sábado, 3 de septiembre de 2011

NATIONAL TREASURE: BOOK OF SECRETS * * 1/2


Nick Cage y Diane Kruger.


La primera National Treasure me pareció entretenida, palomera y con un buen ritmo. Nicolas Cage, caricaballo y con peluquín, resulta creíble como el cazador de tesoros Benjamin Gates. Lo que me gustó de la antecesora de National Treasure: Book of Secrets, fue su premisa de combinar hechos históricos (con una intención muy didáctica) y ficción. El crear una historia donde claves secretas, escondidas en lugares de relevancia histórica, te llevarán hacia otras, y estas a otras más. Fue filmada en locaciones reales y, además, aprendías algo de la historia de E.U. y su independencia.

Jon Turteltaub vuelve a dirigir. Ahora el trasfondo histórico es el asesinato de Abraham Lincoln. Las claves: unas páginas perdidas de un importante diario, que pone en duda la reputación del tatarabuelo de Gates. Su misión: limpiar el buen nombre de la familia, acompañado de la siempre efectiva presencia de Jon Voight, quien interpreta a su papá historiador. Al reparto se agregan Ed Harris como el villano, y Helen Mirren, como la madre de Gates, experta en lenguas antiguas. Esta segunda parte es igualmente entretenida, aunque la espontaneidad de la primera historia se ha perdido. Muchas situaciones son de lo más inverosímiles y forzadas (por ejemplo, los personajes cruzan el Atlántico en cuestión de minutos, o esa escena en la Oficina Oval de la Casa Blanca ¡Por favor!). Lo mejor, es la cómica tensión entre Jon Voight y Helen Mirren (¿separados? ¿divorciados? Como sea, están peleados por algo) que desafortunadamente no se explotó más. 

jueves, 1 de septiembre de 2011

MATILDA * * * 1/2


Mara Wilson como la pequeña Matilda.


Primera adaptación de una de las mejores novelas infantiles de Roald Dahl al cine. Danny De Vito dirige, actúa y también narra la historia. Esto último se siente extraño, siendo él quien interpreta al castrante padre de la pequeña Matilda. Esta adaptación se apega lo más posible al libro, aunque su humor negro no alcanza las cotas del libro de Dahl, más violento e inquietante en la figura de la gigantezca y fascistoide directora Trunchbull (la actriz de origen alemán Pam Ferris, quien no podría estar mejor en el papel). Mientras en el libro los niños sufren lo indecible, física y emocionalmente a manos (y lo digo literalmente) de Miss Trunchbull, en la película las tormentos son aligerados, seguramente para conseguir una clasificación más familiar en el momento de su estreno.

Matilda (Mara Wilson, muy desaparecida del ámbito cinematográfico actualmente) es una niña de 5-6 años, que no es feliz ni en su casa ni en la escuela. La niña es una genio devoralibros y una calculadora humana, capaz de resolver enormes sumas y multiplicaciones en segundos. Sin embargo, su ambiente familiar está totalmente en su contra. Ni al padre (Danny DeVito), un fraudulento vendedor de autos usados, ni a la madre (Rhea Perlman), adicta al bingo, les importa la niña en lo más mínimo. El mundo familiar gira más en torno a la televisión, a seguir el ritual nocturno de cenar frente al aparato como una religión. En la escuela, Matilda y el resto de los alumnos viven aterrorizados por Miss Trunchbull, la cual no titubea en dar toda clase de castigos físicos a los alumnos. Pero Matilda encontrará en Miss Honey (Embeth Davidtz), su joven  maestra, el consuelo y refugio que necesita de su triste vida familiar.

La versión de Danny DeVito se toma las infaltables licencias artísticas. Hay un par de personajes (los detectives de policia) que no existen en el libro, y que no ha tenido el menor caso agregarlos. Con todo, la película acaba siendo divertida,  en especial, por las torturas casi carcelarias que Trunchbull aplica a los niños, muchos de ellos con la mala suerte de acabar encerrados en un cuarto con clavos en las paredes. La película se inclina más por la acción (el clímax final es ampliado en el filme) y por la comicidad, mientras que el libro, a pesar de mezclar fantasía, mucho humor negro y aspectos paranormales (Matilda se descubrirá como una especie de inocente “Carrie”, con poderes mentales), es más conmovedor y sensible, en la relación que Miss Honey y la niña acaban formando. 

martes, 30 de agosto de 2011

THE WATER HORSE: LEGEND OF THE DEEP * * * 1/2

Alex Etel y su mascotita en "The Water Horse".

La leyenda (o más bien historia fraudulenta) del famoso monstruo del Lago Ness, en Escocia, es adaptada en un relato infantil conmovedor. El protagonista es Angus (Alex “Millions” Etel), un niño que vive cerca del lago, durante la Segunda Guerra Mundial. Su vida toma un giro descomunal al adoptar un dinosaurio marino bebé, el cual se convierte en su entrañable mascota y al que bautiza como “Crusoe” (sí, en honor de Robinson Crusoe). No nada más será un problema el descomunal tamaño que tome Crusoe con el tiempo, sino mantenerlo escondido de su madre (Emily Watson). Además, un capitán (David Morrissey) decide tomar la casa de Angus como cuartel por tiempo indefinido. Jay Russell ofrece un más que correcto y apropiado entretenimiento familiar, con momentos graciosos (el odio de cierto bulldog por el pobre Crusoe), emocionantes (esos viajes submarinos de Crusoe y Angus) y otros que amenazan con formarnos un nudo en la garganta (la secuencia final). Es algo así como “Free Willy” versión jurásica. Todo está narrado en el presente por Brian Cox. No nada más perros collie y caballos en la pradera pueden conmover. También dinosaurios generados digitalmente pueden hacerlo.

lunes, 29 de agosto de 2011

N (IO E NAPOLEONE) * * 1/2

Daniel Auteil como Napoleón Bonaparte.

Me pareció descabellada la idea de que Daniel Auteil interprete a Napoleón. Es un gran actor, pero de lejos parece un total miscast. Sin embargo, esta película no sigue el rigor o seriedad de una película histórica. Su intención es ser una especie de comedia, con elementos de parodia política. Ahí fue cuando comprendí la decisión de elegir a Auteil para el papel. He podido comprobar con anterioridad que se desempeña bien en la comedia. El problema, es que la película de Paolo Virzi se queda a medias en su comicidad, que no pasa de un par de escenas con Monica Bellucci con arranques de histeria, y las indiscreciones de la empleada doméstica en la casa de nuestro protagonista.

Aunque cuenta con un buen diseño de producción y vestuario, así como actuaciones aceptables, la película nunca se atreve a ir más allá en su intento de ser una parodia política. Napoleón llega a la isla de Elba exiliado (o como muchos piensan, para apoderarse de la isla). Un maestro de primaria (Elio Germano), odia a Napoleón con mucho fervor. Su plan de asesinarlo parece tomar forma cuando el emperador lo contrata como su bibliotecario. Suena gracioso, pero no lo acaba siendo mucho en la película. Los intentos frustrados de nuestro maestro para matar a Napoleón pudieron haber sido más graciosos. Que sirva de excusa para ver esta película la buena actuación de Auteil y lo que puede hacer con el personaje. Ah, claro, y Monica Belluci también.

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