jueves, 21 de abril de 2022

SEXO, PUDOR Y LÁGRIMAS 2

 

¿Era necesario?

En esta fallida secuela, encontré sólo un momento interesante, al menos, dramáticamente hablando. Sin revelar mucho (esto especialmente para quienes no han visto Sexo, Pudor y Lágrimas 1, de 1999), la escena involucra a cierto personaje, de los jóvenes y nuevos, dispuesto a cuestionar a Ana (Susana Zabaleta) sobre la muerte de otro cierto personaje en el primer filme. Tanto Ana, como otros que estuvieron presentes durante dicho acontecimiento, pudieron haberlo evitado. La escena de dicha muerte es ridículamente absurda e involuntariamente cómica, por la forma en que ocurre, ya que, todos simplemente contemplan a quien morirá, sin mover un dedo para prevenir que ocurra. Siento haberme excedido en esta explicación, pero no encontré otro momento verdaderamente rescatable de Sexo, Pudor y Lágrimas 2 (¿o es Sexo, Pudor, o Lágrimas, según la nueva versión de la famosa canción cantada en los créditos finales?). Otros dirán "bueno, ¿qué hay de ese otro momento en el tercer acto, cuándo, durante un retiro espiritual, se descubre la identidad de un personaje del filme original, justo cuando creíamos que no aparecería, y es confrontado por otro de los nuevos personajes? Mmmm, no sé. Además de tener de regreso a Zabaleta, no podían faltar Cecilia Suárez y Mónica Dionné, repitiendo sus personajes de la película original, considerada como un clásico del cine mexicano de los 1990, dirigida por Antonio Serrano (quien aquí funge de productor asociado únicamente). El caso es que, después de haber visto el filme original por segunda vez con el pretexto de este estreno (exclusivo de HBO Max), la seguí encontrando sobrevalorada, tendiente a lo teatral, y sobreactuada, con una premisa sobre la batalla de los sexos sin muy buenos resultados en su desarrollo. Es decir, cuando quiere ser graciosa es insoportable, y no sabe bien cómo lidiar con uno que otro tema, como el de una violación, con una testigo que pudo haber hecho algo, pero simplemente decide escuchar de lejos, sin hacer nada. Dirigida ahora por Alonso Iñiguez, en esta segunda parte también están de regreso Victor Hugo Martín, Jorge Salinas, y en el lugar de Demián Bichir, está nada menos que su hijo en la vida real, José Ángel Bichir. Este interpreta en el filme al hijo de Tomás (Bichir papá), un artista visual, quien ha llegado de Londres para un ajuste de cuentas emocional. Carlos (Martín) y Ana todavía viven en ese amplio departamento en Polanco (aunque luce muy diferente), en donde tuvo lugar casi toda la historia de la primera parte, ahora con una hija, Matilde (Naian González Norvind), aspirante a actriz, y con una complicada relación con sus padres. Mientras, Andrea (Suárez), quien de ser modelo se convirtió, al parecer, en chef, (aparece en muchas escenas en la cocina de un restaurante), también tiene una hija (Ximena Romo), la cual es, en pocas palabras, complicada, adicta a la drogas, y enganchada con un novio regordete igualmente drogadicto. El intento de suicidio de María (Dionné), durante una visita a la Ciudad de México, será el pretexto para que las viejas amigas se junten y, además de recordar viejos tiempos, ayudarla a superar la depresión que tiene aquella. Si algo tiene de bueno este filme es que, en comparación con su antecesora, no es tan sobreactuada, ni tan teatral. Pero su más grave problema, es lo fallido del guión (escrito por el mismo Iñiguez y Julián Silvestre) el cual, si bien intenta modernizar todo el discurso y la premisa del primer filme, tratando de ser más inclusivo, por ejemplo, con la diversidad sexual, el caso es que no sabe qué hacer bien a bien con todos los personajes. Hay incluso un momento "Trainspotting" en la película que te pone a pensar "¡ya quisieran estar al mismo nivel de ese filme clásico!". Sin tener tramas ni subtramas interesantes en ambos lados generacionales, la película termina siendo tan insípida y aburrida como su mismo póster. Al final, más que el intento de suicidio de María, creo que no hubo otro pretexto mejor para revivir a los personajes en esta secuela que poner en escena al hijo de Tomás, cuya aparición no da para una historia realmente buena. En resumen, una secuela igual o peor que su antecesora. ⭐️1/2 Disponible en #HBOMax

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