domingo, 7 de junio de 2009

ANGELS & DEMONS * *

"Angels & Demons" decepciona por una historia monótona y plana, donde tiene a sus personajes corriendo por toda Roma y el Vaticano la mayor parte del tiempo.





Sabía a lo que me enfrentaría al ver Angels & Demons (2009), secuela de The Da Vinci Code (2006), es decir, con una película medianamente palomera. Lo que también esperaba, era que estuviera, por lo menos, mejor que su predecesora, ante las críticas nada favorables que recibió. Nada más lejos de la realidad. Tom Hanks está de regreso como el académico y especialista en símbolos Robert Langdon, con un nuevo y mejorado “look” alaciado (apuesto a que hay peluquín de por medio), sin Audrey Tautou como compañera de reparto, sino con la guapa actriz israelí Ayelet Zurer. La película trae de regreso a los “endemoniados” Illuminati, quienes vuelven a sacudir los cimientos del Vaticano y la Iglesia Católica con sus vengativas amenazas de hacerla desaparecer.

El impacto mediático de esta nueva película, de nuevo dirigida por Ron Howard, sigue siendo, precisamente, la polémica que causaría en el Vaticano, al poner en duda un proceso, tanto político como religioso, como lo es el conclave, en el que se elige a un nuevo Papa. En Angels & Demons ocurre la muerte de un Papa, y alrededor de todo esto los llluminati, como si fuera un nuevo grupo terrorista, amenaza con destruir toda la ciudad de Roma con una bomba, fabricada con antimateria, secuestrando además a 4 cardenales. El camerlengo (Ewan McGregor, con un acento extraño que no define nunca) asume el poder hasta que se elija un nuevo Papa. La misión de Langdon (si decide aceptarla), es viajar hasta Roma para encontrar a los cardenales, descifrando los códigos secretos y pistas que va dejando la sociedad secreta de los Illuminati, en puntos clave de la ciudad.

No he leído ninguno de los libros de Dan Brown, puede ser que algún día lo haga. La articulista Kate Ward, de la revista Entertainment Weekly, ya se ha encargado de descubrir las inconsistencias y licencias históricas en la trama de Angels & Demons. Por ejemplo, es absurdo que se robe antimateria en un pequeño frasco, cuando para esto se requeriría algo tan grande como un trasatlántico, así como que los Illuminati ya no existen en la actualidad. Pero eso no es lo peor en la película, ya que a partir de esta clase de licencias se pueden hacer películas de aventuras excelentes, como las de Indiana Jones, de donde proviene la fórmula para las aventuras creadas por Dan Brown.

La diferencia es que las películas de Indiana Jones son mucho más entretenidas, mejor hechas, jamás resultaban aburridas y, lo mejor, es que en su mezcla de realidad y fantasia hacían parecer todo como real. Daban ganas (al menos a mí) de correr a buscar un libro para saber más del arca de la Alianza o de los caballeros Templarios. No negaré que sentí cierta curiosidad histórica cuando ví The Da Vinci Code. Me sonaba plausible la teoría de que en el cuadro de “La Última Cena”, Maria Magdalena aparecía también sentada en la mesa con Jesucristo, en lugar de uno de los apóstoles. Ya había escuchado en otro lado que Leonardo Da Vinci pudo haber pertenecido a una sociedad secreta, una teoría que se ha venido investigando desde hace tiempo pero que nunca se ha podido comprobar.

Nada de eso sucede en Angels & Demons. Su primera hora es monótona y cansada, en donde nada más vemos a Langdon, a la doctora Vittoria y a un policia, ir de una iglesia a otra desesperadamente, cada vez que el primero descifra unos símbolos en cuestión de segundos. Cuando llegan a un punto clave, hay diálogos y diálogos entre él y Vittoria, para luego… correr de nuevo a otro sitio, en donde seguro Langdon encontrará nuevas pistas. De las peores y menos creíbles escenas, son aquellas que tienen lugar dentro de los archivos del Vaticano, quizás el más vigilado y monitoreado del mundo, donde con la mayor facilidad Langdon y Vittoria destruyen un valioso texto de Galileo. Toda la vigilancia se reduce a un simple guardia con revolver, que los vigila de lejos.

El problema no son tanto estos detalles poco creíbles, de los cuales las mejores películas de aventuras están llenos, sino lo tediosa, plana y cansada que resulta la historia, incluido el villano, sin nombre, quien sorprendentemente actúa sólo y sin la ayuda de nadie en la conspiración y secuestros. Este villano le dice a Langdon una línea interesante, casi al final “Los hombres malos son ellos y están en el Vaticano”, o algo parecido.

El primer decepcionante blockbuster veraniego es Angels & Demons, con toda la tiesura de Langdon como aspirante a héroe de aventuras. Langdon es un personaje olvidable desde el momento en que salimos del cine, con sus cansinas y dialogadas lecciones de historia, sin que se despeine un solo cabello en su ir y venir por todo el Vaticano. Está años luz de ser nuestro nuevo Indy Jones, eso es seguro.

++Lo mejor: la israelí Ayelet Zurer, nueva acompañante de Langdon, más guapa y más cómoda en su papel que Audrey Tautou.
++Lo peor: la primera hora, un mónotono recorrido turístico-histórico por media Roma. Ah, y el cabello de Tom Hanks por segunda ocasión.

++Adecuada para: aquellos que hayan leído y disfrutado los libros de Dan Brown, que los hay y muchos.
++Inadecuada para: quienes hayan pasado una decepcionante experiencia viendo The Da Vinci Code.

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