miércoles, 30 de octubre de 2019

MALEFICENT: MISTRESS OF EVIL

Angelina Jolie regresa como Maleficent.
¿Era necesario ampliar y complicar un cuento de hadas que ya había sido contado por la Disney de una manera simple y sencilla en su versión animada de 1959? No, por supuesto que no lo era. Sin embargo, Maleficent (2014), la primera cinta de esta saga "corregida y aumentada" de la "Bella Durmiente", no dejó de despertar cierta fascinación gracias al giro y aproximación tomado, una película en "acción viva" sobre los orígenes de su villana de enormes pómulos (algo que casi no está de moda actualmente ¿cierto?), Maléfica, con el rostro de Angelina Jolie. La idea, fue contarnos que Maléfica no siempre fue la bruja diabólica y malvada que todos creíamos, sino una especie de "ángel caído"; un ser fantástico y alado con una infancia feliz, pero que durante su juventud tuvo la mala fortuna de involucrarse con el hombre equivocado.
Advertencia: es necesario haber visto la primer película para poder entender y seguir el hilo de la recientemente estrenada secuela, Maleficent: Mistress of Evil. Desafortunadamente, esta segunda parte no es tan buena como la primer película (dirigida por el especialista en efectos especiales Robert Stromberg, que de hecho, fue su película debut como director). Al menos, el primer filme acabó funcionando, gracias a que te conseguía enganchar en todo el entramado dramático conjurado por sus escritores, con todo y lo saturado que estuvo de criaturitas mágicas y escenarios fantásticos (te transporta eficientemente al universo de Maléfica, una cruza de un mundo medieval con el de Narnia, y el Señor de los Anillos). El cuento clásico en su versión con actores de carne y hueso, es más una historia sobre la verdadera maternidad-paternidad (no siempre exclusivo de los madres y padres naturales), que otra cosa.
El problema, es que casi no hay nada en esta secuela de lo que sí ofreció la anterior cinta, empezando por un buen arranque. Aurora (Elle Fanning, nuestra otrora "bella durmiente") está buscando poder casarse con su "príncipe azul" (Harris Dickinson), cosa que Maléfica no ve con buenos ojos. En resumen, cree que el matrimonio con un príncipe de otro reino distraerá a Aurora de sus deberes como reina del bosque mágico. Baste decir -sin contar mucho-, que la primer reunión entre los futuros suegros, es decir, los reyes interpretados por Michelle Pfeiffer y Robert Lindsay, no resultará como se esperaría en un cuento de hadas, yéndose más hacía un melodrama de "guerra entre consuegras", con otro personaje condenado a un profundo sueño.
Una pregunta muy existencial sí termina surgiendo con esta segunda parte: ¿Maléfica está sola en este mundo? Es decir ¿Hay otros seres de su misma especie en algún lugar? La respuesta es sí. Ella no se hará a sí misma esa pregunta, sino que el descubrimiento de sus congéneres será puramente accidental. Este nuevo filme, dirigido por Joaquim Ronning hubiera tomado caminos más interesantes si sus guionistas hubieran desarrollado más esa parte de la historia. Por otro lado, es una pena que Imelda Staunton, Lesley Manville, y Juno Temple, quienes interpretan a las hadas protectoras de Aurora, y que en el primer filme agregaron un buen toque de comicidad, ahora no aparecen en carne y hueso, sino completamente en digital y no tan graciosas como antes. Sin embargo, Sam Riley, como el cuervo convertido en humano, sigue agregando su toque de trágica inocencia como fiel servidor de Maléfica.
Lo que sí es interesante, es ver el toque de diversidad racial en el reparto, con los miembros de la especie de Maléfica siendo interpretados por actores asiáticos, afroamericanos, hindúes, etc. En ese sentido, sobresale Chiwetel Ejiofor, interpretando al líder y gurú de un clan, que encabezará una rebelión contra la reina Ingrith (Pfeiffer). Si bien la imponente y bella presencia de Angelina Jolie sigue dominando la pantalla, la película desperdicia lo que hubiera sido una excusa mejor para regresar a este universo: ahondar más en la complejidad de maléfica; en su dicotomía de bondad y maldad, teniendo, por el contrario, una especie de Game of Thrones para niños.
⭐️⭐️1/2

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