martes, 16 de febrero de 2016

SECRET IN THEIR EYES * * *


DIME TU SECRETO. Julia Roberts, Nicole Kidman, y
Chiwetel Ejiofor. 
Luego de haber sido la contundente ganadora del Oscar a "Mejor Película en Lengua Extranjera" en 2010, El Secreto de sus Ojos, del realizador argentino Juan José Campanella (Luna de Avellaneda), era inevitable -y predecible- la tentación de Hollywood por hacer su remake. La historia tiene todos los elementos para ello. Secret in Their Eyes es una copia al carbón de la original argentina, la cual es un magnífico melodrama policiaco; emocionante, y que consigue mantener el interés de uno como espectador de principio a fin. El reparto de la nueva versión, dirigida por Billy Ray, es a todas luces impecable e irresistible. Para empezar, se ha tenido la audacia de elegir un actor negro, Chiwetel Ejiofor, para el personaje originalmente interpretado por Ricardo Darín, un abogado retirado con cuentas pendientes por saldar con su pasado. De Buenos Aires la historia ha sido trasladada a Los Ángeles, adaptándola a la paranoia post 9/11, con saltos en el tiempo, entre el pasado y el presente, que a veces son difíciles de seguir. Una tragedia en 2002 marcó las vidas de los tres protagonistas:  Ray (Ejiofor), Claire (Nicole Kidman), y Jess (Julia Roberts), un equipo de investigadores para la Fiscalía de Distrito. La hija de Jess fue brutalmente violada y asesinada, pero el caso fue cerrado  debido a falta de pistas y evidencias que condujeran a la captura del responsable. En el 2015, Ray ha dado con una pista que puede conducir al asesino, solicitando a Claire, ahora jefa del departamento, que se reabra el caso. No será tan fácil como suena. Habrá trabas, obstáculos, y dificultades, especialmente, del renuente fiscal de distrito (Alfred Molina), que pondrá muchos peros a la reapertura. ¿Se quedarán sentados esperando un milagro? En lo absoluto. Ray y su compañero (Dean "Breaking Bad" Norris), tomarán la iniciativa de salir a la calle e investigar por su cuenta. En general, este remake acaba siendo rescatable gracias a las poderosas actuaciones, especialmente, de una Julia Roberts grandiosa; de unos Nicole Kidman y Chiwetel Ejiofor excelentes. El problema, es que no se compara con el filme original, el cual le hace sombra por todos lados. Campanella entrega un suspenso continuo; una historia sobre la "justicia por propia mano" en donde se sentía el peso emocional y dramático de los personajes de una manera palpable y auténtica, narrado estupendamente. La versión de Ray, la mayoría del tiempo, se siente plana y descafeinada, sobre todo en su parte intermedia. Si acaso, puede verse por pura curiosidad cinéfila, siempre y cuando se haya visto primero la película original. 

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