jueves, 19 de febrero de 2009

CRASH * * * *

“Deberías de avergonzarte de ti mismo”, le dirá un atemorizado productor televisivo negro a su asaltante, también negro, en algún punto de la multi-cultural ciudad de Los Ángeles, escenario de Crash (2004), segundo largometraje del galardonado guionista Paul Haggis.

Ganadora del Oscar por “Mejor Guión” y “Mejor Película”, Haggis aborda en Crash (que coescribió junto a Robert y Bobby Moresco), esos temas sociales que son incómodos, y el principal será el de los prejuicios raciales, así como la discriminación. La llegada del “governator” Arnold Schwarzenegger a la gubernatura del estado de California, ha potenciado estos fenómenos, gracias a sus medidas cada vez más duras contra los inmigrantes, sobre todo, los de origen mexicano. Hay una escena donde el retrato de Schwarzenegger se ve colgado en la oficina de una estación de policia.

En ese sentido, Haggis ha querido hacer una representación del problema en un entorno doméstico, en el personaje de Brendan Fraser, interpretando a Rick, un fiscal de distrito, cuya esposa (Sandra Bullock, me cuesta decirlo pero con una buena actuación) es una paranoica mujer que trata mal a su empleada, de origen mexicano, con los clásicos prejuicios raciales hacia los latinos.

El punto de partida de la trama, es el asesinato de un joven negro, al parecer un criminal callejero, caso que investiga el oficial de policia Graham (Don Cheadle). La película va presentando a todos los protagonistas como las piezas de un juego laberíntico (al estilo de 21 Grams) que se irá armando, con un notable trabajo fotográfico de J. Michael Muro.

A dos personajes les corresponderá decir los aforismos más contundentes, un par de ladrones negros (Chris Bridges y Larenz Tate), aficionados a robar vagonetas de lujo, y que harán pasar un susto a Rick y su esposa. Al mismo tiempo, Cameron (Terrence Howard), el productor de T.V., y su esposa Christine (Tandie Newton), sufrirán los abusos de autoridad de un policia racista (Matt Dillon, en una buena actuación), ante los atónitos ojos de su joven compañero (Ryan Phillippe).

Por otro lado, un comerciante persa recibe insultos racistas (lo llamarán “Osama” e insinuarán que es un terrorista), cosa que más adelante dará pie a una absurda situación con un cerrajero de origen mexicano.

El guión de Haggis se centra en pequeños detalles cruciales para el desarrollo de la historia, como una pistola o una figurita de santería vudú, junto a los accidentes viales como detonantes de ironías y comentarios racistas, en apariencia, inocentes (una mujer china juzga a los mexicanos de ser un peligro para conducir).

Desafortunadamente, un poco creíble y artificioso happy-end (en deuda con la famosa secuencia de la lluvia de ranas vista en Magnolia), dará al traste con el mesurado melodrama, narrado con equilibrada maestría y realismo por Haggis. Además, ya se empiezan a sentir demasiado derivativos esta clase de melodramas y su estilo de realización. A pesar de ello, Haggis logra dar en el clavo con sus capciosas líneas, cargadas de un mensaje social contundente.

++ Disponible en Blu-Ray, en "edición del director" y una con estuche metálico para coleecionistas. Esta última contiene de extras tráiler, audio comentario del director Paul Haggis, "Acerca de Paul Haggis", entre líneas, "L.A. El otro gran protagonista", entrevistas, el detrás de las cámaras, escenas eliminadas, escenas eliminadas comentadas por el director, "Cómo se hizo", video clip, ficha técnica y filmografías selectas.

2 comentarios:

Deric dijo...

una gran pel·lícula, sin duda

Joel Meza dijo...

A mí todo el asunto me pareció artificial, no sólo el final.

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