viernes, 5 de octubre de 2012

TILL THE CLOUDS ROLL BY * * *

Jerome Kern es famoso por muchas canciones, especialmente, creo yo, por las de su musical más popular, Show Boat. Al principio de esta muy convencional biopic, primera y única si no me equivoco sobre este pionero de Broadway, vemos algunos highlights de Show Boat. El más memorable, "Old Man River". Till the Clouds Roll By (1946), no es nada más muy convencional, sino también muy irregular. En la dirección pasaron, además de las manos de Richard Whorf, las de Vincente Minelli, el cual dirigió los números musicales en los que aparece Judy Garland, quien tiene una pequeña participación en el filme, casi de cameo extendido. George Sidney dirigió la larga secuencia musical del final, un magnánimo homenaje a Kern ofrecido por cantantes de renombre. Frank Sinatra, Lena Horne, Tony Martin, entre otros, lucen voces espectaculares, a pesar de lo acartonados que se ven los montajes de estos números. 

De hecho, para ser un musical de la MGM, la película tiene una producción nada más aceptable, a pesar de que la ejecución musical es extraordinaria. En general, la película, con Robert Walker interpretando a Jerome Kern, así como al cariduro Van "3:10 to Yuma" Heflin, como el mentor musical de aquel, es una revisión biográfica del músico como de biografia de bolsillo. No tiene muchos efectismos ni repuntes melodramáticos, alternando números musicales entretenidos, aunque algo pasados de tiempo. Muchos están coreografiados estupendamente, montados en supuestos escenarios teatrales, aunque las escenografías y el diseño de arte de los mismos va decayendo hasta lo más barato hacia el último minuto.

Jerome Kern nos cuenta su vida en un largo flashback. Bueno, en realidad lo cuenta a su chofer,  mientras se encuentran estacionados frente a la casa a la que llegó, años atrás, antes de convertirse en el  exitoso compositor por todos conocido. Recordará, no nada más las lecciones y tips para componer que James I. Hessler (Van Heflin) le proporciona, sino la gran amistad que acabó uniéndolos. También le vendrá a la memoria el cariño que tuvo por la hija de Hessler (Joan Wells de niña, Lucille Bremer de adulta, con un gran parecido a Bette Davis, por cierto), aspirante a ser actriz y cantante. 

Además del fuerte y atractivo componente musical, en ocasiones muy vaudevillesco, del trabajo de Kern, el segundo punto fuerte de la película es el practicamente indestructible lazo de amistad que unió a Kern y a Hessler, hasta la muerte del segundo. Entre viajes de Nueva York a Londres, un comienzo duro, difícil, con puertas que se cerraban y triunfos que iban llegando lentamente, Jerome Kern parece no haber sido uno de esos músicos atormentados, conflictivos, autodestructivos y psicológicamente complejos. No soy un experto en Kern, pero con el fin de matizar más a su personaje, le hubiera venido bien un poco más de conflicto y profundidad en sus dilemas, más allá de sus simples problemas creativos y artísticos. Vamos, un poco más de melodrama.

EL BUEN TÍO JERRY.  Robert Walker y Van Heflin.

martes, 2 de octubre de 2012

THE CHRONICLES OF NARNIA: PRINCE CASPIAN * * *

BUUUON GIORNO PRINCIPE!!! Ben Barnes y William Moseley.

Los hermanos Pevensie están de vuelta en el mágico mundo de Narnia, luego de sus primeras aventuras en The Lion, The Witch and the Wardrobe (2005). The Chronicles of Narnia: Prince Caspian (2008) es, de hecho, el 4 libro escrito por C.S. Lewis, saga que escribíó en orden inverso, ante la demanda de sus lectores por saber sobre los orígenes de Narnia. Peter (William Moseley), Edmund (Skandar Keynes), Susan (Anna Popplewell) y la ya no tan pequeña Lucy (Georgie Henley), están de vuelta en Narnia, cientos de años después de su larga vida reinando aquel lugar. Sin embargo, los "hijos de Adán" (como son conocidos en Narnia), regresan para encontrar el reino en total desolación, desconcierto y tristeza.

El reino ha sido usurpado por Miraz (el italiano Sergio Castellito), quien ha asesinado al rey en turno y planea también borrar del mapa al príncipe heredero, Caspian (Ben Barnes). Un escenario muy shakespereano. Curiosamente, Miraz, el ejército y demás colaboradores, tienen apariencia como de conquistadores españoles, incluyendo sus armaduras. Durante su huída, Caspian llama accidentalmente a sus antiguas y legendarias majestades, los Pevensie, quienes se sienten aburridos y estancados en su propio mundo. Enanos, centauros, minotauros y animales parlantes, antes divididos durante la guerra contra la Reina Blanca (Tilda Swinton, quien tiene un cameo), verán que no tienen otra opción que unir fuerzas y vencer a las fuerzas tiránicas de Miraz.

Los Pevensie tienen nuevas aventuras, junto a un enano, Trumpkin (Peter Dinklage), en su regreso a Narnia. Además de Caspian, también conocerán a un ratón espadachín, Reepicheep (voz de Eddie Izzard) y otros nuevos personajes (un enano muy resentido y sospechoso, interpretado por Warwick Davis; una especie de hurón, más centauros y otras criaturas), quienes, desafortunadamente, no tienen mucha oportunidad de darle nuevos bríos a esta secuela. El ratón -para mí parece rata- tiene su encanto, eso sí. Pero el mayor inconveniente de este escenario, es que el majestuoso león Aslan (voz de Liam Neeson), brilla por su ausencia. Nos mantiene en suspenso sobre su posible regreso. 

De todos los hermanos, las chicas son las que dominan, en cierto modo, la película. Lucy, como en la pasada historia, sigue siendo encantadora y de buen corazón, dirigiendo ahora sus nobles sentimientos no hacia un fauno, sino hacia el reservado y hosco Trumpkin. Por su parte, hay una especie de atracción entre la ya no tan adolescente Susan y Caspian. Lo malo, es que la química se resiste y prácticamente no pasa nada.

La historia no tiene la misma capacidad de sorpresa de la primera película; hacia el nuevo universo al que se enfrentaban los chicos al principio. Si bien el escape de Caspian tiene su dósis de adrenalina (muy poca, por cierto), la historia avanza muy lentamente. Además, entre los chicos no deja de existir un aura de desazón, muy gris y fría. Como decía, Aslan no está presente en casi toda la película, ni Tilda Swinton,  las dos grandes fuerzas antagónicas en la pasada película. 

En resumen, no hay personajes tan interesantes como uno esperaría. Es más, no exagero si digo que muchos personajes están flojos. Las cosas mejoran más o menos hasta la última parte, con las dos batallas y un duelo inesperado. Si hay algo bueno, es que la más candente sangre latina está presente para encender un poco las cosas. Sergio Castellito está muy bien como el villano, así como Pierfrancesco Favino, su compatriota, quienes junto al mexicano Damián Alcazar, aportan toda la candela que pueden. Una película de Narnia que, simplemente, acaba siendo muy regular.  

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