domingo, 22 de julio de 2007

EN CARTELERA: PATHFINDER * * 1/2

Los vikingos vuelven al cine en El Guía del Desfiladero (Pathfinder, E.U., 2007), representados en películas de antaño como Eric El Vikingo (Caiano, 1965) y su remake sueco (1985), dirigido por el ex Monty Python Terry Jones, con Tim Robbins en el papel principal.

En Pathfinder, dirigida por el germano Marcus Nispel, poco hay de nuevo en el retrato cinematográfico que se hace de los vikingos: temibles guerreros con hambre de conquista y experimentados navegantes nórdicos. Lo que sí cambia, es su representación de gigantescos y monstruosos guerreros de corte gótico, en un relato que rescata la nada descabellada hipótesis de que fueron los primeros europeos en pisar América, muchos siglos antes de Cristóbal Colón.

Sin embargo, la película no pretende tener el más mínimo cariz histórico, siendo más bien un efectivo filme de aventuras, que no sirve más que para pasar un rato viendo una historia no muy interesante y sin bases dramáticas fuertes, sobre el conflictivo choque de dos culturas.

La trama cuenta cómo el vikingo Fantasma (Karl Urban, el Eomer de “Las Dos Torres”), es adoptado de niño por una tribu de indios, dentro de la cual se criará hasta crecer y convertirse en un indio cara pálida. La película se transformará en una especie de versión violenta de Pocahontas, cuando la tribu de indios (¡Todos ellos hablando inglés!) se tenga que enfrentar contra un grupo de vikingos invasores (¡Todos, por el contrario, hablando noruego!), que no buscan otra cosa más que destruir y matar. Fantasma tendrá que huir al representar un peligro para su gente y su amada indígena (Moon Bloodgood), siendo a su vez perseguido por el enfurecido líder de los vikingos, quien lo considera un traidor a su gente.

La película tiene todo el atractivo visual de una antigua película fantástica, a lo Conan El Bárbaro (Milius, 1982). De hecho, parecerá que también estemos frente a un cómic de aventuras. Hay escenas de acción muy logradas, así como un diseño de producción en general notable. Pero frente a este buen tratamiento visual, se contraponen puntos flojos en el guión, con una historia que pudo haber estado mucho mejor por donde quiera que se le mire, ya sea en sus personajes flojos y poco interesantes, o en su nada original premisa. Es más, el dilema de Fantasma no es muy difícil de resolver ni para él ni para nosotros, ya que siempre sabemos con quienes prefiere estar, a pesar de que su sangre vikinga empiece a hervir en cierto momento clave de la película.

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