miércoles, 9 de enero de 2019

AQUAMAN

Amber Heard y Jason Momoa
Otro superhéroe de la DC cómics hace su debut en solitario, al menos fuera de la Liga de la Justicia (filme que no cumplió totalmente con las expectativas de los fans). La gran pregunta es si Aquaman pasa la prueba de fuego, y la respuesta es sí. Lo más sorprendente de todo, es el hecho de que James Wan, el director de la saga de horror The Conjuring, haya conseguido una película de superhéroes sumamente entretenida, y visualmente espectacular. Un género totalmente opuesto a lo que ha venido haciendo.
Sin embargo, no todo es perfecto. Por ejemplo, la elección de Jason Momoa (ya fue el nuevo Conan en 2011) para interpretar al superhéroe titular, quien no es ni el mejor, ni el más carismático actor del orbe. Por fortuna, su interpretación termina siendo aceptable, y es creíble como Aquaman. En mucho le ayuda estar rodeado de un elenco que eleva el pedigree histriónico de la película. Aquaman funciona muy bien como una historia de orígenes. Nicole Kidman interpreta a la reina de Atlantis, la cual (en una referencia a Splash) termina fuera del agua, y enamorándose de un humano común y corriente (Temuera Morrison). El fruto de la relación será Aquaman. El drama comienza cuando su madre tenga que abandonarlo a muy temprana edad, al ser buscada por traición por el rey Atlan (Graham McTavish).
La historia tiene ciertos toques shakespereanos, con intrigas, traiciones, etc. Atlantis no va por buen camino bajo el gobierno del rey Orm (Patrick Wilson), queriendo llevarlo a la guerra en cualquier momento con el mundo de los humanos. Y con algo de razón. Entre otras cosas, está harto de la basura que producen y la contaminación que provocan en el océano. Amber Heard (quien luce como una versión en carne y hueso de Ariel, de la versión de Disney de La Sirenita), interpreta a Mera, una princesa dividida entre obedecer a su padre (Dolph Lundgren) y casarse con el rey Orm, o unirse a Aquaman, y ayudarle en su lucha por recuperar el trono de Atlantis, para salvarlo del mal gobierno. Willem Dafoe, como el antiguo mentor de Aquaman y consejero de Orm, si bien algo desaprovechado, tiene una buena actuación.
Al final, es evidente que los filmes de la DCEU están cada vez más colocándose al nivel de las películas de la Marvel. Y aunque Aquaman es un verdadero espectáculo de efectos visuales, con un gran diseño de producción (Atlantis, aunque con influencia de la ciudad acuática alienígena de The Abyss, de James Cameron, tiene una identidad propia sobresaliente), y una estupenda banda sonora de música electrónica estilo Vangelis, pudo haber sido un mejor filme. La escena del acuario, con toda clase de fauna acuática atraída, desde el otro lado de la ventana, a un pequeño Aquaman, es memorable, la secuencia en Sicilia, si bien emocionante, tiene varias cosas tontas. Además, los personajes están descuidados desde el punto de vista del guión, al no tener un arco bien desarrollado y apenas algo de evolución. Con todo, es el inicio digno de una franquicia (queda la puerta abierta para una secuela) a la cual no hay que perderle la pista.  1/2

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