martes, 17 de diciembre de 2019

TERMINATOR: DARK FATE


ESTÁ DE VUELTA, BABY
Mackenzie Davies y Linda Hamilton.
No es difícil adivinar la estrategia usada por los productores para intentar resucitar la ya desgastada saga de Terminator: "¡Rápido, llamen a Linda Hamilton!" Y he aquí a Linda Hamilton en Terminator: Dark Fate, sacada del olvido, algo apolillada tal vez, pero con todas las ganas del mundo para interpretar nuevamente a la ya muy avejentada Sara Connor. Algo podía presentirse al respecto desde el anterior filme, Terminator Genisys (2015), en donde el personaje estuvo de vuelta en versión juvenil, interpretada por Emilia Clarke (Game of Thrones).
Para quienes hayan estado siguiendo la serie de filmes, una o dos cosas no tendrán mucho sentido en Genisys luego de ver Dark Fate. Por ejemplo -y sin revelar mucho de la trama- ¿cómo es que John Connor aparece en aquel filme (intepretado por Jason Clarke), considerando lo que vemos al inicio de Dark Fate? Coherencia y lógica no tienen mucha importancia en estas grandes franquicias, siempre y cuando se vea potencial monetario y el signo de dólares en la taquilla. Aunque está por verse el éxito que pueda tener Dark Fate, ya que la película, en general, no es otra cosa que maaás de lo mismo. Podría decirse también, que la nueva película parece más un remake de Terminator 2: Judgement Day (de 1991, e infinitamente mejor para ser honestos), sólo que con sus dos estrellas, Hamilton y Arnold Schwarzenneger, ahora con muchos años encima. Ambos esta vez son más "secundarios", frente a sus más jóvenes coestrellas. La historia, en comparación, es más descafeinada, derivativa, y sin la misma emoción y adrenalina.
Toca ahora a Mackenzie Davis (The Martian, Blade Runner 2049) llevar las riendas en cuanto a acción se refiere y patear uno que otro culo robótico. Davis es la heroína, Grace, mitad humana y mitad máquina, enviada desde el apocalíptico futuro que ya nos sabemos (en donde la rebelión contra el cataclismo provocado por Skynet continua), para (sí, adivinaron) llevar a cabo una misión: proteger con su vida a una chica mexicana, Daniela (Natalia Reyes). ¿Defenderla de quién? De una nueva amenaza, el REV-9 (Gabriel Reyes), una máquina doblemente letal, ya que es capaz de autoclonarse y, como el T-1000 de Judgement Day, de copiar la forma de quien tenga enfrente. ¿Por qué es tan especial Daniela? Suficiente será decir que su vida es decisiva para la lucha que en unos 20 años se llevará a cabo contra las máquinas.
Los fans adivinarán de inmediato hacia dónde va todo, y llenarán fácilmente los espacios que faltan. Aunque Dark Fate es más pan con lo mismo, al estar dirigida por Tim Miller (director de Deadpool), y escrita por James Cameron, es de esperarse que el punto fuerte del filme (por cierto, con mucho sabor mexicano) son las escenas de acción. Un par de secuencias tienen adrenalina de sobra, aquellas en las que "Anold", de regreso como el T-800, se deberá enfrentar al REV-9, demostrando que podrá ser un viejo robot asesino, pero todavía no está obsoleto y tiene carga para rato. Linda Hamilton no se queda atrás, demostrando que sigue en plena forma, gruñendo sus líneas con mucho regusto serie B, y que su reencuentro con el viejo T-800 no será en términos muy amistosos. Si por algo vale la pena Dark Fate, no nada más es por la adrenalínica y palomera acción, sino por la emoción cinéfila de ver a Hamilton y a Arnold juntos nuevamente en pantalla, repitiendo sus papeles para un posible ajuste de cuentas, mientras que este último intenta demostrar que, debajo de sus cables, circuitos, y tornillos, puede haber un corazón. Y seguro... esta historia continuará.
⭐️⭐️1/2

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