jueves, 7 de mayo de 2020

THE WILLOUGHBYS


Hay muchos "eventos desafortunados" para los Willoughbys.
Desde el inicio de The Willoughbys, la más reciente producción animada de Netflix, hay algo que te engancha de inmediato, la narración de Ricky Gervais. Es una de las mejores cosas en una película de animación que, si bien no es un derroche de originalidad, es un pasable y pelirrojo entretenimiento familiar de fin de semana. Gervais presta su voz a un gato, que nos cuenta, como si fuera testigo de primera mano, la historia de los hermanos Willoughby.
Basada en la novela de Lois Lowry, The Willoughbys es una historia muy a la "Lemony Sniket: Una Serie de Eventos Desafortunados", que tiene como protagonistas a unos hermanos con cabellos de estambre rojo, Tim (Will Forte), Jane (Alessia Cara), y unos gemelos, Barnaby A y B (Seán Cullen). A pesar de tener cada uno talentos que los hacen especiales, así como tener antepasados que presumen, no únicamente ser pelirrojos, sino el tener abundantes y bien cuidados bigotes, desafortunadamente, los hermanos no son lo suficientemente carismáticos o memorables. Y mucho menos lo son sus padres (voces de Martin Short y Jane Krakowski), quienes pueden ser calificados como los peores padres del mundo.
La fórmula que sigue el filme, dirigido por Kris Pearns (Cloudy With a Chance of Meatballs 2), Cory Evans, y Rob Lodermeier, es no nada más seguir la premisa de los hermanos que terminan solos y al cuidado de una nana (Maya Rudolph), sino agregar a la mezcla un bebé con mucho encanto (y que se parece al bebé Jack de los Increíbles), así como una fábrica de dulces a lo Willy Wonka, propiedad del comandante Melanoff (Terry Crews), quien viste uniforme de capitán de barco y luce grandes bigotes azules.
A lo largo de la película, vemos las aventuras de los hermanos, primero, para encontrar a su hermano bebé, y luego, cuando las cosas se les complican, probar que no son huérfanos, para no terminar, vía la intervención de una trabajadora social (Colleen Wheeler), en un orfanato. En efecto, nada nuevo bajo el Sol. Aunque la película suena a algo que ya hemos visto muchas veces antes, al final, termina siendo pasable y visible, con algunos momentos graciosos, especialmente, en el intento de sus realizadores por darle un tono de humor negro muy ligero. En resumen, satisfactoria, colorida, algo predecible al final, y con una buena calidad de animación.
⭐️⭐️⭐️

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