jueves, 14 de mayo de 2009

EL CARTEL...CLÁSICO

La austeridad en la producción del cartel de Videodrome (1983), resume magníficamente el inquietante tema de la película: la mente a merced de la imagen televisiva.

El cartel de Videodrome es, para mi gusto, uno de los mejores de una película de David Cronenberg, junto con el de Scanners o The Fly. Lo que eleva al cartel de Videodrome, es cómo resume en un par de imágenes el tema de la película, es decir, una visión terrorífica y metafórica sobre el poder de los medios electrónicos sobre la mente, como la televisión y, en aquella época, la naciente industria del vídeo, que iban transformando en una suerte de monstruo a su protagonista (James Woods).

El retrato predominante de Deborah Harry, con un efecto de imagen televisiva “a rayas” y virada al azul, le da una cualidad gráfica interesante al cartel. El título de la película, el tagline principal, “First it controls your mind” y los créditos, tienen como soporte un papel negro rasgado por la mitad, que es el que nos revela el retrato de “Blondie”. Las rasgaduras del papel, sirven para acentuar un efecto psicológico inestable y perturbador en el cartel.

Sin embargo, lo que me parece mejor en este trabajo, junto al magnífico diseño tipográfico del título, es ver a James Woods como salir de esa pantalla televisiva. También sugiere que está atrapado en la pantalla. Esto remite a varios momentos de la película, en el que el personaje de James Woods, en sus delirios, se imaginaba absorbido por la televisión. El personaje está pintado, y al no tener una profundida definida que le de volumen con respecto a la imagen de la televisión, nos da la impresión también de estar fragmentándose de los brazos y de una pierna mientras camina.



El cartel francés recurrió a una ilustración de estilo surrealista, que tenía en común el retrato de Deborah Harry.

Arriba del personaje, vemos un segundo tagline, “A Shocking New Vision”, colocado justo sobre la pantalla de televisión. El cartel podrá estar hecho con recursos mínimos y, por ello, aparentar no tener mucha calidad, pero lo cierto, es que tiene un gran concepto e ideas, que hacen ver su modesta realización como un aspecto sin importancia. Incluso, sus créditos son perfectamente legibles, aspecto del que adolecen carteles con más producción.

Por ello, tenemos en este cartel no nada más uno de los más inquietantes de los 1980, sino uno de los más originales. Su composición maneja un simbolismo que esconde la complejidad de la misma trama, que tiene que ver con la obsesión de Max (James Woods) por Nicki (Deborah Harry). En la película, Max está atrapado por la obsesión de descifrar las intrigantes imágenes que muestran a Nicki realizando cosas extrañas y sadomasoquistas. Y en el cartel, esta idea está magníficamente expresada con tan sólo un par de imágenes.

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