
Pésimamente titulada en español “Las Aventuras Amorosas del Joven Moliere” (vaya título, la verdad), si usted está buscando una biopic apegada lo más posible a la realidad, la película de Tirard está lejos de serlo. La película pone al dramaturgo como el hipotético protagonista de una cómica farsa romántica (al estilo de sus propias obras), con una magnífica ambientación, vestuarios, locaciones, música, buena fotografía, etc., y que tiene como plato fuerte la notable actuación de Romain Duris en el papel de Molière, convenciéndome cada vez más, desde que lo vi en Arsène Lupin (Jean Paul-Salomé, 2004), que es un actor hecho para la comedia.
Duris es capaz de ejecutar rutinas de comedia física, como de llevar a buen término un monólogo. Ya me gustaría verlo interpretar a Chaplin en alguna biopic del legendario comediante británico.
El trabajo de Tirard es una imaginaria interpretación de cómo Molière se pudo haber inspirado para la creación de dos de sus grandes obras, El Tartufo y Le Bourgeois Gen

Las cosas se complicarán cuando Molière se instale en casa de Jourdain, haciéndose pasar como un sacerdote y tutor de la hija menor de éste, de nombre Tartufo, y se enamore de la esposa del empresario (la italiana Laura Morante), dando lugar a una serie de cómicos enredos dentro de la residencia, instalada en la campiña.
La película es entretenida, tiene muchos momentos divertidos (aquella lección de actuación que Molière da a Jourdain, para enseñarle cómo imitar a un caballo), es bastante vistosa en cuanto a su producción (como siempre en esta clase de filmes franceses), pero lo mejor es que el realizador no se preocupa tanto por este aspecto en cada escena, sino en la dirección de todo su reparto, en cuidar los diálogos y la manera de decirlos en sus actores.
Molière será un personaje como sacado de la pluma del mismo dramaturgo. Cuando creemos que nada más estamos presenciando a un Molière coqueto, frívolo, estúpidamente divertido, veremos, avanzada la segunda mitad de la película, que también existe el Molière sensible, humano, capaz de sufrir, en una vuelta de tuerca que llevará al actor bufonesco a encontrar al verdadero escritor y artista en el que se convirtió, al gran observador y crítico de la nobleza y la burguesía.
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