domingo, 6 de diciembre de 2020

GET THE HELL OUT

ZOMBIES RABIOSOS.                Bruce Hung y Megan Lai.

Get the Hell Out está lejos de ser la respuesta taiwanesa a Train to Busan (y a Train to Busan Presents: Península, la secuela), el estupendo filme de zombies surcoreano. Get the Hell Out, el primer largometraje dirigido por I. Fang Wang, empieza bien, de una forma prometedora, en donde empezamos a hacernos la idea de que veremos una graciosa sátira política. En medio de campañas políticas, elecciones, y confrontaciones entre políticos, surge una epidemia de rabia, provocando que todos los contagiados se transformen en zombies. Sin embargo, la película de Fang Wang, exhibida durante el pasado Festival Internacional de Cine de los Cabos, requerirá de una gran paciencia del espectador, tanto para seguir una historia narrada caóticamente, como para soportar un sentido del humor que rayará en lo estúpido y simplón. La historia, por cierto, no tiene mucho de nuevo o extraordinario, en donde tenemos a un inocente guardia (Bruce Hung), quien trabaja en la entrada del parlamento, el cual terminará convirtiéndose en un héroe involuntario. Antes, nuestro futuro héroe tendrá que ser el instrumento de una senadora (Megan Lai), quien lo usará para recuperar su puesto político, desbancada por su rival del partido contrincante (Chung-Huang Wang). La querella entre ambos políticos tiene que ver con el apoyo de este último para la construcción de una planta de energía nuclear, a pesar de las advertencias de ella sobre los peligros de construirla. 

Fang Wang no podría estar más indisciplinado en su debut, cayendo en la tentación de dejarse llevar por excesos en este su primer filme, empezando por los visuales. La historia tiene pocas oportunidades de un buen desarrollo, debido a que, a cada rato, hay imágenes que aparecen de pronto, tratando de emular las viñetas de un cómic, incluyendo onomatopeyas y letreros, dando a todo la sensación de estar viendo una caricatura, o el de estar leyendo un cómic, precisamente. Aunque tiene momentos graciosos (toda la secuencia del encierro dentro del parlamento), así como otros de cierta emoción y adrenalina (la pelea previa al escape por el túnel), al final, el resultado se siente tan caótico y desastroso, que no hay en Get the Hell Out algo que la salve y la haga una buena película de zombies. Se necesita algo más que zombies vomitando chorros de sangre, hambrientos de morder víctimas inocentes, para tener una película interesante; algo más que chistes estúpidos y personajes irritantes. Se necesita una trama  con ideas, algo qué decir, y una lectura alterna. Get the Hell Out no está a la altura de las películas de Romero, pero bueno, tal vez sea mucho pedirle a un debutante en el largometraje, pero también puede ser que el realizador haya tenido que estudiar primero a los grandes maestros del género, antes de hacer su película de zombies. ⭐⭐

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