martes, 18 de septiembre de 2007

CINESPAÑA: BESOS PARA TODOS * * * 1/2

El universo en el que se mueven los personajes de Besos para Todos (España, 2000), película del prolífico realizador madrileño Jaime Chávarri, no está muy alejado de la colorida musicalidad de Pedro Almodóvar. Aunque es verdad también que Chavarri se muestra mucho menos arriesgado que el director manchego, en su aproximación nostálgica a la moralidad y conservadurismo vividos en los 1960.

Instalada en la Cádiz de 1965, Besos para Todos cuenta la historia de un puñado de estudiantes de medicina, que comparten todos una casa en las afueras del pueblo de Playa del Mar, en donde pasan sus ratos libres en compañía de un grupo de prostitutas, bailarinas en un pequeño cabaret que muchos desean ver cerrado. Cada uno de los chicos tiene a su propia prostituta, con la que llevan una relación de amistad, excepto uno, Ramón (Eloy Azorín, el chico de Todo Sobre Mi Madre/Almodóvar/1999), el más serio, casto y formal del grupo, sin mujer y dedicado al estudio e ir a la iglesia con regularidad.

La vida de Ramón parece perfecta: un buen hijo que se cartea con sus padres, tiene una novia tan devota y formal como él (Pilar López de Ayala), conserva una imagen pulcra e intachable ante el cura y sus amigos, hasta que la más guapa de las prostitutas, Vicky (Emma Suárez), amante de su mejor amigo, empieza a interesarse por él y a seducirlo, empujada más que nada por la hermética, tranquila y muy desapegada personalidad de Ramón hacia los demás. Entre otras dificultades que tendrán los amigos, serán el acoso del Bombilla (pequeña pero, como siempre, fuerte participación de Luis Tosar), cliente ocasional de una de las prostitutas y que empieza a sentirse celoso de uno de los chicos.

Decía al principio que Chavarri se nota inspirado en Almodóvar, y algo hay de cierto en ello. La película goza de una aceptable ambientación, abriendo con un almodovariano número musical, algo kitsch, con las prostitutas bailando y cantando bajo la dirección de la Montijo (Mónica Cano). A lo largo del filme, es evidente la importancia que da Chávarri a la música, en una buena selección de canciones de la época. Besos para Todos es, en esencia, el relato sobre la madurez de un joven y la liberación de sus ataduras morales, que experimenta de manos de una prostituta, a la cual Chávarri dota de una humanidad sensible, entrañable y fascinante, en partes iguales.

Besos para Todos es un filme, con todo y el tema que trata, amable y entretenido, que logra meter sin muchas dificultades el tema de las protestas estudiantiles por una enseñanza de la sexualidad más abierta, sin la represión del gobierno franquista, en las clases de medicina. Sin embargo, no podría faltar algún problema en el guión, y es lo apresurado de su final, bastante abrupto y que nos deja con muchas dudas y preguntas sobre esa decisión final que toma Ramón, sacrificando la que él creía era su felicidad.

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