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Gipson se dirige al mismo juzgado donde Banek llevará su juicio, el primero peleando a su ex-esposa la custodia de sus hijos. Por las prisas, Banek sólo le dará un cheque en blanco a Gipson para cubrir los daños, para luego salir corriendo en su automóvil intacto. Sin embargo, confundido por la situación, Gipson descubre que Banek ha olvidado una carpeta con documentos importantes para su juicio. Debido a este incidente, ambos pierden sus respectivos casos en el juzgado. Por ello, Banek tratará de recuperar su carpeta, generándose así una serie de enfrentamientos entre él y Gipson, el primero, en su desesperación, se hará de todos los medios a su alcance (por deshonestos y maquiavélicos que puedan ser) para hacer que Gipson le devuelva sus documentos, quien se defenderá de las artimañas de Banek, sin conseguir otra cosa que poner las cosas más difíciles.
Dirigida por
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En medio de todo cabrán incluso discursillos, algo volátiles, como el del racismo, la infidelidad o la ética profesional, que hacen confuso el enfoque sobre la “ley y el orden". Michell lleva la película a transitar tímidamente por los senderos de la crítica social, abarcando desde el sistema jurídico hasta los medios de comunicación (incluyendo a la publicidad).
Samuel L. Jackson interpreta con su habitual eficacia a un hombre al borde de la locura, debido a su situación de alcohólico en rehabilitación, y sus problemas de personalidad neurótica, en la línea del Michael Douglas de Falling Down (Joel Shumacher, 1993). En cuanto a Ben Affleck, estamos ante uno más de sus trabajos en los que quiere medirse ante papeles más serios y con mayor demanda dramática. William Hurt interpreta en un pequeño papel al amigo de Gipson, engrosando el buen cuadro de actores secundarios que, indudablemente, se llevan la película.
Aunque parezca que toda la mala suerte recae sobre el hombre negro, es decir, Gipson, la película no es un alegato contra el racismo, sino una crónica moralina, altamente discursiva, acerca de la ética profesional en el incipiente siglo XXI, pero que no está peleada con el puro entretenimiento palomero de fin de semana. En serio, el filme aunque lucha por ser tomado en serio, es bastante entretenido.
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