jueves, 30 de enero de 2020

ESCAPE FROM RAQQA


Basada en hechos reales, Escape from Raqqa cuenta con eficacia la pesadilla que vivió Faustine (Jisca Kalvanda), una mujer africana, en Siria, cuando viajó, junto a su pequeño hijo de 5 años, a aquel país, justo en medio de la guerra civil del 2015. El motivo: enrolarse como enfermera voluntaria para la facción ultraconservadora. En París, su marido, Sylvain (Swann Arlaud), un médico, vivirá en total angustia al descubrir que su mujer no se encuentra en Turquía con el niño -como le había informado-, sino prisionera en Siria durante la llamada "Primavera Árabe". Su colega (Charles Berling, bastante bien), pondrá en marcha una compleja operación junto a su joven hijo (el británico Finnegan Oldfield, excelente alternando diálogos en francés y árabe), quien se encuentra en Siria, para poder salvar a la madre y el hijo.
Un convencional thriller político en toda su manufactura y construcción, pero lo cierto es que Emmanuel Hamon, su realizador, consigue armar una tensión en crescendo, de una forma estupenda. El guión tiene algunos problemas para establecer bien lo que nos intenta contar al inicio (los motivos de Faustine al viajar a Siria no están muy claros), y la historia tiene un final demasiado abrupto. Sin embargo, Exfiltrés termina siendo un filme entretenido y muy visible, sin meterse demasiado en política. De lo mejorcito del 2019.
⭐️⭐️⭐️1/2

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