jueves, 11 de octubre de 2007

SITGES 2007: MR. BROOKS * * 1/2

No es que me haya tenido muy preocupado la ausencia de Kevin Costner en la gran pantalla, pero es bueno tenerlo de regreso con un personaje como el que interpreta en Mr. Brooks (E.U., 2007), a pesar de que la película no funcione del todo como el relato de suspenso psicológico que pretende ser. Estamos ante apenas el segundo largometraje de su realizador, Bruce A. Evans, su primer trabajo después de haber dirigido (hace poco más de 15 años) otro thriller, Kuffs (1992). Mientras, Evans se ha dedicado a la escritura de guiones, en lo que se puede reconocer tiene buenas ideas, pero no la suficiente habilidad para dirigir y hacer más interesante un filme como Mr. Brooks.

El Mr. Brooks del título, es un empresario exitoso, dueño de una fábrica de empaques, quien ha sido nombrado “hombre del año” por la comunidad empresarial en Los Ángeles. Una gran residencia, una esposa guapísima, dinero, aprecio, reconocimiento, una hija en apariencia intachable, todo parece ser perfecto en la vida del Sr. Earl Brooks, hasta que descubrimos que este hombre, con facha de intelectual, en realidad lleva una doble vida como asesino serial. Es decir, un personaje interesante, de tintes obsesivos compulsivos y esquizofrénicos, en esas alucinaciones que tiene de su alter ego, encarnado por un magnífico William Hurt, robándose por completo el filme en una sencilla pero intensa participación, como la presencia que acecha de manera constante a Brooks y le dice cómo, cuándo y dónde cometer su siguiente crimen, e incluso, hasta cuándo podrá parar.

Sin embargo, la meticulosidad y cuidado que Brooks pone en cada uno de sus asesinatos, se verá alterada cuando, sin darse cuenta, sea observado por un voyeur del edificio de enfrente, después de asesinar a una pareja en pleno acto sexual. Por supuesto, la hitchcockiana trama -escrita por el mismo Evans- nos llevará al inevitable chantaje del que será objeto Brooks, cuando el testigo le pida permitirle observarlo en acción, asesinando a su próxima víctima, a cambio de no ir a denunciarlo. Lo malo es que Brooks está harto de esta doble vida, desea retirarse y dejar de matar. En tanto, una atractiva detective de policia (Demi Moore) se encuentra tras la pista de Brooks, al tiempo que se encuentra lidiando con problemas personales.

Quizás la falla más evidente de la película, no sea tanto la por momentos floja historia concebida por Evans, que llega un momento a ponerse aburrida, sino el tratar de meter por la fuerza -de forma paralela- la inútil subtrama de la detective Tracy Atwood (Moore). Es verdad que todos los problemas maritales de Tracy al final tendrán una justificación en la trama, de alguna manera se cruzará en el camino sangriento de Brooks y entenderemos un poco más los móviles que lo llevan a matar. Pero hasta que no llega ese momento, en la última parte, la subtrama de Tracy estorba e impide que la historia de Brooks pueda ser más atractiva, inquietante y desarrollarlo más como personaje.

El final es abierto, corta de tajo la historia de Brooks, y me gustaron esos créditos finales que emulan una antigua teleserie policiaca. Sabemos que no hay salida para el torturante estado psicológico de Mr. Brooks, para esa espiral interminable de violencia y muerte que ha iniciado y que, por más que quiera, ya no podrá salir de ahí. Por más cuidado y limpieza que haya tenido siempre, lo peor para él será la pesadilla de ver a su familia manchada por la sangre que ha hecho derramar.

++ Mr. Brooks forma parte de la sección "Oficial Premiere" del festival de Sitges 2007. Próximo estreno en España.

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