viernes, 3 de julio de 2009

THE PALEFACE * * *

En "The Paleface" (1948), Bob Hope interpreta a un falso y cobarde dentista, que cae rendido ante la dura pero bella Calamity Jane, interpretada por Jane Russell.




Bob Hope, uno de los comediantes y animadores más famosos de Estados Unidos, protagonizó este western en tono de comedia, filmado en un buen Technicolor, que ayudó a Jane Russell a lucir más su belleza en el papel de la legendaria Calamity Jane.

The Paleface (1948), ante su modesto éxito, tuvo una secuela años más tarde, Son of Paleface (1952), dirigida precisamente por el guionista de la primera, Josh Tashlin, quien consideró que el director Norman Z. McLeod, no le había hecho suficiente justicia a su guión. Tal vez Tashlin exageró un poco. Para ser sinceros, The Paleface no presume el tener un buen guión, y el argumento no la octava maravilla. Si acaso, lo que más podía presumir Tashlin es el haber exhibido las habilidades de Calamity Jane: hábil con la pistola, alerta ante el peligro y, además, fuerte con aquel que se le pusiera enfrente.

En realidad, McLeod hizo lo que pudo con el guión de Tashlin, y hay que reconocer que tiene varias cosas graciosas. Por ejemplo, el personaje que encarna Bob Hope, un torpe e inepto dentista llamado Peter “El Indoloro” Potter, quien tiene una presentación formidable al principio del filme. Cierta noche, unos hombres con pistola sacan de la cárcel a Calamity Jane, no para ayudarla a escapar, sino para llevarla ante el gobernador y solicitarle un favor, a cambio de perdonarle sus crímenes. Calamity deberá ir en la búsqueda de un pistolero y, para escapar de una redada, se oculta en el consultorio de “Indoloro” Potter, que para atender a sus pacientes debe consultar continuamente su manual de dentista.

El apodo de “Indoloro”, tiene que ver con el hecho de que atiende a sus pacientes sin causarles el más mínimo dolor, al usar gas hilarante. Calamity decidirá despistar a los malos y pasar desapercibida casándose con Potter, para así lucir como una inocente pareja, en travesía junto a una caravana que se dirige hacia el Norte.

Bob Hope no era un buen actor, pero en pantalla tenía un gran carisma. Aunque en The Paleface, si bien tiene algunos momentos graciosos (las consultas, el paciente fanfarrón bajo los efectos del gas, la escena en que elimina a un grupo de indios oculto en un barril, o aquella en que se disfraza de brujo para rescatar a Calamity de los indios), hay otros bastante simplones, que son más producto de su improvisación.

Lo rescatable del trabajo de Hope, es el permanente estado de incertidumbre que transmite, al creer que es su destreza y fuerza lo que le ayuda a vencer a los malos, cuando no es más que Calamity ayudándole de lejos. También es graciosa esa sumisión que le demuestra a la hombruna de Calamity, en donde “Indoloro” nada más le debe contestar “Sí, señora”, ante las tonterías que le dice el dentista.

La película resulta entretenida si se está con el humor adecuado, a pesar de estar realizado con una producción nada costosa, vestuario que raya en lo hortera y del pobre desempeño de Jane Russell como actriz. Lo más gracioso que logra hacer la Russell, son esos besos que le da a “Indoloro”, seguidos de un golpe en la cabeza. Un western gracioso, que de no ser por el nombre de Bob Hope, hubiera pasado a ser un producto desechable de inmediato.

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