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martes, 7 de abril de 2020

THE INVISIBLE MAN


Elizabeth Moss tiene un enemigo invisible
The Invisible Man, el clásico de horror de la Universal de 1933, seguía en cierta medida la misma premisa de Frankenstein (otro clásico de la Universal, de 1931): la tragedia del científico en búsqueda de controlar la naturaleza, en su ambición por alcanzar la inmortalidad a través de un gran descubrimiento. Su descubrimiento, un medio para volverse, precisamente, invisible, se salía de sus manos, y su destino se veía amenazado con quedarse para siempre en ese estado.
En la decisión de los estudios por rehacer aquellos filmes de horror de la época dorada de Hollywood (luego del fracaso con la crítica de La Momia, producida por Tom Cruise, y a quien culpan por el fracaso del proyecto), llega el remake de The Invisible Man, un verdadero repunte y revitalización de estos remakes. En esta nueva historia, las cartas se juegan de manera distinta, dando un giro de 360 grados a la premisa del filme original; uno en donde ahora es un personaje femenino el que lleva el protagonismo. Una mujer es quien sobrelleva el peso emocional del filme, de hecho, un personaje fuerte que no se quedará con los brazos cruzados ante nada.
Cecilia (Elisabeth Moss, fenomenal), una arquitecta, ha escapado, en medio de la madrugada, de una vida de abusos, maltratos, y violencia junto a un novio abusador, Adrian(Oliver Jackson-Cohen). Sin nadie más en el mundo mas que su hermana, Emily (Harriet Dyer), Cecilia encuentra refugio en la casa de un amigo, James (Aldis Hodge), detective de policia, quien vive con su hija adolescente (Storm Reid). Sin embargo, Cecilia vive en un estado de constante ansiedad y pánico, por temor a que Adrian, un connotado investigador y especialista en óptica, pueda encontrarla.
Las cosas toman un giro inesperado, cuando Cecilia se entere, a través del hermano y abogado (Michael Dorman) de Adrian, que éste se ha quitado la vida. Es cuando Cecilia
empezará a experimentar fenómenos que parecen paranormales (ruidos extraños en la casa vacía, cosas que se mueven y caen, sábanas que misteriosamente son jaladas de la cama, etc.). ¿Será el espíritu de Adrian el que está acosándola y torturándola psicológicamente desde el más allá?

Dirigida por el actor y guionista Leigh Whannell (guionista de Insidious 1 y 2), la película le da completamente la vuelta a la historia que ya muchos cinéfilos conocemos. Guarda un par de cosas en común con el filme original, pero nos devuelve algo nuevo en su totalidad. Lo genial en la dirección de Whannell, es su prodigiosa manera de, no nada más manipular a su personaje femenino, sino a nosotros como espectadores, con un estupendo relato que apuesta por el camino del horror psicológico.
Llega un punto culminante en la película, en donde Cecilia se siente sola en el mundo, que nadie (ni su hermana) cree en ella y en lo que está experimentando. A la mitad, se siente que a la historia se le está acabando el combustible, pero minutos después toma un nuevo respiro y se recupera, justo cuando los problemas de Cecilia vayan en aumento. Lo interesante en esta nueva versión, es que Whannell no sólo ha sabido actualizar muy bien la historia, adaptando la realidad de los abusos físicos y maltrato a la mujer, sino también hablar sobre las complejidades en las relaciones entre hermanos. No será perfecta (un par de aspectos, al final, caen en lo inverosímil), pero la verdad es que Elisabeth Moss está impresionante, siendo capaz de mantener una emoción fija de ansiedad y pánico durante todo el filme.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 9 de enero de 2019

BLACK MIRROR: BANDERSNATCH


Fionn Whitehead.
Black Mirror: Bandersnatch convierte al espectador en algo cercano a ser el guionista -o, más bien, coguionista- de la historia. Como si fuera un libro estilo "Elige tu propia aventura" (a los cuales se hace referencia en el filme, ya que la trama está instalada en 1984), uno tiene el privilegio de tomar las decisiones que el personaje principal (Fionn Whitehead), un joven diseñador de videojuegos, irá tomando a lo largo del filme. Poco se puede describir concretamente de la historia, tan sólo que el chico vive con su papá (Craig Parkinson), y que vive traumatizado debido a la prematura muerte de su madre. Conocer a un talentoso diseñador de juegos (Will Poulter) será crucial para él (bueno, todo depende de la decisión que tomes). Mientras, para superar el duelo, nuestro personaje acude a terapias con una psicóloga (Alice Lowe). Lo demás, depende de uno como espectador.
La experiencia te permite tener desde una a varias películas al mismo tiempo; con una duración desde 15 minutos, hasta hora y media. Y si al final, la historia no es tan interesante como el experimento en sí, Black Mirror: Bandersnatch (que de alguna forma se relaciona con la serie del mismo nombre), acaba siendo un filme entretenido. Advertencia: el tomar una decisión equivocada, te llevará a recapitular todo lo visto desde el principio, pero si tomas la decisión correcta, puedes seguir con la narración hasta el final. Para un final ridículo, pero gracioso, hay una escena que te da la posibilidad de escoger "Netflix". Recomendable para pasar un buen rato, y nada más. 

domingo, 18 de febrero de 2018

THE POST * * * *


Tom Hanks y Meryl Streep.
The Post sigue de cerca los pasos de Spotlight (2015). A pesar de que sus historias son diametralmente distintas, ambas comparten, además de una reverencia a All the President's Men (1976), el tema de la libertad de expresión y prensa. En estos filmes, el verdadero periodismo debe ser aquel que ponga a la verdad por encima de todo, como un estandarte triunfante. Steven Spielberg consigue en The Post un filme contundente y poderoso. Cuenta cómo dos figuras importantes del diario The Washington Post, Ben Bradlee (Tom Hanks), editor en jefe, y Kay Graham (Meryl Streep), dueña del periódico, se vieron en la tormentosa y crucial polémica sobre publicar o no unos archivos secretos del Pentágono, en 1971. Dichos documentos "ultra-secretos" revelaban cómo el gobierno de Kennedy, y más tarde el de Lyndon B. Johnson, mintieron a la gente sobre la verdadera situación en Vietnam. La guerra se salió de control y acabó extendiéndose, cuando habían afirmado que terminaría en 1965. Es mucho lo que está en juego de darse a conocer los documentos: la existencia del periódico, y el empleo de mucha gente. Sin embargo, es lo que necesita el diario para tener notoriedad, con todo y que también podrían ser censurados y clausurados por el gobierno de Nixon. El presidente ya tiene en la mira al New York Times, el primer diario en haber revelado y publicado una parte de los archivos secretos. 

¿Estarán Bradlee y su equipo dispuestos a declararle la guerra a la censura impuesta por la administración de Nixon? A The Post quizás le falte la ferocidad de Spotlight, pero es sin duda un filme magnífico sobre el ejercicio del periodismo. Spielberg dirige con energía y fuerza, en su manera de contar los hechos escalando en suspenso, todo con un realismo que se respira en cada escena (oficinas perfectamente ambientadas, rotativas y máquinas rugiendo como si hubieran sido hechas ayer), centrado más que en la acción en la reflexión, sobre una situación con mucho que perder, pero también mucho que ganar. El verdadero centro dramático de la premisa, está en aquella pregunta planteada por Bradlee a Graham (quien de hecho tuvo un papel crucial en el reporte del caso Wattergate) "¿para qué quieres un periódico si no es para decir la verdad? Pero también ¿qué haremos con esa verdad sin un periódico en dónde publicarla?" O también en aquella referida a la primera enmienda de la Constitución: "La prensa es para servir a los gobernados, no a los gobernantes". 

Es la primera vez que Hanks y Streep actúan juntos en un filme. Ambos están fantásticos, y sinceramente, están hechos el uno para el otro en la pantalla.

martes, 22 de agosto de 2017

THE INSTITUTE * *

James Franco como un misterioso psiquiatra de métodos cuestionables.
Creo que para James Franco la cosa no va mucho detrás de las cámaras. Su actuación en The Institute (dirigida por Franco junto a Pamela Romanowsky, quien ha dirigido varios filmes protagonizados por aquel) es buena, encarnando al director del famoso hospital psiquiátrico Rosewood Institute, en el Baltimore del siglo XIX. Sin embargo, su intento de construir un interesante suspenso psicológico, justo cuando descubrimos que el hospital esconde muchos secretos obscuros, falla completamente, debido a que su narración es plana y débil. Además, su historia, que cuenta la llegada de una joven paciente (Allie Gallerani), queriendo encontrar un poco de paz y relajación (¡que es, oh sorpresa, lo que menos encontrará!), no es muy interesante, quedando todo sólo en buenas intenciones.

jueves, 2 de junio de 2016

THE WITCH * * * * 1/2


¿LA ACUSARIAS DE SER BRUJA?   Anya Taylor-Jon. 
The Witch no es un convencional filme de horror. No recurre a sustos predecibles, ni sobresaltos sorpresa. Tampoco está llena de clichés, como el de la bruja voladora en una escoba, lanzando hechizos y convirtiendo niños en sapos. Su apuesta es más arriesgada, más dentro del cine indie, en donde el realizador Robert Eggers recurre a un horror psicológico en estado puro. Hay que reconocerlo, en estos tiempos no es fácil asustar sin recurrir a la computadora y los efectos digitales. El gran mérito de este pequeño filme, es su capacidad de generar un auténtico horror con mínimos recursos, algo que tomó por sorpresa a los espectadores en el festival de Sundance, donde la película debutó el año pasado.

La historia es sencilla. Tal vez recurra a los lugares comunes de cualquier otra película del género (el bosque tenebroso, la cabaña en medio de la nada, en donde nadie te escuchará gritar, etc.). Sin embargo, toca un tema interesante: la paranoia generada por situaciones y fenómenos inexplicables, atribuidos a la brujería y al mismo Satán. Una familia puritana de granjeros, en los 1630s, Nueva Inglaterra, se sumerge en una crisis emocional, luego de que su bebé desaparece, literalmente, como por arte de magia. El bebé, simplemente, se esfumó en dos segundos, mientras la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Jon, una gran revelación), se encontraba cuidándolo y jugando con él. El título oficial del filme indica que la historia es un "relato tradicional de Nueva Inglaterra", y hay algo de cierto en ello. The Witch se siente como un cuento de hadas, pero en un tono considerablemente más obscuro (vienen a la mente Blanca Nieves, o Hansel y Gretel).

A raíz de la desaparición, la familia empieza a ver sospechosamente a Thomasin, especialmente su par de pequeños hermanos gemelos (Ellie Granger y Lucas Dawson), quienes la acusan (de una forma juguetona y provocadora) de ser una bruja, y practicar magia. El padre (Ralph Ineson) y la madre (Kate Dickie, de "Games of Thrones"), aunque tratan de llevar la situación lo mejor que pueden, empiezan a dividirse, el primero del lado de Thomasin, y la segunda, cuya mente empieza a contaminarse de las acusaciones de los dos hermanos mala leche.

No se arruina el misterio con decir que sí hay una bruja, habitando en el bosque cercano a la granja. Si ella es responsable de la desaparición del bebé, está por verse. La verdadera aventura, será saber si Thomasin es, en verdad, una bruja, o si todo es producto de la imaginación de los niños. En tanto, una fuerza obscura y malévola empieza a invadir el hogar, con animales apareciendo en la casa, como un cuervo, y un conejo. Pero el más tenebroso de todos es, sin duda, una cabra negra, a la que llaman Black Phillip. La cabra, de enormes cuernos, se roba cada escena en la que aparece. Con todo y verse inofensiva, hay una extraña vibra que rodea a Black Phillip.

¿Qué hace al filme de Eggers diferente de otros? ¿Qué lo convierte en un inteligente filme de horror? Su manera de recurrir a una vieja estrategia del cine del género: crear o generar miedo a partir de lo que no vemos, pero que sabemos está ahí. Esa amenazante presencia de algo invisible, pero cuya maldad es algo perceptible por los personajes. The Blair Witch Project ya lo hizo hace algunos años, y lo hizo excelentemente bien, a través de un falso documental. ¿En realidad existe un ser maligno y diabólico queriendo hacer daño a la familia? ¿Todo existe sólo en la mente de los personajes, producto de la paranoia? 

La estrategia de mantener oculta la verdadera identidad de la bruja, es también buena. Nunca vemos directamente su rostro, tan sólo vemos en una escena que es una anciana, y en otra que es una curvilínea mujer. Si bien quedan en el aire más preguntas que respuestas, y uno que otro cabo suelto, lo notable de la película es esa sensación que nos queda de estar ante algo verdaderamente diferente, fascinante por su aura enigmática. The Witch no será completamente perfecta, pero seguro se queda en tu mente.


miércoles, 11 de mayo de 2016

10 CLOVERFIELD LANE * * * 1/2

SUEÑOS DE FUGA.
Mary Elizabeth Winstead y John Goodman.
Nadie sabía nada de 10 Cloverfield Lane, hasta que el trailer nos tomó por sorpresa a todos. Sus imágenes consiguieron atrapar nuestra atención, debido a que mostraban escenas lo suficientemente misteriosas, con una sensación de peligro y suspenso a la vez.  Además, la palabra "Cloverfield" llevó nuestras mentes a la película homónima del 2008 (que usó los mismos trucos mercadológicos), conjurando la misma magia de decir lo mínimamente necesario para enganchar al espectador. 


La estrategia funciona, es a prueba de fallos. No se supo detalle alguno de la filmación. A los actores se les dio un guión sin título, o sin un orden definido en las escenas, para mantener el proyecto bajo el mayor de los secretos. Se dice que la película está basada en una historia títulada "The Bunker". Como sea, si por algo es famoso JJ Abrams (productor del filme), es por saber mantener un misterio inquebrantable en sus proyectos; el tenerlos bajo llave en un cofre indestructible.

Dirigida por Dan Trachtenberg, 10 Cloverfield Lane parece no tener nada que ver con   Cloverfield, del 2008. No es precuela, ni secuela de la misma. Sin embargo, es esa clase de filmes que, al reseñarlos, es mucho mejor no revelar mucho de su historia. Algo sí tienen en común, su capacidad de atrapar la atención del espectador desde el inicio. Su historia es en extremo sencilla, pero con un suspenso pulsante e in crescendo. Es claustrofóbica, pero tiene momentos de humor ligero, en donde, por algunos segundos, parece que estamos viendo otra película completamente diferente. Pero es la manera de Trachtenberg (en el que es su primer largometraje) de jugar con las expectativas del espectador.

John Goodman es, en sí, uno de los misterios a resolver en la historia. Su imponente presencia devora la pantalla, se come todas sus escenas. Su personaje, Howard, pone al espectador en el dilema de adivinar cuáles son sus verdaderas intenciones. Howard  rescata a una chica, Michelle (Mary Elizabeth Winstead, fantástica), quien ha tenido un accidente automóvillístico en la carretera. El hombre ha hecho de Michelle su prisionera, admitiendo las mejores intenciones, manteniéndola bajo llave en un búnker. ¿Sus razones? Howard afirma que el mundo está "bajo un ataque", además de que el aire está enrarecido por una infección. 

Howard es un manojo de paranoia en estado de ebullición, un ex miembro de la fuerza naval quien, a pesar de todo, se nota en un estado de control de sí mismo. Su robusta y corpulenta presencia denotan seguridad y autoridad ante una situación alarmante. En el mismo búnker, otro refugiado se agrega a la ecuación, Emmet (John Gallagher Jr.), quien a la pregunta de Michelle si ha intentado escapar, éste, irónicamente, le contesta: "Vine corriendo y golpeando la puerta para que me dejara entrar". 

Tenemos un personaje femenino fuerte en Michelle, la cual deberá ingeniárselas, usar toda su astucia y fortaleza, para escapar de algo que para ella parece una locura, una invención de Howard. A sus ojos -y a los nuestros- él puede estar siendo víctima de algo cercano a la demencia, el delirio, o la simple paranoia. Como espectadores acabamos involucrados en el mismo suspenso que Michelle vive, sin que sepamos más de lo que ella misma sabe. Algo sí parece suceder allá afuera, algo peligroso, pero lo que es seguro es que ella está decidida a no quedarse ahí abajo encerrada para siempre. 

Howard se convierte en un personaje ambiguo, a ratos luciendo amenazante, en otros momentos siendo una especie de gigante en calma latente. Por su parte, Michelle tiene toda la responsabilidad de convertirse en heroína, o acabar como la prisionera de un posible lunático, que quizás ha fabricado todo en su mente. 10 Cloverfield Lane recuerda a Take Shelter, o The Mist, que acaban siendo mejores filmes por la inteligencia con la que fueron llevados, así como lo ingenioso de sus guiones. 

No es que 10 Cloverfield Lane no sea buena en comparación. Vale  la pena encerrarse por un rato con estos tres personajes, y vivir de cerca su angustia y paranoia. Lo malo, es que al final parece ser que todo lo ingenioso de la película se reduce a la impenetrable y misteriosa neblina alrededor de la cual se envolvió. 

lunes, 30 de junio de 2014

BURIED * * * *



ENTERRADO VIVO. Ryan Reynolds atrapado en un ataúd
y bajo tierra.
Buried me reveló una cosa: Ryan Reynolds sabe actuar. Te hace olvidar películas en donde interpreta al simple tipo cari-lindo, con actitud de caigo bien a todos, sin mucho que hacer histriónicamente hablando. Aquí el tipo está simplemente genial, fabuloso, en una actuación que debió haber sido demandante, tanto mental como físicamente. Esto último tal vez no lo parezca en primera instancia, ya que toda la película Reynolds permanece encerrado dentro de un ataúd. Con todo y tener una premisa en extremo sencilla, la sensación de ansiedad y claustrofobia que te produce este estupendo filme, dirigido por el realizador gallego Rodrigo Cortés, es totalmente palpable. Durante todo el filme (de apenas hora y media de duración) Cortés te tiene dentro de ese ataúd junto a Reynolds, con tan sólo una pregunta en la cabeza: ¿El personaje podrá salir de este aprieto? ¿Cómo lo hará? ¿Sobrevivirá? ¿Qué hubiera hecho Houdini?

Todo lo que sabemos es que Paul Conroy (Reynolds), un conductor que trabaja para el ejército de marines en Irak, ha sido secuestrado por unos terroristas. En el ataúd los terroristas le han dejado únicamente un teléfono celular y un encendedor. Lo ingenioso de la historia, es ver cómo Paul, pasando por toda una gama diversa de emociones (de un estado de furia a uno de calma, luego a uno de frustración y ansiedad, de ira), tendrá que idear la manera de resolver la situación con los escasos recursos a su alcance. En todo ese recorrido, conocemos mucho del personaje sin necesidad de que se mueva de donde está. Hay momentos desesperantes -especialmente aquellos de total obscuridad- terroríficos, e inquietantes. No por situar al filme dentro de un ataúd, Cortés se ve limitado en movimientos de cámara y emplazamientos. El director, con un limitado número de tomas, nos da una idea de las dimensiones y espacios en los que el personaje se encuentra atrapado. Buried es un filme que demuestra cómo es posible hacer una película de puro suspenso, con un mínimo presupuesto, sin explosiones, persecuciones y balazos. 

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