lunes, 29 de junio de 2009

PLANET TERROR * * * 1/2

En "Planet Terror" Robert Rodríguez consigue un atractivo filme de zombies y mutantes, que homenajea el cine serie B y las películas de terror de los 1970.



Hasta que vi Planet Terror (2007) pude comprender el gran y genéricamente vasto desbarajuste creado por Quentin Tarantino y Robert Rodríguez. Death Proof (reseñada en este blog), una dispareja y experimental road-movie dirigida por Tarantino, y que es un homenaje a las películas de persecuciones de autos antiguas, y Planet Terror, dirigida por el texano Robert Rodríguez, es un díptico que forma parte de un proyecto en común titulado "Grindhouse". Son dos películas que guardan cierta relación entre sí, algunos personajes en común, pero se pueden ver por separado sin problemas de no llegar a entender nada. Lo que no he podido ver son los falsos trailers, que dicen las malas lenguas están todavía mejor que las mismas películas.

Planet Terror, contrario a Death Proof, me pareció más lograda, entretenida y, sobre todo, redonda. Se trata de una sangrienta y asquerosa película de zombies, que lanza una mirada nostálgica a las películas de terror de los 1970-1980, un homenaje estilístico a las películas serie B de terror. Tal vez Robert Rodríguez no sea un gran director de cine ni mucho menos, pero es un maestro de los efectos especiales y de las modernas técnicas digitales. Planet Terror deberá tener (aventurando una cifra al tanteo) medio millar o más de efectos especiales. Tal vez exagere o tal vez me he quedado corto, pero en esta película de aire underground, Rodríguez no nada más se divierte como niño, sino que se luce con buenos efectos digitales en toda la extensión de la palabra.

El lugar donde se ambienta la historia es su natal Texas, y la pandemia arranca como siempre en las películas de zombies: los experimentos químicos militares que se salen de control. Habrá un puñado de militares desquiciados (Bruce Willis interpreta un general que presume haber matado a Osama Bin Laden), y científicos locos, como aquel que tiene una especie de costumbre fetichista de coleccionar los testículos de quienes le juegan mal. En tanto, varias historias se entrecruzan al más puro estilo de Tarantino, quien tiene su acostumbrada actuación secundaria como un lunático militar.

El par de historias principales están protagonizadas por dos mujeres, que sufren por varias razones y acaban trastocadas en especie de heroínas serie B. Primero, Cherry Darling, una bailarina exótica (perdón, chica go-gó, como prefiere llamarse), interpretada por la preciosa italiana Rose McGowan, que anhela retirarse de los escenarios con tubos para ocupar los de la comedia, al querer convertirse en "stand-up comedian". Por ironías del destino, Cherry pierde una pierna en un accidente junto a su exnovio, WRay (Freddy Rodríguez), quien le adaptará como "prótesis" una metralleta. Luego, la doctora Dakota Block (Marley Shelton), especialista en aplicar anestesias, verá frustrado el intento de dejar a su violento y también doctor esposo (Josh Brolin) por el brote de zombies en el hospital donde trabajan. Esto, y un poco de sana misoginia estará presente casi toda la película, teniendo un cómico eje en un personaje, JT (Jeff Fahey), quien cuida como a su vida la receta secreta de su salsa barbecue, la mejor de Texas, según él.

Planet Terror no es apta para estómagos sensibles, y al igual que Death Proof tiene una fotografía avejentada, que simula los colores apagados de las películas de los 1970. Esta fotografía no se logra usando película vieja o cámaras antiguas, sino, como el propio Rodríguez explica, con retoque digital. Además, la banda sonora también emula la de las películas de terror de hace 30 años, lo que convierte a Planet Terror en un atractivo y trepidante filme en el que Rodríguez lleva a cabo una especie de reciclaje tarantinesco. Sabe llevar un ritmo ágil, que va en aumento hasta el climax final, one-liners rescatables (“Voy a comerme tu cerebro y ganar tu conocimiento”, le dice Josh Brolin, medio zombie, medio mutante, a su esposa), y una buena edición, como en aquella escena de sexo justo a la mitad, donde la película se quema y un letrero avisa “Missing Reel”, junto a una disculpa del personal del cine.

En realidad, es difícil clasificar una película como Planet Terror, cuando tiene de todo: acción estilo Hollywood, una historia de zombies en la que caben también mutantes, un par de melodramas femeninos serie B-hard boiled, y que cierra con un “The End” como de película de los 1950.

++Disponible en edición austera, edición de 2 discos y una edición especial de caja metálica.

++ Ver también la reseña de Death Proof.

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