viernes, 15 de febrero de 2008

EN CARTELERA: KM 31 * *

El cine mexicano contemporáneo, de vez en cuando, da destellos genéricos interesantes y curiosos, aunque no por ello logrados, en los que las buenas intenciones están por encima de guiones originales. Tal es el caso de KM 31 (México-España), coproducción de la productora mexicana Lemon Films y la especialista española en género fantástico y de terror, Filmax, que toma como pretexto argumental una suerte de leyenda urbana y terror en la carretera, en un relato de fantasmas ambientado en el km 31 de una famosa carretera, llamada “Del Desierto de los Leones”.

A primera vista, todo el asunto se nota claramente inspirado en el cine de terror oriental, en una trama con incoherencias y lagunas argumentales, que arranca con el accidente de una chica en la mencionada carretera. Agata (Ileana Fox) es atropellada por un camión a alta velocidad, al bajarse para revisar a un niño que había atropellado minutos antes. Sorprendentemente, Agata nada más quedará en coma y el niño, como si nada, se levantará y huirá al bosque, pero este último porque resulta ser un ente de ultratumba, que se dedica a estar asustando a todos los automovilistas que pasan por ahí.

Agata tiene una hermana gemela, Catalina (Ileana Fox también), quien por un poder telepático que comparten irá corriendo (¡desde su casa en la zona de Mixcoac, en D.F. hasta el Desierto de los Leones! ¡sí, claro!) hasta llegar al lugar de los hechos. Las hermanas tienen un pasado tormentoso, con una madre que las maltrataba, y por ello Catalina tiene pesadillas siempre, escucha voces extrañas, no vive en paz y Nuño, su novio español, (el catalán Adriá Collado, sin mucho que hacer) hace lo posible por lidiar con la situación.

Catalina y Nuño, junto con su amigo, Omar (Raúl Mendez), investigarán qué fue lo que realmente sucedió en el km 31, y se toparán con la maldición de una madre y su hijo que murieron en el lugar, con brujas, leyendas e historias de la época colonial, una trama policiaca que intenta encajar bien con estos elementos paranormales, pistas con las que contará Catalina para intentar ayudar a su hermana a escapar de esta maldición y despertar del coma.

La película cuenta con una producción más o menos aceptable, una buena fotografía nocturna, banda sonora y maquillaje, aceptables efectos especiales, pero la verdad su director y guionista, el mexicano Rigoberto Castañeda, no aprovecha estos elementos técnicos en una historia más entretenida o interesante, ya que el filme termina siendo aburrido, sin una escena inquietante o en verdad aterradora, derivativo y lleno de clichés, debido a un guión desastroso y lleno de detalles inverosímiles y que jamás toman forma (la escena de la bruja, además, es risible).

En cierta escena, un coche (por increíble que parezca) pasa a alta velocidad en la carretera, mientras en ella ha ocurrido un accidente y en el lugar se encuentran paradas ambulancias y patrullas. Nuestra pareja protagónica sólo tiene que hacerse un lado, para acabar abrazados y muy románticos.

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