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lunes, 14 de agosto de 2023

BIRD BOX: BARCELONA

 

MIRA AL PAJARITO.  Georgina Campbell y Mario Casas.

Ni hay caja, ni hay pájaros. No tiene el más mínimo sentido llamar a esta película como su fuente de inspiración, la película original del 2018, protagonizada por Sandra Bullock. La historia se ha movido a Europa, a la ciudad de Barcelona para ser exactos, cosa que suena interesante en un principio. Sin embargo, desde los primeros minutos, con algunas tomas aéreas que muestran los inconfundibles bloques de casas y edificios de forma octogonal, como panales de abejas, empezamos a ver que esto escasamente tiene que ver con el primer filme.

Para reseñar la película de Barcelona, vi por tercera vez el filme original (dirigido, por cierto, por Susanne Bier), y los resultados son fuera de la balanza. Mientras me acabó gustando todavía un poco más el filme con Sandra Bullock y Sarah Paulson, así como un John Malkovich en el papel de un alarmista y paranoico tipo que desconfía hasta de su propia sombra, el filme español, por el contrario, al verlo me gustó menos en comparación.

La historia de BBB (¿podemos llamarle así en adelante?), es una historia totalmente nueva. Sus realizadores, los catalanes Daniel y Àlex Pastor, es obvio que trataron de hacer esta "franquicia" corregida y aumentada, no tanto en cuanto al metraje, ya que ésta dura un poco menos que el filme original, pero el tiro les salió por la culata. Sigue presente la idea de mezclar la premisa estilo The Happening, de M.Night Shyamalan, con un escenario zombie-apocalíptico, en donde los seres humanos supervivientes de un cataclismo de causas inciertas deben vivir con los ojos vendados o, de alguna forma, protegidos. En resumen, deben andar a ciegas (esta última frase tal vez hubiera funcionado como título en español), debido a que una amenaza invisible y de origen desconocido, que no se sabe si es un virus o una especie de fuerza diabólica invisible, los infecta por los ojos de un impulso suicida.

Estos supervivientes se percatan de la presencia de dicha fuerza maligna al ver hojas flotando hacía ellos, o por una luz intensa. O también si dos o tres periquitos se ponen inquietos en una jaula (de ahí el título del filme original). Los humanos desprevenidos, sin los ojos vendados ni usando extraños goggles industriales como los que usa el protagonista, Sebastián (Mario Casas), serán infectados por este ente. A estos infortunados, primero se les pondrán sus ojos como vidriosos y color ambar, y luego se quitarán la vida.

Pero en BBB, los realizadores quisieron jugar un poco y cambiar las cosas, subiéndole más el fuego al sartén y quemando por completo el asunto. Si en el filme original el personaje principal era una futura mamá soltera, a punto de traer un hijo a un mundo caótico y al borde de la destrucción, en la nueva película Sebastián es un padre que vive traumatizado debido a que ve a su hija fallecida a donde quiera que va. Para colmo, al verla se pone loco por completo, siguiendo las órdenes del espíritu de matar a todo incauto que tenga cerca, sin importar que tengan o no los ojos vendados, viendo las almas de los fallecidos ascender al cielo.

Esta nueva película es algo más internacional, con un poco más de personajes de diferentes nacionalidades (que no se diga que Barcelona no es una ciudad cosmopolita). No sólo hay "birdboxeros" (perdón, no pude resistir el usar el término) de España (Lola Dueñas es uno de los rostros conocidos), sino también una niña alemana, una mujer británica (Georgina Campbell), y por supuesto ¡un mexicano! (Diego Calva). Este será el vasto grupo al que, en algún momento, se integra Sebastián, sólo que, contrario a como sucedía en el primer filme, aquí no hay personajes tan interesantes, con interacciones que comiencen a poner los bloques de una trama que en verdad me haya enganchado. No hay buenas anécdotas ni pasados que compartir, o relaciones sentimentales que puedan suceder.

Aquí nadie confía mucho en nadie, y más que tener un plan de supervivencia, hay un sentimiento de sospecha entre uno y otro. Creo que el principal problema, es que Sebastián, en lugar de provocarnos empatía, el efecto que tiene es más bien repelente y de desconfianza. Más que ayudar, Sebastián está ahí para empezar a matar a la primera oportunidad que el espíritu de su hija se lo comande, sin que les revele a los demás un secreto que, por supuesto, no daré a conocer aquí.

BBB nos hace sentir en un escenario más cercano al de la saga de REC que al de Bird Box, moviéndonos la historia de un edificio modernista ruinoso a otro, sin que se aprovechen mucho escenarios icónicos de la ciudad (¿Cómo se hubiera visto la iglesia de la Sagrada Familia en este escenario? Me quedé con las ganas de verlo). Con excepción de la niña y la mujer británica, no simpaticé mucho con ningún otro personaje durante la mayor parte del filme.

Además de la fuerza demoniaca ambulante, ahora hay villanos en esta película, en la forma de un sacerdote argentino loco (para hacer la cosa más internacional todavía), encarnado por otro rostro conocido, Leonardo Sbaraglia. Este cura es una especie de líder de una secta estilo Illuminati, cuyo sello de un ojo dentro de un triángulo está presente en las calles como grafittis. Los seguidores de la secta son infectados que, sin haberse suicidado, buscan que otros se quiten la venda de los ojos y miren lo "hermoso" que es el ente infernal.

Al menos para quien esto escribe, la idea de darle a todo un giro más paranormal del necesario no terminó ayudando mucho a esta nueva película, ignorando por completo la vieja frase de "menos es más" - y mejor-, agregando más efectos visuales, más personajes, y, lo peor, más caos... incluso en su guión. El final promete más películas por venir. ¿Seguirá Bird Box: CDMX?
En #Netflix

sábado, 20 de mayo de 2023

CON LOS AÑOS QUE ME QUEDAN

¿NOS DAS UN AVENTÓN?   Regina Blandón y Manuel Vega.
 

Lo sé, el título de este filme suena a título de canción. La verdad, no podría ser más desacertada la elección del título para la historia floja contada aquí, y no se confundan, no es la biopic de Chavela Vargas o algo por el estilo. Coproducción entre México y España, en el elenco tenemos una combinación de actores de ambas naciones. Y hablando de desaciertos, otro es la elección de Regina Blandón como la protagonista. Blandón nunca resulta convincente como inmigrante española, de nombre Macarena, viviendo en los E.U. Macarena llegó de niña a Los Ángeles en donde, según ella, perdió su acento viendo televisión mexicana. Ajá, claro. Es cierto que un acento puede perderse, pero ¿en su totalidad? Blandón no hace el mínimo intento por hacer un poco de acento español en el filme, sonando tan chilanga como en sus películas mexicanas.

El enfoque del guión es interesante, si bien a ratos extraño, teniendo la vida de inmigrantes españoles en Los Ángeles como punto de partida. Tan extraño como el ver a una chica española vendiendo en la calle comida mexicana. Como sea, la oportunidad del director y guionista Frank Ariza de explorar y profundizar más en el tema se pierde por completo, justo cuando la historia toma un giro de 180º y se transforma en una aburrida road movie por el desierto de California y Arizona.

Macarena lleva a cuestas un frustrado intento de convertirse en niña actriz, con su mamá (Estefania de los Santos) fungiendo como representante (de hecho, esa fue una de las principales razones de la familia para mudarse de España a California), y asesorarla en las audiciones. Sin embargo, la familia termina poniendo un negocio de churros (al que llaman "Churriwood"), y Macarena termina estudiando derecho, involucrándose en una relación romántica con una mujer policia (Aislinn Derbez), que la marcó para siempre.

La causa de su viaje en carretera será su papá (Paco Tous), quien debido a una relación extramarital con una prostituta de color más joven, se meterá en problemas con una especie de jefe mafioso (Enrique Villen, el inconfundible actor español de mirada, literalmente, camaleónica). Para ayudar al papá, Macarena deberá llevar una bolsa (podemos adivinar que lleva un contenido sospechoso) de Los Angeles a Sonora, alquilando un auto propiedad de un tipo español, Lu (Manuel Vega), quien fungirá de chofer.

Poco de interesante pasa durante este viaje. La trama es tan plana como la carretera recorrida por Macarena y Lu, quienes no tienen pizca de química. Durante el viaje, los recuerdos de Macarena intervendrán y cruzarán su memoria, mediante infinidad de flashbacks (la decepción que le provocó su papá, de su relación romántica malograda, etc.). Aunque la película está bien filmada, el guión termina siendo un desbarajuste total y sin una historia que tampoco me enganchó como melodrama familiar.
En #PrimeVideo










martes, 3 de mayo de 2022

MADRES PARALELAS

Penélope Cruz en una de sus mejores actuaciones.

 

Aunque no se llevó el Oscar a Mejor Actriz, creo que esta es una de las mejores actuaciones de Penélope Cruz en una peli de Almodóvar desde "Volver". Llega un momento en que su actuación realmente te duele, su dolor y amor de madre son convincentes. Es verdad, su personaje es ya algo mayor para convertirse en madre, pero las pelis de Almodóvar nunca se han caracterizado por ser 100 por ciento creíbles, y esta no es la excepción. Además de que, casi al terminar su primer acto, empieza a ponerse muy predecible. Pero lo más interesante del filme, es la parte relacionada con la Guerra Civil, sus desaparecidos, y las víctimas sobrevivientes (historia que creo conecta con aquella narrada por un personaje en "La Piel que Habito"). Todavía me estoy rascando la cabeza con el final, sin duda, delirante.
En #Netflix

jueves, 29 de julio de 2021

CAMPEONES

Javier Gutiérrez (derecha) como el coach de basquet.
 

No debió haber sido fácil para el realizador español Javier Fesser dirigir una película como ésta. Y lo primero que piensas al leer la sinopsis de Campeones es "Otra de esas películas que te manipularán emocionalmente, y que te intentará exprimir hasta las lágrimas con su premisa". Nada más lejos de ser así. Si hay algo que impresiona al ver Campeones, es el humor que Fesser decide imprimir a esta historia sobre un hombre, Marco (Javier Gutiérrez, estupendo), coentrenador de la selección nacional de basquetbol español, quien luego de provocar un accidente por ir conduciendo borracho, una jueza le da dos opciones: ir a prisión, o hacer trabajo comunitario entrenando al equipo de basquetbol de personas "capacidades diferentes". Si al principio uno cree que debió de haber aceptado la primera opción, al ver que su equipo no luce muy prometedor, cuyos miembros con trabajos pueden hacer un pase, botar el balón, o anotar una canasta, pasado el primer acto Marco verá la experiencia como un reto, el de convertirlos en campeones en un lapso de 90 días.

Entre los miembros del equipo se encuentra un hombre con Síndrome de Down (sobrino de la jueza que le dio la sentencia, para colmo), dos o tres más con retraso mental, un hipocondriaco, y además uno que mide más de dos metros, misterioso y callado, pero que parece ser el único que sabe de qué se trata esto de jugar basquetbol.
La película termina siendo sumamente divertida (considerando que la versión animada de Mortadelo y Filemón, también de Fesser, me pareció regular y no muy graciosa), sin un sólo momento aburrido, que no sea divertido, o que no te arranque una risa o una carcajada. Es impresionante la capacidad de Fesser para hacer de todo el asunto un filme sumamente cómico, pero que al final, trata a sus personajes con dignidad y gracia al mismo tiempo, haciendo de cada miembro del equipo un personaje interesante, con su particular importancia. Muy recomendable. ⭐⭐⭐⭐
Dentro del Festival de Cine Europeo 2021, y también disponible en Youtube y Google Play. #EuropeFilmFestival2021

jueves, 9 de abril de 2020

LOS RODRÍGUEZ Y EL MÁS ALLÁ


DESASTROSO MÁS ALLÁ.
El inicio de Los Rodríguez y el Más Allá prometía algo infinitamente mejor de lo que termina ofreciendo. Y no es un relato de fenómenos paranormales para niños, como lo puede sugerir su engañoso título. Nicolás (Rodrigo Simón), un niño muy inteligente y que vive con su familia, formada por su mamá (Mariana Treviño), su papá (Edu Soto) y dos hermanas (Sara Jiménez y María Blanco), ve su vida completamente alterada, cuando su abuela (Geraldine Chaplin) le da un video dejado para él por su fallecido esposo (Plácido Domingo). En dicho video, le serán reveladas al chico una serie de claves que lo llevan a descubrir que un refrigerador viejo es, en realidad, una puerta hacia otro mundo. Dicho mundo, es un planeta de nombre Maktub, no muy diferente al planeta Tierra, excepto que ahí se han quedado estancados en el año 1951, por culpa, precisamente, de Nicolás, al haber abierto ese portal. No nada más el mentado planeta Maktub es lo que se sale de control y descarrila aquí, sino todo este filme familiar, que hará que cualquier niño apague la tele y prefiera ponerse a jugar videojuegos.
Dirigida por el mexicano Paco Arango, Los Rodriguez es una bizarres de primer orden, que si bien presume una producción en donde se nota que hay presupuesto (efectos especiales, diseño de producción atractivo, y un reparto de actores españoles, mexicanos y argentinos), termina siendo un churro monumental, una cruza extraña de Star Gate con un filme de espías genérico y escrito sin la más mínima imaginación, incluyendo en la mezcla una comedia familiar con humor que parece escrito por un niño de 5 años.
Entre los grandes problemas de la película, está que Nicolás acaba siendo el personaje más flojamente escrito, y conforme avanza la película, irá siendo opacado por el resto de los personajes y subtramas enredosas. Después del primer acto, justo cuando la familia regresa de una visita express a Maktub, por una serie de circunstancias cada uno de ellos acaba adquiriendo superpoderes; unos no muy originales (como super fuerza e invisibilidad), y otros muy estúpidos (como el del papá, que consiste en que las orejas, la frente, y el trasero se le encienden y ponen rojos. ¡Wowww!). Luego, la caótica trama se estanca en gags sin gracia, mientras el papá trata de lidiar con la idea de que fue criado por unos padres bastante excéntricos y llenos de secretos. En resumen, un desastre de película, de dos tediosas y eternas horas de duración, que por fortuna tiene a Omar Chaparro en un papel muy secundario. De lo peorcito del 2019.

⭐️1/2

LA PLATAFORMA


Ivan Massagué 
Instalada en un futuro no muy lejano, La Plataforma es una experiencia que raya en lo claustrofóbico. Su historia tiene lugar completamente en una prisión extraña, sin celdas, sin barrotes, y muchos menos guardias, con un agujero abismal atravesando diferentes niveles, en donde los prisioneros -dos por nivel- están instalados. A través del agujero desciende la plataforma del título, llevando un elegante banquete servido para los presos. El problema, es que los presos del primer nivel son los afortunados que pueden probar la comida intacta, durante un tiempo corto, mientras que los presos en los niveles más bajos, tendrán que comer las sobras que vayan dejando sus vecinos de los niveles superiores. Como piezas de un juego extraño, los presos son movidos al azar, entre un nivel y otro, por una autoridad que nunca vemos.
Dirigida por el vasco Galder Gaztelu-Urrutia, el filme, en apariencia sencillo, acaba siendo intrigante, y no apto para muchas sensibilidades, debido a su violencia gráfica, la cual llega a ser extrema. Goreng (Ivan Massagué), el protagonista, es un preso de recién ingreso, quien vivirá, entre nivel y nivel, una verdadera pesadilla. Cuando Goreng sepa las verdaderas intenciones de su primer compañero de celda, Trimagasi (Zorion Eguileor), su principal preocupación será sobrevivir, comer o ser comido. Lo más interesante del filme (coproducido por Netflix), es que como espectador no sabes hacia a donde te llevará la historia, ni qué caminos tomará (una cosa es segura: puede ser hacia arriba, o hacia abajo). Por ejemplo ¿Quién será el siguiente compañero de celda de Goreng? ¿Será hombre, o mujer (en esta prisión viven hombres y mujeres por igual)?. ¿En qué nivel le tocará a nuestro protagonista despertar?
Es complicado encontrar una lectura exacta en La Plataforma (¿Una metáfora sobre la sociedad, en donde una fuerza superior, o gobierno invisible, decide quienes son los privilegiados que comerán bien un día, y los que se morirán de hambre al siguiente?). Y lo es mucho más, cuando al final la historia adopta tintes de tipo religioso, así como de aventura caballerezca hiperviolenta. La referencia más inmediata es "Don Quijote", novela que Goreng se encuentra leyendo al principio (de hecho, el mismo Goreng luce como una especie de joven Don Quijote de la Mancha). Goreng se da a la tarea de llevar, sano y salvo, un "mensaje" (dejo al lector descubrir cuál será ese mensaje) a quién sea que esté a cargo en las profundidades de las instalaciones. Inclasificable y sumamente original, La Plataforma luce, si no como el mejor filme, hasta ahora, del 2020, sí de los más originales.
⭐️⭐️⭐️⭐️

domingo, 23 de abril de 2017

OZZY * * 1/2

PERROLLÓN. Ozzy, un beagle con "sueños de fuga".
En películas de animación los perros son una apuesta –casi siempre- segura de que habrá diversión peluda garantizada. “Rápido y Peludo” (2016), producción hispano-canadiense, hace una apuesta hacia algo más grande y arriesgado: una historia que es, básicamente, una trama carcelaria de “grandes escapes”, protagonizada casi en su totalidad por perros parlantes. Y aunque el filme, dirigido por los españoles Alberto Rodríguez (en su primer largometraje animado) y Nacho La Casa (co-director), y escrito por Juan Ramón Ruíz de Somavía, lleva un par de premios en su haber (Ganador del premio a “Mejor Largometraje de Animación” por el Círculo de Escritores Cinematográficos, y el premio Gaudí al “Mejor Filme de Animación”), que nos hacen tener más expectativas respecto a lo que al final acaba ofreciendo, “Rápido y Peludo” es un efectivo entretenimiento para la audiencia a la que va dirigida: el público infantil.

La película, protagonizada por un perro ojiazul, aterriza de manera aceptable sus referencias a películas clave ambientadas en prisión, y que intentan reflejar la torturante vida en su interior. Tal vez los peques no las captarán, pero los adultos que se animen a darle una oportunidad al filme encontrarán referencias muy obvias para cinéfilos a películas como Papillón (1973) y Escape de Alcatraz (1979), hasta más recientes, como Sueños de Fuga (1994). Ozzy, nuestro héroe, es un beagle que lleva una vida feliz junto a su familia (eso cuando el niño que entrega el periódico no está atormentándolo junto a su pit bull), formada por un joven matrimonio de artistas que se dedican a hacer cómics. Pero es la pequeña hija  con quien el perro pasa los mejores momentos, especialmente, jugando al frisbee. Sin embargo, cuando la familia tiene que viajar a Japón durante un mes a una convención de cómics (¿hay convenciones tan largas de cómics?), no sabrán qué hacer con Ozzy. Para poder viajar, el perro tendría que pasar antes un periodo en cuarentena. Lo malo, es que no hay mucha gente disponible para cuidarlo mientras ellos se van de viaje.

La solución será dejar a Ozzy en un Hotel-Spa para perros, con todos los servicios que un hotel para humanos podría tener. Los problemas para el pobre Ozzy comienzan cuando descubre que el hotel no es más que la facha para cubrir lo que en realidad es una cárcel, en donde todos los perros que ahí caen son hechos prisioneros, y obligados a trabajar fabricando frisbees. A pesar de que al principio la historia no se sostiene muy bien, e incluso, es algo inverosímil (¿no había algo más accesible y económico como una pensión para perros, por ejemplo?), la trama despega verdaderamente cuando nuestro protagonista llega a la cárcel. Ahí conocerá a un perro salchicha con anteojos de fondo de botella (claramente inspirado en el Louis Dega interpretado por Dustin Hoffman en Papillón), su compañero de celda, con quien planeará el gran escape de la prisión. Esto al ritmo de una banda sonora con clarines y flautas, que recuerdan la música de The Great Escape (1963), otro clásico filme de “grandes escapes” que, como Papillón diez años más tarde, fuera protagonizado por Steve McQueen. (tal vez de ahí los ojos azules de Ozzy).

¿De dónde lo de “Rápido y Peludo”? Como si Ozzy no tuviera suficiente con ser explotado y torturado en prisión, un perro chihuahua de nombre Vito, el clásico líder del lugar que a donde quiera que va está escoltado por perros boxer, lo acabará reclutando “voluntariamente a fuerza” para competir en carreras arregladas. Su mayor reto será vencer a un contrincante protegido por el jefe de la prisión, quien es un San Bernardo aficionado a construir modelos a escala con piezas en forma de huesos.


Quizás Ozzy sea más disfrutable si a uno le gustan los perros. Es más, creo que es casi un requisito indispensable si se desea pasarla bien con la película. Si bien la animación no es extraordinaria, es visual y técnicamente pasable. En ocasiones,  los movimientos de los personajes son algo tiesos. Tal vez sea mucho pedirle a la película. Al menos, los perros lucen creíbles y convincentes (con detalles, como el pelaje y la nariz, bien hechos). El problema es que, con todo y su bienvenido intento paródico, la película no es lo suficientemente graciosa. Es cierto, tiene un encanto perrunamente particular, pero no hay suficientes chistes para que los adultos pasen una hora y media completamente entretenidos. El veredicto final lo tendrán los niños.

miércoles, 23 de marzo de 2016

EL DESCONOCIDO * * * *

¿TE CONOZCO? Luis Tosar en una actuación fenomenal. 
El día de un banquero se convierte en una pesadilla, cuando descubre que debajo de los asientos de su auto se encuentran ocultas dos bombas. El responsable del hecho le advierte por celular que si él, o uno de sus dos hijos, se mueven o intentan escapar estallarán. Su única manera de salvarse es depositándole al extorsionador todo su dinero disponible en el banco. No, la historia no tiene lugar en L.A., Nueva York, o en algún otro lugar de E.U., sino en A Coruña, España. "El Desconocido" es un thriller urbano cargado de adrenalina, tensión casi insoportable, y pura emoción. Tiene todo lo que puede esperarse en un thriller hollywoodense. Es de lo más genérico, pero el filme te tiene pegado a tu asiento con las manos sudando, incluyendo a un Luis Tosar con una actuación bestial.

miércoles, 31 de octubre de 2012

EL CRISTO DEL OCÉANO * * *

Básicamente, es Marcelino Pan y Vino en el mar. Si el escritor Anatole France tomó como inspiración  aquella novela de José María Sánchez Silva (adaptada al cine en 1955), para, a su vez, escribir la historia en la que está basada esta película, es un misterio.  Son muchas las coincidencias y puntos en común entre ambas historias. El Cristo del Océano (1971) es un entretenido melodrama, conmovedor y muy sentimental; con muchos toques humorísticos. Además, es un disfrutable retrato sobre los tradicionalismos de un tranquilo pueblo pesquero en la costa de Asturias. Tranquilo, al menos, cuando no hay alguna festividad religiosa (se ve que saben pasarla bien) o una tormenta. Nino Del Arco hace un gran trabajo interpretando al niño protagonista, Pedrito, gracias a esa mirada de tristeza que sabe proyectar en sus close ups, y también a su energía y simpatía. El niño no tiene a nadie en el mundo más que a un amigo, un pescador de nombre Juan Aguirre (el italiano Paolo Gozlino), quien es la figura paterna ausente que necesita. De su madre sólo sabe que un día lo dejó siendo un bebé, y sueña con un día volver a encontrarla. 

Sin embargo, una tormenta traerá dos cosas: una tragedia y el Cristo del título. Este último es arrastrado por la marea hacia la playa, para ser encontrado por Pedrín. El milagro ocurre cuando Jesucristo baje de la cruz y haga amistad con el niño. Todos sabemos de quién se trata, menos Pedro (muy simbólico el nombre, por cierto), quien creerá que se trata de un trotamundos de nombre Manuel (interpretado por el norteamericano Leonard Mann). Pedro será como el vocero de Manuel ante el pueblo y el sacerdote local, mientras se van produciendo milagros a diestra y siniestra. No se necesita ser muy religioso o creyente para disfrutar el filme. Si bien no tiene muchas virtudes cinematográficas, es la fe y fuerza vital del noble Pedro, esperanzado en que algún día volverá a ver a su amigo y a su madre, la base emocional y emotiva de la película. 

PEDRITO, PESCADO Y VINO. Nino del Arco y "El Cristo del Océano".


viernes, 26 de octubre de 2012

EL ESPÍRITU DE LA COLMENA * * * *

EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS.
La pequeña Ana Torrent, de 7 años. 

Antes de El Laberinto del Fauno (2006), una de las mejores películas de Guillermo del Toro, El Espíritu de la Colmena (1973), de Victor Erice, se aventuró a explorar la sensibilidad infantil desde una perspectiva profunda, contemplativa y, sobre todo, más allá de toda inocencia. Ambas películas tienen mucha relación, puntos en común, y puede sentirse que Del Toro tomó como punto de referencia -si no de inspiración- la película de Erice. Por ejemplo, ambas están ambientadas en la campiña durante la Guerra Civil, escenarios para que la imaginación de unas niñas salga a volar; escapismo para una triste y complicada realidad. En la película de Erice, por el contrario, no hay mucha acción, al menos desde el punto de vista de una película más bélica y de suspenso como la de del Toro.

En general, la película de Erice es un sensible homenaje a la historia de Frankenstein, a través de los ojos de una adorable e inocente niña de 6 años, Ana (una muy linda Ana Torrent, en la segunda película de su carrera). Ana vive con su hermana mayor, Isabel (Isabel Tellería, en su única película), en el pueblito de Hoyuelos, en donde el tiempo transcurre lentamente y no pasa mucho. La llegada de una película es todo un suceso, y cuando Ana e Isabel vean el Frankenstein (1931) de James Whale, el clásico de la Universal, la película afectará a las niñas de maneras distintas. En Isabel, la menos inocente, y quien explica más tarde a su hermanita que en el cine nada es real y "todo es un truco", se despierta un lado obscuro que descontrolará a Ana. Isabel cuenta a Ana historias sobre un espíritu que vive en el campo, un espíritu algo elitista, según ella, ya que es muy selectivo para escoger a sus amigos. 

El sueño de Ana es que el espíritu la encuentre, como le sucede a la desafortunada niña en Frankenstein, por lo que irá a buscarlo incansablemente a una casa abandonada con un pozo, en medio de un fotogénico paisaje. La película, de hecho, es muy fotogénica, gracias a su extraordinaria fotografía. La paleta del filme en general está llena de ocres, amarillos, naranjas, una paleta muy cálida, en referencia a las colmenas que el padre de las niñas (Fernando Fernán Gómez, como anticipando su futuro papel en "La Lengua de las Mariposas") cría en casa, aunque poco se sabe el por qué de ello. ¿Vende la miel? ¿Es pura curiosidad de aficionado?

Casi todos los personajes de la película son un misterio, con excepción de la pequeña Ana e Isabel. Por ejemplo, nunca sabemos a qué se dedica el padre, un experto no nada más en abejas, sino en hongos.  Además, tiene una especie de jaula para abejas dentro de casa. Una cosa muy extraña de hacer, si me pregunta, un paso exagerado, tal vez cruel, al tratar de domesticar todavía más a las abejas. La mamá (Teresa Gimpera) es otro misterio que se resiste a ser abierto, quien abre la película escribiendo una carta a un personaje, del cual apenas y llegamos a saber algo.  ¿Es para un amigo o un antiguo amante? Más adelante, podemos ir atando cabos sobre su posible identidad, pero todo queda en suposiciones. Un misterioso fugitivo republicano aparece en escena casi entrando al tercer acto, por el cual Ana siente curiosidad. La niña lo cuida, lo procura, seguramente imaginando que tiene frente a ella al espíritu que busca. ¿Es este fugitivo el hombre al que la joven madre escribe? ¿El fugitivo se encuentra buscándola?

La película de Erice demanda del espectador ir llenando espacios con suposiciones. Tratamos de inferir  lo que posiblemente Ana siente, lo que imagina y sufre en silencio. Necesita el mundo que imagina dentro del tranquilo pueblo, hasta que cierto evento trágico la afecte completamente. Simbólicamente lo vive imaginando que el monstruo Frankenstein la ha encontrado. Es una película que necesita verse más de una vez, y en cada una intentar desentrañar los enigmas que la envuelven.


jueves, 22 de diciembre de 2011

LA PIEL QUE HABITO * * 1/2


Antonio Banderas y Elena Anaya.


Pedro Almodóvar sigue siendo uno de mis favoritos. No importa que su más reciente película, La piel que habito (2011) no me haya gustado tanto como su anterior trabajo, Los abrazos rotos (2010). El director manchego sigue teniendo el poder de llevarme al cine a ver sus películas, a no perderme una sola. No importa lo predecible que pueda ser el casting de sus actores, que sus “chicas almódovar” siempre estén presentes, ahí estaré para dejar que mi pupila se deleite con el explosivo colorido de su diseño de producción y que mis oídos se dejen acariciar con la música de su eterno colaborador, Alberto Iglesias. Es más, un par de excusas por las cuales vale la pena ver La piel que habito, es Antonio Banderas, antiguo colaborador del director manchego en filmes como Matador, La Ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios y Átame, quien vuelve a ponerse a sus órdenes frente a las cámaras luego de 20 años. Además, una nueva “chica almodóvar” se agrega a la lista, Elena Anaya, en una actuación demandante y notable, casi todo el tiempo vestida en trajes ajustados color carne.

Escrita en colaboración con su hermano, Agustín Almodóvar, basada en la novela “Tarántula” de Thierry Jonquet, el guión fue uno de los mayores problemas de la película. No me creí el enfermizo relato transexual, cargado del erotismo típico de Almodóvar, obsesiones y venganzas. Pedro sigue tomando como fuente de inspiración géneros clásicos de Hollywood, ahora en películas de horror serie B, con todo y científico loco incluido. Antonio Banderas es Robert Ledgard, un prestigiado cirujano plástico, que se percibe muy cercano a una especie de Doctor Frankenstein,  o al doctor loco interpretado por Bela Lugosi en “The Body Snatcher”. Uno de los atractivos del filme, además del -como siempre- buen diseño de arte (sinceramente no tan bueno como en anteriores películas), es la engañosa narrativa. Al principio, Almodóvar nos va contando la historia de Robert y el cautiverio en el que mantiene a una bella chica, de nombre Vera Cruz (buen nombre, peculiarmente gracioso si vives en México). Empezamos en Toledo, año 2012. Lo que sabemos, es que Robert se encuentra realizando experimentos en Vera, en lo que pueden ser injertos de piel creada artificialmente, más resistente y fuerte que la piel humana. La piel es capaz de soportar incluso altas temperaturas. A los ojos de la comunidad científica, puede ser polémico e ilegal, por el simple hecho de estar experimentando en un humano.

El detonante de la historia, es la llegada a la residencia de Robert del hijo de su ama de llaves (Marisa Paredes, quién mejor que ella), brasileño, disfrazado de tigre y buscando un escondite. Todo se complicará a un grado inimaginable, lo que conducirá a varios flashbacks para contarnos los antecedentes. ¿Cómo llegó Vera a la casa de Robert? ¿Quién es realmente la chica? ¿Por qué Robert experimenta con ella? Robert, como el protagonista de “Vertigo”, parece estar construyendo una mujer a imagen y semejanza de un ser de su pasado. También será una suerte de mirón, constantemente vigilando a Vera a través de cámaras, encarnando el clásico tema del vouyerismo en las películas de Almodóvar.

El problema, es que la historia acaba siendo un “culebrón” (vamos, una historia más telenovelera que otra cosa), fantasioso e inverosímil. Me creí más el personaje transexual de “Transamerica”, interpretado por Felicity Huffman, que el de “La piel que habito”, que debe ser el trabajo de cirugía plástica  más perfecto del mundo y llevado a cabo en un quirófano doméstico. Los diálogos a ratos parecen, igualmente, de telenovela de la tarde (o de radionovela o novela de bolsillo barata, da lo mismo) y buena parte del filme Marisa Paredes luce sobreactuada. La resolución es de esos finales en puntos suspensivos, que más bien me dejó con la idea de que a Pedro, justo aquí, se le acabó el combustible. 

martes, 9 de agosto de 2011

EN CONSTRUCCIÓN * * *

"En construcción" documenta la renovación del barrio del Raval, en Barcelona.

Un buen documental, aunque no me pareció digno de un premio Goya. El realizador catalán José Luis Guerin (Premio al Mejor Documental 2002), se aboca a documentar la renovación del barrio "El Chino", conocido ahora como del "Raval", en Barcelona, uno de los más pobres de la ciudad, con una población variopinta que incluye inmigrantes de varias latitudes. La construcción de un edificio nos lleva a descubrir una gama de personajes, muchos interesantes, otros que salen sobrando. Por ejemplo, esa pareja, con diálogos incoherentes y cuya presencia no tiene mucho sentido. Un anciano con gorra expresa su particular visión de la vida, entre mucho cantinfleo divertido, pero que también, a la larga, acaba cansando.

En ese sentido, de las cerca de dos horas de duración, pude haber prescindido de 20 o 30 minutos menos. Ninguna de las personas son actores profesionales, y si bien hay presencias frescas e interesantes (los niños jugando en la construcción, los albañiles marroquíes), hay otras a las que Guerin les da demasiado espacio. La parte más interesante, es el hallazgo arqueológico durante la construcción de los cimientos. Ver a los curiosos rodear la escena y especular sobre de quienes podrían ser los esqueletos hallados, es también divertido. Unos dirán que son romanos, otros que son civiles caídos durante la guerra civil.

Es un poco monótono ver casi todo el tiempo hombres derrumbando muros, así como escombros. Pero el logro de “En Construcción”, como documental, es el gran contraste que establece entre los paisajes urbanos. El antiguo (la iglesia medieval que casi siempre está de fondo), el viejo (edificios descuidados y que parecen abandonados) y el nuevo, erigiéndose enfrente de las miradas de los vecinos, que parecen vulnerables a todo lo que sucede. Un fenómeno social, a final de cuentas.

jueves, 21 de abril de 2011

THE OXFORD MURDERS * * 1/2


Elija Wood y John Hurt harán mancuerna en "The Oxford Murders".

The Oxford Murders (2008) me hizo perder la brújula, por casi 2 horas, respecto al realizador Alex de la Iglesia. ¿Qué es lo que habrá atraído de este proyecto al siempre políticamente incorrecto, divertido e impredecible de la Iglesia? No tiene nada de lo que siempre me ha gusto de su filmografía, como el humor negro, referencias y homenajes a grandes directores (Hitchcock, Buñuel,…), personajes locos y, sobre todo, una historia entretenida. “The Oxford Murders” es un mamotreto pseudomatemático, que acaba hundiéndose en su propia verborrea, desperdiciando la magnética presencia de John Hurt, a un Elija Wood que luce perdido la mayor parte del tiempo y a Leonor Watling, que no es más que un adorno en toda la película.

La película está basada en la novela homónima de Guillermo Martínez, adaptada por el mismo Alex de la Iglesia y, para mi sorpresa, por Jorge Guerricaechevarría. Creo que si me dieran a escoger entre The Da Vinci Code y The Oxford Murders, me quedo con la primera. En The Oxford Murders tenemos también una historia sesuda, con varias pistas (extraños símbolos matemáticos) que nos llevan a otras más, y estás a otras, que ayudarán a nuestro protagonista, Martin (Wood), un estudiante norteamericano a resolver el asesinato de su casera en Londres –y otros más- junto a Arthur Seldom (Hurt), profesor de matemáticas, una eminencia en la universidad de Oxford.

La experiencia es como ver The Name of the Rose, pero con giros abruptos en la historia y sin sentido (chicas enamorándose de Elija Wood a los 3 minutos), teorías matemáticas que se arrojan entre sí Martin y Seldom para ver quién sabe más y que no aportan nada a la historia, la cual es menos entretenida que tratar de resolver un Sudoku dentro de un autobús en medio de un tránsito infernal. Dominique Pinon (actor fetiche de Jean-Pierre Jeunet) y el realizador de culto Alex Cox, tienen pequeñas participaciones, este último como un matemático loco autolobomotizado, que tiene una pequeña pero intrigante secuencia, lo mejor del filme. Esto, más un largo plano secuencia donde vemos hechos clave del relato y una muy sexy imagen de Leonor Watling vistiendo tan sólo…un delantal, es lo más rescatable de la película, con vuelta de tuerca final reveladora.

++El DVD región 1 incluye extras como "The Making of The Oxford Murders", "The Mathematical Criminals of Oxford", "The Oxford Murders: Interviews", "The Oxford Murders at Abbey Road", etc. Aún no se ha editado en DVD en España.


miércoles, 20 de abril de 2011

CELDA 211 * * * * *


Alberto "Calzones" Amman y Luis "Malamadre" Tosar en "Celda 211"

El “Malamadre” es otra de esas grandes creaciones de Luis Tosar, especialista en interpretar villanos, al “malo” de la historia. Tosar es la fuerza motriz de Celda 211 (2009), y es quien lleva la batuta como el líder de un motín en una prisión estatal madrileña. Rapado, con barba tupida, mirada que mata enmarcada con sus pobladas cejas y una voz de Popeye, Luis Tosar crea un personaje que, literalmente, pone a temblar. No por nada fue el ganador del Goya a “Mejor Actor” en 2010, mientras que Daniel Monzón, el realizador, el de “Mejor Director”.

Como el título indica, Celda 211 es un drama carcelario eficiente, llevado con un timing impresionante por Monzón. Prácticamente, toda la historia se desarrolla dentro de la cárcel. El nuevo guardia del lugar, Juan Oliver (el argentino Alberto Amman, magnífico), ha decidido empezar un día antes con un recorrido por el lugar, en donde le es dada importante información por otros dos guardias, como detalles sobre el comportamiento, movimientos y jerarquías de los presos. “Te acostumbrarás. Al final, ellos se irán yendo, pero tú te quedarás aquí toda la vida”, le dice “alentadoramente” uno de los guardias a Juan.

Para su mala suerte, Juan es herido por una roca, justo en el momento en que el motín ha comenzado. El problema es que será abandonado por los guardias al huir, justo en la celda 211, la cual ha estado vacía desde que su último ocupante se suicidó cortándose las venas. Juan es tan listo y hábil, que tendrá una idea: hacerse pasar por un reo. La idea es sobrevivir, o acabar como rehén y, con seguridad, muerto.  Juan sabrá ganarse al “Malamadre”, quien por fortuna le creerá, y será rebautizado como "Calzones". Mientras, los celos de su brazo derecho, “Tachuela” (Vicente Romero), o las sospechas del líder colombiano “Apache” (Carlos Bardem, hermano de Javier Bardem, con un impecable y convincente acento colombiano), pondrán muchas dificultades a Juan.

Afuera, las cosas no están mejor. Las negociaciones no se llevan tan bien como debieran. Unos terroristas etarras son, irónicamente, los rehenes de “Malamadre”. Los guardias tan sólo tienen una cámara para observar los movimientos dentro de la prisión, otras cárceles imitan la proeza de “Malamadre”, protestas de familiares de los reos dan problemas y la esposa de Juan, Elena (Marta Etura, pareja en la vida real de Luis Tosar), está muy preocupada y embarazada, sin saber lo que realmente ha pasado con él.

Lo magistral del guión, escrito por Jorge Guerricaechevarria y el mismo Daniel Monzón, basado en la novela de Francisco Pérez Gandul, es la manera en que invierte los papeles, los roles de sus personajes. Los presos, especialmente su líder, acaban siendo “héroes”, víctimas y mártires de los guardias, de su brutal jefe (Antonio Resines) y de su burocracia. En general, son víctimas del sistema. Juan, testigo por televisión de la brutalidad que ocurre afuera, acaba convertido en un verdadero preso, con toda la violencia que eso implica y, además, en el gran amigo de “Malamadre”. El bestial, explosivo y violento “Malamadre”, acaba de alguna manera tocado por la fragilidad, angustia y sufrimiento de Juan por su esposa. La perfecta combinación, y la más improbable.

La puesta en escena nos hace respirar el ambiente en la prisión. Filmada con cámara digital, no hay rincón en esa cárcel en donde no nos sintamos incómodos, claustrofóbicos y, en muchas partes, presos de la ansiedad, cada vez que el “Malamadre” toma una decisión, reflexiona, o ve su liderazgo amenazado. Aunque tampoco pude dejar de sentirme angustiado por ver en qué momento el plan de Juan se viene abajo. Es decir, Celda 211 es una película que funciona en todos los niveles. En pocas palabras, o como seguramente diría el “Malamadre”, es un filme “acojonante”.

lunes, 17 de enero de 2011

LOS ABRAZOS ROTOS * * * *

Penélope Cruz y Lluís Homar en "Los Abrazos Rotos".

Almodovar no deja de sorprenderme. Es un gran cineasta, fiel a un estilo propio y a sus temas. Su más reciente película, "Los Abrazos Rotos" (2009), es un logro más dentro de su filmografía. Una película sobre obsesiones, relaciones enfermizas, homosexualidad, la creatividad y, como es costumbre, el cine dentro del cine. Es cierto, puede sonar repetitivo, pero lo genial es la manera en cómo el realizador manchego se las arregla para presentarnos estos temas de distinta forma, contarlos desde otro punto de vista y perspectiva sin agotarlos.

Los Abrazos Rotos tiene cierta inspiración, por ejemplo, en Peeping Tom (1960), cosa que el mismo Almodóvar ha confesado. La película empieza presentándonos a Harry Caine (Lluís Homar), un ex realizador de cine ciego, y que ahora se dedica al guionismo. Por supuesto, sabemos de antemano que este no puede ser su verdadero nombre. El tipo es ciego, pero sabe cómo llevar a una guapa chica que acaba de conocer a su apartamento, seducirla y tener relaciones con ella. El ser invidente no es una limitante para un hombre de la fortaleza que irradia Harry. Pronto aparecerá su asistente, Judit (Blanca Portillo), quien por la forma en como mira a Harry, es evidente que lo conoce a fondo. Hay complicidad en su mirada, que solo se consigue conociendo a alguien por mucho tiempo.

¿Quién es realmente Harry? ¿Cuál es su verdadero nombre? ¿Por qué se siente intimidado ante la aparición de Ray X (Ruben Ochandiano) un misterioso joven que le pide escribir un guión para su próxima película? La idea de Ray está llena de detalles que Harry conoce bien y le parecen familiares. Muchos misterios se irán revelando más adelante,  en un largo flash back que nos lleva a mediados de los 1990, en donde descubriremos que el nombre real de Harry es Mateo Blanco, cómo es que se quedó ciego, así como su trágica história romántica con Lena (Penélope Cruz), aspirante a actriz, durante la filmación de la que sería su obra maestra.

Si se ha visto suficiente cine de Almodóvar, no es difícil adivinar que Harry Cane/Mateo Blanco, no es más que su alter ego. Mateo es el mismo Almodóvar recordando sus viejas glorias, sus comedias coloridas, chifladas y protagonizadas por mujeres “al borde de un ataque de nervios.” Esa película que se encuentra filmando Mateo, se parece mucho a dos o tres películas que Almodóvar filmó en los 1980.

A lo largo del filme, las historias se entrelazan y los personajes se encuentran. Lena trabaja como secretaria y tiene que prostituirse en las noches. Cuando su padre enferme gravemente de cáncer, su poderoso y adinerado jefe, Jorge Martel (José Luis Gómez, estupendo), la ayudará trasladándolo al mejor hospital posible, ante la mirada sospechosa de su madre (Angela Molina). Pero estos favores cuestan, y Lena lo descubrirá cuando acabe irremediablemente involucrada con Martel, emocional, sentimental y profesionalmente. Vivirá vigilada por él en el set de filmación, a través de la molesta y constante  presencia de un joven documentalista, filmando y registrando todos y cada uno de sus movimientos.

"Los Abrazos Rotos" es un laberíntico relato, un doloroso melodrama romántico que es un homenaje de Almodovar al film noir y al amor fou. Algo que ya venía trabajando desde "Volver", su anterior película. Penélope Cruz tiene aqui uno de sus mejores trabajos con el realizador, junto a un reparto que se encuentra siempre a la misma altura. A pesar de los predecibles giros telenoveleros que tiene al final, toda la película, en su conjunto, es la intrigante y enfermiza crónica de un triángulo amoroso destinado al sufrimiento y la destrucción. Woody Allen trató el tema del director aquejado por una ceguera psicosomática en "Hollywood Ending", de una forma hilarante e irónica. Su director está condenado a dirigir una película en esas condiciones. Para Almodóvar, la ceguera de su realizador es más optimista, e igualmente nada incapacitante, a pesar de las limitantes que tiene para escribir y leer. 

No quiero colocarla entre mis películas favoritas de Almodovar, pero "Los Abrazos Rotos" es un trabajo destacable en su filmografía. Es un filme redondo y equilibrado, fotografiado magistralmente en esta occasion por el mexicano Rodrigo Prieto, y musicalizado estupendamente por su eterno colaborador Alberto Iglesias. De todas maneras, siento que ya es hora que Almodovar empiece a buscar nuevas caras para sus películas. Se está volviendo algo predecible ver a Penélope Cruz, Blanca Portillo, Lola Dueñas y ya no se diga a Chus Lampreave siempre en sus películas. Que bueno sería que en su próxima película, “La piel que habito”, Almodovar se arriesgara con un reparto completamente nuevo e inédito. Es casi imposible, ya que estará protagonizada por Antonio Banderas (con quien ha filmado varias películas en el pasado), pero es una buena señal ver a Elena Anaya por primera vez en una de sus películas.

++Disponible ahora en una edición para coleccionista en DVD. Incluye extras como el trailer, teaser, biofilmografías, escenas inéditas, el cortometraje "La concejala antropófoga", "Pedro dirige a Penélope" y galería de fotos. Algunos de estos extras también se incluyen en el Blu-ray. 

lunes, 29 de noviembre de 2010

3a MUESTRA DE CINE ESPAÑOL EN MÉXICO

"El Mal Ajeno", de Oskar Santos, en la programación de ES.CINE 2010, México.

Del 18 al 26 de noviembre ha tenido lugar la 3ª edición de la “Muestra de Cine Español”, en la Ciudad de México. La clausura estuvo enmarcada por la presencia del realizador español Carlos Saura, quien ha recibido el premio "Luis Buñuel" por su trayectoria cinematográfica.

El festival, también conocido como ES.CINE 2010, tuvo como invitado especial al País Vasco. De hecho, otro de los invitados fue el realizador vasco Julio Medem, quien participó en un Master Class sobre realización cinematográfica. La muestra no nada más se aboca a presentar cine español, sino también iberoamericano. Entre las películas que se presentaron, producidas entre 2009 y 2010, se encuentran "El Mal Ajeno", de Oskar Santos, "Eloïse", de Jesús Garay, "Zorion Perfektua" (Felicidad Perfecta), de Jabi Elortegi, "Mapa de los Sonidos de Tokyo", de Isabel Coixet, la exitosa "Que se mueran los feos", de Nacho G.Velilla, "Sukalde Kontuak" (Secretos de cocina), de Aitzpea, entre otras.

Para consultar las noticias, programación completa, eventos y más información sobre el festival, consultar la página oficial.  

miércoles, 13 de octubre de 2010

ANITA NO PERD EL TREN * * 1/2

José Coronado y Rosa Maria Sardá en "Anita no perd el tren".

El tema de Anita no perd el tren (2001) es la posibilidad de enamorarse a los cincuenta y tantos años nuevamente. Bueno, aunque otro de sus temas es el amor al cine. La Anita del título (Rosa María Sardá) es una mujer madura y viuda, que lleva realizando un trabajo que, de lejos, parece el más aburrido de todos: taquillera en un viejo cine. Este trabajo lo lleva realizando 34 años, luego de que su sueño de ser artista (cantante para ser específicos) se vio frustrado. Sin embargo, Anita nos mostrará a lo largo de este filme, dirigido por Ventura Pons, que ser taquillera no es tan aburrido como parece. Ha tenido el privilegio de ver centenares de películas y conocido gente de todo tipo en las filas de la taquilla.

La vida de Anita trabajando prácticamente encerrada en esa taquilla, tiene un tono tragicómico. Su vida sería demasiado aburrida si no se nos fuera mostrada de esa forma en la película. Esto ha tenido sus pros y sus contras en el resultado final. Anita toma el autobús, se dirige a su trabajo, para en la noche regresar tomando el mismo autobús. Constantemente, para cerrar una escena, Anita mira directamente a la cámara y habla.

Basada en la novela de Lluís Anton Baulenas (quien también ha escrito el guión), la película habla sobre la muerte simbólica de las viejas salas de cine por las enormes multisalas cinematográficas. Esto conlleva a que Anita sea despedida por su jefe (Jordi Dauder) “antigüa”, por no encajar con la nueva imagen de estos cines.

“Amor idiota”, película posterior del mismo Pons, me pareció un filme fallido que, incluso, me costó trabajo digerir. A pesar de la sencillez en su producción y de no ostentar muchas ambiciones, Anita no perd el tren, es mucho más lograda en muchos sentidos que aquella película. Aunque su narración es algo inestable (los flash-backs llegan a ser algo enredosos), la historia contada por Baulenas es conmovedora en cierta medida, gracias a la buena actuación de Rosa María Sardá, quien consigue dotar a su Anita de vulnerabilidad. Esto sin dejar de mencionar su química con María Barranco, quien interpreta a su malagueña vecina y mejor amiga, Natalia, su total opuesto en su visión del amor y las relaciones sentimentales. Barranco es amena, tan natural como la misma Sardá.

Natalia será su confidente y consejera cuando Anita conozca a Antoni (José Coronado), quien maneja una excavadora justo en el lugar donde se encuentra en construcción el nuevo complejo de cines. Una gran contradicción: ¿No debería Anita detestar a todos los involucrados en la destrucción de su lugar de trabajo por años? La comicidad de todo radica, precisamente, en la amistad que entablará con los empleados de la construcción, incluido el ingeniero, y en su relación sentimental con Antoni.

Debo confesar que la estupenda banda sonora, escrita por Carles Cases, supera a la película. Atractiva, cómica y bellamente ejecutada. Es una banda sonora que le ha quedado grande a esta película. Y si por algo no me ha gustado del todo este pequeña pero, al final, agradable, trabajo de Pons, es por el innecesario tratamiento caricaturezco, casi de burlesque, a sus personajes y a la historia misma. Además, me ha quedado esa incómoda sensación de que hay cosas no muy bien resultas. Anita acaba tan sola como al principio, celebrando su cumpleaños solitaria, cantándose a sí misma, y lo peor, desempleada. Al final, el personaje más atractivo es Natalia, quien consigue y tiene todo lo que Anita no ha podido. Moraleja: ¿Mejor sola que mal acompañada?

++El DVD contiene de extras: biofilmografías del realizador y el reparto, el "Detrás de cámaras", reseñas del filme, premios, el trailer cinematográfico, etc. 

lunes, 20 de septiembre de 2010

LEÓN Y OLVIDO * * * 1/2

Guillem Jiménez y la multipremiada Marta Larralde en "León y Olvido"
Quizá la más clara inspiración de León y Olvido (España, 2004), tercer largometraje del realizador gallego Xavier Bermúdez, sea Rain Man (1988), aquel sensible relato sobre cómo un hermano oportunista, dueño de un negocio de autos de lujo (Tom Cruise), se ve en la necesidad de cuidar a su hermano mayor autista (Dustin Hoffman). Con todas las dificultades que conlleva esta experiencia, ambos hermanos reencuentran sus lazos afectivos y su pasado familiar. Ambientada en Galicia, la película sigue de una forma parecida los pasos de la premisa de aquel filme de Barry Levinson.

Olvido (Marta Larralde), una chica amargada que trabaja como costurera, tendrá que hacerse cargo de León (Guillem Jiménez), su hermano con Síndrome de Down, debido a que la institución especializada en donde vive ya no quiere tenerlo a causa de su rebeldía. León ha sido expulsado de varias instituciones, por lo que es imposible encontrar otra que quiera recibirlo. Por lo tanto, Olvido tendrá que llevárselo a vivir a su casa y cuidarlo, con el problema de que vive al día y apenas le alcanza su sueldo para ella sola.

En León y Olvido, escrita por el mismo Bermúdez, veremos los fallidos intentos de la ambigua Olvido por deshacerse de su hermano desde el primer minuto, sea tratando de provocarle un accidente, darle alguna bebida que lo intoxique, abandonarlo en medio de la carretera, o intentar lo más extremo que uno pueda imaginar. A ratos, Olvido se puede comportar de manera cariñosa con su hermano, leyéndole historias o jugando en la cama antes de dormir, todo en un estira y afloja emocional-sentimental desconcertante.

No estamos ante un filme chantajista, que nos haga sentir lástima por León, cosa que cuida en todo momento Bermúdez. Todo lo contrario. León será un ejemplo a seguir de independencia y fortaleza para valerse por sí mismo, ante la negativa de su hermana de ayudarle a vestirse o acompañarlo a la escuela especializada. La película es un retrato muy humano y sincero de las personas con Síndrome de Down, salpicado de muchos momentos de humor (ese amigo de León, también con Síndrome de Down, con anhelos de ser político) y otros intrigantes, como los constantes enfrentamientos entre León y Olvido, en los que él tratará de hacer valer su independencia ante su hermana, su dignidad. “¡No soy un niño!”, le gritará.

El punto central del sencillo argumento, será la inestable relación entre hermano y hermana, envuelta de un impulso incestuoso de León hacia Olvido. A uno no le queda más remedio que asumirlo como efecto de su discapacidad. No hay duda que Guillem Jiménez se roba la película, a pesar de que Marta Larralde ganó varios premios por su actuación (Mejor Actriz en el Festival Cinespaña de Toulouse, Mejor Actriz en el Festival de Cine Independiente de Ourense, Mejor Actriz en el Festival de Karlovy Vary), gracias al amargo retrato que logra de una joven desesperada por su soledad, su falta de recursos, su inherente crueldad impulsada por esa misma desesperación. Ahí, creo yo, está uno de los puntos endebles y delicados del filme. A vecesn, Olvido le expresa cariño a León, pero nunca parece sufrir por estar orillada a tomar una decisión tan desesperada como matarlo.

A pesar de lo patética que pueda parecernos Olvido, en sus absurdos y fallidos intentos de matar a León, siento que Bermúdez nunca encuentra una justificación lo suficientemente fuerte y clara para esa decisión, más que la falta de recursos económicos de ella. Pero si el destino se muestra siempre a favor de León, no será así con Olvido, como se muestra en el plano final del filme, donde la vemos resignada, acabada y triste por estar destinada a cuidar a su hermano.

domingo, 2 de mayo de 2010

PALABRAS ENCADENADAS * * *

Dario Grandinetti y Goya Toledo jugarán "palabras encadenadas", en el filme del mismo título dirigido por Laura Mañá.







La primera vez que vi Palabras Encadenadas (2003), no acabé muy convencido por este filme de la catalana Laura Mañá. No me agradó mucho aquella vez. He tenido que ver la película una vez más, darle una segunda oportunidad, para rescatar alguna que otra virtud que habrá pasado desapercibida para mí la primera vez. Por ejemplo, su narrativa fragmentada, en donde la torturante situación de Laura (Goya Toledo), una guapa mujer secuestrada, súbitamente se transforma en el pasado. Esto sucede cuando, en forma de flash back Ramón (Dario Grandinetti), el secuestrador, un maestro de filosofía y ex marido de Laura, trata de convencer a un par de policias (Fernando Guillén y Eric Bonicatto) que él no tiene nada que ver con su desaparición.

Basada en una obra teatral escrita por Jordi Garcerán, también autor de la obra “El Método”, Palabras Encadenadas no esconde mucho su condición teatral. Eso puede apreciarse en la limpia puesta en escena de Mañá, en los mínimos emplazamientos de cámara, y además, en lo en extremo dialogada que resulta por parte de Ramón. Lo que distingue a esta, de todas formas, buena adaptación al cine de la obra de Garcerán, es además de una interesante narración, el diseño de arte, a cargo de Lú Mascaró, donde el rojo se convierte en un color protagónico e inquietante,

El título proviene de un juego, en el que un participante empieza diciendo una palabra y el siguiente debe pensar una nueva, usando la última silaba de la anterior. La regla es no repetir palabras y, claro, saber dividirlas en sílabas correctamente. Laura, atada a una silla, decidirá su suerte jugando “palabras encadenadas” con Ramón, quien se nos irá revelando como un psicópata que presume muchas víctimas en su haber.

Como sucedía en El Método (por cierto, adaptada al cine por el realizador Marcelo Piñeyro), habrá sorpresas, giros en la trama, momentos en que la situación de los personajes se invierte, y sabremos que, detrás de todo, se encuentra un deseo de venganza por parte de Ramón. Contrario a los psicópatas que estamos acostumbrados a ver en películas de Hollywood, Ramón es poco explosivo, no dado mucho a los arranques violentos a lo largo de la película, de una mentalidad fría y no muy cuidadoso, ya que tiende a grabar todo en cintas de vídeo, incluyendo las confesiones de sus crímenes.

Las actuaciones son destacables, en especial el tour de force entre Darío Grandinetti y Goya Toledo. Aunque me gustaría saber qué tan fiel es la película a su fuente original, en especial, debido a que me hubiera gustado ver más del juego de “palabras encadenadas”. ¿En la obra teatral también es una simple excusa para desencadenar la torturante situación de Laura?

jueves, 15 de abril de 2010

DESEO * *

Leonardo Sbaraglia y Leonor Watling como la improbable pareja romántica en "Deseo".


Ha sido difícil para mí encontrar virtudes en una película tan predecible como Deseo (2002), del madrileño Gerardo Vera. Bueno, la película tal vez sí cuente con una virtud, y es que Gerardo Vera (La Segunda Piel) demuestra ser mejor director de arte que otra cosa. Al fin y al cabo esa es su especialidad, como pudo verse en su trabajo como diseñador de producción de La Niña de tus Ojos. Al menos, he podido sentirme mínimamente ubicado en la España de la Postguerra Civil y de mediados de la Segunda Guerra Mundial.

Deseo falla como melodrama romántico, por sus poco inspiradas escenas eróticas y la nula química entre la pareja protagónica, formada por Leonor Watling y el argentino Leonardo Sbaraglia. Por otro lado, si la intención de Vera fue conseguir un thriller político aderezado con un poco de regusto a viejas historias de espionaje, nunca pude sentir su película emocionante o interesante en ese sentido.

Leonor Watling interpreta a Elvira, una guapa chica que entra a trabajar como empleada doméstica en el lujoso apartamento de un diplomático argentino, afincado en Madrid (Sbaraglia). No es nada difícil adivinar lo que irá sucediendo, mientras vemos cómo va aumentando el interés de Pablo por Elvira, entre obsequios y literatura alemana. Mientras, la humilde Elvira es impresionada por la vida lujosa de Pablo, muy alejada de su modesta vida al lado de su hermana (María Vázquez) y su madre muda (Rosa Maria Sardá). Elvira, además, tiene un pasado traumático en la Guerra Civil, con su padre fusilado por los franquistas y su esposo (Ernesto Alterio) en prisión por ser comunista.

El triangulo amoroso no podría ser más obvio. El problema no es tanto lo obvio y predecible que resulta el desarrollo de la trama, sino cómo la película se derrumba por una segunda mitad tan ingenua como monótona. Cecilia Roth intenta -sin mucho esfuerzo- ser la “villana” de la película, una ambigua y venenosa femme fatale, pro-nazi y que trata de interponerse entre Elvira y Pablo. No pongo en duda lo guapa que luce Cecilia Roth, pero su personaje es tan decepcionante como Elvira, con todo y que el filme ha sido escrito por la guionista asturiana Ángeles Caso. Rosa Maria Sardá está completamente desperdiciada como la muda madre de Elvira (muda por traumáticos sucesos del pasado), con poco o nada que aportar a la historia. Si hay un personaje femenino que logró transmitirme cierta intensidad, es el de la hermana de Elvira, Raquel, interpretada con eficacia por María Vázquez.

Al final, estamos ante una película con un desequilibrio en su historia, donde todos los personajes argentinos son filo-nazis, colaboracionistas del gobierno de Franco y capaces de deprimirse cuando se enteran que el Führer se ha suicidado. Norma Aleandro interpreta a la madre de Pablo, dispuesta a ayudar a los nazis a exiliarse a la Argentina del General Perón. Pero no nos engañemos, la historia no es tan “thrilleresca” como suena, ni tan política. Deseo no es más que un aburrido telefilme apenas visible.

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