lunes, 28 de enero de 2008

DVD: BRAM STOKER'S DRACULA * * * * *

La adaptación al cine más cercana al seminal libro sobre el Conde Drácula, escrito por el irlandés Bram Stoker en 1897, es el proyecto de Francis Ford Coppola, Bram Stoker’s Drácula (E.U., 1992), su ultraestilizado acercamiento a uno de los monstruos más clásicos del cine, gracias a las películas de la Universal en los 1930. Las películas de la Universal contribuyeron a forjar la obscura e icónica imagen del conde Drácula: cabello relamido, orejas puntiagudas y su infaltable capa y traje negros. El intento del germano F.W. Murnau, en Nosferatu (1922), clásico filme mudo de horror, si bien conservó muchas partes del argumento original de la novela, la viuda de Stoker no quiso vender a Murnau los derechos del Drácula de su difunto esposo, por lo que el realizador tuvo que cambiar muchos elementos de la trama, en la película, como los nombres de los personajes.

Lo fundamental del filme de Coppola, es que rompió con la clásica y desgastada imagen del Drácula de la Universal, inmortalizada por Bela Lugosi en la película de 1931 (dirigida por Todd Browning), para apostar por la de un conde más apegado a la figura histórica en la que Stoker se inspiró, es decir, el príncipe Vlad de Rumania, quien vivió a mediados del siglo XV y que defendió su país de la invasión musulmana, con la fama de empalar a sus prisioneros de guerra. El Drácula de Coppola (interpretado magistralmente por Gary Oldman), se encuentra entre la imagen histórica de Vlad y una más andrógina, excéntrica y kitsh, esto en su faceta de anciano y solitario conde, en 1895, triste por la pérdida de su amada Elisabeta (Winona Ryder), quien se suicidó al creerlo muerto en su guerra contra los turcos.

Coppola y su guionista James V. Hart, agregaron al filme una historia de amor que no existía en la novela de Stoker, una verdadera audacia en la película: tenemos a un Drácula ambiguo y torturado, condenado al romper su fidelidad a Dios y vender su alma al diablo, al culparlo por la muerte de Elizabeth, convirtiéndose en el vampiro demoniaco que ha sido durante 400 años, que debe alimentarse de sangre para vivir. Además, Drácula sufre también por amor. Cuando el abogado Jonathan Harker (Keanu Reeves), hospedado en el castillo de Drácula para cerrar un contrato de bienes raíces, le muestre una fotografía de su prometida, Mina (Winona Ryder también), este verá que es la viva imagen de Elisabeta y creerá que ha reencarnado. Luego de secuestrar a Harker en su castillo, custodiado por sus tres bellas mujeres vampiro (Monica Bellucci hacía una de ellas), Drácula viajará hasta Londres para buscar a Mina, tratar de refrescarle la memoria de su otra vida y conquistarla de nuevo.

En la novela, Mina y Drácula jamás tienen el pasional romance que sostienen en el filme, pero el guión sigue la misma estructura narrativa del libro, que cuenta la historia en la forma de un diario, con escritos de Johnathan y de Mina, notas periodísticas, etc., y aquí domina el punto de vista del Dr. Van Helsing (Anthony Hopkins, espléndido), médico ocultista y experto en asuntos esotéricos, el narrador principal, que ha estado buscando a Drácula por años.

La película, es un ejercicio estético impresionante. Resulta más que notable el diseño de producción de Thomas E. Sanders (nominado al Oscar), que ambienta, con cuidado en los mínimos detalles, la Inglaterra victoriana, con referencias incluso a la invención del cine (la llegada de Drácula a Londres, está filmada en cámara rápida, emulando al cine silente). De hecho, la edición es una inagotable sucesión de imágenes delirantes, unidas por sutilezas, como aquella secuencia del viaje en tren de Jonathan a Transilvania, mientras escribe su diario, o aquella en la que la mirada lejana de Drácula se transforma en la pluma de un pavo real, que nos lleva a una fiesta en casa de Mina.

Vale decir que el trabajo de maquillaje (ganador de un Oscar) nos permitió conocer las facetas de Drácula explicadas en la novela, tanto en su forma de vampiro, pero no el clásico murciélago negro que colgaba de un hilo, sino un temible vampiro con forma humana (maquillaje de pies a cabeza), como en su forma de hombre-lobo.

Si por algo destaca, a mi juicio, esta particular adaptación de Coppola de la novela de Stoker, es que la historia romántica de Elisabeta/Mina y Drácula, no era la cursilería melosa que podría uno pensar. El romance entre Mina y Drácula era convincente, y lograba encajar a la perfección (hasta el personaje clásico del loco Renfield, a cargo de Tom Waits, siervo de Drácula y encerrado en el manicomio, embonaba bien en la premisa) dentro de la trágica condena del conde a vivir como vampiro a causa del amor por una mujer. Al final, era el amor de esa mujer el que podía salvarlo y, de paso, reconciliarlo con Dios.

++Se acaba de lanzar una edición especial para coleccionistas, con dos discos, uno con la película, y otro con con extras interesantes, como:
La sangre es la vida – El rodaje de Drácula
El vestuario es el decorado – El diseño de Eiko Ishioka
En la cámara – Los sencillos efectos visuales de Drácula de Bram Stoker
Método y locura – Visualizando Drácula de Bram Stoker
13 Escenas eliminadas inéditas , Introducción a la película: Drácula de Bram Stoker comentada por Francis Ford Coppola, Comentario de audio del director.
++También disponible en DVD Blu-Ray.

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