sábado, 21 de febrero de 2009

SAW * *

En Saw (2004) escucharemos diálogos como “Estarás bien, nada más te herí en el hombro”. Me causó más risa que inquietud la primera vez que ví la película, en el contexto en el que está dicho. Además, hay electrocuciones aplicadas en los tobillos que parecen cómicos sufrimientos al estilo de los Looney Toones. Pero lo más extraño y, porqué no, surreal, es ver a un buen actor como Danny Glover trabajar en un filme de terror de estas características. Y es que Danny Glover, la mayoría del tiempo, luce con rostro de incertidumbre, como pensando “¿Pero qué hago aquí?”. Se siente fuera de lugar, con una sensación de no encontrarse a sí mismo en un género como el del terror gore.

Pero bueno, Danny Glover no es el primer buen actor en meter la pata así. Saw es la película debut del realizador James Wan, que dio origen a una franquicia de cinco filmes hasta la fecha. La realidad es que la fórmula que manejó aquí con cierto ingenio se ha ido desgastando. Wan quiso comerse el mundo desde esta primera película, con una laberíntica trama en donde se notan diversas fuentes de inspiración (John Carpenter, Romero, etc.), pero la principal ha sido la estética de Seven, la gran obra de David Fincher.

De principio a fin, Wan bombardea al espectador con escenas “shock” excesivas. Hay situaciones en la trama que sobrepasan la simple violencia, para trastocarse en juegos sádicos no aptos para todos los gustos, junto a una narración que tiende al caos. La historia arranca con dos hombres que se descubren encadenados en un baño, con un cadáver frente a ellos, que en una mano tiene una grabadora y en la otra una pistola. Uno de ellos es un doctor (un gordo Cary Elwes) y el otro (Leigh Whannell) un pobre diablo que no sabe cómo llegó ahí.

Con el tiempo descubrirán que un psicópata megalómano está detrás de todo el asunto. Lo peor, es que los seres queridos del doctor se verán afectados si no acepta seguir las sádicas reglas de su juego. Mientras, un detective (Glover) investiga otras fechorías de este villano.

Saw es como una mezcla de El Experimento y Cube. Después de un interesante inicio, siguen flash-backs que se pasan de explicativos, largos y que terminan aburriendo hacia la mitad del filme. La edición parece hecha por un adolescente con una buena dosis de “ecstasy”, en la que cabe de todo: time-lapses, jump-cuts, zoom-shots, imágenes congeladas y virados alocados en la fotografía.

Estamos ante una gran idea para una película gore, pero que se ha pasado de pretenciosa. Quien se anime a verla, se enfrentará a escenas como la de una chica que debe esculcar el estómago y tripas de un muerto, para encontrar la llave que la liberará de una mortal trampa en la cabeza; o la de un hombre, cubierto de una sustancia inflamable, que debe sortear una vela para buscar en una pared la clave que lo liberará, y así sucesivamente. Ah claro, no podrá faltar la “personificación del mal” en el clásico muñeco mecánico.

Recuerdo que en el cine había gente (me incluyo, lo confieso) que se reía con ciertas cosas penosas. “¡Enfermos, enfermos!”, podría decir cualquiera, pero no lo creo. Es que, con todo y lo “ingeniosa” que quiere ser, la primera Saw es un gran churro.

++ SAW puede conseguirse sola o en un paquete junto a SAW II. Contiene como extras audio comentarios del equipo técnico, ficha técnica, ficha artística, ficha de doblaje, tráiler, filmografías, videoclips, "Cómo se hizo el Videoclip", featurette y galería de carteles (los cuales, eso sí, me parecen muy buenos).

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