jueves, 29 de julio de 2021

SIN ORIGEN

 

Daniel Martínez

Sin Origen tiene todo lo que uno puede pedir en una película descerebrada, dominguera, y serie B: vampiros, peleas, artes marciales (cosa que no se ve mucho en un filme mexicano), mercenarios que hablan un idioma extraño y que desafian la gravedad, narcos, y un par de personajes infantiles con un aire sobrenatural. Pero advertencia, ya que ni es una película para niños, ni tampoco... es tan buena como suena. Desafortunadamente, este filme de Rigoberto Castañeda, a pesar de tener esos ingredientes, le falta el más importante, un buen guión, pasable, sin clichés, y que no tuviera a sus personajes encerrados todo el tiempo dentro de una residencia en medio de la nada.

Al principio de Sin Origen, parece que veremos una versión mexicana de Inframundo (en serio, los vampiros parecen sacados de esas películas), pero no, la historia se va por otros rumbos, justo cuando vemos a dos narcos (uno de ellos mudo, pero con un sexto sentido como de psíquico) llegar a la residencia de un ex colega (Daniel Martínez). La casa tiene seguridad con tecnología de punta, que supuestamente hace el lugar impenetrable. Sin embargo, su tecnología no servirá de mucho cuando lleguen a invadir unos guerreros como sacados de Assasssin's Creed, tatuados de pies a cabeza, parloteando una cruza como de italiano con esperanto, armados con sables, y expertos en artes marciales. A la residencia llega también una misteriosa niña, Lina (Paulina Gil), huyendo de los mercenarios, y quien al estilo de Let the Right One In (la película sueca de vampiros, infinitamente mucho mejor), hará amistad con Beto (Matías del Castillo), el hijo del dueño de la casa, aficionado a jugar ouija y quien sufre una extraña enfermedad. Luego de su primera media hora, donde el asunto parece que tendrá algo de emoción, con buenas peleas aunque algo lentas, el pulso de la película disminuye. Ninguna de las dos historias se desarrolla bien, ni la del papá ex criminal, con un asunto sobre la transferencia de un dinero que nunca sabemos bien a bien de qué se trata; ni la de los niños, sin suficiente química y sin muchas sorpresas de por medio. Al final, Sin Origen es muy aburrida para ser una película de vampiros y artes marciales, y muy fria para ser una versión mexicana de Let the Right One In. A mi lista de lo peor del 2020. ⭐⭐ Disponible en #AmazonPrimeVideo, pero es mejor pasarla por alto.

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