jueves, 20 de septiembre de 2007

DVD: DEATHWATCH * * 1/2

Pasó sin pena ni gloria por las salas comerciales mexicanas, pero Deathwatch (Reino Unido-Alemania-Francia-Italia, 2002) tuvo en España una participación en los Festivales de Sitges 2002 y en la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián ese mismo año, además de un estreno comercial hasta el año 2003. Primer largometraje del británico Michael J. Basset, en esta película de terror paranormal instalada en la Primera Guerra Mundial, es que si uno mira el trailer promocional en realidad ya vio algo de lo más rescatable de la cinta. En el momento de su estreno me perdí de verla en cine, y el trailer me tuvo muy intrigado por saber de qué iba una historia paranormal, ambientada en aquel período histórico. Sólo hasta hace poco pude verla en DVD, que por cierto no es muy fácil de conseguir en México, sea en tiendas o en videoclubes.

Como sea, si bien Deathwatch no es un churro decepcionante, para mí se quedó a medias en la inquietante idea argumental que plantea, dejándonos con muchas dudas sobre qué es lo que en realidad sucedió en una trinchera del ejército alemán, abandonada y a donde llega un extraviado batallón de soldados británicos. El grupo de soldados estará formado por una variada gama de personalidades, todas casi rozando el cliché: el joven pero férreo capitán, el brusco soldado hambriento de acción y pelea (Andy Serkins), uno más de carácter independiente y que no sigue reglas, y no podría faltar el más joven, inexperto y nervioso soldado, Charlie Shakespeare (Jamie Bell).

Todos ellos llegarán perdidos por la neblina a una trinchera perteneciente al ejército alemán, en la que no habrá otra cosa que ratas, lodo y cadáveres. El capitán Bramwell Jennings (Laurence Fox) decidirá que lo mejor es permanecer ahí, hasta lograr entrar en contacto con otros compañeros. Muchos no estarán de acuerdo y querrán seguir a quedarse encerrados en ese putrefacto agujero. Sin embargo, una presencia diabólica empezará a sentirse por toda la trinchera de varias formas: vientos color rojo circulan dentro, se escuchan voces y alaridos fantasmagóricos, y las alambradas de púas comienzan a cobrar vida y matar a varios de los chicos. Lo peor será cuando uno que otro empiece a ser poseído por esa fuerza maligna, sembrando la paranoia y muerte entre los demás.

La historia no es nada del otro mundo ni un quebradero de cabeza: el grupo de soldados deberá luchar contra esta fuerza misteriosa, tratar de no caer en la locura y sólo sobrevivirá el más afortunado. Si hay algo muy logrado en el filme de Basset, será todo su diseño de producción, a cargo de Aleksandar Denic, cuidado desde el logrado vestuario hasta la magnífica creación de escenarios y ambientes sofocantes y realistas en el más mínimo detalle. Aunque el relato nunca se mueve de la trinchera, Basset se muestra muy hábil en los movimientos de cámara dentro de cada rincón de la trinchera, y logra buenas interpretaciones de todo su reparto.

Es obvia la intención de hacer una metáfora sobre la maldad germana en aquel conflicto bélico, y nuestros soldados británicos no son más que las victimas infortunadas de haber caído en su territorio. Esto sería una interpretación (igual y no es otra cosa que la maldad inherente a toda guerra), ya que como decía nunca sabremos cuál es el verdadero origen de los fenómenos paranormales. Habrá incluso una vuelta de tuerca final que agrega más confusión (¿qué ve nuestro sobreviviente? ¿Una alucinación? ¿Los espíritus de sus amigos muertos?). Pero la idea argumental es buena, y con un mejor desarrollo Deatchwatch hubiera sido un filme mucho más interesante y logrado.



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