viernes, 31 de agosto de 2018

MISSION: IMPOSSIBLE - FALLOUT * * * *


Tom Cruise con gasolina (y adrenalina) de sobra. 
¿Qué le falta hacer a Tom Cruise en una película de Misión Imposible? Cuando creemos que ya lo ha hecho todo (ha realizado una peligrosa escena de acción colgado de un avión en pleno vuelo, ha escalado rascacielos y montañas, etc?, siempre regresa, como una especie de "capitán peligro" del cine de acción, con una nueva forma de jugársela. ¿Le falta caer por las cataratas del Niágara? O mejor aún ¿realizar una escena de acción en el espacio, orbitando la Tierra? En Mission: Impossible-Fallout, la última película de la saga, Cruise ahora pilotea un helicóptero entre montañas, hace una escena de acción junto a Henry Cavill en caída libre desde un avión, realizó una persecución en moto por estrechas calles de París, y en Londres saltó de un edificio a otro, cosa que le costó una fractura de tobillo.
La entrega de Cruise es tal al realizar las películas de Misión Imposible, que te acabas rindiendo completamente al espectáculo que ofrecen. Fall Out es seguramente la mejor película de acción del año, con escenas que te dejan con la quijada colgando. En pos del mayor realismo posible, la multimillonaria estrella de Hollywood siempre ha decidido hacer sus propias escenas de acción peligrosas, sin la ayuda de dobles que se rompan los huesos por él.
Christopher McQuarrie, director de Rogue Nation, la anterior película, regresa en la dirección, y en Fall Out vemos la continuación de los acontecimientos de Rogue Nation. Solomon Lane (Sean Harris, todavía muy tenebroso), líder de la organización terrorista "El Sindicato", ahora en una prisión de alta seguridad, busca seguir llevando a cabo sus planes con un atentado nuclear. Por si fuera poco, la existencia del IMF sigue estando amenazada por su mala reputación de saltarse reglas, no respetar la autoridad, y poner en riesgo la seguridad nacional.
Ethan Hunt (Cruise) y sus colegas, Benji (Simmon Pegg), y Luther (Ving Rhymes) deberán viajar a Europa en una ultima oportunidad para probar que están del lado del gobierno y que quieren ayudar. En París, deberán negociar la posible extradición de Solomon en una delicada operación, bajo la supervisión de un agente de la CIA (Henry Cavill). Rebeca Ferguson regresa como Ilsa, de nuevo en el doble papel de amiga-enemiga, y el lado femenino se acentúa más con la adición de Vanessa Kirby (de The Crown), como la lideresa de una organización criminal secreta.
Cualquiera podría argumentar que las películas de Misión Imposible son, esencialmente, lo mismo, una tras de otra. De Fall out puede decirse que es la misma gata,... pero mucho mejor revolcada. De alguna forma (más dólares en el presupuesto) los realizadores siempre se las arreglan para hacer de cada episodio de Misión Imposible un gran suceso, el evento del año; con algo nuevo, que quieras o no atrapa tu atención. Crean un magnetismo cargado de adrenalina que te jala al cine, te sienta en la butaca, y te tiene pegado a ella sin problemas,con las uñas clavadas en el asiento.
Tom Cruise está loco, y el gancho cada dos o tres años que regresa con una nueva misión, es ver o preguntarse ¿ahora cómo arriesgará el pellejo para que los espectadores vayan a dejar millones y millones de dólares en la taquilla, y ver excelente cine de acción en su máxima expresión?

ANTMAN AND THE WASP * * *

Evangeline Lilly y Paul Rudd.
Sabíamos que Ant-Man regresaría en una secuela, y que no lo haría solo. Ant-Man and the Wasp, secuela de Ant-Man (2015), viene cargada del doble de diversión y acción. Contrario a franquicias más poderosas y épicas (como la de Avengers, en donde Ant-Man ha tratado de encontrar su lugar), la saga del "hombre hormiga" todavía no tiene esos alcances. Pero ya tiene su público, y ha probado ser un entretenimiento familiar noble, funcional, veraniego, al que vale la pena darle una oportunidad. Su humor en general es gracioso, y la experiencia acaba siendo divertida si se tiene la actitud apropiada.

Dirigida nuevamente por Peyton Reed, el lado femenino de la historia tiene más peso que en la anterior película. Evangeline Lilly vuelve como Hope, el interés romántico de Scott Lang/Ant-Man (Paul Rudd), quien usando la tecnología desarrollada por su papá, el Dr. Hank Pymm (Michael Douglas), se convertirá en The Wasp. El Dr. Pym está decidido a encontrar a su esposa, Janet Van Dyne (Michelle Pfiffer), la primera en vestir el traje de la "avispa", quien si recordamos el primer filme acabó atrapada y miniaturizada en el plano subatómico. Mientras tanto, Scott sigue luchando por encontrar el balance apropiado entre ser un buen super héroe y un padre, cosa que no tendrá fácil al tener que enfrentar a una nueva némesis, el Dr. Bill Foster (Laurence "Matrix" Fishbourne), el protector y suerte de padre adoptivo de Ava (Hannah John Kamen, de "Ready Player One" y "Game of Thrones"), una chica mutante con el poder de volverse invisible y hackear sistemas con sus poderes electromagnéticos.
Paul Rudd sigue mostrando lo cómodo que se siente en su fasceta cómica. Es un actor bueno para la comedia, que no se toma muy en serio así mismo (hay una escena en que, sin revelar demasiado, hace una rutina cómica con un lado femenino muy marcado). Lo malo en esta secuela, es que no hay tanto de Ant-Man miniaturizado como en la primer película (que era de lo más divertido y rescatable), sino más del héroe en versión gigante. Michael Peña como Luis, el mejor amigo de Scott, tiene ahora el doble de tiempo y más espacio para desenvolverse, aunque llega un momento en que quizás acaba siendo demasiado.
Ant-Man es un buen entretenimiento de fin de semana clasificación AA. Advertencia: hay que quedarse hasta el final de los créditos para poder ver lo que viene en la tercer película.

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