martes, 5 de marzo de 2019

ALITA: BATTLE ANGEL

Rosa Salazar como "Alita".
Adaptación de un cómic manga creado por Yukito Kishiro, Alita: Battle Angel, es la más reciente aventura cinematográfica del realizador Robert Rodríguez, siempre tentado a llevar a la pantalla sus propias interpretaciones de novelas gráficas (Sin City). Si algo demuestra Alita, es lo revolucionario que Rodríguez es en el campo de los efectos especiales. Si por algo vale la pena ver en pantalla grande Battle Angel, es, precisamente, por toda esa parafernalia visual que imprime a sus películas. Con todo y que sus dos filmes de Sin City me parecen visualmente más interesantes, Alita termina siendo espectacular. Sin embargo, la cosa cambia un poco en cuanto a su historia y personajes se refiere.
James Cameron (quien aquí funge como guionista, junto a Laeta Kalogridis) quiso dirigir hace años este proyecto, aunque prefirió dedicarse a materializar Avatar. Battle Angel, no es precisamente el derroche de originalidad que uno esperaría. En resumen, es la historia de Pinocho re-re-re-trabajada por enésima vez (y hay algunos que incluyen a la Sirenita en la ecuación), ambientada en el siglo 26, 300 años después de la "Gran Caída" (o una "gran guerra"). Christoph Waltz, encarna a un doctor experto en tecnología robótica, el cual reconstruye lo que queda de una chica cyborg que encuentra en un basurero, a donde cae la chatarra de una ciudad flotante, más avanzada y civilizada. Luego de adaptarle brazos y piernas diseñadas por él, el doctor bautiza su creación como Alita (Rosa Salazar, en una actuación basada en motion capture), con ojos enormes, como si de algún retrato pintado por Margaret Keane se tratará.
Con el tiempo, Alita prueba ser un espíritu inquieto, y en su curiosidad por conocer el mundo exterior junto a un chico, Hugo (Keean Johnson), descubrirá que su memoria guarda fragmentos de recuerdos de su pasado, que la llevan a desear saber más sobre quién es realmente; sobre sus orígenes, y del por qué posee una fuerza sobrehumana, y habilidades de una guerrera. Mahershala Ali (a quien podemos ver también en Green Book actualmente) no ofrece la gran actuación de otras ocaciones, pero sin duda, en su papel de mafioso dedicado a dirigir una red de cyborgs caza recompensas, y competidores en unas carreras en patines a muerte (uno de los platos fuertes de la película, que tienen lugar en pistas y toboganes), tiene una presencia imponente. Jennifer Connelly interpreta a su brazo derecho, y ambos afortunadamente sobrepasan el simple papel de secundarios de relleno, con un par de sorpresas y vueltas de tuerca al final.
Parece que Rodríguez concibió el diseño de producción para llamar la atención del público mexicano, el cual está salpicado de referencias relacionadas con México, como ver que uno de los caza recompensas tiene en su espalda el calendario azteca grabado, o también ver una iglesia que recuerda alguna catedral colonial, o ese juego callejero en patines, que recuerda al juego de pelota de los mayas.
A pesar de no sentirse muy original, de que termina siendo un pastiche de otros tantos filmes de ciencia ficción, y relatos sobre inteligencia artificial, que afrontan el tema de robots capaces de experimentar sentimientos, emociones, y de pensar (RoboCop, Blade Runner, A.I., Ready Player One, etc.), Battle Angel es un excelente entretenimiento de fin de semana, sin llegar a ser tan trascendente como aquellos ejemplos. Es la mejor opción, si lo que se busca es pasar un par de horas entretenidas en el cine, con un filme pleno de buenas peleas, y espectaculares efectos especiales. 
⭐️⭐️⭐️

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