lunes, 23 de julio de 2007

CATCH A FIRE * * * 1/2


En las notables actuaciones de En Nombre del Honor (Catch a Fire, Francia-Reino Unido-Sudáfrica-E.U., 2006) se encuentra su mayor atractivo. No hay duda de que el realizador australiano Phillip Noyce, sabe encontrar en sus actores la vena más dura o aquella más dramática, extraerla de su mirada, de sus rostros, en esta historia ambientada a principios de los 1980, durante el Apartheid en Sudáfrica.


La trama narrada en Catch a Fire, es a primera vista una especie de reelaboración del relato contado por Noyce en Rabbit-Proof Fence (2002), en la que Kenneth Branagh encarnaba a un funcionario del gobierno australiano, en persecución de tres chiquillas aborígenes, que habían escapado de ser explotadas en un internado para niñas. Tim Robbins es como el Branagh de aquella película, un detective de policía del régimen dictatorial blanco, dedicado a buscar, arrestar y torturar a todos aquellos nativos sospechosos de ser comunistas y terroristas.

El perseguido será Patrick Chamusso (Derek Luke, magnífico), originario de Mozambique, un humilde obrero en la planta de petróleo de Johannesburgo y entrenador de un equipo de fútbol infantil, el cual será arrestado bajo sospecha de haber participado en un atentado a la planta. Sin embargo, cuando su esposa también sea torturada y encarcelada por el detective Nic Vos (Robbins), Patrick se enfilará, una vez liberado, en las huestes terroristas, para luchar en contra de las fuerzas opresoras que lastimaron a su esposa, y por ende, dieron muerte a muchas más personas.

Patrick Chamusso realmente existió, y cuando todo parecía una historia ficticia, el verdadero Chamusso dará constancia, en una entrevista final, de seguir vivo. De ver al Chamusso real, uno cae en la cuenta que tal vez un más joven Forrest Withaker hubiera sido perfecto para el papel. Pero Derek Luke, así como Tim Robbins, están excelentes en sus personajes, logrando un buen acento sudafricano, sin jamás notarse la diferencia con el resto del elenco originario de Sudáfrica.

El guión, escrito por Shawn Slovo, se cuida mucho de ofrecer una visión a favor del terrorismo o justificarlo. En Catch a Fire, más allá de un propósito político, vemos cómo la violencia irrumpe de golpe en el núcleo familiar. Ni el mismo Nic Vos o Chamusso, se salvan de ser afectados por esta violencia.

Es verdad, en el filme la figura de Chamusso será la de un héroe glorificado, que lo perdió todo por poner encima sus ideales, para luchar por un país que ni era el suyo. Será muy predecible y convencional el camino que seguiremos en el filme, pero es inevitable el no caer atrapados por la forma fascinante en que Noyce nos presenta a Chamusso.

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