jueves, 2 de agosto de 2007

EL HOLLYWOOD DE AYER: ON THE TOWN * * * *

Existe en el gran musical de la MGM, On The Town (Estados Unidos, 1949) una curiosa correspondencia entre los claros propósitos que tuvo su realización en la época de la post-guerra, y el espíritu festivo y optimista que se vivió en Nueva York luego de los atentados terroristas del 11-S del 2001.

Dirigida por Gene Kelly y Stanley Donen (el primero un prodigio del baile, el segundo un maestro en la realización de musicales), On The Town era un divertido y encantador himno a la ciudad más grande y cosmopolita de los E.U., Nueva York, que intentaba ante todo demostrar la alegría y esperanza que vivía en el alma de los estadounidenses, cuatro años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.

No podía haber un inicio más emblemático en la película, con sus tres personajes protagónicos, los infantes de marina Gabey (Gene Kelly), Chip (Frank Sinatra) y Ozzie (Jules Munshin), bajando de su acorazado recién llegado a puerto, felices y cantando el estupendo tema “New York, New York”, junto a un obrero del astillero haciendo segunda voz.

El objetivo de los tres marinos será conocer toda la ciudad en escasas 24 horas, y viéndolo frívolamente, el filme no era más que un tour turístico por los mayores atractivos de la Gran Manzana, desde Central Park, pasando por Broadway, Picadilly Circus, hasta el Museo Metropolitano y el mirador del Empire State, pero haciéndolo a través de las travesuras y entusiasmo de los tres amigos marinos. Juntos los tres actores irradiaban una química irresistible, era por demás atractiva.

“¡Mira, una mujer taxista, pero si ya ha terminado la guerra!” dirá sorprendido Chip al descubrir a quien será su inseparable pareja, 1a guapa taxista Hildy (Betty Harrett). De hecho, si uno lo analiza más a fondo, el encanto de los personajes de Kelly, Sinatra y Munshin radicaba en su inocencia casi infantil, ante la vista de todo lo que les rodeaba, como tres adolescentes llegando de un larguísimo viaje de casi 40 años, sorprendiéndose de la modernidad y crecimiento de la ciudad, sin conocer sus nuevos edificios y monumentos. Chip, en especial, quien en uno de los más entretenidos y originales números musicales dentro del taxi, entre enfrenada y enfrenada, será regañado por Hildy al guiarse el marino por una antigua guía turística de 1905.

Alternando locaciones reales con multiples sets que reproducen las calles de la ciudad, la trama de las aventuras y desventuras de los marinos tenía como centro el enamoramiento a primera vista de Gabey, por una aspirante a artista, Ivy (Vera-Ellen), a quien descubre en un cartel como la “Miss Metro del Mes”. Los tres chicos ligaban al instante a sus respectivas parejas, incluyendo Ozzie, que conoce a su pareja, Claire (la magnífica bailarina y cantante Ann Miller, de Desfile de Pascua/1948, y Bésame Kate/1953), una estudiante de paleontología, en el Museo Arqueológico, número musical simpático en el que un inmenso esqueleto de brontosaurio acababa deshecho.

Hacia la parte final, un entristecido Gabey, caminando por las calles, dará pie al auto homenaje que se hace a la obra de Broadway adaptada aquí, escrita originalmente por Betty Comden, Adolph Green (ambos fungen como guionistas) y Jerome Robbins. On The Town no daba pie a mostrar la cara cruda o desagradable de Nueva York, y apostaba por mostrar su lado más jovial y romántico (las escenas en el mirador del rascacielos son de antología), lugar en donde incluso los policias, a punto de arrestar a los marinos y a sus novias, podían conmoverse y llorar (¡vaya, hasta perdonar!), al escuchar las frustraciones de una pobre aspirante a bailarina que trabaja en Picadilly Circus haciendo bailes de cuarta categoría.

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