas de la Jungla, siendo una de ellas "nunca matar por deporte". Bagheera lleva además impreso un aire más místico, como cuando dice a Mowgli que "al matar y ver a tu presa morir, siempre míralo a los ojos, para que así su alma no se vaya sola".
Serkis y el guionista Callie Kloves, a pesar de la gran espectacularidad visual del filme, no se desvían del verdadero conflicto de Mowgli (menos parlanchín y más trágico que el del filme de Disney), el de estar dividido entre ser un humano y querer ser un lobo como sus lobeznos "padres adoptivos", Nisha y Akela (Naomi Harris y Peter Mullan, respectivamente), así como tener que vivir bajo la amenaza de Shere Kan. En tanto, la historia es narrada por la boa Kaa (Cate Blanchet), con una más pequeña intervención en la historia.
Andy Serkis ha hecho un gran trabajo adaptando la novela clásica, ya que Mowgly es estupenda. Es un poco más apegada al espíritu del libro, y me atrevería a decir que es algo mejor que la versión de Disney. 

FANTASTIC BEASTS: THE CRIMES OF GRINDELWALD.


Katherine Waterston y Eddie Redmayne.
Newt Scamander (el oscarizado Eddie Redmayne), el estudioso especialista en "animales fantásticos", ha regresado. En esta segunda parte de la saga de "Fantastic Beasts", Newt, desafortunadamente, tiene ahora menos trucos ocultos dentro de su maleta que en la anterior película. En comparación con la primera parte, "Fantastic Beasts and Where to Find Them", la magia en esta secuela, "The Crimes of Grindelwald", ha bajado considerablemente. No es visualmente menos impresionante (los efectos especiales son excelentes), sino que el factor sorpresa ha disminuido. Además, nuestro tímido, extraño, y pelirojo personaje principal ha quedado relegado completamente a un tercer plano.
Se dice que mucha de la culpa la tiene la creadora del universo de Harry Potter, J.K. Rowling, al haber metido demasiado su cuchara en la gestación del proyecto, y en el guión de la historia. Hay muchos personajes poblando el filme, y lo malo es que ninguna de las historias tiene suficiente fuerza, sintiéndose un filme estancado en subtramas planas y sin mucho rumbo. No ha sido suficiente el tener a Johnny Depp más tiempo en la película, encarnando al Grindelwald del título, un personaje flojo, gris, y completamente olvidable; al igual que a Jude Law, interpretando a Dumbledore como un joven maestro en la escuela para niños magos de Hogwarts. Todo el tiempo me recordó a su Watson de Scherlock Holmes, que al poderoso mago que todos conocemos de los filmes originales de Harry Potter. Que J.K. Rowling no vuelva a cometer este "crimen".  1/2

QUÉ PENA TU VIDA

QUÉ PENA...DE PELÍCULA.


Remake de una película chilena (que no he visto, pero parece que está mejor), esta película es, sin duda, de las peores del 2016. Cine "chatarra" hecho con 3 pesos, pero que recauda 1,000 veces más en su primer fin de semana de estreno. Una rom-com sin pies ni cabeza, vacía, sin relleno, ni substancia; que no va a ningún lado más de la mitad del tiempo. De tomas aéreas, supuestamente, impresionantes de la Ciudad de México, y un discurso de su protagonista (un publicista que, la verdad, no te explicas cómo puede estar trabajando en eso) sobre lo "hermoso que es la Ciudad de México y cuánto ama a su ciudad", el realizador pasa a recursos visuales desgastados, como los globitos con mensajes de texto plagando la pantalla (los ves en casi todas las rom-coms mexicanas). Abundan los chistes de pena ajena (no me reí una sola vez), y escenas terriblemente resueltas. Por ejemplo, esa en la que Aislinn Derbez es insultada y humillada en una fiesta por un supuesto amigo, al ser llamada "narigona y Pinocho". En un filme mejor escrito, su reacción hubiera sido completamente diferente a lo que ocurre aquí. ¿El tema? No hay, o apenas hay uno. "Que Pena"...de película. A evitarla como a la plaga. 

jueves, 15 de noviembre de 2018

OUTLAW KING


Chris Pine seguirá la lucha iniciada por William Wallace.
Dirigida por David Mackenzie (Hell or High Water), es una lástima que Outlaw King no ofrezca más de lo que promete al principio. Un plano secuencia inicial sabe situarnos en el conflicto central, la enemistad y guerra que el futuro rey de Escocia, Robert Bruce (Chris Pine) entabla con el príncipe de Gales (Billie Howle), futuro rey de Inglaterra. Año 1305. La película narra los sucesos que siguieron a la derrota y ejecución de William Wallace (de hecho, puede ser que se disfrute más la película si se ve como una secuela de Brave Heart). Bruce continuará la lucha de aquel, buscando la libertad del pueblo escocés, y liberarlo de la opresión que su gente vive bajo la corona británica. Las batallas están bien filmadas, la ambientación y actuaciones aceptables. Sin embargo, no hay mucho de memorable en el filme, ni personajes que te enganchen emocionalmente. Una historia con potencial, pero sin fuerza dramática. 
1/2

FIRST MAN

UN PEQUEÑO PASO PARA EL HOMBRE
Ryan Gosling dará el "gran saltó para la humanidad". 
En First Man, la misión más difícil para el astronauta Neil Armstrong (Ryan Gosling, magníficamente contenido), no fue tanto el haber llevado a cabo la histórica hazaña de ser el primer astronauta en pisar la Luna, aquel 20 de julio de 1969. Lo más retador en su vida, fue haber sobrellevado vuelcos emocionales y pérdidas, como la de su pequeña hija. First Man, el más reciente filme del oscarizado Damien Chazelle (ganador a Mejor Director por “La La Land”), nos presenta un astronauta, que más que ser un héroe, dispuesto a arriesgar su vida para aventurarse a viajar al espacio exterior, es un ser humano de carne y hueso, frágil y quebrantable.
Chazelle recrea la crónica sobre cómo Neil Armstrong, de ser un piloto temerario, que realizó vuelos a grandes altitudes que casi alcanzaron el espacio (la secuencia que abre el filme es angustiante), se convirtió en el líder de la misión espacial Apollo 11, y materializó la, hasta entonces, fantasía de llegar a la Luna (antes de que los rusos pudieran hacerlo). Chazelle lo hace con un contrastante estilo. Mientras las partes que se desarrollan en la Tierra, que muestran tanto la vida familiar de Armstrong junto a su esposa (Claire Foy, genial), ambos sobrellevando la pena por la muerte de su pequeña hija, y su entrenamiento en la NASA a mediados de los 1960, sin ser lentas en su desarrollo terminan siendo planas, las secuencias que tienen lugar en el espacio son las mejores y más emocionantes. Esto, en buena parte, debido a la gran recreación de época, cuidada en sus detalles técnicos. Son las partes que verdaderamente acaban atrapándote.
Se nota la influencia tanto de 2001: A Space Odyssey (el uso de la música, un elemento infaltable en las películas de Chazelle), como de Apollo 13 y, más recientemente, Gravity. De hecho, nada más los 30 minutos finales valen la entrada, en donde se muestra la misión final, desde el despegue junto a los otros dos astronautas, Buzz Aldrin (Corey Stoll), el segundo hombre en pisar la Luna, y Mike Collins (Lukas Hass), el tercer miembro de la misión. La película luce como si hubiera sido filmada en los 1960 (buen trabajo del director de fotografía Linus Sandgren), con colores desaturados y granulosos.
Steven Spielberg es el productor ejecutivo, por lo que el tema del núcleo familiar fragmentado es el tema principal, no tanto el de la misión espacial. Desde la pérdida de su pequeña hija, Armstrong (fallecido en 2012), se alejó más y más de su familia (incluyendo dos hijos), encerrándose completamente en la misión espacial, y en observar la Luna con su telescopio. Un hombre que, irónicamente, estuvo tan cerca de la Luna, pero tan lejos, física y emocionalmente, de su familia en la Tierra. Creo que a First Man unos cuantos minutos menos de metraje le hubieran caído bien. Aunque, honestamente, luego de ver los incontables momentos del entrenamiento de Armstrong, cuando finalmente consigue llegar a la Luna es un momento tan emotivo y espectacular (“Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, en la voz de Gosling), que uno siente que valió la pena la espera. 

BOHEMIAN RHAPSODY

Rami Malek.
Me quedaré con la curiosidad de ver qué tal hubiera estado el siempre controversial Sacha Baron Cohen (Borat) interpretando a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody. Su parecido con el líder fundador de Queen es tremendo. Se dice que no se quedó con el papel debido a que quería un filme más explícito respecto a la sexualidad de Mercury, así como más centrado en ese aspecto. Sin embargo, Rami Malek (a quien hace poco vimos en Papillon), está sencillamente fantástico como Mercury, en una interpretación que incluye dentadura postiza enorme (tal vez, demasiado grande), acento británico, gestos y movimientos estudiados, y mucho lipsync. Malek es una verdadera presencia, llena la pantalla de energía en su primer papel protagónico de peso. Con seguridad este papel lo catapultará a interpretar más personajes de este calibre en el futuro.
Dirigida por Bryan Singer (con quien, se cuenta, Rami Malek tuvo pleitos durante el rodaje), Bohemian Rhapsody es un notable intento por conseguir una biopic de Freddie Mercury. A pesar de no ser 100 por ciento apegada a la realidad, es un filme homenaje al cantante y compositor, a su genialidad y su excentricidad; una carta de amor de Singer a la banda detrás de éxitos en la historia del rock como Somebody to Love, Radio Ga Ga, I Want to Break Free, y por supuesto, la canción que da título al filme. De hecho, una de las partes centrales de la película tiene que ver con la gestación de Bohemian, en la que Mercury y sus compañeros de la banda, 
Roger Taylor (Ben Hardy), baterista, Bryan May (Gwilym Lee), guitarrista, John Deacon (Joseph Mazzello, aquel niño de la primer película de Jurassic Park), bajista, experimentaron mezclando opera y rock (con una duración de 6 minutos). El ficticio ejecutivo de EMI, interpretado por Mike Meyers, no vió potencial comercial en la canción (referencia a Wayne's World, que Mayers protagonizó en los 1990, y en la que Bohemian Rhapsody tiene un protagonismo especial en esa escena musical dentro del auto). "Nadie va a sacudir su cabeza por esa canción", les dice el ejecutivo en su oficina.

Lo mejor, es que tenemos la biopic de una estrella de rock -y no cualquier estrella de rock- en donde no hay un personaje lidiando con adicciones a las drogas o al alcohol. Singer apuesta por algo más original y psicológico, la crisis de identidad que Mercury cargó a cuestas durante su vida. No aceptaba con facilidad sus orígenes (su verdadero nombre era Farrokh Bulsara, y nació en Stone Town, Tanzania), y tuvo dificultades para aceptar su homosexualidad, cosa que no le impidió al principio tener una relación con una mujer, Mary Austin (Lucy Boynton), su musa y luego esposa.
Aunque el filme no gira en torno a las relaciones de Mercury, es evidente que Singer (el director de The Usual Suspects, y los primeros filmes de los XMen) intenta mostrar que detrás de la fuerza creadora del cantante, hubo una turbulenta y tortuosa vida emocional, que lo llevó a mediados de los 1980 a ser diagnosticado con VIH. El retrato de época está sumamente conseguido, y el aspecto musical es espectacular (definitivamene tiene que verse en cine), no únicamente por las escenas de la grabación de Bohemian en el estudio, sino también por la recreación del concierto Live Aid de 1985 (organizado por Bob Geldof, para la hambruna en Etiopía). Es donde Rami Malek demuestra por qué nació para hacer este papel; se mete en la piel de Freddie Mercury y lo interpreta con precisión quirúrgica.🌟🌟🌟🌟

HOLD THE DARK

Jeffrey Wright. 
Dentro de lo contenida que es, la actuación de Jeffrey Wright es fenomenal. El problema de Hold the Dark, es que el suspenso que prometía al inicio se desploma después de los primeros 30 minutos. Wright interpreta a un escritor experto en lobos, quien decide viajar a una región inhóspita en Alaska para ayudar a una joven madre (Riley Keough) a encontrar a su hijo. Según afirma la mujer, el niño fue capturado por unos lobos. Desafortunadamente, los personajes no son lo suficientemente interesantes, incluyendo el personaje interpretado por Alexander Skarsgard, el padre del niño, un marine que regresa de pelear en el Medio Oriente para emprender la búsqueda de su hijo, con la ayuda del sheriff (muy bien interpretado por Michael Tayles). El relato explora la violencia en un escenario poco común en películas, pero termina sin ir a ningún lado, sin explorar más a fondo a sus personajes. Hold the Dark acaba sintiéndose demasiado inmóvil y congelada. 1/2

A STAR IS BORN

Bradley Cooper y Lady Gaga.
No podría ser más obvio. En esta nueva versión de A Star is Born (de la cual hasta la fecha hemos tenido cuatro, siendo la más popular la de 1976, protagonizada por Barbra Streissand y Kris Kristofferson), Bradley Cooper parece seguir los pasos de Jeff Bridges, quien por su actuación en Crazy Heart obtuvo un Oscar a Mejor Actor. Y no será nada raro si el próximo año Cooper obtiene una nominación a Mejor Actor, por el retrato que hace de Jack, una estrella de rock, sumergido en una adicción al alcohol y las drogas. Un relato que hemos visto antes hasta el cansancio, es verdad. Pero lo cierto, es que en esta nueva película, dirigida y coescrita también por Bradley Cooper, es que el actor consigue de alguna forma atraparnos en el torbellino emocional-romántico que se desarrolla en pantalla.
Ally (Lady Gaga, muy bien en su actuación), es una joven aspirante a convertirse en cantante, alternando entre su trabajo de mesera de día, y cantar en un club de drag queens en las noches. Ally verá llegar el éxito repentinamente cuando Jack le de la plataforma necesaria -y además la seguridad y confianza en sí misma, tanto en su talento como en su físico (su punto débil es creer que su nariz es demasiado grande para ser tomada en cuenta como artista, digna de grabar y ser escuchada).
Lo que vemos más adelante, es una historia de amor tormentosa, que si bien desde el principio pueden telegrafiarse los caminos que va a ir tomando (Ally se va convirtiendo en una artista exitosa, mientras Jack se va transformando en un ser torturado y autodestructivo), al final Bradley Cooper salva la película de caer en lo predecible con un giro inesperado de 180° en su resolución. Aunque hay momentos en que parece que estamos viendo dos películas distintas, otra cosa que salva a la película es la buena química que logra su pareja protagónica. Cooper no nada más quiere lucir como Jeff Bridges, sino sonar como Sam Elliot después de tomarse una botella de aguardiente (curiosamente, también aparece en el filme, interpretando al agente de Jack).
La parte musical (no sabía que Cooper cantara, y no lo hace tan mal), es disfrutable, y si se es fan de Lady Gaga, se disfruta mucho más. El tema The Shallow es bueno (que canta Lady Gaga, producido por Mark Ronson), con esa clase de potencial para levantar los oídos de los miembros de la Academia de Hollywood y, posiblemente, darle una nominación a Mejor Canción Original. 1/2

lunes, 22 de octubre de 2018

VENOM

Con su mejor sonrisa, Venom (Tom Hardy).
No se puede pensar en Venom sin que Spider-man venga a la mente. Aquel apareció por primera vez en un cómic del "hombre arácnido", y el reto para una película dedicada completamente a este personaje obscuro, de facha monstruosa y no muy amigable, es tener éxito sin que Spidey tenga que entrar a escena para salvar el show. La apuesta de Sony Pictures por este personaje de la Marvel Comics -conocido en un inicio como el "traje alien"- ha rendido sus frutos. Fue un éxito monetario en su primer fin de semana de estreno, y el veredicto es que el filme, protagonizado por Tom Hardy, es pasable y entretenido.
Dirigida por Ruben Fleischer (Zombieland), el filme, aunque tarda algo en despegar en su primera media hora, con un inicio que parecería extraído de cualquier película de ciencia ficción sobre invasiones alienígenas, poco a poco va tomando un tono de comedia extraño, pero gracioso. Eddie Brock (Hardy) es un periodista freelance, de esos dispuestos a romper las reglas ocasionalmente, quien se encuentra cubriendo una historia sobre un científico, Carlton Drake (Riz Ahmed). Detrás de su facha de investigador serio, Drake se encuentra desarrollando ocultamente experimentos con una forma de vida alienígena, llamados "simbiotes", seres que lucen como moluscos, de forma algo líquida, y que como una especie de parásitos necesitan invadir un cuerpo para sobrevivir en la Tierra.
Hardy se nota, literalmente, enfundado en el personaje, quien según afirma aceptó interpretar debido a que su hijo es un gran fan de Venom (creado por Todd McFarlane, Mark Bargley, y Mark Millar). Siendo además el productor ejecutivo de la película, es evidente que Hardy trató de mantenerla dentro de limites de violencia aceptables, visibles para una clasificación familiar, para "niños acompañados de adultos".
Cuando Eddie, accidentalmente, se convierte en el receptor de uno de los simbiotes, su vida se pondrá más complicada de lo que ya está (su novia, Michelle Williams, lo dejó, y perdió su trabajo). La criatura, de nombre Venom, lo usará para algo que en realidad --- nunca nos queda claro, pero que tal vez le sirva a nuestro reportero para desenmascarar a Drake, y revelar sus experimentos con indigentes (con los cuales Eddie simpatiza).
En el momento en que Eddie y Venom se encuentran, es cuando realmente inicia la película, que se transforma en algo cercano a Evil Dead (Eddie parece estar luchando con algo cercano a una posesión demoniaca, escuchando voces, y adquiriendo fuerza sobrehumana). El guión no es nada extraordinario. De hecho se queda a medias en ofrecer una historia interesante, y cae a propósito en los estereotipos raciales del villano de piel obscura, o el asaltante mexicano. La película, reducida a su máxima expresión, es básicamente Tom Hardy interpretándose así mismo, cayendo en la autoparodia, dentro de una trama que salta entre la ciencia ficción, historias de "vigilantes nocturnos", de amenazas extraterrestres, de venganzas, etc. Una combinación extraña, pero que, inexplicablemente, funciona, al resultar divertida en su segunda mitad, palomera, y el inicio de una franquicia a la que no habrá que perderle la pista.  1/2

jueves, 11 de octubre de 2018

QUINCY


QUINCY JONES. Retrato de una leyenda de la música.
Para muchos, Quincy Jones es sólo aquel productor que lanzó al estrellato a Michael Jackson (en realidad, es quien realmente lo hizo y moldeó desde que el ex Jackson 5 se lanzó como solista). Pero para quien se anime a ver este magnífico documental, Quincy Jones les será revelado como algo mucho más que eso, una leyenda gigantezca de la música contemporánea. De empezar como un trompetista de jazz en la orquesta de Count Basie en los años 1940-1950, su carrera fue catapultada hacia el infinito, luego de ser invitado nada menos que por Frank Sinatra para crear los arreglos y orquestación de "Fly Me to the Moon". Esto en un momento de la historia estadounidense en donde, debido al racismo y a la segregación, no se les daba el espacio y reconocimiento que merecían a los músicos negros.
Dirigido por la actriz Rashida Jones (hija de Quincy), el documental también revela a este monstruo de la música (por quien muchos músicos y cantantes modernos se quitan el sombrero) como un multioscareado compositor de bandas sonoras (In the Heat of the Night, To Sir With Love, The Wiz, etc.) y un gran defensor de los derechos de los afroamericanos (el centro del documental, es la apertura del Museo de la Cultura Afroamericana). Al ser dirigido por una hija del músico, el documental no cae en la idealización de su figura, sino que lo humaniza y muestra en carne y hueso, un hombre frágil de salud (sufrió un coma diabético que casi lo mata, y se sometió a una neurocirugía debido a un aneurisma), y con muchas esposas en su haber. Recomendable, se puede ver en Netflix. 

PAPILLON

Charlie Hunnam y Rami Malek. 


La novela Papillon, escrita por Henry Charrière, ha trascendido por ser un relato sobre la fortaleza del espíritu. Charrière plasmó en su libro sus experiencias vividas en prisión, luego de haber sido encarcelado en la Guyana Francesa, a principios de los 1930, por un asesinato que no cometió. Tal vez Charrière merecía estar en la cárcel, al haber sido un ladrón profesional que merecía de alguna forma ser castigado por sus delitos. Al leer la novela uno acaba algo distraído de estas cuestiones, ya que su historia es tan fascinante, inspiradora, y quizás algo difícil de creer en su totalidad, que Charrière termina plasmándose a sí mismo como un héroe que desafió a la autoridad y sobrevivió para contarlo.
Llega ahora al cine la segunda adaptación de su libro (la primera adaptación fue en 1973, dirigida por Franklin J. Shaffner, protagonizada por Steve McQueen y Dustin Hoffman), dirigida por el danés Michael Noer. Algo tiene a su favor, sabe reflejar los temas principales del libro, así como construir a Papillon (apodo de Charrière debido a su tatuaje de mariposa en el pecho) como personaje. Papillón no estuvo dispuesto a pasar el resto de sus días en la cárcel injustamente. No permanecería quieto tras las rejas, e intentaría escapar a como de lugar, usando todo el dinero que tuvo en su poder para comprar su libertad.
Charlie Hunnam interpreta ahora a Papillon (parece una versión juvenil de Steve McQueen), y consigue reflejar fuerza en pantalla. Rami "Mr. Robot" Mahlek encarna a su leal amigo de anteojos de "fondo de botella" y falsificador, Louis Dega. El centro del filme es esa gran amistad que se forma en prisión entre ellos, conmovedora e interesante por la forma en que Noer refleja ese lazo inquebrantable entre ellos.
A pesar de todo, esta nueva versión no le llega a los talones a la primer película (a la cual se le da crédito en el filme, al mencionar como fuente de inspiración el guión escrito originalmente por Dalton Trumbo y Lorenzo Semple Jr.). Es un filme simplemente satisfactorio, visible, con uno que otro momento rescatable (el confinamiento de Papillon en solitario, durante cerca de dos años, y sin probar alimento la mayor parte del tiempo, para la cual se nota que Hunnam perdió peso considerable), con actuaciones aceptables, y que no le hace mucha justicia al libro (de obligada lectura). Lo principal esta ahí, la historia sobre la lucha de un hombre por su libertad, por probar su inocencia; por exhibir los abusos en prisión por parte de las autoridades, por mantener la sanidad mental en las situaciones más extremas, y también sobre la pena de muerte en la guillotina. Claro, también es una excitante historia de grandes escapes de prisión, y del verdadero significado de la amistad. 

viernes, 21 de septiembre de 2018

GRIFF THE INVISIBLE * * *

Ryan Kwanten.
Sería un poco injusto calificarla simplemente como "Kick-Ass" a la australiana (curiosamente, ambos filmes fueron producidos en 2010). La verdad, esta película, aunque considerablemente más pequeña en su producción, tiene un giro todavía más psicológico y emocional, llevado a cabo inteligentemente. 

THE NUN * *


Taissa Farmiga.
Después de ver The Conjuring 2, muchos nos quedamos en ascuas por saber más sobre la demoniaca monja (con rostro de Marilyn Manson) que se aparecía en las visiones y pesadillas de Lorraine Warren (Vera Farmiga). A pesar de no aparecer mucho en aquel filme, la monja en cuestión consiguió atrapar nuestra atención, engancharnos, y dejarnos con ansias por saber más sobre el personaje. Desafortunadamente, este nuevo spin off de la franquicia de horror de The Conjuring, (y que puede funcionar como una precuela), luego de los 2 no muy exitosos filmes de "Annabelle", es una decepción en muchos aspectos.
No es precisamente una mala película de espantos. Sin embargo, no te revela absolutamente nada nuevo ni interesante sobre la monja del título (Bonnie Aarons), ni trae a la luz información sobre quién es -o fue- realmente el personaje. Es cierto, al final de The Conjuring 2 se nos revelaba algo (es recomendable verla primero antes de La Monja), pero una película dedicada a "la monja" merecía hacerle más justicia y darle más espacio (apenas y sale algunos minutos). Es decir, que nos enganchara todavía más. Nada de eso sucede.
Dirigida por Coryn Hardy (coescrita por James Wan, el artífice detrás de The Conjuring e Insidious), la historia es como de receta de cocina. Al inicio, parece un plagio de El Nombre de la Rosa. Un sacerdote (Demian Bichir), y una joven novicia en espera de tomar sus votos (Taissa Farmiga), son enviados por el Vaticano a una remota abadía en Rumania, para investigar el suicidio de una monja en circunstancias misteriosas. En su camino se encontrarán con un joven francés (Jonas Bloquet), que les servirá de guía y poco más. A partir de ahí, luego de los primeros 30 minutos, la película no será más que una serie de sustos calculados y pensados para hacer saltar a la gente de sus asientos. Lo malo, es que el filme no te asusta tanto como debiera.
El filme es funcional hasta cierto punto, ya que si estamos esperando un relato interesante, o al menos medianamente entretenido, aquí no lo encontrarán. Hay buenas ideas que en papel tal vez sonaron terroríficas (¡Esa madre superiora toda de negro, con el rostro oculto y sentada todo el tiempo en una silla! ¡Por favor!), pero que en el filme fueron pobremente aprovechadas. El sacerdote de Demian Bichir es un personaje blando y débil, tendiendo al cliché del sacerdote torturado emocionalmente, y sin verdaderamente completar su misión. Y con el resto de los personajes es lo mismo. Basta de películas inspiradas en The Conjuring. 

THE WIFE * * * *


Glenn Close y Jonathan Price.
Las malas noticias no llegan siempre por teléfono y cuando uno está dormido. Para Joe Castleman (Jonathan Pryce, genial) el teléfono sonará, temprano por la mañana, para darle la mejor noticia de su carrera como escritor: ha sido galardonado con el premio Nobel de Literatura. Junto a Joan, su esposa (maldición, cómo es que no vemos más seguido a Glenn Close en cine, está fantástica), festejará como niño brincando en la cama, antes de salir a Estocolmo a la ceremonia de premiación. El problema, es que no todo brilla en su matrimonio como parecería. Desde el primer minuto de The Wife, nos vamos adentrando en la a veces amarga, a veces alegre vida del maduro matrimonio. Descubriremos el desgaste emocional que viven, y que recibir un premio Nobel no es tan excitante como uno imaginaría.
En este vaivén narrativo, en el que viajamos entre el pasado, en donde través de flashbacks atestiguamos cómo Joe (Harry Lloyd) y Joan (Annie Stark, hija de Glenn Close) se conocieron y enamoraron a principios de los 1960, y el presente, descubriremos un hecho que dará un giro descomunal a la trama, y sacudirá intensamente la carrera del escritor. El detonante será un joven escritor y periodista (Christian Slater), quien vive acosándolos para arrancar secretos y confidencias para las memorias que planea escribir sobre Joe.
The Wife es un filme sobre el significado del éxito en el mundo del arte, con un mensaje en su tercer acto sobre el lugar de la mujer en el mismo. El pequeño cuadro de actores que gira alrededor de este gran tour de force formado por Jonathan Pryce y Glenn Close, se completa con Max Irons (hijo de Jeremy Irons), interpretando al frustrado hijo del escritor, quien sufre por no tener la atención y reconocimiento suficiente por parte de su padre.
Dirigida por el sueco Björn Rugen, el filme es un agridulce relato sobre la vida matrimonial durante la tercera edad, con resonancias al cine de Bergman, y que, por increíble que parezca, no es tan intelectual, o está muy adentrado en el tema de la literatura. No es que haya algo de malo en ello. De hecho, la película trata también -aunque no demasiado- sobre la creatividad y el oficio del escritor. Rugen se nota preocupado también por exhibir el mundo snob de los premios Nobel, desmitificándolos, mostrando lo vacío que pueden ser, y sin mucho significado.

viernes, 31 de agosto de 2018

MISSION: IMPOSSIBLE - FALLOUT * * * *


Tom Cruise con gasolina (y adrenalina) de sobra. 
¿Qué le falta hacer a Tom Cruise en una película de Misión Imposible? Cuando creemos que ya lo ha hecho todo (ha realizado una peligrosa escena de acción colgado de un avión en pleno vuelo, ha escalado rascacielos y montañas, etc?, siempre regresa, como una especie de "capitán peligro" del cine de acción, con una nueva forma de jugársela. ¿Le falta caer por las cataratas del Niágara? O mejor aún ¿realizar una escena de acción en el espacio, orbitando la Tierra? En Mission: Impossible-Fallout, la última película de la saga, Cruise ahora pilotea un helicóptero entre montañas, hace una escena de acción junto a Henry Cavill en caída libre desde un avión, realizó una persecución en moto por estrechas calles de París, y en Londres saltó de un edificio a otro, cosa que le costó una fractura de tobillo.
La entrega de Cruise es tal al realizar las películas de Misión Imposible, que te acabas rindiendo completamente al espectáculo que ofrecen. Fall Out es seguramente la mejor película de acción del año, con escenas que te dejan con la quijada colgando. En pos del mayor realismo posible, la multimillonaria estrella de Hollywood siempre ha decidido hacer sus propias escenas de acción peligrosas, sin la ayuda de dobles que se rompan los huesos por él.
Christopher McQuarrie, director de Rogue Nation, la anterior película, regresa en la dirección, y en Fall Out vemos la continuación de los acontecimientos de Rogue Nation. Solomon Lane (Sean Harris, todavía muy tenebroso), líder de la organización terrorista "El Sindicato", ahora en una prisión de alta seguridad, busca seguir llevando a cabo sus planes con un atentado nuclear. Por si fuera poco, la existencia del IMF sigue estando amenazada por su mala reputación de saltarse reglas, no respetar la autoridad, y poner en riesgo la seguridad nacional.
Ethan Hunt (Cruise) y sus colegas, Benji (Simmon Pegg), y Luther (Ving Rhymes) deberán viajar a Europa en una ultima oportunidad para probar que están del lado del gobierno y que quieren ayudar. En París, deberán negociar la posible extradición de Solomon en una delicada operación, bajo la supervisión de un agente de la CIA (Henry Cavill). Rebeca Ferguson regresa como Ilsa, de nuevo en el doble papel de amiga-enemiga, y el lado femenino se acentúa más con la adición de Vanessa Kirby (de The Crown), como la lideresa de una organización criminal secreta.
Cualquiera podría argumentar que las películas de Misión Imposible son, esencialmente, lo mismo, una tras de otra. De Fall out puede decirse que es la misma gata,... pero mucho mejor revolcada. De alguna forma (más dólares en el presupuesto) los realizadores siempre se las arreglan para hacer de cada episodio de Misión Imposible un gran suceso, el evento del año; con algo nuevo, que quieras o no atrapa tu atención. Crean un magnetismo cargado de adrenalina que te jala al cine, te sienta en la butaca, y te tiene pegado a ella sin problemas,con las uñas clavadas en el asiento.
Tom Cruise está loco, y el gancho cada dos o tres años que regresa con una nueva misión, es ver o preguntarse ¿ahora cómo arriesgará el pellejo para que los espectadores vayan a dejar millones y millones de dólares en la taquilla, y ver excelente cine de acción en su máxima expresión?

ANTMAN AND THE WASP * * *

Evangeline Lilly y Paul Rudd.
Sabíamos que Ant-Man regresaría en una secuela, y que no lo haría solo. Ant-Man and the Wasp, secuela de Ant-Man (2015), viene cargada del doble de diversión y acción. Contrario a franquicias más poderosas y épicas (como la de Avengers, en donde Ant-Man ha tratado de encontrar su lugar), la saga del "hombre hormiga" todavía no tiene esos alcances. Pero ya tiene su público, y ha probado ser un entretenimiento familiar noble, funcional, veraniego, al que vale la pena darle una oportunidad. Su humor en general es gracioso, y la experiencia acaba siendo divertida si se tiene la actitud apropiada.

Dirigida nuevamente por Peyton Reed, el lado femenino de la historia tiene más peso que en la anterior película. Evangeline Lilly vuelve como Hope, el interés romántico de Scott Lang/Ant-Man (Paul Rudd), quien usando la tecnología desarrollada por su papá, el Dr. Hank Pymm (Michael Douglas), se convertirá en The Wasp. El Dr. Pym está decidido a encontrar a su esposa, Janet Van Dyne (Michelle Pfiffer), la primera en vestir el traje de la "avispa", quien si recordamos el primer filme acabó atrapada y miniaturizada en el plano subatómico. Mientras tanto, Scott sigue luchando por encontrar el balance apropiado entre ser un buen super héroe y un padre, cosa que no tendrá fácil al tener que enfrentar a una nueva némesis, el Dr. Bill Foster (Laurence "Matrix" Fishbourne), el protector y suerte de padre adoptivo de Ava (Hannah John Kamen, de "Ready Player One" y "Game of Thrones"), una chica mutante con el poder de volverse invisible y hackear sistemas con sus poderes electromagnéticos.
Paul Rudd sigue mostrando lo cómodo que se siente en su fasceta cómica. Es un actor bueno para la comedia, que no se toma muy en serio así mismo (hay una escena en que, sin revelar demasiado, hace una rutina cómica con un lado femenino muy marcado). Lo malo en esta secuela, es que no hay tanto de Ant-Man miniaturizado como en la primer película (que era de lo más divertido y rescatable), sino más del héroe en versión gigante. Michael Peña como Luis, el mejor amigo de Scott, tiene ahora el doble de tiempo y más espacio para desenvolverse, aunque llega un momento en que quizás acaba siendo demasiado.
Ant-Man es un buen entretenimiento de fin de semana clasificación AA. Advertencia: hay que quedarse hasta el final de los créditos para poder ver lo que viene en la tercer película.

jueves, 2 de agosto de 2018

PHANTOM THREAD * * * *

Vicky Krieps y Daniel Day Lewis 
Ojalá y Daniel Day Lewis nunca se retire de la actuación, como lo ha afirmado anteriormente. En Phantom Thread Daniel Day Lewis (nominado al Oscar este año a Mejor Actor) está en todo su esplendor, el más reciente ejemplo de lo que un actor de su calibre puede conseguir. En la segunda colaboración del actor británico con Paul Thomas Anderson (la primera fue en There Will be Blood en 2007), tenemos una historia romántica agridulce, masoquista, y tortuosa, además de un estudio de personaje impecable.
Daniel Day Lewis interpreta a Reynolds Woodcock, un diseñador de modas, reconocido genio del gremio durante la década de los 1950, en Inglaterra. Entre sus clientes se cuentan incluso miembros de la realeza. Cuando en su vida parece no haber cabida para una relación, aparece Alma (Vicky Krieps), una mesera, quien con tan simbólico nombre llega a poner de cabeza el aparentemente perfecto, limpio, e impecable mundo de Reynolds. Ambos empiezan un romance de altas y bajas, estira y aflojes, que tomará giros de cuento de hadas obscuro, bastante retorcido, y poco convencial. Lo que menos acaba siendo su relación es una experiencia romántica y edulcorada. Lesley Manville como Cyril, la seria, adusta, y refinada hermana y asistente de Reynolds, está sencillamente fantástica. Pero si en algo destaca Paul Thomas Anderson es en su gran dirección de actores, específicamente, en conseguir otro memorable trabajo de Daniel Day Lewis. Su actuación es pura perfección, y como en cada una de sus películas se siente detrás de cada detalle, de cada gesto, de su voz, un magistral y minucioso trabajo.

INCREDIBLES 2 * * * * *


En Incredibles 2, Papá Increíble tendrá que quedarse en casa. 
Incredibles 2 es tan buena como su antecesora, The Incredibles (2004), quizás un poco mejor. Más acción,una impecable animación, y ahora un tema algo más controversial. Instalada en los 1960, Incredibles 2 tiene un giro feminista, con el tema de la mujer desarrollando un lado profesional dentro del típico núcleo familiar. La Sra. Increíble (también conocida como la "Chica Elástica", con voz de Holly Hunter) emprende una nueva faceta profesional al tener que salir a trabajar, mientras que el Sr. Increíble (voz de Craig T. Nelson) tendrá que quedarse en casa a cuidar de los niños, ayudarles en sus tareas, y de otras labores domésticas.
El gobierno está cansado de los daños colaterales que los supers (como son llamados los superhéroes en este universo) están causando, por lo que sus actividades han sido declaradas como ilegales. Están costando muy caro al gobierno y a los ciudadanos que con tanto celo y sacrificio se dedican a defender. Entra a escena Winston Deavor (Bob Odenkirk, de Breaking Bad y Better Call Saul), un rico empresario, quien de niño admiraba a los supers y está dispuesto a ayudarlos a limpiar la injusta reputación de causar más daño que bien. Ayudado por su hermana (Catherine Keener), este mogul altruista y fan de los supers (posee aviones, yates, etc.) enrolará a la super mamá en una especie de programa de alta tecnología, en donde la lucha contra el mal estará controlada por alta tecnología que mantendrá los daños urbanos al mínimo. ¿Y el Sr. Increíble? Pues descubrirá que ser mamá y ama de casa es un trabajo que requiere de algo más que fuerza sobrehumana y superpoderes, en su intento de criar y cuidar a sus retoños, la chica invisible Violet (voz de Sarah Vowell), el super veloz Dashiel (voz de Huck Milner) y Jack Jack, el bebé (Eli Fucile).
Jack Jack acabó robándome el corazón, quien ahora se ha convertido en un gran "roba-escenas". Los que vimos el primer filme sabemos que Jack Jack tiene superpoderes, pero su propia familia lo desconoce. En esta segunda película, la mayoría de las bromas y escenas graciosas giran alrededor de este hecho. Cuando Bob, su papá, descubra que Jack Jack es tan poderoso como cualquiera de ellos, será algo más problemático que escuchar la primera palabra de un bebé normal. Sin embargo, sigo creyendo que los principales superpoderes del bebé son el ser tierno, gracioso, y de lo más encantador. Jack Jack puede transformarse en monstruo, multiplicarse a sí mismo, moverse a través de varias dimensiones, convertirse en gigante y en una antorcha humana.
Nuevamente dirigida por Brad Bird, ahora tendremos más "supers" y anacronismos al estilo del primer filme. Por ejemplo, las instalaciones secretas en donde vive Edna (voz del mismo Brad Bird), diseñadora de los uniformes de los Increíbles, se ven demasiado modernas y de alta tecnología para la época. Es decir, es una mezcla de diseños retro y ultramoderno que acaban por darle al filme un sabor atemporal. En cuanto a Edna, sigue siendo de los personajes más graciosos, aunque me sigue causando algo de problemas su concepción, ya que sigue el clásico estereotipo de una mujer asiática. Con todo, es graciosa, con actitud, fuerza, seguridad, y lo mejor de todo, es memorable, aunque desafortunadamente no tiene suficiente tiempo en pantalla como en la primer película. Por el contrario, Lucius (Samuel L. Jackson), o "Frozone", amigo de la familia, tiene más participación y oportunidad de echar una mano "muy fría" a sus amigos superhéroes cuando lo necesiten.
Como nota final, Jonathan Banks (también de Breaking Bad y Better Call Saul) sustituye al fallecido Bud Luckey, quien daba voz al jefe de policia Rick Dicker, amigo de los Increíbles. En resumen, Incredibles 2 está cargada de más acción, personajes, más Jack Jack, una trama más compleja, así como un inteligente y sensible mensaje sobre lo valioso que es el trabajo en equipo; de que una familia es más poderosa si está unida.

martes, 10 de julio de 2018

ISLE OF DOGS * * * * *

Aventura peluda en stop motion con sabor japonés.
Isle of Dogs, segunda película animada dirigida por Wes Anderson (The Grand Budapest Hotel), es maravillosa y nadie que se precie de ser aficionado al cine animado debería perdérsela. A diferencia de Fantastic Mr. Fox, la anterior aventura animada dirigida por Anderson, basada en la novela homónima escrita por Roald Dahl, Isle of Dogs es una historia original (escrita por Anderson, en colaboración con Jason Schwartzman, Roman Coppola y Kunichi Nomura).
En medio de un panorama dominado enteramente por la animación digital, es grandioso ver que todavía hay directores y productoras interesados en la animación tradicional en stop motion (cuadro por cuadro y con modelos a escala). Isle of Dogs es un trabajo versátil, ya que mientras el 70% de su animación es en stop motion, el resto es una mezcla de animación dibujada a mano retocada digitalmente,
Instalada en Japón, Isle of Dogs tiene algo de crudeza y violencia, pero su historia sobre un niño, Atari Kobayashi (Koyu Rankin), y su perro, Spots (voz de Liev Schreiber), tiene un encanto que atraerá tanto al público infantil como al adulto. En medio de una crisis sanitaria en la ciudad de Megasaki, Atari se embarca en una aventura para tratar de encontrar a su adorado Spots, El pobre can ha sido expulsado, junto a toda la población de perros, a una isla debido a que todos han sido infectados por una especie de moquillo. Dicha orden ha sido decretada por el gobernador Kobayashi (Kunichi Nomura), de hecho el tío de Atari.
El dictatorial gobernador Kobayashi desciende de una linea de gobernantes quienes, desde tiempos feudales, se han caracterizado por su amor a los gatos y odio a los perros. Es posible que el virus haya sido creado por el mismo gobierno de Kobayashi para deshacerse de los perros, al menos, según las investigaciones del profesor Watanabe (Akira Ito) y su asistente (Yoko Ono).
El reparto de voces es excelente, y como puede esperarse, de actores habituales en el universo fílmico de Anderson. Edward Norton, Jeff Goldblum, Bob Balaban, y Bill Murray interpretan a una pandilla de perros con mucha química y carisma, que ayudarán a Atari a encontrar a Spots. F. Murray Abraham y Tilda Swinton dan voz a dos perros que servirán de guías, y nos llevarán de la mano en su narración de la historia (¡qué mejor voz que la de Abraham para ello!). Bryan Cranston da voz a Chief, un perro callejero, que jamás ha tenido un dueño, y afirma jamás obedecerá órdenes de humano alguno.
Isle of Dogs es fantástica por donde quiera que se le mire. Su relato sobre la intolerancia está escrita estupendamente. Hay un momento en que parece que la película se convertirá en "La Dama y el Vagabundo" versión Wes Anderson, pero afortunadamente no es así. Lo mejor, es que mientras la mitad de sus diálogos están en japonés y sin subtítulos (algunos de ellos traducidos por una intérprete con la voz de Frances McDormand), esto último no es un problema. Las acciones y eventos que vemos avanzan y se entienden por su propia lógica, gracias a la gran dirección de Anderson. Para que nos entendamos, Isle no es un relato convencional, el cual para ser honesto me tuvo atrapado desde el principio hasta el final.
La película está más dentro del cine animado menos comercial, más "de autor" y más artístico (no esperen verla abarcando salas y salas de cine como The Incredibles 2, su estreno ha sido muy limitado). En ese sentido, el diseño de arte es maravilloso e impresionante. Los modelos están quisquillozamente construídos (incluso cada pelo de los perros tiene movimiento y transmite vida). Hay algo de humor caricaturezco, pero funciona excelentemente, considerando que es un filme protagonizado casi en su totalidad por perros. Un humor con pocas pulgas.

jueves, 21 de junio de 2018

BRIGSBY BEAR * * *

Kyle Pope.


Para tener una definición aproximada de Brigsby Bear, basta imaginar una mezcla de Room (2015), con The Disaster Artist, y un toque The Boy in the Plastic Bubble (de 1976, con John Travolta). Dirigida por Dave McCary (director de algunos cortometrajes y guionista de Saturday Night Live) Brigsby es de esas historias sobre perseguir los sueños sin que nada te detenga. Pero desafortunadamente, después de su primer acto la película toma un camino más fácil y digerible del que uno hubiera podido imaginar. Es decir, más que ser un estudio psicológico sobre el confinamiento de un personaje desde su niñez, Brigsby Bear termina convirtiéndose en una extraña, pero pasable y entretenida historia sobre la improbable y extraña amistad entre dos personajes.
Siendo apenas un bebé, James (Kyle Pope) fue secuestrado en el hospital por un matrimonio (Mark Hamill y Jane Adams), para vivir encerrado toda su vida, sin poder poner un pie fuera de su casa (situada en medio del desierto), con la excusa de que el aire es tóxico. A sus casi 30 años, James sigue siendo como un niño, y se vuelve fanático de un programa infantil, "Brigsby Bear", sobre un oso y sus aventuras fantásticas. No solo James tiene cada episodio grabado en viejos VHS, sino que cuenta con un canal estilo youtube en donde reseña cada episodio, y se comunica con otros posibles seguidores del show. Tan sólo diré que James acaba siendo rescatado, confrontado con un mundo del cual desconoce todo, y reunido con sus verdaderos padres 30 años después. No he revelado casi nada, ya que la cosa apenas comienza.
La película está bien, pero pudo haber estado mejor. Creo que la premisa, después de los primeros 15-20 minutos, daba para una historia mucho más interesante. Sin embargo, Dave McCary se conforma con conseguir un filme gracioso, medio conmovedor, sobre la creatividad y el amor al cine (estilo también "Be Kind Rewind"). El mensaje es nunca dejar de creer en lo que te gusta (en este caso, en "Brigsby Bear"). Lo malo, es que el filme acaba siendo una simple historia sobre el "niño que todos -o casi todos- llevamos dentro", lo genial que es externarlo, y la autenticidad.
James nunca dejó de creer en el oso, y por ello quiere realizar un filme homenajeando a su héroe, algo así como "Brigsby Bear: the movie", uniendo fuerzas creativas con un chico de 19 años, Spencer (Jorge Lendeborg Jr.). Greg Kinnear hace un pequeño papel de detective, con un giro sorpresivo y chuzco. "Brigsby" tiene otro mensaje: cualquiera puede hacer una película, sin necesidad de ir a la escuela de cine. Basta con tener un poco de imaginación, un personaje principal raro y excéntrico para dirigirla, suficiente utilería de segunda mano, algunos amigos dispuestos a trabajar de gratis, y la simple voluntad de hacerlo.

lunes, 11 de junio de 2018

SOLO: A STAR WARS STORY * * * 1/2

Aldren Ehrenreich es el joven Han Solo. 
La producción de Solo: A Star Wars Story, tuvo una trayectoria accidentada. Luego de que Phil Lord y Chris Miller (directores de The Lego Movie) fueran despedidos del proyecto a medio camino, Ron Howard entró a escena a finalizar el filme (se dice que volvió a filmar casi el 70 por ciento de lo ya rodado). Luego, estaba el asunto de quién interpretaría al joven Han Solo, el icónico mercenario-vaquero-espacial de la saga original, que fuera interpretado por Harrison Ford hace cuatro décadas.
El papel acabó en manos del no muy conocido Aldren Ehrenreich (al menos, antes de ver su excelente actuación en "Hail, Caesar", yo jamás había escuchado de él), con los nervios y escepticismo de muchos fans (incluyéndome a mí), respecto a si era o no la elección correcta. Tal vez no se parezca mucho a Harrison Ford, pero el caso es que Ehrenreich consigue una muy buena interpretación sin ser del todo una imitación obvia de la actuación de Ford. Es cierto, se nota que estudió los gestos, movimientos y forma de hablar del Solo original, pero la verdad el tipo aporta algo nuevo y pone de su propia cosecha a su versión del personaje.
Ron Howard no es extraño del todo a este género. Tiene algo de experiencia en el cine fantástico (Willow) e historias ambientadas en el espacio (Apollo 13). Howard sabe darle a este primer "spin off" de Star Wars un auténtico toque de películas de aventuras espaciales y ciencia ficción de matineé (al estilo Flash Gordon). Solo es un western ambientado en "una galaxia muy, muy lejana", y tiene también mucho de películas de gángsters y heist movies (películas de grandes robos). Tiene en contra el hecho de estar deslavada de religión jedi, o algo que tenga que ver con "la fuerza".
Sin embargo, Solo tiene algo del espíritu de los filmes clásicos de Star Wars. Hay dos principales motivos para ver el filme: ser testigos de cómo Han conoció a su inseparable y peludo camarada Chewbaca (Joonas Suotamo), y ver cómo se hizo del Halcón Milenario, la icónica nave en la que viaja a la velocidad de la luz. También hay otro acontecimiento que presenciar, y es cómo Han conoció a Lando Calrissian (Donald Glover, también estupendo). Aquí comprobamos que cuando Han le dijo a Lando en El Imperio Contrataca "El Halcón te lo gané de manera justa", era cierto. Bueno, más o menos.
Woody Harrelson está bien en su interpretación de Beckett, una especie de forajido, que servirá de "mentor" para Han. Siendo en esencia un western, Solo tiene una secuencia de "gran robo al tren", espectacular y bien ejecutada. Junto a Val (Thandie Newton), y Rio Durant (voz de Jon Favreau), Beckett se dedica a robar y contrabandear para un jefe gangsteril, Dryden Vos (Paul Bettany). Emilia Clark (de Game of Thrones) interpreta a Qui'ra, el interés romántico de Han, a quién este último se encuentra buscando luego de haber sido separados. Al final, siendo el único personaje femenino, Qui'ra tiene algunos giros sorpresivos y lados fuertes. Y hay otro lado femenino en el filme, representado en la androide L3 37 (voz de Phoebe Waller-Bridge), carismática y valiente.
Solo es buena, pero no es nada extraordinario. Acaba siendo entretenida y funcional. Le falta algo más de la emoción que sí tuvo, por ejemplo, Rogue One, así como más presencia de la figura de un villano. Solo es otra demostración de cómo Disney está tratando de extraerles todo el jugo posible a los personajes creados por Lucas, explotándolos al máximo. ¿Pero hay de qué quejarse al respecto? El filme es satisfactorio y cumple. ¿Acaso George Lucas no hizo lo mismo con los reestrenos de sus "ediciones especiales" de la trilogía clásica hace ya dos décadas? Es un negocio muy redondo, y así ha estado funcionando desde hace tiempo.

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