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viernes, 29 de marzo de 2024

SOUND OF FREEDOM

Jim Caviezel (derecha)
 

Es más la controversia y escándalo a su alrededor que lo que realmente es esta película. Que si su productor, Eduardo Verástegui, la hizo para financiar su campaña presidencial en México; que si el héroe, Tim Ballard (Jim Caviezel), es un fraude y, en realidad, hizo la mitad o menos de lo presentado en el filme; que si Verástegui le organizó una función privada a Trump; que si el filme respalda las teorías conspiratorias del QAnon (a las que el mesiánico Caviezel, aparentemente, es adepto); que si su éxito en taquilla fue producto de compras masivas de boletos en linea, y no por asistentes reales a las salas; o que un "patrocinador" del filme estuvo involucradro en un caso de secuestro y tráfico de infantes, tema que el filme intenta denunciar y condenar.

En realidad, la película, sin ser nada extraordinario, es una muy básica historia de secuestros y rescates, con un héroe blanco llevando a cabo una misión de rescate digna de Rambo, pero sin armas de por medio. Ah, claro, también es sobre paternidades irresponsables, que dejan a sus hijos a merced del primer extraño que se les pone enfrente. Dirigida por Alejandro Monteverde, la película me recordó uno que otro thriller televisivo de Lifetime, como aquel sobre robo y tráfico de bebés (protagonizado por Kristie Alley), Baby Sellers, pero con algo más de producción. Al final, Sound es tán básica como iluminar con números. Las actuaciones están aceptables, pero Mira Sorvino tiene apenas 2 o 3 palabras que decir, y Gustavo Sánchez Parra sale haciendo caras locas todo el tiempo, mientras que unos paramilitares, supuestamente colombianos, salen borrachos y cantando "Los Caminos de la Vida". ¿Habrá sido así realmente? Para verla si no hay nada mejor que ver.

 Disponible en PrimeVideo.

lunes, 17 de abril de 2023

BLONDE

LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN... Ana de Armas como Marilyn Monroe.
 

Fue una injusticia que Ana de Armas no haya tenido una nominación al Oscar. Una película que tal vez no sea para fans de Marilyn Monroe, ya que no ofrece el retrato más halagador de la leyenda del cine. Quizás Ana de Armas no tenga esa misma personalidad que hacia que Marilyn Monroe llenara la pantalla, pero hay escenas en donde el parecido es impresionante (como en esa escena que recrea un número musical de Some Like it Hot, de Billy Wilder).

A pesar de que se nota que Andrew Dominik no se decidió entre hacer un filme en blanco y negro o a color, Blonde es un estudio de personaje brutal y sensible, ocacionalmente difícil de ver, no muy sólido en su narración, pero notablemente actuado.
En Netflix

martes, 31 de enero de 2023

ELVIS

EL RETORNO DEL REY. Austin Butler y Tom Hanks.
 
 Algo ha llovido desde que vi la miniserie en donde Jonathan Rhys Meyers interpretó a Elvis (llamada, precisamente, Elvis). Quizás eso nuble un poco mi juicio, pero luego de ver este caleidoscópico y luminoso torbellino de biopic sumamente musical, me arriesgo a decir que la interpretación de Austin Butler del Rey es superior. Es verdad que, en comparación, pierde mucho en rostro, pero gana en varios otros aspectos.


Esta es la revisión de Baz Luhrmann del ícono musical, un recorrido exhaustivo en donde no nada más mis ojos vibraron, sino también mis oídos. Además de hacer una ultra condensada revisión de la vida de Elvis, desde sus orígenes hasta su -lo diré, no es spoiler- muerte en 1977, Luhrmann (como evidente amante de la música) nos lleva de la mano por la historia de la música pop y rock, desde el Blues y R&B, hasta el nacimiento del Rock 'n Roll.

Casi olvido mencionar que en este viaje tenemos a un narrador confiable -o tal vez no- en la figura de su representante, el coronel Tom Parker, interpretado por otro Tom de apellido Hanks, en donde este último muestra una capacidad camaleónica que pocas veces vemos. Hanks hace un acento obscuro, pero sin duda no americano, que delata de inmediato los verdaderos orígenes de Parker. Levantándose de su cama en un hospital en Las Vegas, afectado de salud y avejentado, Parker empieza a contar su historia, sobre cómo se inició en el showbusiness, explicando que todo el secreto está en saber uno o dos trucos; en saber crear ilusión y fantasía. De ahí, Parker continuará con su historia con Elvis, cómo lo conoció y lo convirtió en estrella.

En Elvis el coronel supo ver ese truco al verlo actuar por primera vez y volver locas a decenas de chicas, poniéndolas en un estado histérico. Al ver los contoneos de cadera del juvenil Elvis (desde ese momento ganándose el apodo de "Elvis la Pelvis"), no nada más las chicas se desmayaban sino que incitó al escándalo, por ser considerado demasiado inmoral y provocativo para aquellos inocentes años 1950. Durante la primera mitad del filme Luhrmann hace de esto todo un tema.

El mismo Parker se da cuenta que había creado un monstruo que se estaba empezando a salir de control. A diferencia de la miniserie, el amor de Elvis a su madre (muy bien Helen Thomson) en la película no está tan acentuado. A la muerte de aquella, Luhrmann muestra a un Elvis llorando desconsolado, como niño lastimado y vulnerable, con la oportunidad para Parker de convertirse en figura paterna. El padre de Elvis (Richard Roxburgh, viejo colaborador de Luhrmann) en el filme será más un fantasma, apenas visible, lejano y poco comunicativo.

El coronel Parker de Tom Hanks me pareció más interesante que el de Randy Quaid en la miniserie (tal vez este último no tuvo suficiente espacio para desarrollar más el personaje), y en el filme es como el titiritero bajo cuyo control se encuentran los hilos de su creación. Bajo maquillaje y prostéticos Hanks se transforma, tiene una actuación formidable (creo que merecía una nominación al Oscar), y encarna al hombre con la visión suficiente y la estrategia adecuada para crear una leyenda, que poco a poco se le iría de las manos a mediados de los 1960 (el especial de Navidad por TV es, según el filme, la pauta de una eminente separación).

Con una duración de poco más de 2 horas y media, no creo que haya sido tarea fácil el condensar la vida de Elvis. ¿Y qué hay de Austin Butler? El tipo simplemente está fantástico, y es evidente que su principal tarea fue estudiar a Elvis por completo, así como revisar horas y horas de metraje documental, sus conciertos, y películas. He leído una o dos críticas sobre lo demasiado simplificada que luce la faceta cinematográfica de Elvis en la película, la cual no será tan brillante como la musical, pero es verdad que merecía un poco más que simples guiños a filmes clave, como Viva Las Vegas o Jail House Rock (ni siquiera hay unos segundos recreando el número musical clásico). Tampoco Luhrmann profundiza mucho más en la ambición de Elvis por ser un gran actor como su ídolo, James Dean.

Es comprensible que, siendo Luhrmann el director, la brújula haya ido más en la dirección del Elvis musical, de sus abusos con las drogas, y su autodestrucción y decadencia. Algo tuvo que ver ese mefistofélico coronel Parker, quien terminó explotándolo. Más que para fans de Elvis, el filme es también para los fans del cine de Luhrmann, dispuestos a subirse a su montaña rusa y no tener un descanso en este viaje a Graceland.
En HBOmax

martes, 19 de abril de 2022

KING RICHARD

Will Smith como Richard Williams.

Que Will Smith iba a ganar el Oscar a "Mejor Actor" estaba, por demás, cantado (no tanto la bofetada que le propinó a un desprevenido Chris Rock durante la ceremonia). Desde su interpretación de Muhammed Ali en "Ali", o la del doctor Bennet Omalu en "Concussion", no había visto otra gran actuación de parte de Smith como en esta película. Smith interpreta aquí a Richard Williams, padre de Serena y Venus Williams, campeonas de tenis a nivel internacional. Quienes no sean fans del tenis, querrán rehuirle a un filme sobre el llamado "deporte blanco", pero el caso es que King Richard, dirigida por Reinaldo Marcus Green, trata sobre un poco más que eso. Richard Williams luchó ante todo para abrirles el camino a sus dos hijas, en un deporte lidereado mayormente por jugadores blancos. De que Serena y Venus eran talentosas desde niñas lo eran, pero lo que la película enseña también, es que para triunfar las hermanas necesitaron más que tener un gran talento para el tenis. Y ahí fue donde la necedad, la personalidad obsecada, la mentalidad ganadora que derrumba barreras y obstáculos que Richard supo inculcarles desde temprana edad, entró en juego. Todo arranca a finales de los 1980, en el barrio de Compton, asolado por la violencia de las pandillas, lugar en donde Richard y su familia viven. Richard y su esposa (Aunjanue Ellis, nominada al Oscar a Mejor Actriz de Reparto) tienen que trabajar para sostener el hogar, el primero como guardia de seguridad. En sus ratos libres, Richard aprende y se documenta todo lo que puede sobre el tenis leyendo revistas y libros, para de forma autodidacta convertirse en el entrenador de Serena (Demi Singleton) y Venus (Saniyya Sidney), además de ser algo parecido a un promotor y agente. Los entrenamientos no serán cosa fácil, practicando en una cancha pública, en donde Richard es acosado y golpeado por pandilleros dia y noche. Para los que no sepan mucho de la historia de las Williams, King Richard puede servir como un pequeño curso introductorio sobre el camino que siguieron para triunfar. En ese sentido, sigue mucho la convencional estructura de filmes deportivos con historias inspiradoras, sobre atletas con escasos recursos y situaciones adversas, que empiezan desde abajo, junto a un coach experimentado siempre de su lado. Sin embargo, aquí la diferencia es que Richard no era el coach más experimentado del orbe, y por eso, la película es también la historia sobre cómo él, de ser un humilde guardia, se convirtió en un entrenador y agente deportivo feroz, severo pero disciplinado con sus hijas. De hecho, el mayor defecto de Richard fue el haber sido un agente demasiado visceral, sin una mente y visión negociadora (según el filme, perdió uno o dos contratos millonarios con marcas deportivas de prestigio para Serena). Pero si hay algo que supo hacer bien Richard, como se ve en una escena del filme, es convertir a Cenicienta (el filme de Disney) en una lección de vida para sus hijas (dejo al espectador descubrirlo). El filme no me convirtió en un fan del tenis, y en ese sentido le faltó mostrar más partidos emocionantes, pero es algo comprensible. Más que ser sobre Serena y Venus Williams, el enfoque de la película es más sobre Richard, en mostrarlo con sus virtudes y flaquezas; contradictorio, sin mucho recato en pedorrearse frente a dos cazadores de talentos a punto de ofrecerle a él y a sus hijas la oportunidad de sus vidas, así como sin mucha capacidad para escuchar el consejo de gente más experimentada en el campo, como los dos entrenadores que aparecen en el filme, Paul Cohen (Tony Goldwin), y Rick Macci (excelente Jon Bernthal, quien merecía nominación a Mejor Actor de Reparto). En pocas palabras, la actitud de Richard es la del tipo sabelotodo que no acepta consejos. Mientras, la actuación de Will Smith es magnífica en todos los sentidos, con las inflexiones y la misma forma de hablar del Richard Williams verdadero. Es cierto, a los fans del tenis los dejará con ganas de ver más tenis (al estilo de "Wimbledon", por ejemplo), pero no hay duda que para ver la mejor actuación a la fecha de Smith, la película es más que adecuada. ⭐️⭐️⭐️1/2 

En #HBOMax y a la renta. 

miércoles, 27 de octubre de 2021

JOAN OF ARC

Lise Leplat Prudhomme, la nueva -y muy joven- Juana de Arco
 

Cuando vi está película en alguna lista de "Las peores películas del 2020", no podía creer que un filme sobre Juana de Arco pudiera estar entre las numeradas. Y menos uno dirigido por Bruno Dumont. Por ello, decidí aventurarme y echarle un vistazo. Con una duración de 2 horas y 17 minutos, el caso es que, después de 30 minutos, empecé a comprobar el por qué Jeanne (su título original en francés) figuraba en la lista de lo peor. Para empezar, la elección de Lise Leplat Prudhomme para interpretar a Juana de Arco, quien tiene un rostro angelical pero que luce demasiado joven para el papel. No te la imaginas en un campo de batalla, sosteniendo una espada o aguantando una armadura. Pero ¿cuál batalla? El filme no tiene una sola escena de batalla. La única escena que pretende representar una pelea entre los franceses y los ingleses invasores, es una coreografía de soldados a caballo, tratando de emular las coreografias de Busby Berkeley de la época de oro de Hollywood, en perfecta y sincronizada armonía. Resulta interesante, pero no es lo que quieres ver en un filme sobre Juana de Arco, quien admitía escuchar voces que le ordenaban pelear por la libertad de Francia, en 1425. 
 
El filme es la adaptación de una ópera rock, titulada, precisamente, Jeanette, de ahí que el filme resulte demasiado teatral, tendiente a la inacción, y que hacia la mitad, justo cuando empieza el juicio contra Juana (filmado en la Catedral de Amiens, la cual luce en todo su esplendor), resulta excesivamente dialogado y largo. Ni como musical termina siendo rescatable la película, ya que tiene dos o tres canciones nada más, y no muy memorables. Al final, Jeanne termina siendo una película algo tediosa, con actuaciones buenas pero sin llegar a lo notable, y que a pesar de tener todas las intenciones de darle un giro diferente a la historia, me acabó aburriendo. Prefiero mil veces la versión silente de 1928, o la de 1948, con Ingrid Bergman. Incluso, la de Luc Besson, con Milla Jovovich, me gustó más. ⭐⭐ 
-Disponible en #MUBI

viernes, 28 de mayo de 2021

THE IMMORTAL LIFE OF HENRIETTA LACKS

Rose Byrne  y Oprah Winfrey
 

Además de ser una de las presentadoras de televisión más influyentes y con más audiencia en E.U., asi como empresaria, escritoria, y productora, Oprah Winfrey es una gran actriz. Lo demostró en El Color Púrpura, y lo vuelve a hacer ahora en este filme, producido por HBO. Con todo y ser una producción televisiva de HBO, la película cuenta una historia interesante, de esas que al finalizar se te quedan en la mente por unos días. En los años 1950, Henrietta Lacks (Renée Elise Goldberry), quien se encontraba en fase terminal por cáncer, se ofreció como voluntaria para un estudio médico revolucionario: donar muestras de tejido para preservarlos como la primera linea de tejido vivo e inmortal. 

No nada más Winfrey está magnífica, sino tambén Rose Byrne, quien interpreta a la escritora Rebecca Skloot, la cual se encuentra realizando una investigación para un libro sobre la historia de Henrietta (libro en el que está basado el filme). Skloot no lo tendrá fácil, debido a que la hija de Henrietta, Deborah (Winfrey) pondrá mucha resistencia a la hora de tener que compartir historias y anécdotas sobre su madre y familia, debido a traumas del pasado que empiezan a resurgir. Suena como un filme enfocado a personas interesadas en el tema científico, pero lo cierto es que La Vida Inmortal... termina siendo un buen melodrama femenino, bien contado, y con un reparto secundario que se desempeña estupendamente. ⭐⭐⭐1/2 Disponible en HBO

domingo, 27 de diciembre de 2020

MANK

Amanda Seyfried y Gary Oldman

Quién hubiera podido imaginar que David Fincher, el director de Fight Club, Panic Room, Seven y, más  recientemente, The Girl with the Dragon Tatoo, pudiera estar interesado en dirigir una película sobre El Ciudadano Kane. Por lo menos yo, nunca. Y vaya que me tomó por sorpresa. Fincher es un gran director. ¿Por qué no iba a estar interesado en aquella obra maestra, considerada uno de los mejores filmes en la Historia del Cine? Sin embargo, su enfoque no es precisamente Orson Welles, el director de Kane, sino en Herman L. Mankiewics, su guionista (de nuevo, un gesto de extrañeza se nos dibujará en el rostro). 

Más que estar interesado en hacer un filme sobre la gestación de El Ciudadano Kane, la inquietud de Fincher ha sido realizar una épica sobre la época de oro de Hollywood, en un retrato que roza lo espectacular; un retrato que encuentra conexiones visuales tanto con el Ed Wood de Tim Burton, en la decisión de filmarla en un bello y lustroso blanco y negro, así como con Hail, Caesar! de los hermanos Coen. El resultado, es visualmente impresionante, así como la interpretación del siempre genial Gary Oldman, quien interpreta a Mankiewics. Mank plantea una doble narración, que nos lleva por dos caminos, el primero, justo cuando Herman "Mank" Mankiewics empieza la segunda etapa de la escritura del guión, mientras que el otro camino nos lleva, a través de flashbacks, unos años atrás (a mediados de los 1930), cuando a Mankiewics le fue ofrecido el trabajo de escribir el guión. Aquí lo vemos en sus visitas a los estudios MGM y sus entrevistas con Louis B. Mayer (Arliss Howard), y otros ejecutivos de los estudios. El ritmo en estos flashbacks será dinámico, con un tono vivaz y humorístico, en contraste con la narración de Mank escribiendo el guión, en donde se encuentra postrado en cama con la pierna rota, luego de un accidente automovilístico.

Si hay algo interesante en el filme de Fincher, es que más allá de querer hacer una biopic sobre Mankiewics, lo que hace es plantear una pregunta que intrigará a los cinéfilos, ¿quién escribió realmente Ciudadano  Kane? Contrario a lo que cualquiera pensaría, la teoría que se plantea aquí es que Orson Welles tuvo una participación secundaria en la autoría del guión, una que consistió más en editar, recortar, y modificar el texto. Sin embargo, la Academia terminó premiando a ambos con un doble Oscar. Aunque su aparición es de apenas unos minutos, el británico Tom Burke está magnífico como Orson Welles, con un parecido físico razonable, y una similitud de voz todavía más impresionante. Burke luce suficientemente convincente, siendo más el tiempo que lo oímos que el que lo vemos en pantalla, durante las incontables llamadas telefónicas que hace a Mank. Que Mankiewics se basó para su guión en la vida del magnate William Randolph Hearst (Charles Dance, con una pequeña, pero magnífica actuación) y dueño de un emporio periodístico, es por demás sabido. La secuencia en donde se muestra este hecho como algo más que obvio, es aquella de la fiesta de disfraces en la mansión de Hearst, a donde, basta decir, Mank llegará borracho (por que una de las características que se acentúan en el filme es su problema con el alcohol) a sembrar el caos y encender los ánimos de los anfitriones. 

El alma de la película no será tanto el proceso de escritura del guión, el cual David Fincher decide dejarlo de lado. Mank no es un filme estilo Barton Fink, con una historia sobre el guionista solitario, atormentado, en crisis creativa, y torturado emocionalmente. El alma del filme será la amistad entre Mankiewics, de humor ácido y siempre crítico, y la actriz Marion Davis (Amanda Seyfried, estupenda), la muy joven esposa de Randolph Hearst. Otra interrogante que plantea la película, es ¿qué tanto estuvo dispuesto Mankiewics en arriesgar su buena amistad con Davis, con tal de escribir un guión tan crítico hacia su marido? ¿Un guión que, a pesar de haber cambiado el nombre del personaje real, se podía ver y sentir como un ataque directo y certero al millonario? Y aunque no vemos mucho de la esposa de Mank (interpretada por Lily Collins), es bueno también el preguntarse qué posición tenía ella en todo este asunto. 

Al final, Mank no será uno de los mejores filmes de Fincher, pero termina siendo tremendamente visible;  muy bueno, pero no extraordinario. La película es una curiosidad en su filmografía, pero no por ello dejará de fascinar a los amantes del cine, el cual además de estar excelentemente actuado, se espera con seguridad que tenga varias nominaciones al Oscar el próximo año. ⭐⭐⭐⭐

Disponible en Netflix.

domingo, 13 de diciembre de 2020

SHIRLEY

Michael Stuhlbarg y Elisabeth Moss.

Las buenas películas sobre escritores, saben crear un buen paralelo entre la personalidad del escritor y lo que hay detrás de sus más importantes libros. En resumen, te ayudan a entender su obra un poco más. Cuando estas películas consiguen esto último, el resultado, muchas veces, es hacerte correr y comprar una o dos de las novelas del escritor o escritora en cuestión. Desafortunadamente, eso no me ha pasado con Shirley, película dirigida por Josephine Decker, sobre la escritora especializada en novelas de horror Shirley Jackson. Aunque no he leído ninguno de sus libros, he escuchado que son bastante buenos, como The Haunting of Hill House (adaptada por Netflix en forma de miniserie). El asunto es que, luego de ver la película de Decker, no sentí el impulso de correr a una librería y adquirir una de las novelas de Jackson, con todo y que previamente estaba -y sigo estando- interesado en leerlos. 

Elisabeth Moss (de mis favoritas gracias a Mad Men, y más recientemente, a The Invisible Man), hace un gran trabajo interpretando a Jackson. Además del gran parecido que consigue con la escritora, Moss sabe reflejar un estado de tensión psicológica constante, justo cuando una pareja de recién casados, Fred y Rose Nemser (Logan Lerman y Odessa Young, estupendos), llegan de visita a la casa de Shirley y su marido, Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg, muy bien), este último, un profesor de literatura. Ambientada a inicios de los 1960, Fred ha llegado para tomar un puesto de conferencista en la misma universidad, así como de asistente de Stanley. Durante su estancia en la casa, Fred estará bajo una especie de prueba por parte de Stanley, el cual mantendrá al primero bajo un ojo vigilante y en constante escrutinio.  Sin embargo, Shirley no demostrará del todo ser una buena anfitriona, la cual se mostrará conflictiva, tensa, y no muy amigable ante la joven pareja. Shirley observará todo el tiempo a Rose como un espécimen raro, como lista para saltar sobre ella como una presa indefensa. 

Batallé para conectar con el filme, en especial con Shirley, o con alguno de los personajes. Con todo y no ser precisamente un filme biográfico, sino una mezcla de ficción y realidad, reconozco que lo mejor del filme, además de las actuaciones de Moss y del resto del reparto, son también el diseño de producción y una buena banda sonora. Decker sabe construir un estado de tensión constante entre todos los personajes, mostrando a Shirley y Stanley como un matrimonio excéntrico, lleno de rarezas. Ambos sacudirán la existencia de la joven pareja visitante, de ir corrompiendo su inocencia de pareja feliz, al estilo de Who's Afraid of Virginia Woolf? La película muestra el trabajo de Shirley para un libro sobre las desapariciones de unas estudiantes, pero el problema es que la trama termina centrándose demasiado en toda esta compleja y tensa interacción entre todos los personajes. Creo que Decker desaprovecha la oportunidad de hacer un retrato de Shirley Jackson que se centrara más en su obra y en su proceso creativo, ligado al retrato emocional que hace de ella. Además, la tensión sexual que empieza a crecer entre Shirley y Rose nunca llega a nada, ni se desarrolla bien. No digo que esté mal centrarse en hacer un estudio de personaje de un escritor, pero en lo personal, prefiero un filme sobre un escritor o escritora que se enfoque en qué lo llevó a escribir tal o cual libro importante en su carrera; en su técnica y proceso creativo. Estrenada en el pasado Festival Internacional de Cine de Los Cabos, Shirley, la película, simplemente me dejó frío. ⭐⭐1/2  


jueves, 5 de noviembre de 2020

ESCAPE FROM PRETORIA

MEJOR QUE UN CERRAJERO
Daniel Radcliffe y Daniel Webber

Antes que nada, mi admiración por Daniel Radcliffe. Sin ser mi actor favorito, debo reconocer que se nota que el joven ex-Harry Potter sigue luchando por quitarse la etiqueta del "niño mago" de encima, y demostrar que es capaz de ser un actor interesante y versátil. En Escape from Pretoria, Radcliffe está dispuesto a lucir casi irreconocible, haciendo un papel que es todo un reto. Para empezar, el poder hacer un acento sudafricano convincente, algo que Radcliffe casi consigue en este filme, en el que interpreta a Tim Jenkin, un activista político, quien durante el Apartheid, a finales de los 1970, fue enviado a prisión.

Sudáfrica, 1978. Tim Jenkin, y su amigo, Stephen Lee (Daniel Webber de "The Dirt"), son arrestados por la policía, al ser sorprendidos en la calle difundiendo volantes y propaganda anti-apartheid. Una vez en prisión, empezará el reto para ambos de sobrevivir y no caer vencidos emocionalmente, así como de sobrellevar el sello de "Mandelas blancos" (seguidores de Nelson Mandela). En prisión, ambos se encontrarán con otros miembros del movimiento, incluido Denis Goldberg (Ian "Back Beat" Hurt), uno de los líderes ideológicos veteranos, de origen irlandés, y a Leonard Fontaine (Mark Leonard Winter, quien luce como el Daniel Day Lewis de In the Name of the Father, pero con barba), de origen francés, y quien sufre además la separación de su pequeño hijo. 

Dirigida por Francis Annan, en Escape from Pretoria no faltarán los guardias que harán la vida de cuadros a Jenkin y a sus compañeros, tan pronto como aquel empiece a urdir un plan de escape, fuera de lo común. Nathan Page, quien interpreta a Mongo, uno de los  guardias, hace un buen trabajo reflejando dureza y frialdad en su personaje, así como Grant Piro, quien encarna al jefe de los guardias. Sin embargo, no dejan de sentirse como clichés en este tipo de filmes, reduciéndose su trabajo aquí a lucir únicamente malos, duros, y temibles. 

Lo original de Escape from Pretoria es el plan de Jenkin, el cual no será precisamente cavar un largo túnel, sino algo que también requerirá mucha paciencia: hacer duplicados en madera de todas y cada una de las llaves que Mongo lleva consigo. Aunque está basado en hechos reales, y se conoce la conclusión de la historia de Jenkin, no arruinaré el filme para quienes no la conozcan. La tarea de hacer las llaves, por supuesto, no será nada fácil, y no sólo requerirá habilidades manuales, sino toda la paciencia del mundo para probar cada llave, y será todo un proceso de prueba y error que parecerá interminable. ¿Conseguirán huir?

Escape from Pretoria no está a la altura de los clásicos filmes de grandes escapes de prisión. Si bien el asunto de las llaves no sonará como lo más emocionante del mundo, Francis Annan consigue imprimirle a la premisa toda la emoción posible. El filme es sencillo en su guión, pero me hubiera gustado algo más de trasfondo político, de más interacción y más diálogos entre los personajes. Pero como una introducción a esta historia poco conocida, ambientada en un lugar muy lejano, Escape from Pretoria funciona bien y aceptablemente. ⭐⭐⭐1/2

jueves, 29 de octubre de 2020

THE TRIAL OF THE CHICAGO 7


¿Podrán manejar la verdad?

No hay cinéfilo en este mundo que no recuerde la frase "You can't handle the truth!" dicha por Jack Nicholson en "A Few Good Men", sentado en la silla de testigos, con traje militar, y respondiendo la demanda de Tom Cruise de "¡Querer la verdad!". Tales líneas fueron escritas por Aaron Sorkin, director ahora de The Trial of the Chicago 7, la cual, por supuesto, también escribe. Aunque el filme no tiene uno de esos momentos poderosos descritos con anterioridad, sí contiene sus buenas dosis de emoción, fuerza propia, y que no tiene un sólo momento flojo durante el juicio que da título al filme.

La película cuenta el juicio al que fueron sometidas 7 personas, acusadas de varios cargos cometidos durante una protesta, llevada a cabo frente a la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, 1968. La protesta era en contra de la Guerra de Vietnam, y los cargos más serios, irónicamente, fueron el haber incitado a la violencia durante la protesta.
Lo interesante del caso, es lo heterogéneo del grupo de acusados, quienes pertenecían a diferentes facciones. Tom Hayden (Eddie Redmayne, con un excelente acento norteamericano) y su amigo, Rennie Davis (Alex Sharp), miembros de un comité estudiantil, el primero una eminencia en materia de estudios sobre política; David Dellinger (John Carroll Lynch), un padre de familia con ideas pacifistas y de la no violencia, con un hijo peleando en Vietnam. Luego, Abbie Hofman (Sacha Baron Cohen, igualmente, con buen acento americano) y Jerry Rubin (Jeremy Strong), un par de hippies, quienes, puede decirse, empezaron todo como un concierto al aire libre, con un espacio para coches y, según ellos, "fornicar libremente". Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II), un miembro de los "panteras negras", quien será por un rato el centro de atención durante el juicio, debido a no tener un abogado que lo represente. Otros dos acusados fueron Lee Weiner (Noah Robbins) y John Froines (Danny Flaherty).
Decía que Bobby Seale es el centro de atención durante la mitad del filme, ya que será en buena medida el responsable de ir desenmascarando la parcialidad del juez, Julius Hoffman (Frank Langella, genial). Ambos sostienen constantes enfrentamientos, debido a los incontables desacatos de Seale al interrumpir el juicio, demandando poder defenderse por su cuenta, derecho que nunca se le concede. Esto es lo que empieza a dar cuerpo al juicio, lo que empieza a encenderlo, y darle fuerza, el cual, veremos más adelante, está manchado de tintes políticos, además de discriminación racial.
Justo cuando las cosas se van calentando en la corte, y que nos hace ver que será todo menos un juicio silencioso, están otros dos personajes que pondrán a prueba la paciencia del juez. Abbie Hoffman, todo un personaje del cual no podremos despegar el ojo, quien amenaza con volver el juicio en algo cercano a un circo, con sus burlas y chistes; y con él, William Kunstler (Mark Rylance, otro británico luciendo acento americano), abogado de Tom Hayden. Con el paso de los días (el juicio durará más de un mes), Kunstler desarrolla una actitud desafiante hacia el juez, acumulando cargos por desacato, justo cuando se de cuenta que, además de tener a un juez tendencioso, hay irregularidades, obstáculos, y barreras que harán su defensa casi imposible.
The Trial of the Chicago 7 es un filme complejo de describir. Si bien se desarrolla mayormente en la corte, conforme el juicio avanza veremos cómo se desarrollaron los hechos aquel día, en forma de flashbacks. Joseph Gordon-Levitt interpreta al fiscal Richard Schultz, en una actuación que es toda serenidad y contención en contraste, cuyo trabajo será probar que la violencia fue provocada por los 7 acusados. No lo tendrá muy fácil. Afuera el ambiente político no ayuda mucho, con Nixon empezando a gobernar en la presidencia, la Guerra en efervescencia, el asesinato de líderes como Martin Luther King, etc.
Sorkin consigue una película de juicios y cortes tremendamente entretenida, en el sentido de que el juicio nunca deja de ser interesante. Nuevos detalles irán surgiendo, puntos de vista se confrontan, salen revelaciones, como el hecho de que no todos tenían en mente una protesta pacífica como se tenía planeado, sino una excusa para empezar un enfrentamiento con la policía; o también, que la policía terminó haciendo un uso excesivo de la fuerza y teniendo una respuesta violenta.
Ningún miembro del reparto tiene desperdicio, ofreciendo actuaciones magníficas. Cada personaje termina siendo en sí una parte simbólica de todo el caso, con algo qué decir y demostrar de todo el asunto. Es posible que Sorkin no se haya podido resistir a dramatizar un poco el juicio. Dentro del espacio en donde se lleva a cabo, termina habiendo una micro guerra de ideologías, formas de pensar, de derechos, y defensa de libertades. Recomendable. Disponible en Netflix.
⭐️⭐️⭐️⭐️

lunes, 26 de octubre de 2020

PACTO DE FUGA

UN VERDADERO GRAN ESCAPE. 
 Chile, 1989. En la Prisión Nacional de Santiago, los presos políticos encarcelados durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, han pedido vivir separados de los criminales comunes y corrientes. En este espacio, es donde tiene lugar la historia contada en Pacto de Fuga, primer largometraje del periodista convertido en realizador de cine, David Albala. Podemos adelantar un poco de su conclusión sin temor a estropear la película: la fuga de un grupo de estos presos políticos de la prisión, dos años más tarde, en 1990. No hay problema en contarlo, ya que dicha historia acaparó los diarios chilenos aquel año, poniendo en ridículo a las autoridades y al régimen.

Lo mejor y más interesante -y que sí dejamos al espectador descubrirlo-, es cómo se llevó a cabo dicha fuga, concebida dentro de la que terminaron llamando "Operación Éxito", planeada con sumo cuidado y en perfecta coordinación con el exterior. Pacto de Fuga es una gran película de "grandes escapes de prisión", pudiéndola colocar entre las mejores de ese subgénero cinematográfico, haciéndola más emocionante el hecho de estar basada en hechos reales.
Dos son las mentes maestras detrás de la operación, Rafael Jímenez (Roberto Farías, de "El Club"), regordete y con gran bigote, que se caracteriza por meterse siempre en problemas con el jefe de la prisión, debido a su "gran boca", y León Vargas (Benjamín Vicuña, quien luce como una suerte de versión chilena de un joven Mickey Rourke), tranquilo, de facha intelectual, y quien estará al mando de la "ingeniería" de toda la operación.
Se nota que David Albala es admirador de The Shawshank Redemption (esa gran película del escape de una prisión, con Tim Robbins y Morgan Freeman), debido a que se siente y se respira la inspiración que tiene en Pacto. En efecto, el filme termina siendo un poco Shawshank, pero también un poco The Great Escape, y otro tanto más de Papillon. Y no quiero decir que la película es todo menos original. Albala sabe imprimir a la película su propio sello y personalidad, construyendo un universo único dentro de la prisión, y que llega a recordar también a Midnight Express.
Si bien todo lo que tiene que ver con la construcción de un kilométrico túnel es muy interesante, entretenido, y no deja de tenernos boquiabiertos toda la película, así como el ver también a los prisioneros arreglárselas para deshacerse de escombros y cascajo (muy diferente en este sentido a Shawshank), Albala consigue hacer de sus personajes algo interesante, y que además nos importen. Aunque todos tienen en común sus ideologías y su rechazo a la dictadura, cada personaje tiene su propia historia y sus razones para estar encarcelados. León, por ejemplo, cuya familia fue asesinada, tiene planes de venganza de conseguir escapar.
Sin embargo, siento que el guión pudo haber quedado mejor, y que Albala hubiera podido conseguir entre sus personajes una mayor conexión, y hacer más memorables sus interacciones. Eso, y haber reducido el metraje un poco (con dos horas hubiera quedado excelente), con menos escenas de los personajes escondiendo escombros, cavando el túnel, o haciendo, deshaciendo, y rehaciendo huecos en los muros. No hubiera afectado el efecto final en nosotros: la admirable y, a la vez, tensa paciencia de meses y meses de ver la operación concluida.
Disponible en Amazon Prime Video
⭐️⭐️⭐️⭐️

sábado, 24 de octubre de 2020

DARK WATERS

 

AGUAS TURBIAS. Mark Ruffalo como un implacable abogado.

En Foxcatcher, el personaje interpretado por Mark Ruffalo tuvo algunos problemas con cierta familia de nombre du Pont. En Dark Waters, Ruffalo, por alguna extraña coincidencia, vuelve a tener pleitos con Du Pont, pero esta vez se trata de la prestigiosa marca de productos de cocina. Lo extraño también, es que un director como Todd Haynes, cuya filmografía se ha enfocado más en melodramas románticos (como Far From Heaven y Carol, excelentes filmes), así como biopics musicales (Velvet Underground, sobre David Bowie, o I'm not There, con una original interpretación de Cate Blanchet como Bob Dylan) haya tomado en sus manos una historia como la contada en Dark Waters. Ruffalo interpreta aquí a un sencillo abogado, quien decidió demandar al gigante corporativo Du Pont por, en resumen, envenenar a la mitad de la población de Estados Unidos.

El enfoque de Haynes no es precisamente el de la tradicional película de juicios y tribunales; de interminables interrogatorios y desfile de testigos, sino uno que se encuentra entre el melodrama y el de un filme de horror. Sí, un filme de horror, siendo este último enfoque al que Haynes decidió darle más énfasis. Dark Waters es un filme revelador, que desenmascara los horrores y atrocidades de una multinacional como Du Pont, que en la fabricación de, por ejemplo, sartenes de teflon, causó enfermedades y muerte de personas.
Ohio, E.U., mediados de los 1990s. Un granjero acude a la firma de abogados en donde trabaja Rob Bilott (Ruffalo, fabuloso) en búsqueda de ayuda, debido a que aquel tiene evidencia de que su ganado está siendo envenenado. Creyendo que se trata de un caso muy pequeño e "individual", Bilott se muestra renuente a tomarlo al inicio. "Yo soy un abogado corporativo, usted necesita ayuda de alguien más", le dice Bilott al granjero. No pasará mucho antes de que la curiosidad lleve al abogado a revisar la evidencia dejada por el hombre, y se decida a viajar a su granja a investigar más el caso, en donde quedará impresionado de ver la granja convertida, literalmente, en un "cementerio".
Bilott concluye que esto es más grande de lo que imaginaba, y que una gran fuente de contaminación está detrás, específicamente un químico, el C-8. Dark Waters se enfoca más en la exhaustiva investigación de Bilott, la cual será tanto fascinante como escalofriante, y que lo lleva a rastrear el origen del C-8 al "Proyecto Manhattan" y la creación de la bomba atómica en 1945, para luego tener otras aplicaciones militares. Sin detenerse a pensar en las consecuencias, Du Pont decidió aplicar el C-8 en sartenes anti adherentes y otros productos; en cosas que usamos cotidianamente y que tienen contacto con la comida que consumimos.
El caso termina siendo intrigante y terrorífico, el cual te mantiene durante toda la película con los ojos desorbitados, al ver detalle tras detalle de la investigación irse revelando; el ver cómo bebés han nacido deformes y mucha gente se ha enfermado de varios tipos de cánceres por culpa también de los desechos tóxicos que Du Pont, irresponsablemente, liberó en aguas de las cercanías de la granja y alrededor del área. Si hay algo sumamente rescatable de la película es, precisamente, la actuación de Mark Ruffalo (merecía una nominación al Oscar). Rob Bilott es un hombre ecuánime, calmado, y nada explosivo (considerando lo estresante del caso en sus manos). Bilott enfrenta muchos obstáculos, empezando por la negativa de su jefe (Tim Robbins canoso) para tomar el caso, por miedo de agitar los ánimos y enfrentar a una poderosa empresa.
Bilott está sólo en el caso contra Du Pont, sin mucho apoyo ni asistencia, trabajando en medio de cientos de cajas de archivo y miles de papeles. Ni su esposa (Anne Hathaway, igualmente magnífica), también abogada, le tenderá mucho apoyo emocional al inicio. Quien haya visto "Spotlight", en donde Ruffalo interpretó a un incansable reportero, podrá hacerse una idea de su interpretación en Dark Waters. La película termina siendo una historia de "David contra Goliat", no del todo concluyente ya que, aparentemente, Bilott sigue a la fecha trabajando en el caso contra Du Pont, y buscando justicia por las víctimas de su negligencia. Dentro de su aparente sencillez (sin exagerados repuntes melodramáticos), Dark Waters no te dejará indiferente en lo absoluto.
⭐️⭐️⭐️⭐️

jueves, 27 de agosto de 2020

WHEN HITLER STOLE PINK RABBIT

 

Riva Krymalowski y su "conejo rosa".

When Hitler Stole Pink Rabbit tiene ese encanto propio de los filmes familiares que pueden verse los domingos por las mañanas; inofensivo, seguro, y con una flecha escurriendo de miel apuntando directo a tu corazón, lista para ser disparada al final de la historia. ¿Quién dice que todos los filmes sobre los inicios del nazismo en Alemania tienen que ser crudos, tristes, y violentos? Ahí está, por ejemplo, JoJo Rabbit, la cual, de todas formas, comparada con Pink Rabbit, es tan violenta como Inglorious Basterds, de Tarantino. Durante las primeras tres cuartas partes de Pink Rabbit, dirigida por Caroline Link, y basada en el libro homónimo escrito por la ilustradora Judith Kerr, no hay un sólo momento de tensión que verdaderamente sacuda a la familia protagónica. 

La película cuenta el exilio forzado que Arthur Kemper (Oliver Masucci, de la serie Dark), periodista judío, tiene que hacer junto a su familia con la llegada de Hitler al poder. Todo nos es contado desde la mirada inocente de Anna (Riva Krymalowski), niña de 10 años, aficionada a dibujar imágenes que representan catástrofes, y propietaria del conejo de peluche rosa del título, el cual tiene que dejar atrás durante la huida de su familia hacia Suiza. Todo es felicidad radiante en el núcleo familiar, y nada, ni siquiera este exilio del padre, cuyo trabajo se ha caracterizado por criticar duramente la situación política y los peligros del fascismo emergente, parece tocar dicho estado.

La llegada subsecuente de la familia a París (ciudad en donde se desarrolla la mayor parte de la historia) pondrá las cosas más difíciles para ellos. Pero ni eso perturbará la felicidad familiar; ni la contenida intranquilidad de Arthur, batallando por encontrar trabajo en la capital francesa; ni el optimismo de la mamá (Carla Juri), o la buena camaradería del hermano mayor (Marinos Hohmann) con su hermana. Hay momentos en que Anna trata de transmitir cierta infelicidad, debido a la dificultad de echar raíces en alguna ciudad, y por fin vivir -todavía más- felices, a pesar del antisemitismo con el que se topan en el camino. Sin embargo, el mayor problema del filme, no es tanto esta idílica felicidad de la familia, sino que la historia termina siendo demasiado simple, sin muchas cosas que pasen. Al final, acabamos involucrados en el viaje familiar forzado retratado en el filme, y lo que le falta en historia a la película, le sobra en emotividad. 
⭐️⭐️1/2

jueves, 30 de enero de 2020

1917


EN TIERRA DE NADIE  George Mackay en misión especial
Podrá sonar fácil hacer una película en una sola toma, algo que para cualquier director es pan comido. 1917, es el filme de Sam Mendes sobre la Primera Guerra Mundial, y además, una carta de amor a su abuelo (a quien dedica el filme), quien fuera un soldado durante aquel conflicto bélico y testigo de los hechos reflejados aquí. La película está filmada en una sola toma, o al menos esa es la ilusión conseguida. Lo que hizo realmente Sam Mendes, fue filmar varias secuencias, y luego, gracias a la magia de la tecnología digital durante postproducción, unirlas todas en un todo coherente. El resultado es impresionante.
Algo que también es cierto, es que Mendes consigue trasmitir la sensación de una narración en tiempo real, así como el de crear una sensación de cercanía e intimidad con sus personajes principales. Dos jóvenes soldados del ejército británico, Blake (Dean-Charles Chapman, de Game of Thrones) y Schofield (George Mackay), han sido asignados para una importante misión: entregar una carta a un general de alto rango, para detener un combate contra los alemanes.
Es una misión a contrarreloj, ya que ambos deben entregar la carta antes del amanecer. "Acepté la misión, y te escogí por que pensé que iba a ser algo fácil", le dice en alguna escena Blake a un aterrado Schofield. Flaco favor le hizo. Ambos enfrentarán los horrores de la guerra, y se jugarán el pellejo para cumplir con su deber. 1917 es la clásica historia de guerra sobre el valor y el coraje como principales armas para sobrevivir; de dos personajes que, imbuidos por un sentido heroico, aceptan involucrarse en una aventura peligrosa, en donde enfrentan peligros y obstáculos, al igual que tener que pelear con el enemigo (soldados alemanes apareciendo aquí y allá). De estar en un idílico paisaje en el campo, cubierto de flores, los dos soldados pasarán, en un abrir y cerrar de ojos, a un escenario infernal y dantesco, con cadáveres, ratas, trincheras abandonadas por los alemanes, etc.
Hay instantes crudos en la película, sin necesidad de ser una película sangrienta y con altas dosis de violencia. Ya hemos visto antes películas de largas tomas, como el Arca Rusa (otra película filmada en una sola toma), Goodfellas, de Scorsese, Birdman, de Iñárritu, etc., pero no tengo memoria de un filme de guerra como 1917, en donde el propósito sea ponerte realmente en medio de la acción. Prácticamente, estamos junto a los personajes, casi vivimos y sentimos lo que están experimentando, como en esas secuencias laberínticas en las que Blake y Schofield recorren interminables trincheras lodosas, esquivando soldados, hasta entrar al cuartel semi obscuro con el general que está a punto de darles sus instrucciones (Colin Firth, en una pequeña participación). Es una experiencia para vivirse en pantalla grande, claustrofóbica en ocasiones, sofocante en otras.
Sam Mendes no lo hizo sólo. El otro maestro detrás de la cámara fue Roger Deakins, director de fotografía (un fuerte competidor para llevarse el Oscar dentro de poco). Un trabajo que involucró largos ensayos, planeación exhaustiva (hubo un guión alterno al literario, formado únicamente de mapas con indicaciones sobre posiciones de cámara y actores), así como la creación de cámaras especiales para escenas específicas.
Al llegar a la mitad, tal vez 1917 termina convirtiéndose en algo parecido a un "Salvar al Soldado Ryan", incluyendo pequeñas participaciones no sólo de Colin Firth, sino también de Benedict Cumberbatch, Mark Strong, y Richard Madden. En ese sentido, su historia será sencilla y no muy original, pero 1917 termina siendo un espectáculo digno de ser visto, además de emocional y conmovedor al final. Una película que, en resumen, es un verdadero prodigio técnico y experimental, orquestado con precisión matemática -y mucha paciencia- por Mendes y Deakins.
⭐️⭐️⭐️⭐️

martes, 17 de diciembre de 2019

THE IRISHMAN


Robert De Niro, Al Pacino y Ray Romano
Martin Scorsese ha recomendado una cosa para ver The Irishman, su más reciente película en coproducción con Netflix: "Por favor, no la vean en sus teléfonos. Al menos, véanla en una Ipad, con pantalla de buen tamaño". Y se recomienda suficiente batería, ya que el filme tiene una duración de tres horas y media. Scorsese ofrece en The Irishman su particular versión sobre la historia del líder sindical Jimmy Hoffa, y aventurar una teoría sobre lo que pudo haber sucedido con él (Hoffa desapareció del panorama, y su cuerpo nunca fue encontrado).
Basado en el libro escrito por Charles Brandt, The Irishman es una épica de dimensiones mastodónticas, narrada en tres tiempos simultáneos. La historia de Hoffa es contada a través de los ojos de Frank Sheeran (Robert De Niro, simplemente supremo), desde su incursión dentro del mundo de la mafia como matón y chofer, pasando por el nacimiento de su gran amistad con Hoffa (Al Pacino, fenomenal). Todo es narrado en un estilo a la Goodfellas (una de las mejores películas de Scorsese), y mucho también del estilo de Los Soprano. Como si de una "muñeca rusa" se tratara, la estructura de la narración es de "flashbacks dentro de flashbacks", recuerdos dentro de otros recuerdos. Un anciano Frank nos cuenta, desde su silla de ruedas en un asilo, todo lo que su memoria le permite, desde sus días como soldado durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que, más tarde, se convirtió en conductor de camión, en donde empezó a cometer sus primeros crímenes.
En el primer flashback, Frank recuerda el viaje por carretera que hizo, a mediados de los 1970, junto a su jefe, Russell Bufalino (Joe Pesci, genial), un líder mafioso con quien también Frank desarrollará una amistad cercana. De ahí, nos iremos unos veinte años atrás, justo cuando hagan una parada en una estación de gasolina, en donde se conocieron por los años 1950. ¿El destino hacia dónde se dirigen? Decirlo sería revelar mucho en esta reseña, algo de todas formas imposible de describir, considerando que nos enfrentamos a una historia que abarca casi 3 décadas. Baste decir, que uno de los puntos en la historia que sacudirá las vidas de los 3 personajes, es el asesinato de John F. Kennedy, con la insinuación de que este llegó al poder con un empujón de la mafia.
Tal vez muchos se desanimen de sólo escuchar la duración de la cinta; tal vez suene también como un filme apto nada más para fans del cine de Scorsese. Nada más lejos de ser así. Scorsese sabe cómo engancharte en una historia fascinante, que tiene casi de todo: intriga política, melodrama de juicios en la corte, historias de la mafia (los fans de Scorsese, simplemente, se deleitarán), etc. Parece el mismo Scorsese, y no Frank, sentado en la comodidad de su casa, quien nos cuenta estas historias. The Irishman se siente parte ficción, parte un falso documental. La envoltura del filme es el de una suculenta banda sonora, llena de "oldies" y grandes éxitos.
Pero si hay algo verdaderamente interesante, es ver a Scorsese jugar con tecnologías digitales. No es que no lo haya hecho antes (The Aviator, Gangs of New York). Aquí, el director juega con el ya muy socorrido "botox digital", la tecnología para "rejuvenecer" actores. Aquí se usa para quitarle unos 20 o 25 años de encima a de De Niro. Lo mejor, es que luce aceptable y convincente, al menos la mayor parte del tiempo, cuando no le hacen close-ups. Cuando los hay, su rostro se ve extraño, algo en la mirada que se nota artificial, con los ojos de un rostro amuñecado o de cera. Pero es algo que, en lo personal, prefiero, a que hubieran escogido a otro actor para interpretarlo de joven.
Lo cierto, es que la actuación de De Niro es tan poderosa, que este aspecto visual de los efectos especiales, por fortuna, no termina siendo tan distractor. Es más lo que dice con su sola presencia y fisicalidad, que con palabras. Frank es un ser silencioso, de pocos diálogos. En ese sentido, el verdadero espectáculo de The Irishman, por encima de todo, termina siendo ver por primera vez en un filme a tres actores icónicos compartiendo pantalla. De Niro y Pesci juntos otra vez desde Goodfellas; Al Pacino en su primer filme colaborando con Scorsese. En lo personal, me gustó más el Jimmy Hoffa interpretado por Jack Nicholson en Hoffa (1992), de Danny DeVito. El parecido era impresionante. Pero Pacino también resulta espectacular, hace suyo el personaje, te atrapa en cada escena. Nada más en esa escena en donde todos están viendo por tele la noticia del asesinato de Kennedy, Pacino, con una mirada perdida, lo dice todo. Podemos sentir lo que piensa, preocupado por lo que vendrá después, por lo que dirá a la prensa. Hay culpa en su mirada, mezclada con consternación ¿Tuvo algo que ver en el asesinato?
Mención aparte merece la edición de la eterna colaboradora de Scorsese, Thelma Schoonmaker, así como la dirección de fotografía del mexicano Rodrigo Prieto. Schoonmaker hace un trabajo admirable, en su manera de armar esta inmensa historia en 3 narraciones paralelas, sin que el resultado se sienta muy saturado; considerando la complejidad de la historia, con saltos continuos de un tiempo a otro. Hay fluidez en la narración y sin que se pierda el hilo. Mientras, la dirección de fotografía de Prieto es eficiente, un notable trabajo al saber reflejar cada época sin ser llamativa en exceso, funcional sin ser demasiado atmosférica, o con demasiadas diferencias entre una década y otra.
Si tengo un pero, es que la duración del filme, al final, termina jugando en su contra. Pocos serán los que la vean toda en una sola sentada, y muchos quienes la vean en dos, o hasta tres partes (quienes la vean en Netflix cómodamente en sus casas). Mucho le hubiera convenido a Scorsese un formato de miniserie en 3 episodios. Como sea, The Irishman es uno de los mejores filmes del año (contendiente al Oscar, ya que tuvo estreno en cines en E.U. e Inglaterra), y uno de los mejores en la filmografía de Scorsese. 
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 30 de octubre de 2019

HUSTLERS


Jennifer López y Constance Wu planeando una
redituable venganza.
Por difícil que sea de creer, los eventos reflejados en Hustlers están basados en hechos de la vida real, específicamente, durante la crisis financiera de Wall Street, en 2008. Hustlers, dirigida por Lorene Scafaria (Seeking a Friend for the End of the World), usa el tema de la crisis como telón de fondo, para contar cómo un grupo de bailarinas exóticas (vamos "strippers") deciden llevar a cabo una venganza en contra de sus muy adinerados clientes, principalmente, profesionistas de las finanzas y corredores de bolsa. Dichos clientes, si bien han dejado muchos miles de dólares en el club nocturno, tal vez no han tratado con el respeto que merecen a sus empleadas.
Jennifer Lopez (J-Lo para los fans) interpreta a Ramona, la estrella del strip club, así como la mente maestra detrás de un plan-sin-fallas, que junto a Destiny (Constance Wu), una chica apenas empezando en el negocio, llevará a cabo. Destiny ha sido deslumbrada por las actuaciones de Ramona en el escenario, desde el primer momento que la vio bailar. Pero pronto descubrirá que no todo es baile, luces, y música, ya que, luego de recibir consejos y tips de Ramona sobre cómo triunfar en este trabajo, verá que muchas veces habrá que hacer "cosas extra" con los clientes en privado. Cuando surgen las noticias de la crisis, Ramona y Destiny decidirán llevar a cabo una venganza en contra de, citando a aquella, "todos aquellos hijos de p*** que trabajan en la bolsa, que provocaron esta crisis y nos robaron nuestro dinero". La mecánica es muy simple: ir a bares, cazar a sus víctimas junto a otras dos amigas, Anabelle (Lily Reinhart) y Mercedes (Keke Palmer), drogarlos, y llevarlos al club, para robarles lo que puedan y drenar sus cuentas bancarias.
Destiny le cuenta toda su historia, años después, a una periodista (Julia Stiles), mientras vemos episodios de toda la historia en flashbacks. El relato no deja de ser polémico, al igual que discutible. Con un enorme signo de interrogación en nuestros rostros, nos preguntamos ¿Al urdir su plan, no son Ramona y compañía iguales o peores que sus víctimas? Sin duda. Pero el problema principal del filme, es lo mucho que un relato precautorio como este, con todo y el clásico mensaje de "el crimen no paga", tiende a caer en lo superficial. Su guión, si bien entretenido gracias a sus momentos y diálogos graciosos, no tiene un buen balance entre este aspecto y el profundizar más sobre el tema. No es que el filme no valga la pena. Jennifer Lopez y Constance Wu ofrecen buenas actuaciones, especialmente esta última, quien es la que provee el lado vulnerable y emocional a la historia. Su abuela (Wai Ching Ho) se roba algunas escenas, pero su personaje decidió hacer oídos sordos y aparentar indiferencia, mientras su nieta le daba fajos y fajos de dólares, así como regalos caros, sin nunca preguntar de dónde provenía todo.
Hay algo de irresponsable en mostrar a Ramona y sus amigas en algo cercano a unas heroínas. No lo son, por supuesto, y tampoco son versiones femeninas de Robin Hood. Para haber sido producida por Adam Mckay, a la película le falta mucho del tratamiento irreverente y estilo rompe-esquemas de sus películas (Hustlers podría ser una buena pieza de acompañamiento para The Big Short, de Mckay, que trata mejor y más a fondo el tema de la crisis del 2008). Si por algo se salva la película, es por tener el corazón bien puesto en la fuerte amistad entre Ramona y Destiny, en tanto, la mejor línea es dejada para el final, en boca de Ramona: "esta ciudad, este país, es un enorme strip club; tienes a gente arrojando el dinero, y a gente haciendo el baile".
⭐️⭐️⭐️

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