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lunes, 11 de junio de 2018

SOLO: A STAR WARS STORY * * * 1/2

Aldren Ehrenreich es el joven Han Solo. 
La producción de Solo: A Star Wars Story, tuvo una trayectoria accidentada. Luego de que Phil Lord y Chris Miller (directores de The Lego Movie) fueran despedidos del proyecto a medio camino, Ron Howard entró a escena a finalizar el filme (se dice que volvió a filmar casi el 70 por ciento de lo ya rodado). Luego, estaba el asunto de quién interpretaría al joven Han Solo, el icónico mercenario-vaquero-espacial de la saga original, que fuera interpretado por Harrison Ford hace cuatro décadas.
El papel acabó en manos del no muy conocido Aldren Ehrenreich (al menos, antes de ver su excelente actuación en "Hail, Caesar", yo jamás había escuchado de él), con los nervios y escepticismo de muchos fans (incluyéndome a mí), respecto a si era o no la elección correcta. Tal vez no se parezca mucho a Harrison Ford, pero el caso es que Ehrenreich consigue una muy buena interpretación sin ser del todo una imitación obvia de la actuación de Ford. Es cierto, se nota que estudió los gestos, movimientos y forma de hablar del Solo original, pero la verdad el tipo aporta algo nuevo y pone de su propia cosecha a su versión del personaje.
Ron Howard no es extraño del todo a este género. Tiene algo de experiencia en el cine fantástico (Willow) e historias ambientadas en el espacio (Apollo 13). Howard sabe darle a este primer "spin off" de Star Wars un auténtico toque de películas de aventuras espaciales y ciencia ficción de matineé (al estilo Flash Gordon). Solo es un western ambientado en "una galaxia muy, muy lejana", y tiene también mucho de películas de gángsters y heist movies (películas de grandes robos). Tiene en contra el hecho de estar deslavada de religión jedi, o algo que tenga que ver con "la fuerza".
Sin embargo, Solo tiene algo del espíritu de los filmes clásicos de Star Wars. Hay dos principales motivos para ver el filme: ser testigos de cómo Han conoció a su inseparable y peludo camarada Chewbaca (Joonas Suotamo), y ver cómo se hizo del Halcón Milenario, la icónica nave en la que viaja a la velocidad de la luz. También hay otro acontecimiento que presenciar, y es cómo Han conoció a Lando Calrissian (Donald Glover, también estupendo). Aquí comprobamos que cuando Han le dijo a Lando en El Imperio Contrataca "El Halcón te lo gané de manera justa", era cierto. Bueno, más o menos.
Woody Harrelson está bien en su interpretación de Beckett, una especie de forajido, que servirá de "mentor" para Han. Siendo en esencia un western, Solo tiene una secuencia de "gran robo al tren", espectacular y bien ejecutada. Junto a Val (Thandie Newton), y Rio Durant (voz de Jon Favreau), Beckett se dedica a robar y contrabandear para un jefe gangsteril, Dryden Vos (Paul Bettany). Emilia Clark (de Game of Thrones) interpreta a Qui'ra, el interés romántico de Han, a quién este último se encuentra buscando luego de haber sido separados. Al final, siendo el único personaje femenino, Qui'ra tiene algunos giros sorpresivos y lados fuertes. Y hay otro lado femenino en el filme, representado en la androide L3 37 (voz de Phoebe Waller-Bridge), carismática y valiente.
Solo es buena, pero no es nada extraordinario. Acaba siendo entretenida y funcional. Le falta algo más de la emoción que sí tuvo, por ejemplo, Rogue One, así como más presencia de la figura de un villano. Solo es otra demostración de cómo Disney está tratando de extraerles todo el jugo posible a los personajes creados por Lucas, explotándolos al máximo. ¿Pero hay de qué quejarse al respecto? El filme es satisfactorio y cumple. ¿Acaso George Lucas no hizo lo mismo con los reestrenos de sus "ediciones especiales" de la trilogía clásica hace ya dos décadas? Es un negocio muy redondo, y así ha estado funcionando desde hace tiempo.

martes, 29 de julio de 2014

DAWN OF THE PLANET OF THE APES * * * *

¿DIJISTE QUE TENÍAS PLÁTANOS?
César, el líder consolidado de la nueva raza de simios.
Es inevitable no sentir el estreno de una nueva película del Planeta de los  Simios como un suceso cinematográfico imperdible y único. Las precuelas resucitaron el culto originado por las antiguas películas de los 1960s y 1970s. Rise of the Planet of the Apes fue sobre los orígenes, y ahora Dawn of the Planet of the Apes, es sobre la evolución de la nueva raza de simios. Han desarrollado habilidades y   conocimientos sofisticados, como cazar (la escena de la caza del enorme oso es espectacular), montar a caballo y hablar. Nada mal para no haber tenido mucho contacto con los humanos sobrevivientes al virus ALZ-113, el cual aquí se nos cuenta se ha esparcido totalmente en la Tierra. Un orangután está a cargo de transmitir preceptos simiescos a los demás ("Un Simio no Mata a otro Simio"). En Dawn la historia está tomando aires épicos, instalada una década después de su antecesora, en un escenario apocalíptico y grisáceo. César (Andy Serkis, consagrándose cada vez más en esto del motion-capture especializado en primates) se ha consolidado como el líder indiscutible del grupo de simios que quiso tomar San Francisco en la primera parte.

Los que vieron la primer película sabrán por qué César es el simio más evolucionado de todos.   Presume una mirada inteligente y penetrante, presencia imponente, movimientos y gestos más humanos y es capaz de enunciar largas frases. Es un líder muy político, que cree más en la negociación pacífica, y en la no violencia. Cuando su tribu tenga un desafortunado y violento contacto con un grupo de expedicionarios, guiados por Malcolm (Jason Clark), César decide no atacar ni tomar ofensiva alguna. Sin embargo, Malcolm decide tentar su suerte, adentrarse en el bosque y negociar cara a cara con César, para pedirle permiso de pasar por su territorio y poder reparar una planta eléctrica.

César tiene a su esposa enferma, acabando de dar a luz a un bebé, y su hijo, Maurice, es como un adolescente en la edad de la punzada. Es rebelde y no parece ser el líder que podría sucederlo en el futuro. Al verse más tolerante en su decisión de permitir a Malcolm y su equipo trabajar, confiando que todo irá bien y sin problemas, César entrará en conflicto con su viejo aliado, Koba. Este guarda rencor hacia los humanos por los experimentos que hicieron con él en el laboratorio, y las cicatrices en todo su cuerpo y cara están ahí para recordárselo. Koba cree que los humanos significan peligro y que lo único que quieren es entrar en guerra con ellos.

Pasando la estafeta de la dirección a Matt Reeves (Cloverfield) -el anterior filme fue dirigido por Ruppert Wyatt- esta película pertenece casi por completo a los simios. Es ahora una historia de traición, de intriga política, de ambición por el poder, de manipulación y con sus momentos de reflexión --- y todo esto ocurre en la tribu de los simios. Los humanos sirven más como trasfondo en la historia. No es que de parte de los humanos no sucedan cosas interesantes. Malcolm, por ejemplo, junto a su novia (Keri Russell) y su hijo (Kodi Smit-McPhee), tendrá el propósito de demostrar que no todos los humanos son violentos. Malcolm está ahí para echarle una mano a César, justo cuando las cosas se pongan difíciles en muchos sentidos.

Gary Oldman interpreta al líder de la comunidad de humanos sobrevivientes al virus, y como siempre está muy bien en su actuación. Es el líder moral en un escenario que parece extraído de alguna película de zombies (estilo The Walking Dead). Lo mejor de esta segunda parte, es que los simios ya son personajes con características bien definidas, con más inteligencia. Además, se ven muchísimo más convincentes y realistas que en la anterior película.

En comparación con la serie de películas originales, sigo extrañando la sensación de estar viendo una película de ciencia ficción, ambientada en otro mundo. Con todo, esta segunda entrega es una película muy buena, entretenida, que así como puede tener humor ocasional, también es obscura y sombría. No hay duda de que la franquicia va por buen camino.



jueves, 14 de junio de 2012

PROMETHEUS * * * 1/2

Logan Marshall, Noomi Rapace y Michael Fassbender.


Ridley Scott ha afirmado que en lo que menos estaba pensando al filmar Prometheus (2012) era en Alien (1979), la película con la que el realizador británico dio origen a la saga de ciencia ficción y horror en el espacio. Es posible que tenga algo de razón. Prometheus, aunque es muy visible, no alcanza la genialidad de aquella película seminal, una de las mejores en su filmografía y que provocó en sus primeros espectadores no pocos sobresaltos. Prometheus es la precuela -o semi precuela- de la saga, una película conformada por un competente reparto, mucho más tranquila tanto en su narración como en su historia. Se toma su tiempo para plantear situaciones, presentar personajes y conducirnos hacia un muy efectivo clímax en donde, para los que recuerden un poco "Alien", dará respuestas sobre esa nave en ruinas que Ripley y la tripulación encuentran en cierta parte de la primer película. 

Michael Fassbender es quien se roba la película, con su fría y robótica interpretación de David, un androide. David construye toda su personalidad en base al T.E. Lawrence de "Lawrence of Arabia" (1962), mientras ve fragmentos de la película de David Lean y repite diálogos de la misma. Fassbender no está nada lejos de lucir como el Peter O'Toole de aquellos años. A lo largo del filme, David se caracteriza por ser una presencia ambigua. No sabemos sus verdaderas intenciones, buenas o malas, como el fiel "mayordomo" futurista de la bella líder y dueña de la nave "Prometheus", interpretada por una más fría y calculadora Charlize Theron. Es el año 2093. Una arqueóloga (Noomi Rapace) y su pareja (Logan "me-parezco-a-Tom Hardy" Marshall Green) encuentran unas pinturas rupestres en una isla escocesa, en donde descubren la pista sobre el origen de los seres humanos. Aparentemente, las culturas más importantes del mundo ofrecen la misma pista: el género humano tiene un origen extraterrestre. Una teoría también conocida como panspermia, o algo parecido. Pero no estamos aquí para discutir eso.

Nuestros arqueólogos, junto a un equipo de especialistas, viajarán en la nave hasta el planeta de donde creen pudo haber provenido la semilla de la vida humana en la Tierra. El viaje está patrocinado por un misterioso anciano millonario (Guy Pearce, con kilos de maquillaje encima), quien les ha dejado un testimonio videograbado. Junto al suspenso creado por el androide y su guapa ama, está el del misterioso planeta por explorar. H.R. Giger, diseñador de los aliens y de todo el concepto visual de los filmes, no participa directamente en la nueva película, pero el diseño de producción está inspirado en su visión original. Hay un contraste marcado entre la impecable limpieza de los interiores de la nave, con el claustrofóbico, obscuro y opresivo ambiente que se respira en las cavernas, donde se internan nuestros exploradores.

El filme es bueno, puedo colocarlo como de los mejores de la saga. Junto a Michael Fassbender, Noomi Rapace ofrece igualmente una notable actuación. Hay una escena, justo cuando las cosas empiezan a calentarse y ponerse emocionantes en la película, de verdadero horror, opresiva, de pesadilla. Noomi Rapace me recordó al John Hurt de la película original, con esa escena antológica del alien bebé saliendo disparado de su abdómen. Aunque eso sí, la arqueóloga se queda lejos de ser una nueva Ripley. Extrañé la acción de las películas anteriores, el horror constante de las primeras películas, pero es un buen filme de ciencia ficción. Especial mención merecen Idris "Luther" Elba, interpretando al piloto de la nave, y Rafe Spall, ambos muy bien en sus papeles. La desventaja de Prometheus es la gran distancia que la separa de la última película (Alien: Resurrection, 1997). ¿El "culto" hacia Alien resurgirá? Por cierto, pude ver el filme en 3D y, sinceramente, no siento que tenga ventaja alguna sobre la versión en 2D. 

martes, 13 de septiembre de 2011

RISE OF THE PLANET OF THE APES * * * 1/2


¿QUIÉN SE TOMÓ MI CERVEZA? César,
un chimpancé en evolución y IQ elevado.
Siguiendo la moda de las precuelas, llega un intento más por rescatar la serie de filmes de culto “The Planet of the Apes” (1968-1972), de la cual también hubo serie televisiva en los 1970. Luego del fracaso de crítica que tuvo la versión de Tim Burton (a mi me gustó, a pesar del extraño final que tiene), llega un tal Rupert Wyatt (¿A alguien le suena?) con una idea en la que parece querer empezar desde cero. En esta película, todo empieza con unos experimentos científicos para encontrar una cura para el mal de Alzheimer, y luego, una enfermedad que se esparcirá por todo el mundo.

Los experimentos, por supuesto, son llevados a cabo en simios, creados digitalmente y que cobran vida gracias al motion-capture. Andy Serkis, convertido en un experto en esta técnica luego de dar vida a Gollum en Lord of the Rings y a King Kong en la nueva película, es quien da vida a nuestro simio protagonista, César, un chimpancé. De hecho, César (y muchos de sus compañeros simios) no luce tanto como un simio real, sino algo más cercano a los primates de la prehistoria. El caso es que, luego de quedarse huérfano siendo bebé, César es adoptado por Will (James Franco), un investigador del proyecto, cuyo padre (sorpresiva reaparición de John Lithgow en cine) sufre de Alzheimer.

No es difícil adivinar que entre Will y César se irá formando un entrañable cariño y lazo paterno-filial. César tiene la inteligencia suficiente para comunicarse con lenguaje de señas, transmitir emociones, sentimientos, y en un momento dado, empezar a caminar erguido. Algo que hubiera dejado a Darwin completamente fascinado. No hay nada extraordinario en esta parte. Lo interesante comienza cuando César quiere dejar de sentirse como una mascota y arrojar la correa a un lado. Cuando el chimpancé acabé encerrado en un centro de control animal, el filme cobra un giro descomunal, convirtiéndose en un drama carcelario protagonizado por simios.

Lo mejor de la película, es la climática escena de los simios tomando el puente Golden Gate en San Francisco (y la ciudad entera), destinada con seguridad a convertirse en icónica en la Historia del Cine. Y si algo me sorprendió en esta escena, no fue tanto ver orangutanes colgando del puente, o a un gorila tratando de saltar hacia un helicóptero en pleno vuelo, sino la total ausencia de reporteros o de cámaras de televisión. En serio, los medios y la prensa están muy ausentes en este filme. Mientras, lo más cómico (o tragicómico) es ver la mala suerte que tiene siempre el pobre vecino de Will y César.

En su etapa post-Harry Potter, Tom “Draco Malfoy” Fenton, es el malo de la historia, encarnando el prototípico papel de “carcelero” torturador. Brian Cox es su padre y director del centro de control animal. Freida Pinto es el interés romántico de Will, y en cierto modo, la “rival” del celoso César. La mayor virtud de la película, es su magnífica narración, sin fallas, lagunas o puntos flojos. Es cierto, es una historia pequeña, sencilla de seguir, pero ante todo bien editada. Y no sólo César se roba la película como el mono más inteligente. Hay un orangután que también maneja el lenguaje de señas y tiene mucho que compartir.

¿Qué depara el futuro? ¿Esto es el inicio de una nueva serie de películas? ¿Todo se quedará en esta precuela? Con toda la tecnología digital a la mano, se abren muchas posibilidades para una nueva saga. Aunque, sinceramente, no estoy seguro de querer ver siempre simios digitales en futuras películas, y que se pierda el encanto y personalidad propia que daba a las viejas películas ver actores maquillados. El tiempo dirá. 

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