jueves, 16 de agosto de 2007

DVD: ELVIS * * *

La biopic dedicada al “Rey del Rock’n’Roll”, Elvis “la Pelvis” Presley, Elvis (E.U., Alemania, 2005) es una muy aceptable producción televisiva, dedicada a realizar una somera revisión de la carrera musical de uno de los mayores mitos e ídolos musicales del siglo XX.

Dirigida por James Steven Sadwith, quien ya había realizado antes la biografía de otro icono de la música popular, Frank Sinatra (1992), Elvis es un telefilme que descansa completamente en la gran interpretación del irlandés Jonathan Rhys Meyers, papel que le dio el Globo de Oro por Mejor Actuación Masculina en telefilme, quien encarna a Elvis casi de manera perfecta, con buen acento sureño, poses y movimientos en el escenario (lo mejor de su trabajo), es decir, una gran caracterización. A Rhys Meyers (como a Jamie Foxx en “Ray”) nada más le faltó cantar, ya que serán grabaciones originales de Elvis las que doblen al actor.

Al ser un telefilme, no podremos esperar un trabajo del calibre de Ray (Hackford, 2004), o Walk the Line (Mangold, 2005). Elvis avanza a un paso más que seguro, lineal y apresurado, al tratar de abarcar en sus casi 3 horas de duración los momentos más relevantes de su carrera, dividiéndose el filme en una primera mitad sumamente musical, climática, muy lograda en el registro que hace del nacimiento de esta gran estrella. Sin embargo, la segunda mitad tiene un bajón notorio, menos musical y agotador, un avance rápido y resumido de varios episodios importantes en la vida de Elvis, sin que el realizador ni el guionista, Patrick Sheane Duncan, profundicen más en ellos, como ese repentino gusto de Elvis por lo esotérico en el momento más difícil de su carrera, su romance con Ann- Margret durante la filmación de “Viva Las Vegas”, y en general, sus frustrados intentos por convertirse en el gran actor que siempre quiso ser, faceta siempre frenada por los pésimos consejos y falta de sensibilidad de su manager, El Coronel Parker (estupendo Randy Quaid, también nominado al Globo de Oro).

La película evita en su totalidad la etapa “Las Vegas” de Elvis, con seguridad la peor y más decadente de su vida. En ese sentido, Sadwith prefirió quedarse con la imagen saludable, delgada y atractiva de Elvis hasta los 1960, cerrando con el especial televisivo de 1968, para luego –como todos sabemos- ir en declive. Lo importante en la trama será lo más obvio y previsible, no tanto lo musical, sino la muy conocida tendencia autodestructiva de Elvis debido a su adicción a las pastillas, cosa que acabó matándolo, al igual que reflejar en la película los excesos, su excentricidad y el gran amor que profesaba a su madre, la mujer más importante en su vida, una relación edípica que lo llegó a afectar en su vida conyugal junto a Priscilla Presley (Antonia Bernath), primera y única esposa de esta leyenda musical, que se ha negado a morir o pasar de moda.

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