martes, 5 de marzo de 2019

GREEN BOOK

Viggo Mortensen y Mahershala Ali. 
Increíble, pero cierto. Peter Farrelly, quien junto a su hermano Bobby, ha dirigido comedias de humor insano y algo subido de tono (There's Something About Mary, Dumb and Dumber), es el director de Green Book. El filme está basado en la historia real de Tony Vallelonga (Viggo Mortensen, extraordinario, y con algunos kilos encima), un padre de familia italo-americano, luchando por sobrevivir. De ser "valet" en un centro nocturno, Tony terminará siendo el chofer de un virtuoso pianista negro, Don el "Doctor" Shirley (Mahershala Ali, magnífico como en Moonlight. Ya podemos verlo con el Oscar en la mano desde ahora).
Sin necesidad de ser tan literal o explícito, sabemos desde el inicio que Tony es un racista. Luego de que unos plomeros "de color" toman limonada, que su esposa (Linda Cardellini) les ofrece al terminar un trabajo, Tony tira los vasos a la basura. Es 1962, en plena segregación racial. Sin embargo, Tony tiene dos opciones: regresar a conducir camiones de basura, o tomar el trabajo de chofer para el excéntrico pianista Don. La decisión no será fácil. El trabajo no nada más implica conducir un flamante Cadillac azul, durante una gira del pianista por 2 meses, sino además ser su asistente personal. Tony siente que es un trabajo más de sirviente, que otra cosa. Pero la paga es buena, y se acerca Navidad.
El guión (escrito por el mismo Farrelly, Brian Hayes, y Nick Vallelonga, el cual actúa también en la película, y es hijo en la vida real de Tony) pone, estratégicamente, a dos seres diametralmente opuestos a prueba. Su viaje será uno de autodescubrimiento, por terrrenos complicados y hostiles, es decir, los estados racistas del "Sur Profundo". Tony tendrá a su disposición el "Libro Verde" del título, una guía para que "el viajero 'de color' viaje sin conflictos" por el sur.
Tenemos una disfrutable y entretenida road movie, con los dos protagonistas embarcados en una travesía, de la cual ambos saldrán emocional afectados, y digamos, "ilustrados". Tony, sin mucha educación (esas cartas que escribe a su esposa), malhablado, vulgar, parlanchín, pero con carisma de sobra (como breviario cultural, en vida también actuó un poco, y participó en "Los Soprano"); y Don, refinado, pero estirado, silencioso, correcto, disciplinado, y con una casi total ignorancia de sus propias raíces. Siendo músico, el "doc" desconoce la música moderna de Little Richard, Aretha Franklin, y Chuck Berry. ¡Vamos, es tu propia gente!, le dice un sorprendido Tony.
Sería injusto calificar Green Book de ser una simple "versión nueva de El Chofer y la Señora Daisy (1989), con los papeles invertidos". Tal vez haya similitudes entre ambas. Pero gracias a las grandes actuaciones de Mahershala Ali y Viggo Mortensen (su acento italiano es excelente), quien se acaba robando la película por su naturalidad, y por haber sabido imprimirle a Tony una gran dicharachería, Green Book acaba teniendo personalidad propia, y memorabilidad.
Es verdad, tal vez sea de esas historias "para sentirte bien", construidas y concebidas con instructivo en mano, de las cuales puedes predecir para dónde van, y cómo acabaran. Pero, qué importa. La película de Farrelly, no nada más es un filme gracioso, para pasártela bien; sino que es también profundo e inteligente, toca temas de mucho peso, y está extraordinariamente escrito. Esperemos que Farrelly siga por este camino.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

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