jueves, 20 de agosto de 2009

EL CARTEL...CLÁSICO

El cartel de Dillinger (1945), es un sencillo trabajo de ilustración, caracterizado por su agresiva propuesta cromática y un buen ojo del artista para la composición y el diseño tipográfico.

Se acaba de estrenar Public Enemies hace unos días, la más reciente adaptación de las aventuras y desventuras del asaltabancos más famoso, John Dillinger. Vayamos atrás en el tiempo, y revisemos el cartel de la que fuera la primera película sobre este personaje, Dillinger, dirigida en 1945 por Max Nosseck.

El cartel es una ilustración decentemente realizada, sin rozar lo extraordinario. El impacto del cartel radica en su propuesta cromática, extremadamente encendida al combinar tonos naranjas y amarillos. Tenemos el caso de un cartel realizado por un artista cuyo fuerte es más la ilustración que el diseño gráfico. A pesar de todo, el diseñador muestra un buen ojo para la composición y cierta inclinación por una propuesta gráfica atractiva, en las tipografias de la parte superior.


Cartel de otra adaptación fílmica del personaje, Dillinger (1973), un magnífico collage de ilustraciones notablemente realizadas, y que destaca también por su creativo diseño del título.


Su diseño tipográfico podrá ser muy rudimentario, pero el trazo es ágil, con fuerza expresiva. Intenta reflejar (como en muchos carteles de films noirs y de gangsters), la acción y el ritmo trepidante de sus tramas. Esas pequeñas lineas expresivas en los bordes de las letras del título, no nada más es una buena idea para darle profundidad, sino sugerir expresividad y movimiento a las tipografías del título. El tagline es muy bueno, en la descripción que intenta hacer del personaje y en el juego de palabras que empiezan nada más con “b”: “His story is written in bullets, blood and blondes!”.

El siguiente punto a observar en el cartel, es el retrato de Dillinger, que atrae la atención casi de inmediato. La idea de hacer un contraste cromático simbólico, entre los colores encendidos que dominan el cartel y las tonalidades verdosas elegidas para colorear el rostro, es interesante. No hace más que denotar el destino de Dillinger, así como su vida criminal, caracterizada por sus constantes fugaz de prisión. Con seguridad, ese hombre muerto que vemos debajo del retrato es el mismo Dillinger, al caer abatido por la policia al salir del cine.

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