miércoles, 28 de octubre de 2020

CÓMPRAME UN REVÓLVER

Definitivamente, no les comprarías un revólver.

De las nominadas al Ariel a Mejor Película, Cómprame un Revólver es, con seguridad, la menor de mis favoritas. Después de ver este filme, dirigido por Julián Hernández Cordón (también nominado a "Mejor Director"), no me quedó claro el por qué de esta nominación -ni de otras de sus nominaciones-; y todavía menos me fue claro lo que estaba sucediendo la mayor parte del tiempo en la trama (¡Su guión está nominado también a "Mejor Guión Original"). Creo que se necesita algo más que poner a una niña tierna y con encanto en el papel principal, y ambientar todo en un escenario distópico y desértico estilo Mad Max y A Boy and His Dog, para hacer algo memorable y que deje una huella en ti.

Coproducción mexicano-colombiana, el mayor problema de Cómprame un Revólver es todo su guión (escrito por el mismo Hernández), en donde se necesita un poco más de explicación y trasfondo que el decir, en la forma de un texto antes de empezar la película: "México. Sin fecha precisa. Todo, absolutamente todo, es controlado por el narcotráfico. La población ha disminuido por falta de mujeres". Y no nada más la fecha no es precisa, sino todo lo demás en el filme.
Básicamente, tenemos a una niña de nombre Huck (Matilde Hernández Guinea), la cual gusta de pasar el tiempo jugando con su grupo de amigos, en donde hay uno llamado Tom, y otro Sawyer (bueno, no hace falta mencionar la referencia literaria). Su papá, Rogelio (Rogelio Sosa), drogadicto y músico, trabaja para los narcos (quienes -es en serio- visten trajes militares, mandiles de cocina, y vestidos), los cuales se transportan en vehículos que parecen una cruza de tanques y camiones blindados. Rogelio los asiste durante sus juegos de baseball, haciendo de todo. Lo que más anhela la niña, es volver a ver a su mamá, por la cual siempre pregunta y de quien sólo conserva una foto.
Las cosas se complican para Rogelio, cuando Huck, queriendo ocultar un sobre con droga de su papá, traspasa una cerca que no debía. ¿Por qué no debe cruzarla? Quién sabe, no hay explicación al respecto. Poco o nada verdaderamente interesante pasa después, fuera de un baile y concierto al aire libre, a donde Rogelio es invitado a amenizar como músico, y en donde ocurrirá algo que complicará las cosas para Huck.
No hay duda que al guión le faltó mucha más imaginación y creatividad; más cabeza y trabajo, ya que muchos hechos y situaciones se quedan a nivel superficial y sin mucho desarrollo. El malo del filme es un capo de cabello extra largo, interpretado por Sostenes Rojas, el cual tiene apenas y algo de participación en el filme, pero fue nominado al Ariel por "Mejor Coactuación Masculina" (para mí se lo merecía más Rogelio Sosa, la verdad sea dicha). El personaje del capo tiene un cambio de personalidad al final que se queda sin explicación, para redimirlo forzadamente. Hay un diálogo con Huck, casi al final, que te deja con la cara de "¿¿qué??", en donde el capo le afirma: "soy hombre y mujer al mismo tiempo". Y te deja más con esa expresión, al ver lo que hace la niña en la conclusión, una acción sin motivación, ni justificación alguna.
Siendo más amable con la película, creo que toda esta idea, con todo y su guión plano y defectuoso, hubiera quedado mejor en la forma de un corto de 10 minutos. Las actuaciones, tanto de Rogelio Sosa como de Matilde Hernández, son de lo rescatable en la cinta, incluyendo la presencia fresca y natural del resto de los niños. Por lo demás, Cómprame un Revólver termina siendo un filme fallido, muy lejos de ser la mejor película de este --- o de cualquier otro año.
⭐️1/2

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