martes, 8 de mayo de 2012

ONE-EYED JACKS * * * *

La única película que Marlon Brando dirigíó en su carrera. Curiosamente, no fue una adaptación de alguna obra de Shakespeare (como la que protagonizó magistralmente en Julio César), de una obra de teatro moderno (como la que lo catapultó a la fama en A Street Car Name Desired) o algo por el estilo. One Eyed Jacks (1961) es un western, de más de 2 horas de duración pero entretenido, ambientado en dos escenarios: el estado mexicano de Sonora y un pueblo en la costa de California. En esta adaptación de la novela The Authentic Dead of Henry Jones,  Brando está detrás y frente a las cámaras, interpretando a un asalta bancos con el enigmático nombre de Río. Con seguridad, Brando quería demostrar dos cosas: que sabría cómo dirigir un western palomero con un enorme enorme (incluía actores americanos y mexicanos), y que podría llevar su versatilidad a límites insospechados, interpretando lo que puede verse como una versión western de su personaje icónico en  The Wild One (1953), que anda a caballo en lugar de motocicleta. 

Como compañero de reparto, Karl Malden (con quien Brando ya había trabajado en On the Water Front) interpreta a Dad, el amigo que traiciona a Rio y lo deja a su suerte en el desierto, luego de robar un banco en Sonora, siendo perseguidos por la policia. Río purga sus 5 años de condena en la cárcel, mientras Dad disfrutará del botín y reformará su vida como sheriff en California. El reencuentro llegará y lo mejor es cómo Brando logra construir una evidente tensión amistosa entre los dos ex bandidos, sin aparentes rencores. Una bomba emocional que no tardará en estallar. Katy Jurado encarna a la esposa mexicana de Dad, la cual tiene una guapa hija, interpretada por Pina Pellicer. La chica se enamora de Río, quienes inician un riesgoso romance que no será bien visto por Dad. Por otro lado, Río se encuentra organizando un robo con un amigo mexicano y otros dos bandoleros "gringos" en el pueblo, cosa que no hará más que poner más tensas y complicadas las cosas.

Brando consigue sacar el personaje de tipo duro, impenetrable, de contadas y balbuceantes palabras y que oculta más de lo que aparenta. No es difícil adivinar el camino que sigue Río hacía una posible reformación gracias al amor de la frágil y vulnerable Luisa. Una fórmula muy conocida en el género, nada nuevo que no se haya visto antes, es cierto, pero la película se levanta gracias a su gran reparto. Karl Malden, como el hipócrita sheriff narigón, está soberbio. Dad es un personaje ambiguo, complejo, bien construído, casi se roba la película. Río representa todo ese pasado que Dad quiere olvidar y borrar de su mente. Nuestro sheriff tendrá oportunidad de hacerlo, literalmente. Brando supo cómo sacar lo mejor de sus actores, de las locaciones, en general, de la buena producción que sostiene a la película (decente edición, vestuario, diseño de producción). Consigue momentos inspirados, como ese escape de la cárcel y el enfrentamiento en medio de la fuente, entre los dos viejos amigos.

Karl Malden y Marlon Brando.





   

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