miércoles, 15 de enero de 2020

THE TWO POPES


DOS PAPAS MUY GALESES Anthony Hopkins y Jonathan Price
Hay una ligera línea entre la realidad y la ficción, apenas perceptible, que nunca se rompe en The Two Popes. Tal es uno de los aspectos más brillantes en el más reciente filme del director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), sobre cómo el ex papa Joseph Ratzinger (el segundo papa en renunciar al puesto desde Celestino V, en 1294), y tal vez de los menos carismáticos que haya habido (fue llamado "nazi" por muchos), y su sucesor, el cardenal Jorge Bergoglio, quien se convertiría en el actual papa Francisco I (primer papa proveniente de Latinoamérica), se volvieron muy buenos amigos.
Hay una extraña fascinación en ver a dos grandes actores ingleses, Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, interpretar a dos personalidades que todavía viven, el primero a Ratzinger, y el segundo a Bergoglio. Es fascinante, no únicamente por el tremendo parecido físico (de esos que apenas requieren algo de maquillaje) que los actores tienen con los pontífices, sino por lo reciente de los hechos que presenta.
La película presenta charlas imaginadas que pudieron haber tenido Ratzinger y Bergoglio en la residencia del Vaticano, justo cuando aquel decidió renunciar al papado, mientras el último, todavía cardenal, había decidido retirarse de la vida religiosa y volver a su natal Buenos Aires. Durante los primeros minutos del encuentro, en los muy amplios jardines de la residencia, la tensión que establece Meirelles entre ambos personajes es el punto más fuerte de su futura relación. Ratzinger, un ultraconservador papa, empieza pidiendo a Bergoglio (hablándole en latín ocasionalmente) que le rinda cuentas sobre sus declaraciones "fuera de lo ordinario" sobre temas muy delicados, por ejemplo, la aceptación y visión de la homosexualidad por parte de la Iglesia Católica; mientras que el cardenal, de mente y costumbres más liberales (más revolucionarias, podría decirse), no tan versado en latín como su interlocutor germano, trata de conseguir que el papa Benedicto XVI firme su petición de renuncia, dándole éste sólo evasivas y excusas. Hasta que, en uno de los mejores momentos del filme, algo rompe completamente con esa incómoda y tensa barrera de hielo: la música. Ratzinger intenta tocar un par de canciones populares alemanas en el piano, cosa que lleva a Bergoglio a recordar su afición por el tango y sus años juveniles en Argentina (interpretado de joven por Juan Minujín).
A pesar del título, el balance de la historia se inclina más hacia el futuro papa Francisco. De hecho, la película (escrita por Anthony McCarten) termina siendo una biopic de Jorge Bergoglio, abarcando desde que "escuchó el llamado de Dios" y decidió convertirse en sacerdote, hasta los duros años durante los 1970s, con la dictadura, y la persecución religiosa. Todo es contando durante la extensa conversación que tiene lugar en la Capilla Sixtina, con los frescos de Miguel Ángel como únicos testigos de su confesión.
Para los diálogos en español que tiene que decir Jonathan Pryce, se decidió doblarlo con la voz de un actor argentino, cosa que resulta convincente hasta cierta medida, ya que su voz y la del actor no terminan siendo muy parecidas del todo. Sin embargo, dejando de lado esos detalles técnicos, "Los Dos Papas" es un extraordinario filme. Su edición es excelente (en especial, en esas escenas en la Capilla Sixtina), escapando de ser una convencional biopic televisiva. Por otro lado, está por demás decir que las actuaciones de Hopkins y Pryce son fenomenales, creando ambos una verdadera "magia papal". Así como hay tensión al principio, a la mitad del filme termina habiendo una buena química entre ambos. Las imágenes de antología en el filme se dejan para el final (la broma que muestra a Bergoglio intentando reservar un vuelo por teléfono), en donde se rompen protocolos y formalidades, dejo al espectador descubrirlas. Y es que, en resumen, lo que ofrecen Hopkins y Pryce son los retratos más humanos de dos papas, con sus flaquezas, debilidades, traumas, errores del pasado, y sus propios pecados. Nominaciones y premios les esperan.
⭐️⭐️⭐️⭐️

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