viernes, 22 de abril de 2022

THE ELECTRICAL LIFE OF LOUIS WAIN

Benedict Cumberbatch y Claire Foy.

 

La multinominada al Oscar El Poder del Perro me gustó, me pareció muy buena película. Pero si por alguna película Benedict "Dr. Strange" Cumberbatch debió de haber sido nominado al Oscar a Mejor Actor, es por The Electrical Life of Louis Wain. En su interpretación del Louis Wain del título, Cumberbatch está magnífico, en una actuación redonda y contenida. Wain fue un artista e ilustrador de inicios del siglo XX del cual no tenía el más mínimo conocimiento hasta que vi el filme. Su tema favorito: los gatos, a quienes dio un lugar especial en la iconografía de los 1910s y 1920s.
Gracias a una cálida narración de Olivia Colman, así como a un tono de fábula que está entre la excentricidad de Tim Burton y lo alucinante del cine de Terry Gilliam, la película no tarda en atraparte. De inmediato sientes que estás a punto de adentrarte en el universo extravagante de un personaje excéntrico. De no ser por que Wain dejó como legado sus dibujos y pinturas, jurarías que estás frente a un personaje ficticio. Wain empezó haciendo dibujos de animales (aparentemente, nunca plasmó en papel o lienzo una figura humana), y de ahí pasó a ser el favorito de familias pudientes, quienes le encargaban los retratos de sus gatos durante la época Victoriana.
De cabellos rojos y ensortijados, y un bigote que usaba para ocultar su labio leporino, la película, dirigida por Will Sharpe, empieza por contar la historia del artista como un tipo de apariencia extraña, delgado, dedicado a mantener a su madre y a sus siete hermanas, todas bajo el escandaloso control de la hermana mayor (Andrea Riseborough, magnífica). Dicha hermana decide contratar a una institutriz, Emily Richardson (Claire Foy, igualmente estupenda) para educar y dar clases privadas a la hermana menor.
Emily y Louis no tardarán en empezar una relación, la cual llevará al pobre a ganarse el rencor y encono de su controladora hermana, quien teme que la reputación de la familia esté en juego al ver que su hermano se ha comprometido con una mujer ya demasiado mayor para casarse, así como por un incidente en un teatro, el cual causará no menos escandalo en la sociedad.
El elenco también está formado por Toby Jones, interpretando a Sir. William Ingram, el editor de Wain para el diario en donde empezó a publicar sus primeras ilustraciones de gatos, personaje a quien tal vez deba buena parte de su fama. Ingram dió a Wain oportunidades que seguramente en otro diario no hubiera encontrado, colocándolo en el gusto de los amantes de los gatos, quienes empezaron a comprar postales, tarjetas, y toda clase de memorabilia en donde se publicaban las ilustraciones.
Para muchos, la película quizás sea otra historia más del artista atormentado y lleno de traumas, afectado por una enfermedad mental. Waine sufría de ataques de pánico debido a pesadillas que tuvo desde niño, así como probablemente (según psicólogos que han analizado su obra) de esquizofrenia, como la padeció una de sus hermanas. Lo cierto, es que la manera de contar la historia es muy original, como una historia romántica entre Wain y Emily con desenlace dramático. La película recuerda la reciente The Personal History of David Copperfield, de Armando Ianucci, o incluso Big Eyes del mismo Tim Burton, mientras que Wain puede verse también como la contraparte masculina de Beatrix Potter (interpretada por Renée Zellweger en Miss Potter), artista y escritora dedicada a escribir historias protagonizadas por conejos.
Al final, lo mejor de filme, además de sus actuaciones, es la excelente ambientación, fotografía, y diseño de arte. Sharpe trata de adentrarnos en la mente de Wain con una propuesta visual algo psicodélica, tal y como lo fueron los últimos trabajos del artista hacia el final de su vida. Es una lástima que la Academia de Hollywood haya pasado por alto esta gran actuación de Benedict Cumberbatch.
⭐️⭐️⭐️1/2 A la renta.

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