martes, 23 de diciembre de 2008

TROIS COULEURS: BLEU * * * * *


El realizador polaco Krzysztof Kieslowski se abocó a la tarea de continuar, de alguna forma, lo iniciado con el “Decálogo” (su serie de telefilmes de finales de los 1980, basándose en los 10 mandamientos del catolicismo) en la trilogía de los colores “Azul”, “Blanco” y “Rojo”, inspirada en los colores de la bandera francesa, que simbolizan, respectivamente, “La Libertad”, “La Igualdad” y “La Fraternidad”.

El primer capítulo, Azul (Trois Couleurs: Bleu, 1993), retrata el estado de pesadumbre y depresión en el que cae su protagonista, Julie (Juliette Binoche en una de las mejores actuaciones de su carrera), luego del accidente automovilístico que sufre junto a su esposo Patrice (Hugues Quester), famoso músico, y su pequeña hija de 5 años, quienes pierden la vida. La historia de Julie comienza con este accidente, y su primera imagen es aquella en la que vemos su profundo dolor, durante su estancia en una clínica.

Kieslowski construye un drama contenido, un relato descarnado en el que el rostro melancólico e impasible de Juliette Binoche se convertirá en la imagen principal del filme. Una mujer con la mirada perdida, inocente; pero que contrasta con el endurecimiento de su alma, sin que jamás derrame una lágrima. “Lloro porque usted no llora”, le dirá su avejentada empleada doméstica en su residencia. El deseo de Julie es romper completamente con el pasado, con cualquier atadura o recuerdo que le produzca dolor (sus muebles, el piano de su marido, su apellido de casada, etc.). Lo peor, es que quiere deshacerse de la partitura musical de una magna sinfonía que Patrice dejó inconclusa, y que sería interpretada en toda Europa.

La música de Patrice será la que comparta protagonismo con la ahora viuda, en la bellísima banda sonora escrita por Zbigniew Preisner (autor de la música de toda la trilogía). La introducción de la sinfonía se convierte en un leit motiv sonoro, dramática y hermosa a la vez. Esta pieza sirve como pauta para la apertura y cierre de muchas secuencias, en la también magnífica edición de Jaques Witta.

Para quien esto escribe, Azul es el mejor filme de toda la trilogía, de los trabajos más poderosos, visualmente hablando, de Kieslowski. El color azul destaca en varios escenarios. Lo que el color azul simboliza es la libertad, y el tema de la película será la liberación, espiritual y física, de Julie, un tema metaforizado en la música, en los anónimos personajes que van poblando el filme: un “angelical” flautista, encargado de enseñarle a Julie la lección más importante (“siempre conserva algo”), esa anciana que aparece en toda la trilogía y que intenta arrojar una botella al contenedor de basura, sin que nadie se digne ayudarle (lo consigue hacer en “Rojo”), los ancianos que se ven por televisión arrojándose en bungy, etc.

El antiguo asistente de Patrice, Olivier (Benoit Regent), manipulado por la inestable Julie, se encargará de abrirle los ojos a esta y hacerle ver la importancia de concluir la Sinfonía de Patrice, o al menos intentarlo. Esto coincide con el momento en que Julie supera su depresión, al enterarse de un doloroso hecho del pasado. La liberación de Julie tendrá que ver también con el ánimo que le proporciona su liberal vecina, una simpática desnudista, que se convierte en su amiga y confidente.

El final es desolador para el resto de los personajes secundarios. Ninguno alcanza la redención que sí consigue Julie, dentro de una película clave en la filmografía de Kieslowski, que no pretende jamás politizar el tema de los colores. Juega estéticamente con los colores, ironiza sus simbolismos y, lo mejor, “golpea” emocionalmente al espectador con los mismos.

No hay un orden específico para apreciar las tres películas, relacionadas entre sí por sus personajes principales, todos ellos femeninos. En Azul, por ejemplo, Julie irrumpirá accidentalmente en el juicio de divorcio de la protagonista de “Blanco”, Dominique (Julie Delpy).

++ El DVD contiene como extras el trailer, ficha artística, ficha técnica, filmografías y Galería de fotos. También pueden conseguirse las tres películas juntas en un paquete especial.

3 comentarios:

Deric dijo...

una gran trilogia, sin duda

Mon dijo...

Bleu és una de las peliculas que mas me ha fascinado. Su banda sonora es increible y algunas imagenes se quedan impregandas en el alma. Recuerdo una parte donde Julie pasea por un muro y con el puño apretado sin dejar de caminar, pasa la mano por el muro, hasta que los nudillos sangran . Impasible ante el dolor, ante la perdida de su hija y la perdida de su vocación, perdida bajo el nombre muerto de su marido.

Es una gran pelicula para ver a solas cuando el vacio existe. Creo que esta pelicula, significa el gran vacio de la mujer. Y su inexacto modo de expresarlo al mundo cuando el mundo no sabe el motivo de ese vacio.

Saludos.

Mon

Alex dijo...

Así es Deric, creo que es una de las pocas trilogías insuperables.

A propósito de la banda sonora Ana, tengo el soundtrack de Bleu, y es maravilloso escucharlo fuera de la película. Es una película plena de imágenes memorables, y en efecto, las tres películas tratan temas sobre el vacío existencial femenino. De hecho, una de las imágenes que más me gustan, es esta que publiqué en la reseña, y aquella de los niños "angelicales" arrojándose a la alberca donde nada Julie. Bueno, hay tantas imágenes!!

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